lunes, 11 de junio de 2018


DEUDA DEL BANCO CENTRAL E INTERVENCIÓN DEL FMI

Por Héctor GIULIANO
(10.6.2018)

Ante la ineptitud, la descoordinación y la corrupción de una gestión de gobierno que no da pie con bola en materia de Finanzas del Estado y está llevando su endeudamiento público a límites inmanejables, los acreedores de la Deuda han pedido la intervención de las Cuentas Nacionales por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Fondo cumple el rol fáctico de auditor externo para garantizar a los acreedores el cobro de los servicios de intereses de la Deuda de los Países Deudores sin liquidez ni solvencia para poder cumplir con sus obligaciones, como es el caso de la Argentina.

Desde su asunción en Diciembre de 2015 el presidente Macri está dedicado a Gobernar con Deuda y ha convertido el Endeudamiento no sólo en la pieza central de su administración sino, a la vez, en la base de su supervivencia financiera y política.
La administración macrista – en su tercer año al frente del Ejecutivo – sigue vendiendo a la opinión pública anuncios y expectativas a falta de poder mostrar resultados de mejoras concretas en cuanto a Inflación, Tipo de Cambio, Tasas de Interés, Precios/Tarifas racionales de Servicios Públicos, Déficit Fiscal, Inversión, Producción y Consumo, Balanza de Pagos, Salarios Reales, Jubilaciones/Pensiones y Asistencia Social, etcétera.

Esta patética falta de resultados financieros y económicos, unida al detonante de la Crisis de Deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) y a la falta de capacidad de gobierno para manejarla explica el pedido de asistencia urgente al FMI, con la consecuente intervención directa del organismo en el control de las Cuentas Públicas.

SALVATAJE DEL BCRA
Comúnmente los préstamos del FMI al Gobierno Nacional se conceden para cubrir desequilibrios del Tesoro Nacional de corto plazo, esto es, déficits de los gobiernos de turno frente a coyunturas desfavorables de Balanza de Pagos vinculadas al Déficit Fiscal.
Pero, en este caso, se da la peculiaridad de que el crédito stand-by que se solicita con carácter de urgente no tiene la finalidad primaria de cubrir problemas de la Tesorería sino el agujero negro financiero de la Deuda a corto y cortísimo plazo del BCRA por Lebac y Pases Pasivos, esto es, que el pedido urgente al Fondo es para salvar el Déficit cuasi-fiscal del Estado.

Para ello, el gobierno Macri necesita contar con una masa de divisas muy importante a los efectos de mostrar a sus acreedores que dispone de la ayuda internacional necesaria para poder responder a una eventual salida generalizada de los capitales golondrina que operan en el país – como ya se ha producido en los últimos dos meses – y/o garantizarles su permanencia sin sobresaltos.  
Estos fondos de inversión especulativos lucran hoy en la Argentina con los márgenes de ganancia por arbitraje entre tipo de cambio y tasas de interés más altos del mundo.
Un préstamo Stand-by de 50.000 MD cubre esta necesidad de garantía sobre el enorme stock de letras del BCRA (las Lebac) y respalda a la vez la posibilidad de su conversión gradual a títulos de mayor plazo, sean propios o del Tesoro Nacional.

Pero sobre todo ayudaría al gobierno Macri a sostenerse en el poder hasta la terminación de su mandato a fines del 2019, tanto por la Crisis de Deuda del BCRA como por la paralela crisis subyacente de la Deuda del Gobierno Central, que es uno de los objetivos reconocidos por altos funcionarios de la propia administración macrista, como el Ministro de Finanzas Luis Caputo y el Jefe de Gabinete Marcos Peña.
Al 31.5 el monto de las Reservas Internacionales (RI) Brutas del BCRA es de 50.100 MD[1] pero estas reservas han sido compradas con Deuda, una deuda que aumenta el Pasivo del Banco cada vez más, que dispara un incremento astronómico de los Intereses a Pagar y que compromete con ello su existencia como Banco: son 1.21 B$ (≡ 48.700 MD) de Lebac y 96.900 M$ (≡  3.900 MD) de Pases Pasivos netos[2]; en total 1.3 B$ (≡ 52.600 MD).

Paradójica o sintomáticamente, la macro-devaluación producida en las últimas semanas ha servido para licuar gran parte de estos pasivos del BCRA en pesos cuando se los mide en dólares: al 30.4 el stock de Lebac y Pases era casi como ahora, de 1.38 B$ - que al tipo de cambio entonces vigente (20.6917 $/US$) equivalía a 66.600 MD: 1.33 B$ de Lebac (≡ 64.100 MD) más 52.200 M$ (≡ 2.500 MD) de Pases Netos.
Esto implica una relevante licuación de la extraordinaria masa de deuda por Lebac y Pases del Banco – una masa de obligaciones que están en pesos – traducida a dólares, como derivado de la fuerte devaluación que se ha registrado en los últimos dos meses, que equivale así a unos 14.000 MD (66.600 – 52.600).

El cálculo de reservas propias del BCRA, sin embargo, es muchísimo menor al saldo de las reservas brutas del Banco, dando incluso un balance real muy negativo.[3]
Y esto es sumamente grave porque los tenedores privados de Lebac y Pases Pasivos – dado su cortísimo plazo - pueden trasladarse muy rápidamente a dólares.
El monto del préstamo stand-by, que originariamente se cifraba en unos 30.000 MD, se ha extendido a 50.000 MD, lo que constituye un crédito récord histórico para la Argentina y para el propio FMI, cosa que denota la gravedad de la situación argentina.
Y a esto se agrega un conjunto de otros préstamos de Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) por 5.650 MD más, acordados con el Banco Mundial (BM ó BIRF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Estos créditos, a su vez, se suman a los 2.000 MD girados días pasados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea, una entidad que está integrada por los principales bancos centrales del mundo, y a dos operaciones de préstamos Repo – por otros 2.000 MD – contraídas con los Bancos HSBC y Credit Suisse.
El propósito conjunto del paquete de préstamos del FMI y los OMC es producir un blindaje de las reservas internacionales del BCRA que permita contener una salida masiva de dólares como la que se ha venido produciendo por la corrida cambiaria de los últimos dos meses; que le ha costado al Banco la pérdida de unos 12.000 MD (algo más que el 20 % de sus reservas totales).

CRISIS DE LA DEUDA CUASI-FISCAL
El BCRA fue metido durante la gestión Macri-Sturzenegger en un callejón sin salida debido a  la enorme bola de nieve de la deuda en Lebac[4].
Este sobre-endeudamiento mayúsculo e irresponsable, producido fuera de toda capacidad de repago del Banco y realizado a los fines de sostener la Política Cambiaria de Dólar Barato con altas Tasas de Interés, ha llevado a la mayor sangría financiera de la Historia Argentina: el BCRA tendría que afrontar hoy el pago de más de 450.000 M$ de intereses anuales (una cifra superior a los intereses  que paga el Tesoro Nacional), lo que implica erogaciones de unos 35.000 M$ por mes.

La extrema gravedad de la situación del BCRA – que es la que en realidad ha movido el pedido de urgencia para salvar al Banco de lo que el propio FMI califica como quiebra técnica – ha obligado tradicionalmente a pensar en la alternativa de conversión de las Lebac en títulos de más largo plazo dado que hoy poco más de la mitad del stock de 1.2 B$ de esas Lebac está colocado a 30 días (sin contar los vencimientos de Leliq – que son letras a 7 días – y de los Pases Pasivos, a 1 y 7 días).

Una suerte de nuevo Plan Bonex 1989 pero con la particularidad que sería voluntario y no compulsivo como aquél.
Esta posibilidad de alargamiento de los plazos hoy está inhibida por la presión extorsiva de los tenedores especulativos de Lebac y Pases, que exigen al BCRA más tasa para no irse al Dólar: la constante amenaza de pasar por el Escritorio para renovar los vencimientos o pasar por Caja para cobrarlos en efectivo.

El Banco elevó sus tasas de interés antes del último vencimiento mensual de Lebac (la subasta del día 15.5 pasado) llevándolas del 27.25 al 40 % anual pero con ello no frenó totalmente la salida de dólares – que siguen mermando las reservas internacionales – y fue forzando sucesivas intervenciones del propio BCRA y/o de Bancos Oficiales (con el BNA-Banco Nación Argentina a la cabeza)  para poder seguir sosteniendo el tipo de cambio a menos de 26 $/US$.
Este drenaje imparable de costos en divisas por salida de dólares y costos financieros en pesos por pago de altísimas tasas de interés llevó al BCRA a un punto crítico y ello explica el por qué del llamado desesperado del presidente Macri al FMI y al gobiernos de los Estados Unidos para que le habiliten de urgencia un salvataje del Banco y, a la vez, el sostenimiento artificial de su gobierno frente a la nueva crisis financiero-cambiaria en que la propia administración Macri – por sus errores y por su complicidad en el negociado de las Lebac, no por herencia recibida – se encuentra metido y sin capacidad de resolverla.

Es por eso que este mega-préstamo pedido al FMI no es para equilibrar las Cuentas Públicas – más allá de las economías presupuestarias recesivas de rigor que el Fondo exige en estos casos – sino para salvar de la quiebra técnica al BCRA.

LA PROPUESTA DEL FMI
Dada la incapacidad y la connivencia  del funcionariado macrista – y del propio presidente como Jefe de Gobierno – para manejar el problema de la crisis de endeudamiento cuasi-fiscal que esta administración ha generado, los acreedores financieros del Estado decidieron poner manos a la obra e impusieron la intervención directa del FMI sobre las Cuentas del Estado Argentino (siempre bajo la hipócrita expresión de que se trata de un supuesto “plan argentino” que el Fondo analiza y aprueba).
Un plan que cumpla la doble función de dar salida a la crisis por sobre-endeudamiento del BCRA y que permita al gobierno Macri llegar al fin de su mandato en 2019.
El encargado de haber dado a conocer estas pautas del FMI parece haber sido el Ministro de Finanzas, Luis Caputo:

a)    El Tesoro Nacional – con la ayuda del FMI - se iría haciendo cargo paulatinamente de cancelarle al BCRA las Letras Intransferibles que el Banco tiene en su poder como producto de la Política Kirchnerista de Pago sistemático de Deuda Externa con Terceros (Acreedores Privados y OMC) utilizando Reservas del BCRA (letras que hoy totalizan 67.100 MD).
b)    Estos pagos el Tesoro los efectuará en Pesos, no en dólares, que el BCRA utilizará para recomprar parte de sus pasivos en Lebac.
c)    El procedimiento significaría un canje indirecto de Lebac por Bonos del Tesoro, ya que el gobierno cancela las Letras Intransferibles con pesos, el Banco usa ese dinero para cancelar Lebac con los tenedores y la Tesorería repone – antes o después – los fondos usados apara pagarle al BCRA con la emisión de nuevos Títulos Públicos, es decir, colocando más Deuda.
d)    Paralelamente, el BCRA dejará de financiar con emisión monetaria a la Tesorería a través de sus Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional, que hoy suman 530.400 M$ (≡ 21.300 MD).
e)    El BCRA iría así reduciendo gran parte de su Activo y, como contrapartida, también bajaría su Pasivo – por Lebac, Leliq y Pases – se supone en la misma proporción.
f)     El Tesoro, carente de fondos propios como para rescatar las Letras Intransferibles en poder del BCRA, se fondearía para ello no sólo en la asistencia del FMI sino, sobre todo, con la colocación de nuevos Bonos Públicos, esto es, aumentando adicionalmente su Deuda Fiscal.

De esta manera – aunque gradualmente - se producirían tres cosas a la vez:
  1. El traspaso de la deuda cuasi-fiscal del BCRA en Lebac a nuevos títulos fiscales del Tesoro, a mayor plazo (alargamiento de los vencimientos).
  2. La descarga o “sinceramiento” financiero-contable del BCRA por eliminación gradual de las Letras Intransferibles en el Activo y del mega-stock de Lebac en el Pasivo.
  3. El aumento adicional de la Deuda Pública del Estado Central  no sólo por la colocación de nuevos Bonos para canje de las Lebac sino además por la nueva Deuda Externa contraída con el FMI.
El Presupuesto 2018 prevé un aumento de la Deuda Pública de 46.500 MD, a los que se sumarían ahora el monto extra-ordinario de Nueva Deuda por el préstamo Stand-by de 50.000 MD y otro monto, a determinar, derivado del traspaso de los pasivos de Lebac del BCRA, esto es, por el pasaje de la deuda cuasi-fiscal del Banco a deuda fiscal del Tesoro (ya que las Lebac no están registradas como tales).

Sin contar con las nuevas ayudas de los OMC, del BIS de Basilea y de los Bancos Privados.
Empero, como el crédito del Fondo es – por definición – un préstamo contingente, es decir, que se lo computa como Deuda a medida que se lo utiliza; y como el reemplazo indirecto de las Lebac por Bonos del Tesoro a mayor plazo es gradual, los resultados no estarían rápidamente a la vista.
Dicho con otras palabras: que la ayuda del FMI es para que el Estado Central se endeude dos veces: una, por los 50.000 MD del préstamo Stand-by con el Fondo; y otra, por los Bonos adicionales que emita para fondear el rescate indirecto de la Lebac.

Si el primer desembolso del FMI – previsto para el 20.6, por 15.000 MD (un 30 % del total acordado) – se destinase a recomponer, reforzar para la venta y/o garantizar las reservas del BCRA, puede suponerse que el resto del préstamo se utilice como crédito puente para cubrir el bache entre rescate de las Letras Intransferibles y colocación de nueva Deuda del Tesoro.
Pero esto último es hipotético dado que está sujeto al conocimiento de los términos del acuerdo con el Fondo, que hasta ahora se desconocen.[5]

CONCLUSIONES PRELIMINARES
Hablamos de conclusiones preliminares porque hasta el momento sólo se conoce el anuncio oficial de la conferencia de prensa Dujovne-Sturzenegger, puesto que el Acuerdo con el FMI todavía no está firmado y – gestiones secretas mediante (no negociaciones) – falta todavía esperar la letra chica del convenio que se suscriba.
Lo que estamos viendo sería algo tan claro como infantil: la idea de vender la imagen de que ahora el FMI es bueno, que nos ayuda y que el gobierno Macri presenta su plan argentino que el Fondo analiza y luego le aprueba. Y lo aprueba justamente porque da la casualidad que está perfectamente en línea con sus recomendaciones del Informe Cardarelli de Diciembre 2017.

Es la forma de salida en que el presidente Macri ha caído – en la mitad de su gestión – por culpa de su Política irracional de Gobernar con Deuda (sobre-endeudamiento del Tesoro y paralelo sobre-endeudamiento del BCRA), por su irresponsabilidad en el manejo de las Finanzas Públicas y por la ineptitud suya y de su funcionariado superior (bajo conflicto de intereses) en el manejo de las decisiones de gobierno.
Y así es como sigue aumentando la Deuda Pública de la Argentina.      




[1] Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente (B$-Billones de Pesos) y se expresan siempre con redondeo, razón por la que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
El signo (≡) - equivalente a - corresponde a la conversión entre pesos y dólares, al tipo de cambio mayorista de 24.9475 $/US$ tomado como paridad de referencia por el BCRA (al 31.5.2018).
[2] En realidad, el saldo de Pases – operaciones del BCRA a 1 y 7 días de plazo – que se toma para este cálculo de reservas propias debiera hacerse por el total de Pases Pasivos (préstamos de los Bancos al BCRA) – que suman 306.200 M$ (≡ 12.300 MD) - y no del saldo neto de 96.900 M$ (≡ 3.900 MD) que resulta de restarle  los 209.300 M$ (≡ 8.400 MD) de Pases Activos.
Y esto es así porque el BCRA respalda sus operaciones de Pases Activos (préstamos de cortísimo plazo a los Bancos) con Lebac, que son pasivos del propio Banco (!).
Por ende, el stock de los Pases Pasivos constituye en la práctica otra ventanilla paralela de endeudamiento en firme del BCRA pero que figura artificialmente compensada por operaciones en el Activo que tienen como respaldo Pasivos del propio Banco.
[3] Reservas Brutas al 31.5 de 50.100 MD menos 11.300 MD de Depósitos en Moneda Extranjera (Encajes Bancarios en  Dólares y otras monedas) menos 8.900 MD de Otros Pasivos (Swap con China) – un subtotal 20.200 MD – da un saldo primario de Reservas Propias de unos 30.000 MD (29.900) pero restándole los 52.600 MD de deuda conjunta por Lebac (48.700 MD) y Pases Pasivos netos (3.900 MD) pasa a ser negativo en 22.700 MD.
[4] El stock de Lebac al fin del gobierno Kirchner era de 346.300 M$ y hoy pasa 1.5 B$.
[5] Una alternativa simplista o simplificada – entre tantas otras - sería interpretar que el Acuerdo con el FMI podría actuar en la práctica como un megacanje encubierto o indirecto – como un préstamo puente en su conjunto – destinado a cubrir las concentraciones de vencimientos de los servicios de la Deuda del BCRA y del Tesoro  con nueva Deuda transitoria (con anatocismo o capitalización de intereses incluida) o bien adelantando fondos para que con los mismos se recompren las Letras Intransferibles en poder del BCRA (en dólares y/o en pesos) anticipando de esta manera las operaciones hasta que se coloquen nuevos bonos del gobierno para absorber el traspaso.
Pero, en cualquiera de los casos, el resultado es siempre un aumento del stock de la Deuda Pública.