jueves, 16 de julio de 2009

MÉXICO: NARCOTRÁFICO Y NARCOINSURGENCIA, LA TERCERA GENERACIÓN DEL CRIMEN


El Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, dependiente del Pentágono, alerta sobre el crecimiento de grupos paramilitares en México, algunos de los cuales son usados por los cárteles del narcotráfico para dominar territorios y retar al Estado, además de ubicar como parte de “la tercera generación del crimen’’, por lo que el gobierno de Estados Unidos debe modificar su estrategia contra el narcotráfico y hacerla de contrainsurgencia.

“Se está observando una transición del gangsterismo tradicional de asesinos a sueldo a terrorismo paramilitar con tácticas de guerrilla’’, indica el reporte titulado La narcoinsurgencia de México y la política antidrogas de Estados Unidos, elaborado por el Instituto de Estudios Estratégicos, el cual es el encargado de proporcionar análisis al Departamento de Defensa de Estados Unidos sobre seguridad nacional y geoestrategias. Desde Cancún, el martes 30 de junio, un grupo paramilitar autodenominado Los Matazetas se dio a conocer mediante un video y una carta reivindicándose el asesinato de tres presuntos zetas como forma de vengar los secuestros y abusos de que fueron objeto por parte de ese grupo delictivo, pero sus integrantes afirman apoyar la política contra el narcotráfico del espurio Felipe Calderón.

En una carta, el nuevo grupo paramilitar indica: “En lo personal quiero manifestarle al señor presidente Felipe Calderón Hinojosa, que admiramos el valor y la entrega que ha dado al combate a la delincuencia; asimismo quiero manifestarle que somos un grupo que se ha levantado en armas en contra de los Zetas, que somos gente a quienes nos han secuestrado a nuestras familias y que dentro de nuestro grupo hay muchas personas que ni por su mente pasó el usar un arma en contra de nadie’’.

En tanto, el reporte alerta al gobierno de Estados Unidos que no es fácil pero para enfrentar esta nueva faceta en México “una útil analogía sobre este asunto podría ser una exitosa contrainsurgencia en la cual el uso de la fuerza debe ser integrada a la perfección dentro de un gran esquema de programas políticos, militares, diplomáticos y económicos, con lo cual se refuerza uno al otro, en lugar de competir con o minar al otro’’.

Los cárteles mexicanos del narcotráfico, refiere, están empleando fuerza paramilitares privadas que usan armas avanzadas y son reconocidos por su brutalidad, siendo Los Zetas los más conocidos y son considerados por oficiales de Estados Unidos como el ejército privado de México “tecnológicamente más avanzado, sofisticado, y violento’’.

Hal Brands, autor del análisis del ejército estadounidense, destaca en el reporte: “La brutalidad de grupos como Los Zetas, y su habilidad para explotar publicitariamente esto, permite a los carteles dominar la información. El gobierno mexicano debe confrontar este aspecto si aspira a redirigir la actual sensación de inseguridad publica’’.

En los últimos años, agrega, pero especialmente desde 2006, México ha experimentado un incremento acelerado de violencia relacionada con el narcotráfico y un correspondiente deterioro de seguridad interna “como parte de lo que debe ser descrito como una multinarcoinsurgencia, los bien financiados cárteles están haciendo la guerra contra el gobierno para controlar los corredores de droga hacia los Estados Unidos’’.

“Este derramamiento de sangre ha sido el más intenso debido al incremento de armamento pesado, fuerzas paramilitares bien entrenadas como los combatientes principales en la lucha por el control de drogas’’, destaca el reporte.

Los grupos paramilitares de México de los cárteles y de otros particulares, explica, se ubican como ocurre en otros países, como parte de la “tercera generación’’ que son más grandes, complejos y poderosos que las pandillas callejeras, porque usan la violencia y la intimidación para debilitar las instituciones gubernamentales y corromper la autoridad del Estado. “Los Zetas y otras organizaciones paramilitares tientan a los soldados a cambiar de lado ofreciendo salarios por arriba de los 3 mil a la semana, (en comparación con los 1 mil 100 por mes que ganan la mayoría de los miembros de las fuerzas armadas)’’, menciona.

El rompimiento de la autoridad gubernamental en ciertas áreas toca uno de las implicaciones de largo plazo en la narcoinsurgencia en México: la posibilidad de que esto encamine a lo que un experto denomina la “descomposición del Estado’’, agrega.

El reporte considera que en el estado actual, “las instituciones políticas y gubernamentales simplemente no están suficientemente fuertes para apoyar una vigorosa estrategia contra narcóticos’’.

Al respecto, refiere que grupos paramilitares de México son sospechosos de montar incursiones armadas a lo largo de la frontera para proteger cargamentos de droga, “como el ex oficial del Departamento de Estado Walser señalaba: desde la Revolución Mexicana la violencia en México no representaba un desafío tan inquietante para la seguridad de Estados Unidos’’.

El reporte apunta que los apoyos proporcionados por Estados Unidos para combatir al narcotráfico bajo la Iniciativa Mérida no atacan la raíz del problema y son únicamente de carácter paliativo al enfocarse solo en la interdicción, policías, medidas de seguridad, con tratamientos domésticos y programas de prevención, poniendo poca atención a profundos problemas estructurales que alimentan el narcotráfico y la violencia relacionada, como son la corrupción de oficiales en México y el gran consumo en Estados Unidos.

MEXICO, D.F., 4 de julio (EL UNIVERSAL).-

(CIENCIAS SOCIALES HOY – WeblogActualidad sobre política, sociología, economia, cultura…15 Julio 2009)