Por Alfredo Gutiérrez
El oficialismo en el Senado logró frenar una embestida opositora por el polémico tema de las obras sociales: la oposición pretendía que los críticos informes de la Auditoría General de la Nación (AGN) del año 2005 fueran enviados como antecedentes a la causa judicial por la mafia de los medicamentos que mantiene procesados o presos a varios sindicalistas. Pero desde el Frente para la Victoria consiguieron -por 46 a 15 votos - que los informes solo sean remitidos al Poder Ejecutivo “para que informe sobre las medidas adoptadas” para corregir el problema.
El informe de la Auditoría, que puso la lupa sobre la Administración de Programas Especiales (APE) del Ministerio de Salud, no es nuevo: es del período 2002-2005, pero recién fue tratado ahora en el Senado. Y observó d ecenas de irregularidades, sobreprecios y falta de control con los subsidios y reintegros a las obras sociales sindicales.
La APE maneja unos $ 1.000 millones al año para subsidiar a las obras sociales en tratamientos de alta complejidad. La AGN detectó por ejemplo que en la campaña antigripal de 2004 la APE entregó subsidios a seis obras sociales por $ 25 cada dosis, mientras que el resto de las prestadoras pactó con el PAMI $ 12 la misma vacuna. En cuanto a prestaciones de alta complejidad, en el 2000 los gastronómicos recibieron 1,3 millón, pero sólo rindieron cuentas por 550.000, al gremio de Sanidad le transformaron en “reintegros” transferencias no rendidas por 240.000 pesos y los ferroviarios de José Pedraza recibieron 423.284. Según el radical Gerardo Morales, el informe muestra “mecanismos defraudatorios, troqueles truchos o fotocopiados, expedientes archivados que son reflotados para volver a rendirse, y compraventa de troqueles”, entre otras irregularidades. “Es una matriz que permite comprender por qué hay tanta corrupción ”, dijo. Desde el oficialismo, Nicolás Fernández apuntó que los informes eran “viejos, sobre cosas que sucedían hace 5 o 6 años” y que ya fueron “corregidas”. Según él, en el descargo de la APE muestra que las observaciones se corrigieron. Miguel Pichetto bramó: “No consideramos a priori que los sindicalistas sean corruptos en el manejo de los fondos”. Clarín, 14-4-11