jueves, 31 de octubre de 2019

LA ELECCIÓN ACENTUÓ LOS COLORES DE LA DIVISIÓN




Por Carlos Pagni

La Nación, 31/10/20 (Fuente: Tribuna)


El domingo, en su primer discurso como presidente electo, prometió incluir a todos. La propuesta despierta una adhesión inmediata entre quienes suponen que, como quiere Jorge Bergoglio, el todo es superior a la suma de las partes.

Pero cuando se examina la conformación sociopolítica que hoy ofrece el país, comienza a advertirse que la construcción de ese consenso, aun si fuera deseable, presenta una complejidad extraordinaria. La fractura que exhibe desde hace años la Argentina no ha sido una imposición de las elites. No es un resultado del marketing político.

En consecuencia, pretender que se superará por un acto de la voluntad de la dirigencia es una ilusión. Los comicios pusieron en evidencia que la polarización se ha profundizado. Esa tendencia constituye un reto para Cristina Kirchner y Alberto Fernández. En especial para su estrategia económica.

Porque la fórmula que ellos han compuesto se sostiene en el prejuicio de que esa herida se puede suturar con facilidad. El mapa electoral exhibe algo más que el contraste entre dos colores. La novedad es que el azul esta vez es más azul. Y el amarillo, más amarillo.

Ejemplos. En el conurbano y, en especial, en La Matanza, la distancia de 2015 se agigantó a favor del PJ. Es un fenómeno simétrico al que se verificó en Córdoba, a favor de Juntos por el Cambio. El acento de la dicotomía fue un rasgo general de la elección. Este alineamiento territorial cobija un significado especial para Fernández.

La clave de su poder radica, sobre todo, en el conurbano bonaerense. De los dos millones de votos con los que superó a Macri, un millón seiscientos mil provinieron del Gran Buenos Aires.

Quiere decir que la plataforma social sobre la que se está asentando Fernández es el reino de Cristina Kirchner. Desde que fue designado candidato a presidente, Fernández se ha empeñado en licuar esa dependencia de su vice en un universo más extenso.

Su cartera de activos, que aquel 18 de mayo estaba constituida en un 100% por el dedo de la señora de Kirchner, fue incluyendo desde entonces a gobernadores, legisladores y sindicalistas de un PJ ajeno al kirchnerismo. En ese PJ se fue a refugiar el presidente electo anteayer, en Tucumán, después de aparecer el domingo, en la liturgia del triunfo, como el invitado a una fiesta ajena. Tucumán, que es la sede de uno de los regímenes de rasgos más mafiosos del país, se propone como la sede central del albertismo.

Allí estuvieron, durante la reasunción del controvertido Juan Manzur, los gobernadores a los que, 48 horas antes, les habían prohibido subir al escenario del búnker kirchnerista. Ese peronismo federal se ha embarcado por segunda vez en la misma aventura: emanciparse, a través de un candidato bendecido por Cristina Kirchner, del opresivo liderazgo de Cristina Kirchner.

El testimonio viviente de ese fallido antecedente estuvo en la entronización de Manzur: es Daniel Scioli. Distraído, hizo declaraciones celebrando estar en la provincia de San Juan. Se justifica. Scioli anda en estos días como ausente, buscando dentro de sí mismo la razón por la que Fernández le ganó, con cero votos, el cargo para el que él creía estar predestinado.

Tal vez resuelva el acertijo antes que Sergio Massa, otra alma en busca de consuelo. Aspirante a primus inter pares La Tucumán de Manzur era, este martes, una fiesta. El gobernador se sueña como el primus inter pares que ofrecerá al presidente un esquema de poder que lo dote de cierta autonomía respecto de quien lo designó.

Ese aparato incluye a muchos gobernadores. Menos Axel Kicillof, nada menos que el de Buenos Aires. Manzur suele comentar que la representante de su grupo en esa provincia es Verónica Magario. La intendenta de La Matanza ahora convertida en vicegobernadora.

Se explica esa amistad. Manzur estuvo a cargo del área de Salud en ese municipio durante la intendencia del llorado Alberto Balestrini. En un juego de simetrías, Manzur suele explicar que Magario será a Kicillof, en nombre del PJ federal, lo que la señora de Kirchner es a Fernández.

Más que una aliada, una auditora. Manzur soñó ser jefe de Gabinete de Fernández. Pero el presidente electo lo descartó en una conferencia de prensa. Por eso ahora el gobernador promete manejar el área de Salud. A veces se le escapa decir "el negocio de Salud". Es distraído. Como Scioli. Para esa misión confiaría en Pablo Yedlin. Antiguo compañero de facultad, Yedlin es discípulo, como él, de Ginés González García. Y fue ministro de Salud de Tucumán con José Alperovich.

Para conquistar el trofeo, Yedlin deberá remontar un escándalo tucumano: aquellos 800.000 pesos pagados a una fundación por un curso de odontología que nunca se dictó y por los cuales fue multado con una suma equivalente a cinco sueldos. La profecía de Manzur sobre su gravitación en el gobierno de Fernández genera muchas expectativas. No solo en Hugo Sigman, el principal caudillo de la industria farmacéutica local. También en el sindicalismo. Los dirigentes gremiales que viajaron anteayer a Tucumán estaban festejando la asunción de quien promete manejar, a través de un subordinado, los fondos de las obras sociales. En el centro de ese núcleo está Héctor Daer, aspirante a la secretaría general de la CGT.

Daer, empleado de la industria farmacéutica, es el titular del Sindicato de Sanidad. Mantiene con Manzur el vínculo que su viejo padrino, Carlos West Ocampo, tejió con el padrino del gobernador, González García. Los chicos crecen. Los locales de las farmacias Del Pueblo estaban iluminados a giorno anteayer, en Tucumán, haciendo juego con la alegría del sector. Pero no está claro que Fernández satisfaga esos pedidos. Es cierto que él tiene viejos compromisos con el mundo sanitario, desde que controlaba el Pami, a través de Graciela Ocaña, y la Superintendencia, a través de Héctor Cappacioli.

El abnegado Capaccioli, que absorbió con un procesamiento las irregularidades de la campaña electoral de 2007, en la que Cristina Kirchner fue financiada con los fondos de los traficantes de efedrina. Alberto Fernández, en cambio, no fue siquiera denunciado, a pesar de que era jefe de esa campaña. Es la razón por la cual el juez Ariel Lijo se ufana de ser el mejor amigo de Fernández en Comodoro Py. Una imprudencia. Empresarios y sindicalistas dialogaron en Tucumán durante una secuencia de ceremonias que, como corresponde al peronismo, iban aumentando su elitismo. Primero la ceremonia general. Después, un cóctel en el Hotel Sheraton, de Gustavo Cinosi, antiguo anfitrión de todas las horas del nuevo presidente.

Al final, una comida en la residencia de Manzur, a la sombra de la desconcertante estatua de San Marón, un anacoreta del siglo V venerado por su austeridad, castidad y abnegación para el trabajo. Las aspiraciones ocultas del dueño de casa. El ascenso de Daer en la CGT explica la ausencia tucumana de los Moyano. Se detestan. Aunque en Camioneros explican que la verdadera disidencia de Hugo Moyano tiene que ver con José Luis Lingeri, a quien muchos sindicalistas atribuyen haber sido informante de Silvia Majdalani, su íntima amiga, para las investigaciones de la AFI.

Hay que prestar atención a la reticencia de Moyano. Él exige el área de Transporte. Hoy se hablará de esa pretensión en una reunión de los gremios de esa actividad. La división sindical puede corroer un proyecto estratégico de Fernández: el acuerdo económico-social en el que trabajan, sigilosos, Gerardo Martínez y Daniel Funes de Rioja, de la UIA. Las dificultades de ese pacto tuvieron, en Tucumán, otro síntoma: la ausencia de Miguel Acevedo, el presidente de los industriales. A pesar de que no estaba, Manzur lo hizo anunciar por el locutor en todas las presentaciones. La proverbial sabiduría libanesa.

Gabinete en formación Un detalle para Moyano y para Yedlin: el nuevo presidente se está mostrando muy celoso de su gabinete. El probable ministro de Trabajo, Pablo Moroni, no estaba en los planes de los gremialistas. Es un íntimo amigo de Fernández que, dicho sea de paso, fue víctima de algunos extraños requerimientos de Alfredo Lijo, el hermano del otro amigo íntimo. Otra imprudencia. El elenco de negociadores que destacó frente al Gobierno es otro indicio del criterio para el armado del equipo: Vilma Ibarra, Santiago Cafiero, Gustavo Beliz y Eduardo de Pedro. Dirigentes intachables y, en el caso de Ibarra y Beliz, distanciados de la expresidenta. Como, durante una década, el propio Fernández. Las tensiones con Cristina Kirchner son indisimulables.

A pesar de los esfuerzos de peronistas que, como Eduardo Valdés, proponen la subsunción de todos los nucleamientos en un mismo oficialismo. Entre ellos, de La Cámpora. Sin embargo, el festejo de Tucumán fue una réplica del de Chacarita. Manzur suele presentar a Fernández como el nuevo jefe del PJ. Chau Cristina. Esta disputa por el liderazgo promete escaramuzas en el Senado. Por ejemplo: Humberto Schiavoni, de Pro, y el peronista Juan Carlos Romero planean constituir una representación formal para negociar con la nueva vicepresidenta, en las personas de Oscar Parrilli y Marcelo Fuentes, el nuevo funcionamiento del Senado.

Anoche esta propuesta era analizada en una comida con radicales, presidida por Enrique Nosiglia. ¿Qué papel ocuparán los senadores que representan a los gobernadores en este acuerdo? La nueva oposición pretende ir más allá: Federico Storani, aliado de Nosiglia, sugirió a algunos allegados peronistas la posibilidad de pactar una agenda parlamentaria para la transición. ¿Se negociará con Fernández o con Cristina Kirchner? Sería un error agotar la contradicción del presidente electo con su vice en un mero duelo por la jefatura. Ellos representan universos distintos. Fernández le habla al mundo productivo. A los empresarios y sindicalistas de la economía tradicional.

La señora de Kirchner expresa a los excluidos y a los ajustados del sistema. A los trabajadores del Estado y a la economía de los desocupados e informales, que es la que más se ha expandido desde la recesión en que desembocó la convertibilidad. Son dos bloques en pugna que se manifiestan en la profundización del azul y el amarillo. Los primeros pretenden, en el mejor de los casos, menos Estado, aun cuando muchísimos empresarios que abrazan a Fernández se enriquecen con exenciones y subsidios. Los segundos piden más Estado. Un campo de esta batalla: la CGT reclama una rebaja en el impuesto a las ganancias que sumergiría todavía más a los que reciben la asignación universal. Este contrapunto se iluminó el domingo con una información crucial. Los votos del Frente de Todos provinieron, en su gran mayoría, del planeta de Cristina Kirchner. Para el futuro presidente esa procedencia modelará, quizás, el enfoque macroeconómico del próximo gobierno.

¿De dónde saldrán los recursos para asistir a los que necesitan la asistencia oficial? La tormenta económica con que Fernández recibirá el poder tiene un rasgo peculiar. Menem, cuando llegó, echó mano de "las joyas de la abuela". Kirchner tuvo la soja. Y Macri, el endeudamiento, gracias al aislamiento financiero kirchnerista. ¿Con qué cuenta Fernández? Es un interrogante urgente. Sobre todo para los acreedores privados, si es que alguien detecta que la única fuente disponible de dinero es un default completo de la deuda. Es la gran incógnita: si la presión del propio voto no obligará a Alberto Fernández, contra su propia proyección, a ser Cristina Kirchner.

EL FIN DE OTRO LÍDER TERRORISTA




La Nación, editorial, 31 de octubre de 2019 

El líder del grupo terrorista Estado Islámico ( EI), Abu Bakr al-Baghdadi, está muerto. Su violento final no sorprende. Sus fanáticas y despiadadas correrías se concentraron esencialmente en Irak y en Siria, pero su enorme peligrosidad y la de su grupo más cercano tenían alcances mundiales.

Perdió la vida en su escondite en el noroeste de Siria, luego de ingresar en una red de túneles por los cuales intentaba escapar con tres de sus hijos. Lo ultimaron tropas especiales norteamericanas destinadas a capturarlo. Como era de suponer, opuso resistencia y terminó haciendo estallar un cinturón explosivo que tenía pegado a su cuerpo, dando así también muerte a sus tres hijos. Los Estados Unidos revelaron que una "gran cantidad" de terroristas de EI fueron abatidos en el mismo operativo.

Su desaparición tiene, para la paz y seguridad mundiales, una envergadura similar a la de otro terrorista tristemente renombrado, como Osama ben Laden, ocurrida en 2011. Al encontrarlo, sus perseguidores se hicieron, además, de información sensible y muy relevante sobre la estructura de la organización.
Ni los miembros más encumbrados del Comité de Inteligencia del Congreso norteamericano fueron informados del operativo, para evitar así posibles filtraciones. El presidente Donald Trump, en cambio, siguió en tiempo real y en detalle cada instancia.

Las fuerzas especiales estadounidenses asignadas a perseguir a Bakr al-Baghdadi llevaban años de pisarle literalmente los talones, desplazándose por Irak y Siria, en helicópteros especiales. Como es de rutina, se hicieron, además, de parte de sus restos mortales, de modo de poder acreditar su muerte a través de su ADN. Esos restos tendrán por morada el mar, bajo los mismos protocolos utilizados en el caso de Ben Laden, para evitar que una tumba convencional pueda convertirse en santuario o lugar de peregrinación.

miércoles, 30 de octubre de 2019

OBISPO CASTRENSE


www.ateneo-estudiosnacionales.blogspot.com/2019/10/detenciones-y-derechos-humanos.html

CRISTINA KIRCHNER



Las evidencias, por encima de las pasiones políticas

Diego Cabot

La Nación, 30 de octubre de 2019
 
Los jueces siempre dicen que hablan con sus sentencias. Pues si así fuera, los camaristas que firmaron ayer las tres resoluciones que se refieren a la vicepresidenta electa, Cristina Kirchner, no solo hablaron, sino que también argumentaron, en un tiempo político en que la mayoría calcula sus dichos.

Sobreseyeron en las causas en las que consideraron que las pruebas no alcanzaron y confirmaron el procesamiento donde la contundencia de las evidencias no deja margen de duda. Tan simple como ser aséptico; merituar las pruebas y decidir en función de ellas.

Los dictámenes de la Justicia, muchos de ellos vapuleados por la superficialidad de quien no los lee, suelen tener mucha más profundidad, sobre todo cuando se describen los hechos y las conductas. Y si algo debe esperarse de este poder del Estado es que se aísle de los humores políticos, de los vientos electorales y de las presiones sociales a la hora de fallar.



La Cámara Federal consideró que en dos causas, en la que se investiga la compra de gas licuado y aquella que describe las coimas que pagaban los concesionarios de las rutas con peaje, no hay suficientes pruebas como para imputarle un delito a la segunda en orden, que se entienda de la fórmula presidencial consagrada. De una lectura profunda surge que efectivamente faltan elementos concretos e inapelables como para endilgarle un delito. Y más allá de que la decisión sea antipática para un sector importante, es lo que corresponde.

En la causa de los corredores viales, un desprendimiento de los cuadernos de las coimas, se investigan hechos corruptos sucedidos entre 2003 y 2007. Entonces, Claudio Uberti, a cargo del órgano de control de las rutas, recaudaba el dinero que pagaban las empresas concesionarias. Aquellos bolsos eran entregados con prolijidad y habitualidad en el despacho de Néstor Kirchner, de Julio De Vido o en el departamento del matrimonio presidencial, en Juncal y Uruguay, a manos del secretario Daniel Muñoz.

Nada de esa trama quedó sumergido en ninguna duda. Los empresarios que representaban a los concesionarios reconocieron que entregaban dinero, y Uberti, que lo recolectaba para entregarlo al acopiador. Se ampliaron los procesamientos de exfuncionarios (De Vido, entre ellos) y de ocho empresarios. Pero según los camaristas no existen elementos como para confirmar el procesamiento de Cristina Kirchner por una simple razón: el período no abarca su mandato y no hay elementos que la involucren directamente.


Se podrá argumentar que no podía desconocer lo que hacía su esposo, entonces presidente. Pero estar casada con alguien que comete delitos no es suficiente como para endosárselos al cónyuge. Si no hay evidencias, no se puede. Eso es justicia.

La presunción de inocencia es una garantía que exige que una persona no pueda ser condenada mientras no exista prueba plena de su responsabilidad penal; deberá ser absuelta en caso de que la prueba sea incompleta o insuficiente. Aunque sea antipático para muchos, la Justicia se debe a esos principios.

En el caso del gas licuado, si bien la maniobra de administración fraudulenta se mantiene como base de la causa, se revocó el procesamiento de varios sobre los que la responsabilidad no está clara, más allá de que se presuma.

Y finalmente el caso de la llamada "camarita", ese grupo de empresas que se repartían las obras de Vialidad Nacional y pagaban un retorno por el favor. Allí no hay demasiadas dudas respecto de la participación de Cristina Kirchner. La cámara confirmó con solidez argumental la investigación. Desechó las nulidades y se refirió como pocas veces a los arrepentidos. Lo hizo ante un planteo de una de las defensas sobre que Ernesto Clarens, aquel financista del kirchnerismo, fue presionado para arrepentirse.

Los jueces resolvieron con una enumeración de hechos: fue al juzgado acompañado por su abogado de confianza, se comprometió a entregar pruebas, estuvo en libertad siempre, regresó varias veces a dejar documentos y además, en los escritos que presentó, jamás dijo haber sido presionado. La argumentación sobre la posibilidad de arrepentidos "presionados" se cae de a poco.

"La relevancia de los 'cuadernos' -dice la cámara- radica, pues, en haber sido el punto de partida de una investigación que permitió conocer el rostro oculto de este sistema y poner nombre a quienes fueron sus engranajes. Cristina E. Fernández, Julio De Vido, José López, Ernesto Clarens; son figuras que se repiten en esta crónica. Pero aquí se suman nuevos protagonistas", dice la Cámara. Se sumaron más de 40 empresarios y tres exfuncionarios más.

ENCUENTRO NACIONAL




DEL INSTITUTO “JACQUES MARITAIN” DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Villa María (Cba.), 25-26 junio 2020


Steve Tesich, en el año 1992, introdujo el término “post-verdad”. En un artículo aparecido en la revista The Nation, refería respecto del escándalo y de la guerra del Golfo Pérsico: “we, as a free people, have freely decided that we want to live in some post-truth world” (“nosotros, como pueblo libre, hemos decidido libremente que queremos vivir en una suerte de mundo post-verdad”).

Este 'más allá' no tiene un sentido cronológico, sino que refiere la idea de la pérdida de la importancia de la verdad en la vida del hombre, precisamente en los más diversos ámbitos: filosofía, ética, política, arte, derecho, religión, etc.
A la post-verdad también se la denomina “mentira emotiva” para designar la distorsión deliberada de una realidad con la finalidad de configurar la opinión pública de una manera determinada: los hechos objetivos son desplazados mediante la apelación a las emociones.

Ahora bien, esta primacía del querer sobre todo orden objetivo, por un lado, y la asunción de todo lo que atañe a los imperativos de la pura decisión, por el otro, ¿han adquirido, realmente, carta de ciudadanía en la actualidad?

Abordaremos este interrogante a través de seis (6) Conferencias Plenarias en el Encuentro Nacional del Instituto “Jacques Maritain” de Argentina, a realizarse en la ciudad de Villa María (Córdoba), durante los días 25 y 26 de junio de 2020. Las mismas se ocuparán de determinar la presencia o no de la posverdad en el ámbito de la teología, la filosofía, la política, el derecho, el arte y la educación.

Junto a las seis Conferencias Plenarias, se desarrollarán tres (3) Mesas Redondas que abordarán tres temáticas fundamentales, fundadas en el pensamiento de Jacques Maritain:

1.         Maritain y la cuestión de la verdad en la filosofía
2.         Maritain y la cuestión de la verdad en el arte
3.         Maritain y la cuestión de la verdad en la política



PROGRAMA

Jueves 25 de junio de 2020

Mañana
8:30 hs. Acreditaciones
9:00 hs. Palabras de Apertura del Encuentro a cargo de la Presidente de la Sociedad Educativa Argentina (SEA) y Delegada de la Universidad Católica de Salta, Sede Villa María, Prof. Soledad Barbero y del Presidente del Instituto “Jacques Maritain” de Córdoba (Argentina), Dr. Claudio Viale.
9:30 hs. Conferencia Plenaria. “La presencia de la posverdad en la filosofía actual”. Prof. Dra. María Laura Picón. Presentación de la expositora y recapitulación de la Conferencia a cargo del Prof. Dr. Carlos Daniel Lasa.
10:40 hs. Pausa. Café.
11:10 hs. Mesa Redonda. “Jacques Maritain y la cuestión de la verdad en la filosofía”. Expositores: Mgter. Sergio González – Lic. Natalia Simieli – Abg.do Jorge Garbarino. Modera: Prof. Carina Sánchez.
12:10 hs. Cierre

Tarde
16:30 hs. Conferencia Plenaria. “La presencia de la posverdad en la teología actual”. Pbro. Lic. Carlos Forcato. Presentación del expositor y recapitulación de la Conferencia a cargo del Dr. Julio Plaza.
17:40 hs. Pausa. Café.
18.10 hs. Conferencia Plenaria: “La presencia de la posverdad en el derecho actual”. Dr. Armando Andruet. Presentación del expositor y recapitulación de la Conferencia a cargo del Dr. Franklin Obarrio.
19.20 hs. Mesa Redonda. “Jacques Maritain y la cuestión de la verdad en el arte”. Expositores: Lic. Claudio Príncipi – Mgter. Flavio Rivero – Lic. Verónica Peretti. Modera: Prof. Dra. Nelly Baeza de Albuccó.
20.20 hs. Cierre de la jornada

Viernes 26 de junio de 2020

Mañana
9.30 hs. Conferencia Plenaria. “La presencia de la posverdad en la educación”. Prof. Dra. Margarita Schweizer. Presentación de la expositora y recapitulación de la Conferencia a cargo del Prof. Dr. Ricardo del Barco.
10.40 hs. Pausa. Café.
11.10 hs. Mesa Redonda. “Jacques Maritain y la cuestión de la verdad en la política”. Expositores: Abg.da Anahí Faró – Abg.da Marina Nardi – Abg.do Jeremías Chaile. Modera: Prof. Carina Sánchez.
12:30 hs. Cierre


Tarde
17.00 hs. Conferencia Plenaria. “La presencia de la posverdad en el arte actual”. Prof. Lic. Mgter. José Nicolás Albuccó Henríquez. Presentación del expositor y recapitulación de la Conferencia a cargo del Ing. Agustín Garay.
18.10 hs. Pausa Café.
18.40 hs. Conferencia Plenaria: “La presencia de la posverdad en la política actual”. Dra. María de los Ángeles Lasa. Presentación del expositor y recapitulación de la Conferencia a cargo del Dr. Gonzalo Fernández.
19.50 hs. Palabras de Clausura a cargo del Dr. Julio Plaza ‒ Vicepresidente del Instituto Internacional “Jacques Maritain” y Presidente del Instituto “Jacques Maritain” de Argentina.
21.30. Cena de despedida.

martes, 29 de octubre de 2019

DE DERROTAS Y DERROTAS



por José Luis Milia • 28/10/2019

Informador Público

 Quisiera hermanarme hoy con aquellos a los que la desazón les ha puesto cuatro clavos en su corazón. Pero no con todos, porque hoy vengo a hacer de la grieta la base desde la que la Patria puede ser recuperada, recuperarla solo con aquellos para los que nuestra tierra es mucho más que un perorata banal y de efemérides.

No me interesa, ni respeto, al aluvión corrupto que hoy vuelve por sus fueros de mangantes y ladrones, pero tampoco me interesan los tilingos que creían que repitiendo machaconamente, pero vaciados de fe, “¡si, se puede!”, una victoria vana le caería del cielo y hoy se apenan por el derrumbe un mundillo de fantasía al que sus propios dirigentes, con estupidez y cobardía supina, se dedicaron a demoler.

Hoy estamos frente a una derrota, que nos atañe porque se da en nuestra tierra y vuelve a postergar, con trapisondas electorales, lo que esta tierra se merece. Si debemos tener muy en claro, que como derrota en si, esta no nos pertenece porque los que decían dirigir el combate lo hacían aferrados a un fuero de progresía que nos resbala, más aún, que nos repugna porque creen ellos que dejando de lado a nuestra Fe adquieren carta de ciudadanía de un mundo decadente y progresista.

Esta derrota sería grave si careciéramos de ejemplos, pero, Dios Nuestro Señor ha hecho que estos sobren en esta tierra y no hay que remontarse a muchos años atrás para revivirlos porque aún los tenemos frescos, porque esos paradigmas aún están vivos en nuestro corazón.

En la tarde heroica de Manchalá y ante la demora de los refuerzos y la falta de municiones los soldaditos salteños no se lamentaron, simplemente afilaron sus bayonetas; en la noche sacrificial del 13 de junio de 1982 el BIM 5 y fracciones del Ejército borraron la palabra derrota de sus corazones y siguieron atacando.

Esos son nuestros ejemplos y no la estúpida alegría de creer que somos algo por tener un congreso equilibrado.



domingo, 27 de octubre de 2019

LAS LECCIONES



que dejan las crisis de Chile y Ecuador

Marcos Buscaglia *

La Nación, Economía, 27 de octubre de 2019 


Los eventos de Chile y Ecuador de días recientes tienen algunas causas similares y otras muy distintas, pero en ambos casos esconden enseñanzas muy valiosas para la Argentina que se viene. Una causa común a la crisis de ambos países es el fin del superciclo de precios de las materias primas, iniciado en 2013, a lo que se agregó la guerra comercial entre Estados Unidos y China a partir de 2018.

Como siempre que hay problemas en las economías de los países desarrollados, su estornudo se transforma en resfrío en los países emergentes. La economía global se está desacelerando y la incertidumbre sobre la duración y las consecuencias de la guerra comercial está resultando en una caída de los niveles de inversión global. La economía china crece, según las estadísticas oficiales, al 6% anual, su nivel más bajo en más de una década, aunque algunos argumentan que su crecimiento real es aproximadamente la mitad.

Esto perjudica a países exportadores de materias primas, como el cobre, la principal exportación de Chile. Durante el boom de materias primas de este siglo todos los países de la región extendieron en distinta manera los beneficios sociales y el tamaño del Estado, y su adecuación a la nueva realidad de la economía global resulta dolorosa en todo América Latina. Entre el año 2000 y el 2013, la economía de Chile creció al 4,5% anual promedio, mientras que desde 2014 hasta 2019 creció un 2,2% en promedio, aunque parte de la desaceleración se debe a las reformas que introdujo Michelle Bachelet en su segundo mandato y que no logró desarmar Sebastián Piñera.



La lección para la Argentina es que no podemos esperar que un aumento de los precios internacionales de nuestras exportaciones, como la soja, nos saque de la crisis actual. La experiencia de 2003-2007 no es probable que se repita en los próximos años. Con una economía global estancada, para exportar más se necesita ganar competitividad. La competitividad real no consiste en un tipo de cambio competitivo, sino en estabilidad macro, bajas tasas de interés, bajos impuestos, un buen sistema educativo, una buena infraestructura y la protección de derechos de propiedad, entre otras características que llevan tiempo construir y que requieren de consensos políticos básicos.

Otro aspecto que une a Ecuador y a Chile es la mezcla de intereses y protestas genuinas con elementos antidemocráticos que buscan socavar a sus gobiernos. La presencia de grupos radicalizados es una realidad de la que no escapa la Argentina. La lección es que debemos renovar el pacto democrático implícito de 1983. Ese pacto de no dirimir nunca más nuestras disputas mediante las armas y mediante golpes debe entenderse de manera más amplia para excluir también intentos desestabilizadores que se cuelgan de protestas populares y genuinas.

En otros aspectos, las crisis de Ecuador y Chile tienen raíces muy distintas, pero en ambos casos tienen un correlato en nuestro país. La crisis en Ecuador es el resultado de una economía estancada hace años y sujeta a un ajuste fiscal severo. Ecuador es un país exportador de petróleo y la población se acostumbró a contar con precios bajos para la nafta. El gobierno, con un alto déficit fiscal y sin financiamiento, subió el precio de la nafta 25% en enero e intentó subirlo 24% hace pocas semanas, junto a un 120% de aumento del precio del gasoil. El resultado ya es historia. La lección de los eventos en Ecuador para la Argentina es que la tolerancia de la clase media a un ajuste fuerte de tarifas seguramente sea muy limitada en los próximos meses.

Las causas de la crisis chilena son muy distintas. Lo que disparó las protestas fue un aumento del precio del subte del 3,87% en el horario pico. La economía chilena, más allá de la desaceleración reciente y de la presión que tuvieron los salarios y el desempleo fruto del fuerte surgimiento de la inmigración en años recientes, muestra indicadores impresionantes en todas las dimensiones. La pobreza cayó abruptamente en los últimos 30 años, de cerca del 40% a menos del 10% hoy; la desigualdad está en su punto mínimo en décadas también; la esperanza de vida, que era de 68 años en 1980, subió a más de 80; su PBI per cápita es el más elevado de la región y las tasas de escolarización y de graduados universitarios subieron increíblemente en el mismo período.

Por más que la izquierda quiere culpar al modelo "neoliberal" por el descontento chileno, sus raíces son bien distintas. El éxito del modelo chileno le hizo surgir al país una fuerte clase media. Como bien escribió Patricio Navia en este diario, dicha clase media vio la tierra prometida, pero no la dejaron entrar. El mundo político y económico en Chile sigue restringido a una elite poco sensible a la nueva realidad, en un contexto de falta de igualdad de oportunidades.

Para entender a Chile, lo mejor es leer al politólogo Samuel Huntington, de la Universidad de Harvard. Huntington publicó -escuche bien- en 1968 su obra maestra El orden político en las sociedades en cambio. Allí escribió que "en toda sociedad afectada por un cambio social, nuevos grupos surgen para participar en la política" y "las tasas de movilidad social y la expansión de la participación política son altas; las tasas de organización política e institucionalización son bajas". Y sigue: "El resultado es inestabilidad política y desorden. El problema primario de la política es el retraso en el desarrollo de instituciones políticas detrás del cambio social y económico". Aunque nadie caracterizaría a los partidos políticos en Chile como de baja institucionalización, ya que están muy arraigados en el tiempo, si es fácil ver que quedaron reservados para una elite.

La lección del caso chileno es que tiene que haber una consistencia entre el modelo político y económico y la realidad social del país. Ello tiene implicancias a ambos lados de la grieta que atraviesa hoy a la Argentina. Por un lado, hay quienes creen que la solución a nuestros problemas fiscales radica en la eliminación de los planes sociales. Genéricamente, quienes sostienen estas posturas ignoran que en la Argentina ocurrió un proceso inverso al chileno en los últimos 30 años: nuestra sociedad se pauperizó. Casi el 50% de los menores de 18 años vive en hogares que están debajo de la línea de la pobreza. Para que ese segmento creciente de nuestra población pueda elevar su nivel de vida e integrarse satisfactoriamente al mercado laboral se requerirán -además de una economía dinámica- políticas públicas multidimensionales con alto costo fiscal. Ignorar esta realidad es arrojar a este segmento de la población en manos de oportunistas que quieren destruir nuestro sistema democrático y que pueden poner en riesgo la estabilidad social del país.

La lección para el otro lado de la grieta es que intentar salir de nuestros problemas a partir de más impuestos a los sectores más dinámicos de nuestra economía, como el campo o a la clase media, está destinado al fracaso y, muy probablemente, generará un fuerte rechazo social. La consistencia entre nuestra realidad social y nuestro sistema político requiere reconocer también que esta clase media se encuentra sobrecargada de impuestos y que no cree recibir servicios públicos correspondientes a lo que paga por ellos.

Este análisis parecería dejarnos en una encrucijada, ya que la Argentina sigue con un elevado déficit fiscal y se ha quedado sin financiamiento. Sin atacar el problema del gasto fiscal, la salida quizás sea la impresión de dinero, lo que llevaría a una mayor inflación y a un aumento de la pobreza. La salida a esta encrucijada radica en reconocer que nuestro sector público está lleno de corrupción, despilfarro, clientelismo y muchos otros vicios más.

No podemos querer subir impuestos o recortar el gasto social o en educación al mismo tiempo que los senadores tienen decenas de "asesores" (lo que se repite en cada congreso provincial o en cada consejo municipal), o mientras los gobernadores utilizan costosísimos aviones sanitarios provinciales para ir a actos partidarios y muchos sindicalistas son multimillonarios.

Estos son solo algunos ejemplos de esta nueva elite que se erigió en la Argentina en las ultimas décadas, y la difícil tarea que tendremos en los próximos años es aggiornarla a las demandas sociales de la mayoría de la población.

*El autor es economista. PhD (Universidad de Pensilvania), economista jefe para América Latina de Bank of America Merrill Lynch y coautor de ¿ Por qué fracasan todos los gobiernos? c/S. Berensztein

jueves, 24 de octubre de 2019

A PESAR DE LOS DISTURBIOS



Chile

Octavio Duré

La Nación, 24-10-19

Chile tiene un 9% de pobreza, un 2.3% de indigencia. Desde el regreso de la democracia, el PBI se multiplicó por cinco. La inflación está por debajo del 5%. Existe empleo pleno. Existe acceso al crédito, con tasas hipotecarias que hoy rondan el 2%. Si bien hay un problema de distribución (el 1% más rico de la población acumula el 30% de la riqueza), sigue siendo un país rico y ordenado.

 La queja de las clases media-baja y media-media relacionadas con su necesidad de endeudarse para acceder a bienes de consumo no justifica salir a incendiar y destruir un país que es modelo de desarrollo en la región. Querer mayor bienestar no está mal, pero ubicar esa necesidad en su justo lugar y valorar lo logrado es fundamental. Chile tiene espacio para pasar a su siguiente nivel de desarrollo, pero convalidar el incendio del bien común como mecanismo de reclamo de esa mejora conduce al fracaso.


miércoles, 23 de octubre de 2019

MAPAS ESTRATÉGICOS



ICIMISS, 20 OCTUBRE, 2019

Por Carlos Leyba

Chesterton decía que si “corto de vista” es un juicio negativo, “largo de vista” debería ser positivo.

En política económica ser “largo de vista” es condición necesaria para no errar al viscachazo. No suficiente. En esto del acuerdo, a la orden del día, ser largo de vista es mirar el pasado que hemos vivido sin acuerdo y poner el ojo en el futuro para que el Acuerdo no sea una fotografía sino un mapa.

Hay muchas razones para un acuerdo entre el Estado y los sectores económicos y sociales o, la producción y el trabajo.
Hay razones económicas vinculadas al corto plazo. La economía argentina padece una enfermedad de difícil tratamiento: la estanflación.
Se arrastra desde hace años porque ha predominado la tozudez ideológica de políticas económicas de un solo objetivo que excluyen la práctica del “acuerdo”, que implica reconocer la necesidad de satisfacer más de un objetivo a la vez.

Parece obvio. Pero no lo es. Los anteriores agotaron los stocks y los actuales paralizaron la economía. Ninguno logró contener la inflación ni generar un sendero de crecimiento.
Es que todo lo exógeno tiene intrínseca fragilidad: un motor inesperado; una espectacular mejora en los términos del intercambio; una “nueva Pampa húmeda”.
Nuestra economía está estancada hace décadas y sufre inflación de alta intensidad.

La política económica keynesiana es garantía para salir del estancamiento si es que el proceso inflacionario no es dominante. No es nuestro caso. Tenemos capacidad ociosa y, sin embargo, la inercia del proceso inflacionario, con una exclusiva política keynesiana, consumiría la mayor parte de las acciones destinadas a promover la demanda de consumo. El alto nivel de inflación bloquea el keynesianismo que es recomendado cuando hay excedentes de capacidad.
Por otra parte si la idea predominante es la política de ajuste destinada a combatir la inflación que habría sido diagnosticada como hija de un “exceso de demanda”, el resultado será fatal. La actividad económica seguiría declinando y la inercia inflacionaria continuaría vigorosamente.

La estanflación, para superarla, exige de una política de ingresos concertada que contenga el proceso inflacionario y habilite, al mismo tiempo, la reactivación de la economía real.
En términos teóricos “el mercado perfecto” habría de lograrlo la concertación que sería el mecanismo necesario para darle “perfección” a un mercado que probadamente no la tiene. Es un método no una ideología.

Hay una segunda razón para procurar un acuerdo. Tenemos un Estado debilitado, sin aliento. Deficitario y endeudado; con poca capacidad de generar recursos propios y de obtener financiamiento abundante. La tasa de riesgo país, el calendario de vencimiento de deudas y el nivel de la presión tributaria, definen un Estado con debilidad operativa y necesitado de revalidar autoridad.

Una tercera razón es lo que podemos llamar “desorganización social” que se manifiesta en la continuada acción directa de las organizaciones sociales que ganan la calle como manera de exponer, a la opinión pública, la incapacidad del Estado para dar respuesta y de resolver sus problemas.
Pero también son “acción directa”, la fuga de capitales, la práctica de los aumentos de precios preventivos, la evasión tributaria a la vista de todos de una proporción no menor del comercio de detalle que, seguramente, no es la más voluminosa, pero es tan evidente que nos remite a la debilidad del Estado limitado a cazar en el “zoológico”.

Una cuarta es la “atomización” de la política. ¿Cuál es la identidad, el compromiso, que convocan los partidos que tratan de sumar electores para acceder al control constitucional del Estado? Hoy son fracciones de fracciones y en su interior hay una continuada tendencia a la atomización y a la diversificación de las preguntas y las respuestas.
La lógica de la política, lo que la hace socialmente productiva, es que sus miembros se hagan similares preguntas (las prioridades) y tienen respuestas similares (las herramientas). Aquí, oficialismo y oposición se preguntan y responden a sí mismos de manera absolutamente contradictoria.

Por eso el discurso político se dedica a la aclaración que, en realidad, remite a una manera de obscurecer lo que ha resultado inconveniente a la opinión pública. Nada de pedagogía.
Finalmente, nos enfrentamos a los lobby. Los “grupos de poder” no están interpelados por la “mediación política”. Actúan de manera directa y pesan sobre todos los espacios. En el campo de sus intereses dominan la opinión y casi siempre la decisión. El poder de estos grupos económicos “vis a vis” las definiciones vinculadas a sus intereses particulares es de tal entidad que, a lo largo de estos últimos años, han erosionado hasta la capacidad estatal y de la Política ya no de realizar sino de siquiera definir el bien común.

La ausencia programática de la definición del bien común tiene que ver con el peso “técnico” de los lobby.
Para responder a todas esas debilidades de realización del bien común (Estado, política) y sortear las fortalezas vigorosas de los intereses particulares (lobby, acción directa) la primera acción necesaria es fortalecer al Estado y a toda la política. La segunda es la tramitación explicita y transparente, en el marco del bien común, de todos los intereses particulares.

No hay alternativa al acuerdo multidimensional tanto en sus objetivos, como en sus instrumentos y sus participantes.
El acuerdo, la concertación, es una instancia democrática superadora que permite incorporar las voces más débiles y transparentar las fuerzas más ocultas. El acuerdo es un escenario de clarificación del diagnóstico y de la ordenación de las prioridades y de los métodos.

Desde el punto de vista de los inmediato el problema central es salir de la estanflación y sacar la cabeza de la guillotina de la deuda externa.
Caminar hacia la estabilización de precios y poner en marcha la capacidad ociosa, nos va a brindar un piso firme para empezar a resolver dos desequilibrios fundamentales y urgentes: el fiscal y el de la deuda externa.

Afortunadamente hay propuestas. La UIA y el PJ han publicado documentos programáticos. La campaña de Mauricio Macri lista medidas programáticas que propone a futuro. Alberto Fernández ha propuesto un programa Contra el Hambre que, sin duda, es el primer desafío moral que debe enfrentar el país en su conjunto.
Todas estas propuestas suponen diagnósticos, prioridades e instrumentos que para ser “soluciones” necesitan ser puestos en marcha con la convicción, por parte de los ejecutores, que no tropezarán con rechazos significativos en el transcurso de la realización y que cada una de las medidas responde a un acuerdo de realización con un amplio horizonte temporal.

En el mismo sentido positivo que implica la elaboración de propuestas, se encuentra un encaminamiento hacia la resolución de algunas divisiones sindicales y, repito, la reiterada mención al “acuerdo” de los principales candidatos.
Es importante tener en cuenta que los acuerdos de corto plazo, sean por un año o dos, son insuficientes en un país que ha perdido el rumbo económico. Necesitamos mucho más: acuerdo de horizonte.
La Argentina, podemos discutir desde cuándo, extravió un rumbo de crecimiento y ese extravío la sumió en esta decadencia contagiosa. No nos vamos a poner de acuerdo en desde cuándo; pero sí en que somos una sociedad en pendiente negativa que tiene que detener la caída para poder empezar a remontar la cuesta.

¿Cuáles son las cuestas a remontar para no seguir acumulando fracasos? Muchas. Pero veamos algunas, en forma desordenada.
Hay una cuesta empinada, la demográfica y el desbalance territorial del país vacío que concentra las sociedades más ricas en pedacitos del territorio en cuya periferia se concentra la mayor pobreza de los niños.
No hay desarrollo posible sin reordenamiento territorial que es mucho más que la mejora en la coparticipación tributaria. Se trata de la participación en el crecimiento.

No hay desarrollo sin participación territorial en el crecimiento. Otra cuesta empinada es la distribución de la fuerza de trabajo, en blanco, en negro y en planes y en changas, asignada de hecho en tareas “del tercer sector”. Una Argentina que produce poco y nada, de bienes transables, lo que nos convierte en un país de consumidores de bienes que no produce los suficientes y ,en consecuencia, parte de lo que consume lo debe.

Ese es el otro lado de la falta de inversión, de la falta de dinámica de la productividad y de una pésima distribución primaria: el Estado debe transferir cada vez más recursos para que la sociedad no estalle; y cada vez la tasa de inversión corre por detrás del crecimiento de la población, drama que la fuga de capitales multiplica.
Los últimos gobiernos se solazan de multiplicar los pagos de transferencia sin comprender que gobernar, en este mundo, es crear trabajo.
La fuga identifica otra cuesta. Parte de la riqueza que aquí se produce, se va por la alcantarilla financiera. Algunos pagando impuestos, otros evadiéndolos. La riqueza se escapa. Y torna en un gas tóxico que en algún momento va a estallar.
Para algunos son US$ 300.000 millones: equivaldría a todo lo que el Estado debe.

Las razones del que fuga son individuales. Las consecuencias de la fuga son colectivas. Pero la razón es una: somos un Estado sin moneda.
Reconstruir el Estado es tornarlo capaz de ofrecer los bienes públicos que hoy no ofrece. Esa reconstrucción que no será completa sin reconstruir la moneda. Esta reconstrucción, como todas las cuestas que hay que remontar, no es “un solo objetivo” sino parte de un objetivo múltiple.

La esencia del acuerdo es la multidimensionalidad de las políticas. No es posible acordar lo necesario sin una visión compartida de largo plazo de nuestro desarrollo. Esa visión es el principal bien público que el Estado hace décadas que no provee. Recrear el órgano de planeamiento del desarrollo (Conada-Inpe), la inteligencia estratégica del Estado, es la condición necesaria para tener el mapa de las cuestas que hay que escalar. Sin ellos desbarrancarse será inevitable.


POBREZA Y LOS "PLANES"



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martes, 22 de octubre de 2019

CONGRESO DE FILOSOFÍA 2020



SOCIEDAD ARGENTINA DE FILOSOFÍA



La Sociedad Argentina de Filosofía anuncia la realización del próximo Congreso Nacional de Filosofía a celebrarse entre los días 15, 16 y 17 de octubre de 2020 en el Hotel IOSFA de la ciudad de La Falda (Pcia. de Córdoba). El tema a considerar será: “La Filosofía en América: relectura de sus pensadores en el siglo XX”. 

El siglo XX, al igual que toda realidad humana, se constituye de luces y sombras. Ya acaecido, corresponde a la filosofía hacer un balance de aquellos pensadores que estuvieron inmersos en el mismo, precisando, entre otras cosas, sus aportes a la historia de la humanidad, sus límites y dificultades, a la vez que mostrando aquello vivo que perdura en el hoy.

La ponencia no deberá superar las 12 páginas A4, times roman fuente tamaño 12, 1.5 espacio entre líneas, márgenes de 1 pulgada, títulos y subtítulos en negrita. La misma deberá ser remitida al mail consignado en la Página de la Sociedad (cdlasaga@gmail.com), siendo el día viernes 27 de septiembre de 2020 la fecha límite de entrega. 
En breve se comunicarán más precisiones en lo que respecta a los requisitos formales que deben reunir las ponencias en orden a su publicación en formato digital. Se entregarán certificados de asistencia siempre y cuando el participante, tanto el ponente como el asistente, hayan reunido el 80% de asistencia. 

El costo de la inscripción para los ponentes es el equivalente a USD 10 y USD 7 para los asistentes. Cuando el ponente reciba la confirmación de aceptación de su ponencia se le brindará el número de una cuenta bancaria para hacer el depósito correspondiente de la inscripción; se procederá del mismo modo con aquel que sólo se inscriba como asistente.

Todo inscripto deberá gestionar la reserva de su estadía en el Hotel IOSFA entendiéndose directamente con las autoridades del Hotel. (Avenida Ferrarini 1992 – La Falda – Córdoba. Tel: (03548) 42-2016 / 3350 / 6590. Mails: ioselafalda@arnetbiz.com.ar).

domingo, 20 de octubre de 2019

DEUDA PÚBLICA



Y ELECCIONES DEL 27 DE OCTUBRE

Por Héctor GIULIANO

(17.10.2019)

A contrario sensu de lo que comúnmente se cree, en materia de endeudamiento público estaríamos presenciando una de las transiciones más ordenadas que se hayan producido en la Argentina frente a la nueva Crisis de Deuda que estalló el año pasado. Y ello deriva del hecho de que tanto el Gobierno Macri como la oposición – básicamente, Alberto Fernández - en el fondo plantean la misma cosa: 
a) voluntad de pago a ultranza de los servicios de la deuda pública, sin cuestionamientos de fondo, 
b) no pedido de quita de Capital ni baja sustancial de los Intereses, 
y c) reperfilamiento a 4-5 años de los plazos de vencimiento de bonos, es decir, que el peso de las obligaciones prorrogadas pase no al próximo sino al gobierno siguiente.

En la práctica – a estar por las posiciones declaradas hasta la fecha – se trataría del mejor esquema de negociación a favor de los acreedores financieros del Estado, habida cuenta que la Deuda Argentina es la más cara del Mundo y que el objetivo de tal reestructuración, así limitada sólo a una cuestión de plazo, es lograr que la Argentina vuelva al Mercado Internacional de Capitales, es decir, quede habilitada nuevamente para volver a endeudarse.

POLÍTICA DE DEUDA MACRI

El presidente Macri vino a Gobernar con Deuda y en tres años de gestión aumentó las obligaciones del Estado Central cerca de los 100.000 MD[1] netos[2] (92.000 MD).
Paralelamente triplicó los pasivos remunerados del Banco Central (BCRA) – Letras (antes Lebac, hoy Leliq) y Pases Pasivos - que aumentaron de 487.800 M$ a 1.509.600 M$ (1.5 B$) desde el inicio de su administración hasta fines del 2018; y que hoy suman 2.6 B$.
Con el agravante que en ambos casos las tasas de interés de la Deuda Pública se elevaron al nivel de los 70-60 % en Pesos (hasta más del 80 %) y 8-9 % en Dólares.

Proyectado en forma anualizada el Gobierno Macri tiene Intereses a Pagar del Tesoro por 1.2 B$ (≡ 18.000 MD) y del BCRA por 1.8 B$ (≡ 30.000 MD).
Además de la Deuda Dolarizada de una decena de Provincias, de las que el Estado Nacional es garante en última instancia.
Con la especial particularidad que después de haber fracasado abiertamente en su gestión económico-financiera y llevado al país a una nueva situación de cesación de pagos, el presidente Macri recurrió a un mega-préstamo de emergencia Stand-by del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 56.300 MD a mediados del 2018 para poder sostenerse en el Gobierno hasta fin de su mandato; pero que incluso este crédito de salvataje fracasó en el corriente año y constituye un agravamiento de la Crisis de Deuda que se traspasa a la nueva administración que va a ser electa el 27.10.

Macri deja al país endeudado en una de las peores condiciones de la Historia Financiera Argentina: 
a) Un stock de Deuda Pública de 350.000 MD (al 30.6 de este año), 
b) Una carga de Intereses a Pagar aumentada en forma más que proporcional al aumento del Capital o Principal de la Deuda (hoy del orden de los 20.000 MD anuales), 
y c) Un peor perfil de vencimientos, por fuerte concentración de Deudas a Corto Plazo (fundamentalmente Letras del Tesoro).

Y, tanto o más grave aún, con un sobre-endeudamiento bicéfalo por la paralela configuración de una elevadísima Deuda cuasi-fiscal del BCRA que es más costosa e inmanejable que la del Gobierno Central.
Según el Proyecto de Ley de Presupuesto 2020 enviado al Congreso, el año que viene le caen al país vencimientos de Capital por 52.000 MD y además, entre Nueva Deuda y renovaciones de Letras del Tesoro, se prevé tomar otros 43.000 MD. En total, colocaciones por casi 100.000 MD (95.000) - sin contar al BCRA - en un país que está en default fáctico (!).[3]

Después de la primera gran ola de endeudamiento del Proceso Militar (1976-1983) y de la década de la Convertibilidad Menemista (1989-1999), la del gobierno Macri es la tercera y probablemente la más gravosa de estas grandes oleadas de aumento de la Deuda del Estado bajo políticas neo-liberales en la Argentina.   




POLÍTICA DE DEUDA KIRCHNER

Durante los 12 años de administración kirchnerista la Deuda del Gobierno Argentino aumentó en unos 100.000 MD (tanto como la de Macri en sólo 3 años), pasando de 151.000 MD a mediados de 2003 a 254.000 MD en Diciembre de 2015.
El gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) partió de la base que no iba a cuestionar la legitimidad de la Deuda Pública – que estaba en default desde la declaración del presidente Rodríguez Saá en Diciembre de 2001 – negoció un nuevo Megacanje en 2005 (que luego fue ampliado en 2010) y pagó en forma total y anticipada la deuda que nuestro país tenía con el FMI (por 9.530 MD, en Enero de 2006) respondiendo a exigencias de este Organismo y en momentos en que el mismo estaba fuertemente involucrado en irregularidades por los préstamos dados a la Argentina, según un Informe crítico de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del propio Fondo.

Desde ese momento – y sobre todo durante la doble gestión de su esposa, Cristina Fernández – el gobierno kirchnerista procedió a realizar pagos récord de servicios de Capital e Intereses a los Acreedores Privados Extranjeros abonándolos con recursos que tomaba de entes del propio Estado (fundamentalmente BCRA, FGS ANSES y Bancos Oficiales, con el BNA-Nación a la cabeza).
Esto llevó a que, por un lado, se descargara el peso de la Deuda Pública Externa (que a fines de 2015 era el 29 % de la Deuda Total) pero que paralelamente creciera el problema de la Deuda Interna Intra-Sector Público o Deuda Intra-Estado, que a Diciembre de 2015 constituía el 57.2 % de la Deuda Pública Total.

La contracara de esta menor presión del endeudamiento externo – que no fue rebaja de la Deuda Total dado que la misma aumentó más de 100.000 MD en todo el período Kirchner (unos 105.000 MD, resultantes de un stock de deuda de 150.000 MD al 30.6.2005 contra 254.600 MD a Diciembre de 2015) – fue el creciente aumento paralelo del pasivo del  BCRA por Lebac y el empapelamiento de la ANSES y los Bancos Oficiales con títulos públicos sin capacidad de repago, producto todo ello de la Política de pago de Deuda Externa con Reservas, reservas que luego se cubrían con Deuda cuasi-fiscal tomada principalmente por el BCRA.

Y a esto se sumó después el arreglo con el Club de París de Mayo de 2014 por 9.700 MD, de los que 3.700 MD eran Intereses Punitorios (sobre una deuda consolidada de 6.000 MD).
Asimismo, el mal manejo de la cuestión de los Holdouts – los tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 – terminó implicando un pago final de 18.400 MD: 6.200 por Capital, 5.500 por Intereses Moratorios y 6.700 por Intereses Compensatorios o Punitorios.

El hecho que la Deuda Pública con Acreedores Privados dejada por la administración Kirchner al final de su gestión fuera de sólo el 30.7 % del total – sin contar otro 12.0 % de los Organismos Financieros Internacionales – y habiéndose quedado el Estado con el 57.2 % como Deuda Intra-Sector Público fue considerado expresa y reiteradamente como una herencia positiva por parte de la administración Macri y de los economistas del establishment.
Esta situación dio lugar a que el Macrismo volviera a incrementar - en gran escala y sin demostración alguna de capacidad de repago - la Deuda Externa del Estado, llevándola actualmente a una composición más agravada por tipo de acreedor: 42.8 % con Acreedores Privados, 20.2 % con Organismos Internacionales y 37.0 % con Deuda Intra-Estado.

La Política kirchnerista de endeudamiento había quedado formulada en la llamada Hoja de Ruta Boudou, que comprendía tres pasos: 1. Arreglo con los Holdouts, 2. Nuevo Acuerdo con el Club de París, y 3. Regreso al Mercado Internacional de Capitales, para volver a endeudarse. Pero esta secuencia quedó trunca por la cuestión de los Holdouts. 

POLÍTICA DE DEUDA LAVAGNA

El Dr. Roberto Lavagna fue quien piloteó la transición económico-financiera 2002-2005, cubriendo las administraciones Duhalde y primera etapa Kirchner.
Contó para ello con el trabajo en tándem de su predecesor, Remes Lenicov, bajo quien se produjo la mega-devaluación post-convertibilidad del 2002, la pesificación asimétrica y la emisión de unos 31.000 MD de nuevos Bonos a posteriori de la Crisis de Deuda del 2001 para cubrir los efectos de dicha pesificación.

Tanto a Lavagna como a su entonces Secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen (hoy uno de los principales asesores del candidato Alberto Fernández) se les atribuye el mérito de un supuesto éxito de negociación en el Megacanje Kirchner de 2005 pero los datos de la realidad no prueban precisamente tal cosa:
a) Se declinó cuestionar la legitimidad de la Deuda Pública pese a que existían tramitándose en la Justicia Argentina la Causa Olmos II – continuación de la Causa I, que tenía sentencia del Dr. Ballestero y había sido dictada en el 2000 – y especialmente la nueva Causa por las probadas irregularidades del Megacanje De la Rúa-Cavallo del 2001. Peor aún, porque la mayor parte de los bonos resultantes de dicho Megacanje 2001 – se estima entre un 80 y un 85 % - fue incluida en la reestructuración conducida por Lavagna en el 2005.
b) La quita efectiva del Megacanje 2005 fue de 27.000 MD (el 43.3 % de los bonos canjeados): producto de la diferencia entre bonos aceptados para el canje por 62.300 MD menos Nuevos Bonos emitidos por 35.300 MD.
c) Pero esta quita de 0.43 por Dólar fue compensada más que totalmente con la entrega de Cupones PBI por valor de 0.48 US$ sobre el Valor Nominar 1, de modo que en realidad no hubo quita sino, por el contrario, un premio de 0.05 por Dólar.

Con el agravante clave que la mayoría de los bonos canjeados estaban ya en manos de grandes Fondos Buitre que habían comprado esos títulos cuando cotizaban como Bonos Basura a 20-25 % de su valor o menos después del Default de 2001, lo que les incrementaba sustancialmente las ventajas financieras del cambio de bonos..
Y con el problema adicional de que quedaban fuera de este Megacanje unos 20.000 MD de bonos en manos de Holdouts que no ingresaron entonces en la operación y que terminarían luego haciéndole juicios de reclamo a la Argentina que le costaron muy caros al país.

Paradójicamente, el Dr. Lavagna confiaba en que luego del Megacanje Kirchner 2005 el país podía volver al Mercado Internacional de Capitales - es decir, que podía volver a endeudarse - mientras dejaba irresuelto el problema de los Holdouts.
En ese entonces el Lic. Guillermo Nielsen era Secretario de Finanzas y el Dr. Alberto Fernández era Jefe de Gabinete de Ministros (2003-2008), bajo la presidencia de Néstor Kirchner.    




[1] Las abreviaturas MD/M$ y B$ significan Millones de Dólares/Pesos y Billones de Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo de cifras, razón por la que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
En la mayoría de los casos, los importes se muestran en Pesos y Dólares equivalentes (≡), al tipo de cambio vigente a esa fecha.
[2] Decimos netos porque, en realidad, las colocaciones de Deuda en el trienio 2016-2018 por parte de la administración macrista fueron mucho mayores – del orden de los 162.000 MD – pero al mismo tiempo – como resultado de las sucesivas devaluaciones - se produjo una fuerte licuación de la Deuda Pública en Pesos al ser expresada en Dólares, con un ajuste de valuación de casi 70.000 MD.
[3] El reperfilamiento decidido unilateralmente por Decreto 596/2019 del presidente Macri implica además el traspaso al nuevo gobierno de unos 12.500-14.000 MD que vencen durante el segundo semestre de este año difiriéndolos a 90 y 180 días, que pasan así a recargar la agenda de pagos de Diciembre y de Febrero próximos.