para la Pan-Amazonia en 2019
Msia Informa, 14 de septiembre de 2018
En
octubre de 2017 el Papa Francisco anunció la convocatoria al Sínodo de Obispos
para la Asamblea Especial para la Pan-Amazonia, a realizarse en Roma en 2019
En la visita pastoral a Perú en enero de 2018 en
Puerto Maldonado, el Pontífice reiteró la importancia del acontecimiento
explicando: “el objetivo principal de esta convocatoria es identificar nuevos
caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, en
especial de los indígenas, frecuentemente olvidados y sin perspectivas de un
futuro tranquilo, también a causa de la crisis de la selva amazónica, pulmón de
capital importancia para nuestro planeta.”
Tal Sínodo fue una propuesta de un grupo de obispos
brasileños que trabajan en la región amazónica, y evidentemente concurrirán los
obispos que comprende la referida región: de Perú, Ecuador, Colombia, Surinam,
Venezuela y la Guyana Francesa, como territorio de ultramar, otros obispos
invitados de México, Argentina y Paraguay.
Sin dejar de reconocer la existencia de los problemas
reales de la región amazónica, el Documento Preparatorio del Sínodo se desvía
claramente de cualquier legítima preocupación pastoral, para inmiscuirse en
problemas que se refieren a la soberanía de los estados, al suponer la
existencia de “naciones indígenas”, lo que lo convierte en un repetidor del
concepto de “econacionalismo.” Además en la parte científica, ignora las
evidencias científicas disponibles que refutan las tesis mentirosas de la
naturaleza del calentamiento global y otras.
El documento endosa abiertamente las tesis de las
organizaciones brasileñas patrocinadas directamente por el Consejo Mundial de
Iglesias (CMI), en especial del Instituto Socioambiental (ISA), el Consejo
Indigenista Misionero (CIMI) y de una pléyade de organizaciones no
gubernamentales (ONG) contrarias a cualquier forma de progreso de la región,
incluyendo el de la población indígena que son sus principales víctimas -red
vinculada a altos intereses económicos y políticos de las potencias
industrializadas de América del Norte y de Europa Occidental.
En relación con el Documento preparatorio, destacamos
algunos incisos:
2) En la selva amazónica, que es de vital importancia
para el planeta Tierra, se desencadenó una profunda crisis, debido a una
prolongada intervención humana en la que predomina la “cultura del descarte”
(LS 16) y la mentalidad extractiva. La cuenca del Amazonas, una región con rica
biodiversidad, es multiétnica, pluricultural y plurirreligiosa, un espejo de
toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y
personales de todos los seres humanos, de los estados y de la Iglesia.
3) Las reflexiones del Sínodo Especial superan el
ámbito estrictamente eclesiástico amazónico por corresponderse a la Iglesia
universal y al futuro de todo el planeta. Partimos de un territorio específico,
de cual se quiere hacer un puente para otros biomas esenciales de nuestro
mundo: Cuenca Fluvial del Congo, corredor biológico mesoamericano, selvas
tropicales de Asia Pacífico y el Acuífero Guaraní, entre otros.
17) En los nueve países que componen la Pan-Amazonia,
se registra una presencia aproximada de tres millones de indígenas, constituida
por cerca de 390 pueblos y nacionalidades diferentes. Viven en ese territorio
también, según datos de instituciones especializadas de la Iglesia (por ejemplo
el Consejo Indigenista Misionero de Brasil/CIMI) y otras, entre 110 y 130
“pueblos libres,” o “pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario.”
Además, en los últimos tiempos, surge una nueva situación, constituida por los
indígenas que viven en el tejido urbano; algunos reconocidos como tales, y
otros que desaparecen en ese contexto y, por ello, son llamados “invisibles”.
Cada uno de eso pueblos representa una identidad cultural particular, una
riqueza histórica y un modo propio de ver el mundo y de relacionarse con este,
a partir de su cosmovisión y territorialidad específicas.
En el documento preparatorio se percibe que la
orientación general de los redactores está profundamente influenciado por una
ideología misantrópica y, en consecuencia, contra el progreso, política que ha
orientado los programas públicos en los campos ambiental e indigenista, tanto
en Brasil como en países con los que comparte el bioma Amazonia.
Existe claramente el riesgo de que el sínodo resulte
en la aprobación del Vaticano de toda la política ambiental-indigenista que ha
provocado el vacío de soberanía en la región amazónica, incluida ahí la promoción
del aclamado Corredor AAA (Andes-Amazonia-Atlántico), propuesto por la
Fundación Gaia Amazonas y oficialmente endosado por el gobierno de Colombia, el
cual, de llevarse a cabo, podría poner nuevos obstáculos a los ya de por sí
numerosos que se han puesto al progreso de esa región.
Por ello es fundamental una movilización sin
precedentes en la defensa del progreso y de la soberanía brasileña sobre la
Región Amazónica, hasta ahora ignorada por los órganos públicos nacionales,
sometidos de forma acrítica y pasiva a las presiones geopolíticas
internacionales y, como en el caso de las entidades encargadas de la política
indígena (FUNAI) y la encargada del medio ambiente (Ibama), convertidos en
auténticos enclaves neocoloniales dentro de las estructuras del Estado.