martes, 6 de agosto de 2013

LOS SIDERALES MONTOS EN JUEGO QUE SE ESCONDEN EN VACA MUERTA


¡El pueblo quiere saber de qué se trata!


Javier Llorens y Mario Cafiero (Ingeniero Industrial - Diputado MC)

[Este trabajo se publica sin gráficos]


Introducción

La Presidenta dijo que el yacimiento de petróleo no Convencional de Vaca Muerta debería llamarse Vaca Viva. Y tiene doblemente  razón. No solo porque la Vaca parece demasiado viva, sino porque además surgen notables evidencias que hay algunos vivos –los  mismos de siempre- que la quieren tener atada para llevársela puesta. Razón por la que ni YPF ni el gobierno brindan detalle alguno respecto la ecuación económica en la que se basa el convenio firmado recientemente con Chevron. Que solo unos pocos argentinos contados con los dedos de la mano conocen en detalle.

Quienes apoyan el convenio, dicen que en él no hay pérdida alguna de soberanía. Y al mismo tiempo contradiciéndose flagrantemente, dicen que por razones de confidencialidad y en cumplimiento de las reglas de la SEC (Securities and Exchange Commission) norteamericana, el contrato no se puede dar a conocer a los argentinos. Vulnerando así el principio básico de la democracia de la publicidad de los actos de gobierno, establecido desde nuestros orígenes bajo la advocación ¡El pueblo quiere saber de qué se trata!

Así no solo se ha prorrogado la jurisdicción a favor de tribunales franceses y estadounidenses, como ha trascendido, sino también a favor de una mera comisión dependiente del gobierno de Estados Unidos.

¿Pero es solo el cumplimiento de las supuestas normas de confidencialidad de un soberano extranjero, por la que el contrato no se da a conocer a los argentinos? ¿O es solo una excusa  para evitar dar a conocer la letra chica y pormenores de un convenio enormemente ruinoso para el país?

Lamentablemente, si uno tira algunos números en base a la dispersa información disponible, el interrogante acertado parece ser este último. Tal como se desprende de las dos planillas anexas, cuyos áridos números nos brindan datos a cual más elocuentes para decirnos que se trataría de un descomunal negociado, que le reportará enormes ganancias a Chevron. Que además heriría de muerte a la competitividad de la economía argentina, por los altísimos precios que tendrá la energía, que es uno de los principales insumos de una economía moderna.

Análisis de la rentabilidad en base a los datos de YPF

De acuerdo a las cifras publicadas en el portal de YPF, en los 12.450 km2 de extensión de su concesión en Vaca Muerta, existen recursos técnicamente recuperables de 25.000 millones de barriles de petróleo, y 240 trillones de pies cúbicos de gas natural.

http://www.ypf.com/EnergiaYPF/Paginas/vaca-muerta.html

Valuados a precios de mercado, como se puede  ver en la Planilla I, estos recursos ascenderían a la suma de nada menos 4,38 billones de dólares en términos europeos. O sea  4,3 Millones de millones de dólares (u$s 4.381.042.006.856), equivalentes a 10 veces el PBI argentino actual.

O sea que cada argentino tendría 109.526 dólares de patrimonio enterrado en el subsuelo neuquino que detenta YPF en Vaca Muerta. Y que de cada km2 del mismo  sería posible extraer 352 millones de dólares de gas y petróleo no convencional (u$s 351.890.924).

Si se extrapolan estos datos a toda la superficie de Vaca Muerta, que según YPF se extiende a 30.000 Km2, existirían en ella recursos recuperables por 10,6 billones de  dólares. O sea 10,6 millones de millones de dólares (u$s 10.556.727.000.000) equivalente a 24 veces el actual PBI argentino. Y por ende cada argentino tendría un  patrimonio enterrado en el subsuelo de Vaca Muerta de u$s 263.000.

YPF firmó un acuerdo inicial con Chevron para explotar solo 20 km2, lo que representaría un ingreso bruto de u$s 7.037 millones, a cambio de una inversión por parte de Chevron de u$s 1.146 millones, o sea un 16,3 % de dicho ingreso. Lo que arroja un margen bruto de u$s 5.891 millones de los cuales la mitad, u$s 2.495 millones irían a parar al bolsillo de Chevron, obteniendo así una rentabilidad bruta del 257 % sobre lo invertido.

Si el análisis se entiende a los 593 km2 cuadrados finales que prevé el convenio, correspondiente al área situada en Añelo, a la vera del Rio Neuquén, que la Presidenta denominó “General Mosconi”, según el decreto 1208 del Gobierno de Neuquén, se van a invertir en ella u$ 16.506 millones de dólares en un concesión que se prorroga hasta el año 2048, de los cuales el 50 %, u$s 8.253 millones corresponderían a Chevron.

La cual depararía ingresos brutos por u$s 139.996 millones, representando la inversión de Chevron un 5,9 % de este monto. Que a su vez arrojaría un margen bruto de u$s 122.490 millones, de los cuales el 50 % u$s 61.245 millones irían a parar al bolsillo de Chevron, obteniendo así una rentabilidad bruta del 742 % sobre lo invertido. Pero estos resultados más que preocupantes en relación al inusitado regalo de los recursos naturales que se habría hecho a favor de Chevron, están muy lejos de acabar allí.

Análisis de la rentabilidad en base a los datos de Reuters y AIE

De acuerdo a sendas notas publicadas por Ámbito Financiero (“YPF trabajará en Vaca Muerta un campo con 316.000 M de barriles de petróleo”, 24-7-13; “YPF II: las apuestas sobre Vaca Muerta”, 25-7-13) basadas en un cable de la agencia REUTERS fundamentado en información interna proveniente de YPF, en Vaca Muerta existirían recursos de hidrocarburos no convencionales, por 661.000 millones de barriles de petróleo, y 1.181 trillones de pies cúbicos de gas natural, concentrados en un área de 740 mil hectáreas, o sea 7.400 km2, de los cuales 3.000 km2 corresponderían a YPF.

http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=698961 http://www.ambito.com/noticia.asp?id=698892 )

Esas notas también informan que la tasa de recuperación del petróleo que estima YPF es del 10 %. O sea que los recursos recuperables allí existentes treparían a u$s 66.100 millones de barriles. Respecto la recuperación del gas natural dice que YPF no brinda datos, pero por su parte la AIE (Agencia Internacional de Energía) estima que en Vaca Muerta habría recursos recuperables de gas natural equivalentes a 700 trillones de pies cúbicos, que representaría 300 años del actual consumo argentino.

Valuados a precios de mercado, como se puede ver en la Planilla II;  esos recursos ascenderían a la sideral suma de  12,1 billones de dólares. O sea 12,1 millones de millones de dólares (u$s 12.115.202.500.000). Equivalente a 28 veces el actual PBI argentino.

Según esa información publicada por Ambito, cada argentino tendría u$s 302.880 dólares de patrimonio enterrado en el subsuelo neuquino. Y conforme la extensión de la formación Vaca Muerta consignada por Reuters y Ambito, de cada km2 sería posible extraer 1.637 millones de dólares de gas y petróleo no convencional (u$s 1.637.189.527).

Como se ve, los resultados totales de Vaca Muerta que surgen de la extrapolación de los datos de YPF, solo difieren en un 15 % respecto a los datos que informa Ambito y Reuters. Siendo la diferencia sustancial entre ambos la superficie donde se encontrarían esos recursos, que YPF la extiende a 30 mil Km2, y Ambito - Reuters la acotan a 7.400 Km2.

En base a los datos de Ambito – Reuters consignados, el acuerdo inicial con Chevron, que contempla la explotación de 20 Km2, arrojaría los siguientes resultados. Su ingreso bruto treparía a u$s 32.743 millones, por lo cual la inversión de Chevron de u$s 1.146 millones solo representaría el 3,5 % de ese monto. Su  margen bruto treparía a su vez a u$s 31.597 millones, del cual correspondería un 50 % a Chevron, o sea u$s 15.798 millones. Que obtendría así una rentabilidad bruta del 1.379 % sobre lo invertido.

Con respecto al objetivo final de explotar 395 Km2, el ingreso bruto treparía a los u$s 646.689 millones, con lo cual la inversión neta de Chevron de u$s 8.253 millones solo representaría un 1,28 % de dicho monto. El margen bruto treparía a  u$s 630.183 millones, del cual el 50 %, u$s 315.091 millones correspondería a Chevron, obteniendo así una rentabilidad bruta de 3.868 % de lo invertido.

Las lamentables sospechas que inspira el CEO de YPF Miguel Gallucio

Al analizar estos fabulosos números, ante los cuales el rey Creso famoso por su riqueza  parece un pordiosero, surge la vehemente sospecha si el CEO de YPF Miguel Gallucio, ex ejecutivo de la multinacional prestadora de servicios petroleros Schulemberger, que fue importado por el actual gobierno desde Inglaterra tras la reestatización parcial de YPF a principios del años pasado, está al servicio de los  intereses de YPF y el país. O de Chevron y las grandes petroleras extranjeras.

La sospecha se agiganta si uno coteja quienes son los accionistas principales de ambas compañías. Encontrándose, conforme se puede ver en la Planilla III adjunta, que son casi los mismos para ambas compañías. Revelando así una comunidad de intereses que pone en tela de juicio la compatibilidad de Gallucio, ex alto ejecutivo de Schulemberger, para intervenir en este descomunal negocio.

De la tabla surge que  los accionistas comunes de ambas compañías detentan un valor accionario de u$s 91.048 millones. Que equivale al 82 % del valor accionario de los principales accionistas de ambas compañías, que trepa a u$s 111.134 millones. En el caso de Chevron, con accionistas comunes con Schulemberger por un valor accionario de u$s 63.248 millones, ello representa el 83 % de los principales accionistas de Chevron, cuyo valor accionario trepa a u$s 75.834.

A su vez en el caso de Schulemberger, con accionistas comunes con Chevron por un valor accionario de u$s 27.800 millones, ello representa el 79 % de los principales accionistas de Schulemberger, cuyo valor accionario trepa a u$s 35.299 millones. Como si ello no resultara suficiente, estos accionistas son los mismos de otras compañías que están dedicadas intensamente a la actividad extractiva en Argentina, y en la zona en disputa de Malvinas. Desde Mosanto hasta la megamineras, pasando por las petroleras. Como si dijeran, todo, todo, queda en casa.

Perón decía que las empresas mixtas consistían en que el Estado pone la vaca, y el privado un pollo, y al final el privado se queda con la vaca, y el estado con el pollo. Cualquiera diría que Perón estaba pensando en Vaca Muerta. Pese a que este caso gracias a los afanes de Galluccio, el intercambio parece ser de vacas por gallos.

Estos escandalosos interrogantes que surgen respecto el convenio firmado con Chevron, que se anuncia que solo es un convenio piloto de otros muchos que vendrán después relacionados con Vaca Muerta, tienen como única salida que el gobierno haga público dicho convenio, y las bases en la que se fundamentó YPF para concretarlo.

Este descomunal negocio que se está facilitando a las megacompañías petroleras norteamericanas e inglesas, plantea además el interrogante si la súbita desaparición del gas natural convencional de Loma de la Lata, y la fortísima caída que se registró en la producción y las reservas tanto de gas como petróleo, que hoy se refleja en ruinosas importaciones que desbalancean la balanza de pagos, no tuvieron en realidad por objetivo el forzar a la explotación de los hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta.

A la que se reputa como la segunda reserva más grande del mundo, cuya tecnología hasta ahora solo dominan esas megacompañías, pero que cuenta en el mundo con serios reparos ambientales. De esa manera, con la inusitada caída de la producción convencional, dichas megacompañías que también detentan las concesiones de estos yacimientos, habrían logrado abrir  el descomunal nicho de negocios de Vaca Muerta, que ponen en evidencia los números antes consignados. En cuya apertura Gallucio parece haber puesto todos sus afanes, conforme los planes de esas compañías.

Chevron “yo, la peor de todas”

Esta situación se ve refrendada por la actuación de la misma Chevron Argentina, que podría emular la frase de Sor Juana Inés de la Cruz, “Yo, la peor de todas”. Conforme se puede visualizar en el gráfico adjunto, que evidencia como la producción de Chevron en Argentina se hundió en un abismo desde el 2003 en adelante, en coincidencia con el arribo al poder del kirchnerismo.

En él se observa que Chevron fue una gran contribuyente al actual déficit energético, al pasar su producción de petróleo de 4,64 millones de m3 en el año 2001, a solo 736 mil m3 en el año 2012, con una caída del 84 %. Y en cuanto al gas natural los registros son aun peores, ya que pasó de 1.370 millones de m3 en el año 2003, a solo 131 millones de m3 en el 2012, con una caída del 87 %. Esta descomunal caída en la producción en sus concesiones, no solo descalifica a Chevron para cualquier clase de convenio, sino que también descalifica la errática política energética del actual gobierno. O mejor dicho la total ausencia de ella en función de las necesidades del país.

 Si a ello se le suma los antecedentes que arrastra Chevron por los desastres ambientales de los que es responsable en Ecuador, resulta evidente que no existen razones ni de merito ni conveniencia para que parte de la enorme riqueza pública  vaya a parar a los bolsillos sin fondos de Chevron.

Por último, el hecho de que la Presidenta haya denominado al área otorgada a Chevron “General Mosconi”, para encubrir con un barniz nacionalista este descomunal negociado en contra del país, constituye una tremenda injuria  a dicha notable y honesta personalidad. Que lejos de firmar convenios con la Standar Oil, hoy Chevron y Exxon, llevó adelante una durísima y audaz guerra comercial contra esas compañías norteamericanas, y la SHELL inglesa. Las mismas que hoy se preparan junto con otras compañías vinculadas, para hacerse un festín en Vaca Muerta.-

Javier Llorens

Mario Cafiero (Ingeniero Industrial - Diputado MC)

Julio del 2013