viernes, 29 de abril de 2011

DOS TRABAJOS SOBRE LA DEUDA EXTERNA




LA DEUDA PÚBLICA NACIONAL DE LA ARGENTINA.


Por Lic. Héctor L. GIULIANO (16.4.2011).


Este trabajo es un intento de cuantificar la deuda pública del Estado Nacional precisando las cifras que fueron planteadas en otra nota anterior, también editada por El espejo de la Argentina (“Alerta amarilla sobre la deuda pública”, del 9.2.11).


LA DEUDA DEL ESTADO CENTRAL.

Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Economía la deuda del Estado Central al 31.12.10 es de unos 176.000 millones de dólares (MD).

Una gran parte de esta deuda – aproximadamente 77.000 MD - está contraída con el propio Sector Público: es la Deuda Intra-Estado (a la que nos referimos en el artículo titulado precisamente “Qué significa la Deuda Intra-Estado”, del 16.11.10, editado por El espejo en su número cero).

El hecho que un monto tan relevante de obligaciones estén tomadas con agencias del mismo Estado permite obviamente mayor libertad de acción y refinanciación permanente pero – como ya fue explicado en la nota de referencia – no libera al Tesoro, en el futuro, de sus obligaciones de cubrir el no des-financiamiento de los organismos oficiales prestamistas, como es el caso de los fondos adeudados a los jubilados a través de la ANSES o la devolución de reservas internacionales que son activos del Banco Central. Es decir, que tales deudas intra-Estado no son neutras para el Tesoro Nacional.

Pero volviendo al tema central del monto de la deuda pública, en valor absoluto e independientemente del tipo de acreedor, tenemos que dicha deuda suma un total de 176.000 MD.

Los importes se expresan aquí siempre con redondeo y conforme su equivalencia a dólares, aunque las obligaciones están contraídas en distintas monedas.

Actualmente, un 40 % de la deuda está en pesos y un 60 % en moneda extranjera.

Pero – y aquí viene lo importante - ésta no es toda ni la real deuda del gobierno central.

Aunque las registraciones de la deuda pública siguen el criterio contable de lo percibido, que refleja las obligaciones de pago ciertas a una fecha de corte determinada (en este caso, fin del año pasado) existen otras operaciones de deuda muy relevantes que también devengan obligaciones concretas, pese a que sus importes no pueden pre-establecerse con exactitud, pero que constituyen compromisos en firme y documentados.

A este tipo de obligaciones, que comprenden conceptos de deuda que son válidos y devengados a futuro aunque no mostrados en los datos oficiales, lo denominamos Deuda no Registrada.


LA DEUDA NO REGISTRADA.

Hay tres rubros fundamentales de deuda no registrada (derivados básicamente del mega-canje Kirchner-Lavagna de 2005) que están en cabeza del Estado Central:

1. Los intereses que se capitalizan por anatocismo, esto es, intereses devengados y no pagados que se suman al capital y generan nuevos intereses.

El Presupuesto 2011 prevé el pago de unos 9.000 MD de intereses de la Deuda Pública pero no informa cuánto es el importe que no se paga sino que se capitaliza durante el ejercicio, y que estaría en un mínimo de 1.300-1.500 MD/año, para el período 2011-2014, lo que da así un piso acumulativo de 5.000 a 6.000 MD.

2. La indexación de deuda en pesos ajustada por CER, cuyo monto equivale a 38.000 MD y que, actualizada por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) oficial del INDEC – que reconoce un 11 % de inflación anual para el 2010 – significa que esta deuda crece inercialmente unos 4.000 MD por año.

Suponiendo que dicha deuda indexada por CER (un índice que replica el IPC) se extinga en 5 años (la mitad de la vida promedio de la deuda total, que es de 11 años) y que se mantenga una tasa de inflación oficial anual del 10 %, esto significa que tal indexación llevaría el monto de este rubro de deuda a una cifra tentativa entre 20 y 24.000 MD en el quinquenio.

Nota: En realidad, si el ajuste por inflación oficial se mantuviera en el orden del 10 % anual y el tipo de cambio/dólar siguiera una devaluación de la mitad (5 %) – como previsto para el ejercicio 2011 – la cifra de 24.000 MD pudiera reducirse consecuentemente en su proyección. Pero ello depende de una combinación de variables que hoy es muy difícil predecir: gran diferencial contra el supuesto de vida promedio (20.500 MD vencen en el período 2033-2038 y no en 5 años), evolución de la deuda en pesos con CER, inflación oficial y devaluación del peso con respecto al dólar.

3. A partir del canje del 2005 la Argentina asumió el compromiso de pagos adicionales a los nuevos tenedores de bonos en función del crecimiento económico de nuestro país.

Se trata de las llamadas Unidades Ligadas al Crecimiento o Cupones PBI (UL PBI), que fijan un pago anual acumulativo por ejercicio cuando el país aumenta su producto bruto por encima del 3 % anual, cosa que ha venido ocurriendo con creces en los últimos años (salvo el 2009) y que se estima puede mantenerse a mediano y largo plazo.

Javier Llorens (*), de Córdoba, ha calculado que el monto total a pagar por este tipo de compromisos – a lo largo de toda su vigencia - sumaria unos 38.000 MD, de los que 6.000 ya se habrían pagado (incluyendo los 2.500 previsto girar a fin de este año) y restan por pagar en el futuro 32.000 MD.

Oficialmente son Deuda Contingente porque no se conoce a priori su importe exacto pero se trata de obligaciones en firme que pueden ser estimadas.

El gobierno pudiera “liberarse” de esta servidumbre de pagos anuales pero para ello tendría que comprar los cupones PBI a valor de mercado (que hoy tienen una cotización en bolsa creciente), lo que supondría un gasto al contado no menor de 11 ó 12.000 MD; si bien el Ministerio de Economía no ha planteado hasta ahora tal variante.

Todo esto quiere decir que, sumando los tres rubros de Deuda no Registrada – en sus estimaciones de mínima – el monto de la misma sería del orden de unos 57.000 MD (5.000 + 20.000 + 32.000).

Lo que significa que la Deuda Total real del Estado Central no es la de los 176.000 MD oficial sino de unos 233.000 MD.


LA DEUDA PÚBLICA NACIONAL.

El Estado Central no es el único ente oficial que tiene deuda pública. Por eso es necesario determinar también cuanto es la deuda de la Nación Argentina en su conjunto.

La idea de deuda pública nacional apunta precisamente a cuantificar cuánto es esto que el país realmente debe – a nivel de entidades oficiales – cualquiera sea la ventanilla de endeudamiento que se utilice ya que, en definitiva, todos esos rubros son sumables, esto es, pesan como carga financiera sobre el Estado y el pueblo de la Nación.

Para tener así una idea de lo que estaría debiendo actualmente en total la Nación Argentina deben sumarse a la del gobierno central - además de las propias y completas - las obligaciones contraídas por todos los órganos y niveles del Estado, que son esencialmente los siguientes:

a) La deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) por letras y notas (LEBAC/NOBAC), que son colocadas para esterilizar el dinero emitido para comprar dólares que se utilizan para pagar deuda externa con reservas internacionales; y que hoy suman unos 25.000 MD.

b) La deuda consolidada de todas las provincias – incluyendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – cuya última información oficial (al 30.6.10, después de la quita y el pago con fondos de la Coparticipación de Impuestos) era de 96.200 millones de pesos, equivalente a unos 25.000 MD (porque a esa fecha el tipo de cambio estaba en 3.93 $/US$).

Como una parte relevante de esta deuda de las provincias está contraída con la Nación y respaldada con títulos BOGAR, por casi 10.000 MD (9.800), corresponde descontar dicha cifra para no tomarla dos veces, con lo que la deuda neta de las provincias quedaría así en el orden de los 15.000 MD.

c) La deuda pública de los municipios del país, que es un misterio: no se publican informaciones oficiales al respecto pese a que tales datos obviamente existen y se llevan monitoreados a nivel nacional y provincial.

d) Lo mismo ocurre con la deuda pública de los entes nacionales: Organismos Oficiales, Empresas del Estado y Fondos Fiduciarios o Fideicomisos Públicos.

Este rubro de endeudamiento es particularmente importante dado que el Estado Central garantiza – lo mismo que la gran mayoría de la deuda de las provincias – el cumplimiento de sus obligaciones; pero su monto se desconoce.

Baste decir que para este año – según Presupuesto 2011 – está previsto que el gobierno nacional emita avales dentro de este rubro por un total de 18.000 MD (se aclara: millones de dólares, no pesos), que corresponden a préstamos a tomar en su mayor parte para la realización de obras públicas e infraestructura.

Lo que da una idea de las magnitudes de deuda que se manejan por esta vía.

Hasta aquí los principales rubros de deuda pública que, junto con la del Estado Central, completan lo que denominamos Deuda Pública Nacional o Deuda de la Nación Argentina en su conjunto, y que totaliza entonces realmente entre 273.000 MD (producto de la deuda del gobierno central incluyendo la deuda no registrada – 233.000 MD – más los 40.000 MD de deuda conocida de las provincias y BCRA) y 293.000 MD (si a los 273 mil se le agrega una suma tentativa de 20.000 MD más por las deudas de entes nacionales y municipios, actuales y próximas a contraer).

Comparadas estas cifras con el Producto Bruto – estimable hoy en unos 350.000 MD – la relación Deuda/PBI estaría así en el orden del 80 %.

Cabe aclarar, por último, que aquí no están computadas las deudas contingentes por juicios contra el Estado con sentencia en firme ni los montos de reclamos por causas en curso (en su mayoría: locales por juicios jubilatorios y externas por denuncias ante el CIADI); y tampoco se toma en cuenta la Deuda Flotante o Exigible, que tiende a ser cada vez más relevante.


CONCLUSIÓN.

Como resultado de todo lo aquí sucintamente explicado se puede dejar planteado lo siguiente:

1. La deuda pública real del Estado Central es mucho mayor que la deuda oficial mostrada por el Gobierno.

2. La deuda pública de la Nación Argentina en su conjunto – Estado Central, Provincias, Municipios, BCRA y Entes Nacionales – se encuentra en altísimos niveles de alerta financiera pese a que el gobierno (con la complicidad de la clase dirigente institucional y de los medios de información) omite informar sobre los montos concretos de dichos segmentos de obligaciones.

3. En este contexto – y con los datos presupuestarios en la mano (que preanuncian un aumento neto de la deuda pública del Estado Central de 9.400 MD, más los avales citados) - la llamada Política de Desendeudamiento Público es una mentira.

Ante la eventualidad que algunos de los datos estimados en este trabajo puedan estar equivocados es obvio que sería conveniente que las autoridades dieran a conocer las cifras disponibles y supuestamente correctas; porque se habla mucho de la manipulación de cifras del INDEC pero nadie habla de la manipulación – tanto o más grave – de la deuda pública de la Argentina.-


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 16.4.2011.


(*) “Al César lo que es del César, o las formas proteicas de la deuda”, de Javier Llorens (Diciembre de 2010).


[Se publica sin cuadro anexo]

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ALERTA AMARILLA SOBRE LA DEUDA PÚBLICA.

Por Héctor GIULIANO (9.2.11).

Mientras el gobierno Kirchner sostiene que se está des-endeudando las deudas del Estado siguen aumentando, los pagos por capital e intereses se incrementan y el objetivo declarado de todas las negociaciones en curso es volver al mercado internacional de capitales para tomar más deuda.

Un falso desendeudamiento.

La palabra desendeudamiento es un eufemismo que se utiliza para decir pagar, porque tal es la acción concreta de las autoridades y porque el stock de la deuda pública no baja sino que cambia su composición y sólo desacelera -en parte y transitoriamente- su ritmo de crecimiento.

El gobierno está realizando pagos a organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, BID y antes FMI) y también está efectuando fuertes pagos a determinados acreedores privados, empleando para ello activos financieros extra-ordinarios y/o auxiliares del Estado: reservas internacionales del Banco Central (BCRA), adelantos transitorios al Tesoro, utilidades del Banco y de la ANSES, recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Previsional que administra la ANSES, recursos de la coparticipación de impuestos tomados del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y préstamos de diversos entes u organismos nacionales (Banco Nación Argentina, Fondos Fiduciarios, AFIP, Lotería, PAMI, etc.).

Este cambio en la estructura de la deuda por tipo de acreedor significa que una gran parte de las deudas con terceros se está pagando a costa de aumentar la deuda intra-Estado, que llegaría hoy a casi la mitad de la deuda performing o normalizada de la Administración Central.

De hecho, el objetivo es pagar. Empero, pese a los pagos extra-ordinarios citados y a las reducciones de monto obtenidas en los canjes de bonos públicos realizados, el stock de deuda oficial no sólo se mantiene creciente sino que, en lo concreto, el presupuesto 2011 prevé un incremento neto de la deuda de 9.400 millones de dólares (MD) durante el ejercicio (producto de cancelaciones por 27.400 MD contra toma de nueva deuda por 36.800).

Y ello, considerado sobre un stock de deuda pública tan cuestionable como incompleto.

El tema es que estas informaciones no reflejan el real cuadro de situación del endeudamiento argentino: a) porque se omite el peso de la deuda no registrada, b) porque se muestran indicadores equívocos, y c) porque las cifras no abarcan la totalidad de la deuda pública argentina.

La deuda no registrada.

La última información oficial disponible – al 30.9.10 – dice que la deuda del Estado Central es de unos 161.000 MD, pero a ello hay que sumar otros 11.000 MD de deuda no ingresada a los canjes de 2005 y 2010 (holdouts); con lo que el total final es 172.000 MD.

Pero aquí no están contemplados tres rubros relevantes de pasivos ciertos:

1. Los intereses que se capitalizan por anatocismo, es decir, intereses devengados que no se pagan y se suman al capital para devengar nuevos intereses; que estarían entre un mínimo de 1.500 MD anuales y un máximo de 3.000.

2. La indexación por CER de la deuda en pesos ajustada por la inflación oficial, que actualmente daría un aumento inercial superior a los 4.000 MD por año (11 % sobre 37.600 MD).

3. La pesada carga financiera que, con ritmo acumulativo, significan los pagos anuales por cupones ligados al PBI, que para este año son unos 2.200 MD o más.

Estas Unidades Ligadas al Producto (UL PBI) fueron emitidas con el megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 sobre la base de un valor nocional o de referencia de 78.600 MD y de acuerdo con un mecanismo propuesto por el asesor del FMI Eduardo Borensztein, contratado al efecto.

Según Javier Llorens, el costo total de estos instrumentos financieros alcanzaría unos 38.000 MD a lo largo de toda su vida útil, de los que 6.000 MD ya pagados (incluyendo los comprometidos del corriente año) y 32.000 MD restan pagar.

Estos tres rubros no figuran en las estimaciones oficiales de la Deuda Pública.

El índice Deuda/Producto.

El gobierno dice estar desendeudándose porque paga parcialmente deuda externa a organismos internacionales y acreedores privados, aunque lo hace con recursos extraordinarios y transfiriendo deudas crecientes al propio Estado (deudas que no tienen capacidad de pago demostrada).

Para ello soslaya el problema de la deuda no registrada y esgrime como argumento no la reducción del monto en valor absoluto de la deuda sino en porcentaje del Producto Bruto (PBI).

Este índice Deuda/Producto, sin embargo, es discutible porque no refleja debidamente la capacidad de repago y porque toma en cuenta sólo la deuda de la Administración Central y no de la deuda nacional en su conjunto.

Una de las fallas importantes en el manejo de la información de la deuda argentina reside justamente en acotar el problema al Estado Central separándolo de la totalidad de las jurisdicciones públicas del país, como si el stock de la deuda no pesara en forma consolidada sobre las finanzas de la Nación.

Estrictamente hablando no es válido hablar de un índice Deuda/PBI – manipulado o no – circunscribiéndolo a comparar la deuda del Gobierno Nacional contra el PBI de todo el país, es decir, omitiendo computar la deuda de provincias, municipios, empresas del Estado, fondos fiduciarios y entes u organismos públicos en general, deuda cuasi-fiscal del BCRA y deuda contingente por juicios contra el Estado con sentencia en firme: no es consistente comparar la deuda sólo del Estado Central -es decir, con un numerador más chico del índice- contra el PBI de todo el país.

La cuestión de la Deuda Nacional.

Los números totales de la deuda se presentan muy diferentes cuando tomamos las cifras completas:

1. La deuda del Estado Central es oficialmente de 172.000 MD pero aquí –como dijimos- está omitida la deuda no registrada: entre 1.000 y 3.000 MD anuales por capitalización de intereses, 4.000 MD anuales por indexación de deuda por inflación y una deuda contingente atada al PBI del orden de los 32.000 MD.

Para este ejercicio se prevé un aumento neto de la deuda de 9.400 MD y además el presupuesto de este año autoriza por anticipado la contracción de más deuda pública en los ejercicios venideros: 7.640 MD en 2012, 5.700 MD en 2013 y 4.700 MD en 2014. Sin contar la deuda nueva que se piense tomar en los mercados internacionales después de los arreglos con los holdouts y el Club de París.

2. La deuda consolidada de las provincias – al 31.12.09 – es de 105.000 millones de pesos (M$), equivalentes a más de 27.000 MD. Con la reducción relativa producida después, a raíz del pago parcial de deuda con fondos de la coparticipación, este stock estaría actualmente en los 100.000 M$ (25.000 MD), de los que más de la mitad se deben al Estado Nacional. La tendencia al endeudamiento es creciente dado la toma de deuda externa que se viene dando por parte de varias provincias (Buenos Aires, Córdoba, Chubut y CABA). Siendo que el Estado Nacional es garante de estas deudas provinciales (contra descuento de la coparticipación federal de impuestos).

3. La deuda consolidada de los municipios del país es un misterio: no existen datos oficiales ni estimados, pese a que varias grandes ciudades tendrían problemas de este tipo.

4. La deuda consolidada de empresas del Estado, fondos fiduciarios y entes u organismos nacionales es otro dato tan importante como desconocido en materia de endeudamiento; y aquí las cifras estarían aumentando en forma vertiginosa. Un dato significativo: en el presupuesto 2011 -aparte del aumento de deuda propia citado de 9.400 MD para el Estado Central- se prevé además el otorgamiento de avales del Gobierno Nacional por más de 18.000 MD para empresas y organismos del Estado: esto es, nuevos préstamos para entes públicos garantizados por el Gobierno Central.

5. El Banco Central constituye hoy una ventanilla lateral del endeudamiento público argentino.

El BCRA tiene fuertes pasivos vinculados a la deuda a través del stock de letras/notas usadas para esterilizar los pesos que se emiten para comprar divisas, de modo tal que así – en forma indirecta – los dólares de las reservas internacionales se compran con deuda. Con el agravante que parte de esos dólares luego se prestan a la Tesorería para pagar deuda externa. El Tesoro paga entonces al acreedor extranjero, le coloca en compensación una letra al BCRA a 10 años de plazo y el banco se queda con la deuda de las Lebac/Nobac usadas para comprar las divisas (por las que paga un 13 % de interés).

El gran aumento de la deuda intra-Estado del Gobierno con el BCRA para pagar deuda pública de terceros está bajando la calidad de los activos del banco, porque la Administración Central no tiene demostrada su capacidad de repago por las obligaciones que contrae.

6. Por último, queda considerar el agujero negro de la deuda contingente por juicios contra el Estado con sentencia en firme, la gran mayoría de los cuales proviene de causas jubilatorias y también, en el orden externo, de fallos de tribunales extranjeros a favor de fondos buitre y/o de empresas que demandaron a la Argentina ante el CIADI; siendo cualquier cuantificación de estas cifras muy hipotética.

En todos los casos, cabe agregar que estos importes de deuda pública consolidada no incluyen deuda flotante o exigible.

El fantasma de Grecia.

La reciente crisis de deuda en Grecia – analogía directa con el caso argentino – se produce cuando, después de la transición política electoral, el nuevo presidente Papandreu no puede sostener más las mentiras de la deuda pública arrastradas del gobierno Karamanlis.

Algo equivalente a lo que fue el ocultamiento de la crisis de deuda de la Argentina durante la Convertibilidad.

Las falsedades griegas tocaban esencialmente a tres puntos clave: 1. El ocultamiento del verdadero monto y gravedad de la deuda externa del país, 2. El enmascaramiento y falsedad del estado de situación fiscal financiado con deuda, que debía delatar la falta de capacidad de repago de la misma (déficit presupuestario real), y 3. La complicidad de gobierno, acreedores, bancos-agente, agencias calificadoras de riesgo y organismos multilaterales de crédito, en estas acciones irregulares o directamente delictivas.

Todos operaban, seguían y/o monitoreaban la situación pero cuando sobrevino la crisis se hicieron los desentendidos y apoyaron el nuevo macro-endeudamiento griego bajo severo plan de ajuste fiscal; y lo hicieron para salir de una crisis de deuda con más endeudamiento: más préstamos al país para que éste pueda pagarle así a sus acreedores.

Todas las crisis de deuda contemporáneas siguen invariablemente el mismo patrón: los gobiernos sostienen sus finanzas públicas en función de un mecanismo de re-endeudamiento perpetuo, ocultando las informaciones clave o de base que delatan las debilidades insalvables del sistema.

Mientras tanto el núcleo duro del problema de la deuda, que es la toma de obligaciones sin capacidad de repago, la ilegitimidad de origen de las acreencias y el mecanismo de corrupción que retroalimenta permanentemente el sistema de la Deuda, sigue madurando.

Este mecanismo puede prolongarse en el tiempo en la medida que los gobiernos de turno se mantengan dentro de este peligroso esquema de deuda perpetua.


Lic. Héctor L.GIULIANO
Buenos Aires, 9.2.2011