Jorge Augusto Cardoso
La presidente
Cristina Kirchner encabezó un homenaje a Envar El Kadri, al cumplirse 14 años
del fallecimiento de quien fuera el fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas
(FAP). La Jefa de Estado destacó su figura y afirmó sentir que su gestión
interpreta a “tantos hombres y mujeres que entregaron su vida por la felicidad
del pueblo, por la grandeza de una nación”.
En otras palabras, la
Presidente ha rendido homenaje a quien optara por pasar a la clandestinidad
formando unas fuerzas armadas paralelas a las de la Nación, contrariando claros
preceptos de la Constitución Nacional que monopoliza el uso de la fuerza en el
Estado.
Entre las muchas
acciones que realizaron esas fuerzas armadas, que según expresa la presidente
fue por la felicidad del pueblo, fue el asesinato del dirigente sindical
Kloosterman, secretario general del gremio de trabajadores mecánicos
(SMATA-CGT), hecho realizado el 22 de mayo de 1973 al momento de sacar su auto
de su casa de calle 51 Nº 1617, ciudad de La Plata. Allí vivía con su esposa,
hijos y su padre. Su esposa, que se encontraba en la puerta de su domicilio,
fue testigo del asesinato.
El Kadri fue detenido
y puesto a disposición de la Cámara Federal en lo Penal de la Nación a partir
del año 1971, año en que fue creada para dar respuesta al flagelo terrorista
guerrillero. Fue liberado en 1973 por la Ley de Amnistía que dictó Cámpora en
el día de su asunción. Ese mismo día dictó la disolución de la cámara
mencionada, privando al estado de un instrumento idóneo y eficaz para entender
en estos aberrantes delitos.
Significativamente,
El Kadri, en el exterior, se dedicó a la defensa de los derechos humanos, pero
no de “todos” los humanos, pues nada hizo en arrepentimiento o en reparación a
la familia del sindicalista asesinado por el instrumento armado creado por él y
por otros crímenes aberrantes cometidos.
Falleció de un
infarto en Jujuy, el 19 de julio de 1998. Nada parecería hacer suponer que su
muerte se produjo como consecuencia de un acto heroico que justificaría la
expresión de la presidente: “por la felicidad del pueblo, por la grandeza de
una nación”.
A la luz de lo
expuesto, ¿no habría incurrido Cristina Kirchner en alguna forma de apología de
la violencia y en la justificación de hechos que vulneran las leyes?
Informador Público,
26-8-12