miércoles, 25 de noviembre de 2015

GENTA Y LA PRUDENCIA


Edmundo Geloch Villarino

            Genta no se limitó a leernos y comentar a Platón, Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás, principalmente; aunque los actualizaba con el análisis de casos diarios que educaban la inteligencia práctica, lo cual parece haber sido bastante raro en los maestros tomistas que he conocido.
Gentes que discurren bien en abstracto, y razonan las verdades universales y necesarias, a veces no captan el universal en el singular contingente, y esto es impedimento para la prudencia, que “radica en la parte del alma donde se forma la opinión; y ….trata de materias contingentes” (I – II , q. 57. a. 4, ad 2); “…”la prudencia reside solamente en el entendimiento práctico” (II – II q. 47, a 2).

La formación del entendimiento práctico, entonces, no se opera por el cultivo de la ciencia universal y necesaria, y requiere el trato con los casos singulares y contingentes. Una se aprende por ciencia, y la otra por experiencia. De ahí la importancia de la memoria histórica que recoge la experiencia de los prudentes.
            En su interesante estudio sobre la Estulticia en Santo Tomás[1], L. Jean Lauand, explica:
“Y, como veremos, el tonto stolidus, es parangonado a la oveja. El problema de la tontería se cifra siempre en el buen juicio sobre la realidad y sobre todo de los agibilia. Si sensatus es el hombre razonable, con sentido común, en lo que se refiere a las acciones particulares; a los insensati o asyneti les falta el sentido para estas acciones (Tomás agudamente hace notar que no se puede decir de niños que sean insensatos, sino sólo de adultos).
"Insensatus autem proprie dicitur qui sensu caret" (Super ad Gal. cp3 lc 1). "Unde secundum synesim dicuntur in graeco aliqui syneti, idest sensati, vel eusyneti, idest homines boni sensus, sicut e contrario qui carent hac virtute dicuntur asyneti, idest insensati (II-II, 51, 3, c). "Dicitur enim aliquis insensatus, si in aetate perfecta discretione careat, non autem in puerili aetate" (In Met. X, 6, 20).
            Esta distinción acerca del sujeto y la materia de los juicios prudenciales, era necesaria para la siguiente sentencia:
“Tomás distingue entre la estulticia especulativa y la práctica: hay gentes muy limitadas de inteligencia pero que saben bien actuar; hay, en cambio, personas inteligentísimas que son estultos en su actuar:
"Peccatum dicitur tenebra, quia intellectus obtunditur. Contra, multi peccatores inveniuntur qui habent optimum intellectum ad capiendum. Et dicendum, quod loquitur de obtusione intellectus practici, secundum quod omnis malus est ignorans; et non de obtusione intellectus speculativi". (In IV Sent. d 18 q 2 ar5 cex) .
            Esto explica por qué, personas muy doctas y aún maestros de doctrina, pueden equivocarse al juzgar los hechos políticos, y no ver su relación con el principio universal:
“Le falta sensibilidad también al stolidus, incapaz de relacionar el efecto a su causa: "Designatur enim per hoc maxime hominis stoliditas, quod tam manifesta Dei signa non percipit; sicut stolidus reputaretur qui, hominem videns, eum habere animam non comprehenderet" (CG III, 38, 5). Este es comparado a la oveja: "Per ovem, quae est animal stultum, significatur hominis stoliditas..." (Super Ev. Io. cp 2 lc 2). Y -siguiendo a Aristóteles- afirma que los stolidi por antonomasia son los celtas: "Potest autem dici insanus, sicut dicitur de celtis qui sunt stolidi" (Tab. L. Eth. cp t).
            De ahí que Genta se ocupara tanto de educar nuestras inteligencias prácticas de manera sistemática. A más de proclamar la Pedagogía de los Arquetipos, la cultivaba en sus cursos: leímos, gustamos y admiramos a San Luís IX y a Blanca de Castilla, a Isabel Trastamara, a San Martín y a Rosas, a Oliveyra Salazar o a Mussolini, a Franco y, sobre todo para los jóvenes, a José Antonio. Y los Héroes de la raza: el Cid, Guzmán “el Bueno”, y los contemporáneos Moscardó, hasta Rudel, Prien, y Skorzeny como ejemplos de patriotas. Todo lo cual me facilitó notablemente mi trabajo sobre El Quijote.
            Usaba con nosotros los que suele llamarse “Método del Caso” para educar la prudencia, hoy popularizado por The Harvard Business School y las universidades del Opus Dei, pero que practicaron Aristóteles con Alejandro, y Carlos V con Felipe II. Según nuestra edad, comenzaba por los casos cinematográficos de virtudes ejemplares, especialmente heróicas en el sacrificio por Dios y por la Patria. Ahora se ha descrito en libros, en Inglaterra y Argentina, el efecto “Genta”, de esta pedagogía en la Guerra de Malvinas.
            Si en “PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA”[2] se restringía al plano sapiencial, aún  con referencias y ejemplos concretos, otros trabajos estudian la actuación práctica de personalidades ejemplares, como Monseñor Tiso[3] y otros no tan ejemplares, y más extensa y profundamente en “SAN MARTÍN, DOCTRINARIO DE LA POLÍTICA DE ROSAS”[4], pero sobre todo en “DOCTRINA POLÍTICA DE SAN MARTÍN”[5], en mi opinión, obra fundamental para la formación del joven argentino. El Héroe nacional, sobre cuyo caracter había escrito en aquella “PSICOLOGÍA” que recomendaba Castellani.
            Me parece que fueron las conferencias recogidas en “ACERCA DE LA LIBERTAD DE ENSEÑAR Y LA ENSEÑANZA DE LA LIBERTAD”[6], en las que procuraba enseñar la prudencia política a los hombres de armas y a los dirigentes en general, las que indujeron a los Obispos argentinos a consultarlo permanente, hasta que Perón lo prohibió, y, luego del incendio de las iglesias, Monseñor Menéndez, Obispo de San Martín, le envió el mensaje que yo escuché y decía:
 “Genta, hace diez años Usted fué el único que no se equivocó”.
Porque, como se ha recogido en numerosos testimonios, tenía una asombrosa capacidad de prever los acontecimientos, y los resultados que obtendrían las decisiones políticas: en 1944, el final del peronismo; en 1966, el Cordobazo; desde principios de la Segunda Guerra, cómo influiría en nuestra Patria hasta llevarnos a la Guerra Revolucionaria; o su propio final, cuando ofrecía “el testimonio entero” si Dios se lo pedía.
Santo Tomás enseña: “...la previsión es la parte principal de la prudencia, ... De ahí que la palabra “prudencia” está tomada de “providencia” o “previsión” como de su parte principal” (“providentia est principalior inter omnes partes prudentiae... prudentiae sumitur a providentiae, sicut a principaliori sua parte.”(II - II q. 47, a.7 ad.1) Y también:   “...prudencia viene de providencia y previsión...” (“Sed nomen prudentiae sumitur a providendo... ”) (II – II q. 55, a. 1, ad. 1).
Por eso hasta el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Adolfo Tortolo, terminó tomándolo por consejero, como escribe en una carta que poseo, donde le dice “En estos tiempos en que tanto se habla de profetismo, Usted es un auténtico profeta...”
            Amén de los periódicos editoriales de COMBATE, en los que ejercitaba ese juicio práctico sobre los acontecimientos claves del devenir político, algunos folletos en momentos decisivos también lo hacían: “LA MASONERÍA Y EL COMUNISMO EN LA REVOLUCIÓN DEL 16 DE SEPTIEMBRE”, aparecido el 16 de octubre siguiente; “¿DEMOCRACIA CRISTIANA O MASÓNICA?”, también de 1955; “EN DEFENSA DE LA FE Y DE LA PATRIA I y II”, de 1956 y 1957. También en COMBATE redactó los “QUINCE PUNTOS DEL ESTATUTO NACIONALISTA”, que recogimos en varios intentos fallidos.
            Y la última serie de libros que apuntaban a despertar la inteligencia política frente a las realidades que iban aconteciendo: “EL MANIFESTO COMUNISTA”, terminado en mi casa en 1969; “SEGURIDAD Y DESARROLLO” en 1970 respondiendo a Arturo Frondizi; y lo últimos: “EL NACIONALISMO ARGENTINO”, de 1972 y “OPCIÓN POLÍTICA DEL CRISTIANO”, de 1973. Simultáneamente eran las conferencias recogidas después en “EL ASALTO TERRORISTA AL PODER”, 2a  Edición revisada, Ed. Buen Combate, 2014.
Y hasta la última lección que fue su muerte.

                                               Córdoba, 23 de Noviembre de 2015.





[1] L. Jean Lauand: La Tontería y los Tontos en el Análisis de Tomás de Aquino C.I.C. Cuadernos de Información y ComunicaciónDepartamento de Periodismo III - Facultad de Ciencias de la Información - Universidad Complutense de Madrid

 


[2] Editorial Cultura Argentina, Buenos Aires, 1970.
[3] Monseñor Tiso, Ediciones del Restaurador, Buenos Aires, 1949; Sarmiento y la Masonería, Ediciones del Restaurador, Bs. As., 1949; La Masonería en la Historia Argentina, Ed. del Restaurador, 1949 y  Ed. Rex, Bs. As, 1951; etc.
[4] Ediciones del Restaurador, Buenos Aires, 1950.
[5] Editorial Nuevo Orden, Buenos Aires, 1965.
[6] Talleres Gráficos de Amilcar Sapere, Buenos Aires, 1945.