Y ELECCIONES DEL 27 DE OCTUBRE
Por Héctor GIULIANO
(17.10.2019)
A contrario sensu de lo que comúnmente se
cree, en materia de endeudamiento público estaríamos presenciando una de las
transiciones más ordenadas que se hayan producido en la Argentina frente a la
nueva Crisis de Deuda que estalló el año pasado. Y ello deriva del hecho de que
tanto el Gobierno Macri como la oposición – básicamente, Alberto Fernández - en
el fondo plantean la misma cosa:
a) voluntad de pago a ultranza de los servicios
de la deuda pública, sin cuestionamientos de fondo,
b) no pedido de quita de
Capital ni baja sustancial de los Intereses,
y c) reperfilamiento a 4-5 años de
los plazos de vencimiento de bonos, es decir, que el peso de las obligaciones
prorrogadas pase no al próximo sino al gobierno siguiente.
En la práctica – a estar por las posiciones
declaradas hasta la fecha – se trataría del mejor esquema de negociación a
favor de los acreedores financieros del Estado, habida cuenta que la Deuda
Argentina es la más cara del Mundo y que el objetivo de tal reestructuración, así
limitada sólo a una cuestión de plazo, es lograr que la Argentina vuelva al
Mercado Internacional de Capitales, es decir, quede habilitada nuevamente para
volver a endeudarse.
POLÍTICA DE DEUDA MACRI
El presidente Macri vino a Gobernar con Deuda
y en tres años de gestión aumentó las obligaciones del Estado Central cerca de
los 100.000 MD[1]
netos[2]
(92.000 MD).
Paralelamente triplicó los pasivos
remunerados del Banco Central (BCRA) – Letras (antes Lebac, hoy Leliq) y Pases
Pasivos - que aumentaron de 487.800 M$ a 1.509.600 M$ (1.5 B$) desde el inicio
de su administración hasta fines del 2018; y que hoy suman 2.6 B$.
Con el agravante que en ambos casos las tasas
de interés de la Deuda Pública se elevaron al nivel de los 70-60 % en Pesos
(hasta más del 80 %) y 8-9 % en Dólares.
Proyectado en forma anualizada el Gobierno
Macri tiene Intereses a Pagar del Tesoro por 1.2 B$ (≡ 18.000 MD) y del BCRA
por 1.8 B$ (≡ 30.000 MD).
Además de la Deuda Dolarizada de una decena
de Provincias, de las que el Estado Nacional es garante en última instancia.
Con la especial particularidad que después de
haber fracasado abiertamente en su gestión económico-financiera y llevado al
país a una nueva situación de cesación de pagos, el presidente Macri recurrió a
un mega-préstamo de emergencia Stand-by del Fondo Monetario Internacional (FMI)
por 56.300 MD a mediados del 2018 para poder sostenerse en el Gobierno hasta
fin de su mandato; pero que incluso este crédito de salvataje fracasó en el
corriente año y constituye un agravamiento de la Crisis de Deuda que se
traspasa a la nueva administración que va a ser electa el 27.10.
Macri deja al país endeudado en una de las
peores condiciones de la Historia Financiera Argentina:
a) Un stock de Deuda
Pública de 350.000 MD (al 30.6 de este año),
b) Una carga de Intereses a Pagar
aumentada en forma más que proporcional al aumento del Capital o Principal de
la Deuda (hoy del orden de los 20.000 MD anuales),
y c) Un peor perfil de
vencimientos, por fuerte concentración de Deudas a Corto Plazo
(fundamentalmente Letras del Tesoro).
Y, tanto o más grave aún, con un
sobre-endeudamiento bicéfalo por la
paralela configuración de una elevadísima Deuda cuasi-fiscal del BCRA que es más
costosa e inmanejable que la del Gobierno Central.
Según el Proyecto de Ley de Presupuesto 2020
enviado al Congreso, el año que viene le caen al país vencimientos de Capital
por 52.000 MD y además, entre Nueva Deuda y renovaciones de Letras del Tesoro,
se prevé tomar otros 43.000 MD. En total, colocaciones por casi 100.000 MD
(95.000) - sin contar al BCRA - en un país que está en default fáctico (!).[3]
Después de la primera gran ola de endeudamiento
del Proceso Militar (1976-1983) y de la década de la Convertibilidad Menemista
(1989-1999), la del gobierno Macri es la tercera y probablemente la más gravosa
de estas grandes oleadas de aumento de la Deuda del Estado bajo políticas
neo-liberales en la Argentina.
POLÍTICA DE DEUDA KIRCHNER
Durante los 12 años de administración
kirchnerista la Deuda del Gobierno Argentino aumentó en unos 100.000 MD (tanto
como la de Macri en sólo 3 años), pasando de 151.000 MD a mediados de 2003 a
254.000 MD en Diciembre de 2015.
El gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007)
partió de la base que no iba a cuestionar la legitimidad de la Deuda Pública –
que estaba en default desde la declaración del presidente Rodríguez Saá en
Diciembre de 2001 – negoció un nuevo Megacanje en 2005 (que luego fue ampliado
en 2010) y pagó en forma total y anticipada la deuda que nuestro país tenía con
el FMI (por 9.530 MD, en Enero de 2006) respondiendo a exigencias de este
Organismo y en momentos en que el mismo estaba fuertemente involucrado en
irregularidades por los préstamos dados a la Argentina, según un Informe
crítico de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del propio Fondo.
Desde ese momento – y sobre todo durante la
doble gestión de su esposa, Cristina Fernández – el gobierno kirchnerista
procedió a realizar pagos récord de servicios de Capital e Intereses a los
Acreedores Privados Extranjeros abonándolos con recursos que tomaba de entes
del propio Estado (fundamentalmente BCRA, FGS ANSES y Bancos Oficiales, con el
BNA-Nación a la cabeza).
Esto llevó a que, por un lado, se descargara
el peso de la Deuda Pública Externa (que a fines de 2015 era el 29 % de la
Deuda Total) pero que paralelamente creciera el problema de la Deuda Interna
Intra-Sector Público o Deuda Intra-Estado, que a Diciembre de 2015 constituía
el 57.2 % de la Deuda Pública Total.
La contracara de esta menor presión del
endeudamiento externo – que no fue rebaja de la Deuda Total dado que la misma
aumentó más de 100.000 MD en todo el período Kirchner (unos 105.000 MD,
resultantes de un stock de deuda de 150.000 MD al 30.6.2005 contra 254.600 MD a
Diciembre de 2015) – fue el creciente aumento paralelo del pasivo del BCRA por Lebac y el empapelamiento de la ANSES y los Bancos Oficiales con títulos
públicos sin capacidad de repago, producto todo ello de la Política de pago de
Deuda Externa con Reservas, reservas que luego se cubrían con Deuda
cuasi-fiscal tomada principalmente por el BCRA.
Y a esto se sumó después el arreglo con el
Club de París de Mayo de 2014 por 9.700 MD, de los que 3.700 MD eran Intereses
Punitorios (sobre una deuda consolidada de 6.000 MD).
Asimismo, el mal manejo de la cuestión de los
Holdouts – los tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005 – terminó implicando un pago final de 18.400 MD: 6.200
por Capital, 5.500 por Intereses Moratorios y 6.700 por Intereses
Compensatorios o Punitorios.
El hecho que la Deuda Pública con Acreedores
Privados dejada por la administración Kirchner al final de su gestión fuera de sólo el 30.7 % del total – sin contar
otro 12.0 % de los Organismos Financieros Internacionales – y habiéndose
quedado el Estado con el 57.2 % como Deuda Intra-Sector Público fue considerado
expresa y reiteradamente como una herencia positiva por parte de la
administración Macri y de los economistas del establishment.
Esta situación dio lugar a que el Macrismo
volviera a incrementar - en gran escala y sin demostración alguna de capacidad
de repago - la Deuda Externa del Estado, llevándola actualmente a una
composición más agravada por tipo de acreedor: 42.8 % con Acreedores Privados,
20.2 % con Organismos Internacionales y 37.0 % con Deuda Intra-Estado.
La Política kirchnerista de endeudamiento
había quedado formulada en la llamada Hoja de Ruta Boudou, que comprendía tres
pasos: 1. Arreglo con los Holdouts, 2. Nuevo Acuerdo con el Club de París, y 3.
Regreso al Mercado Internacional de Capitales, para volver a endeudarse. Pero
esta secuencia quedó trunca por la cuestión de los Holdouts.
POLÍTICA DE DEUDA LAVAGNA
El Dr. Roberto Lavagna fue quien piloteó la
transición económico-financiera 2002-2005, cubriendo las administraciones
Duhalde y primera etapa Kirchner.
Contó para ello con el trabajo en tándem de
su predecesor, Remes Lenicov, bajo quien se produjo la mega-devaluación
post-convertibilidad del 2002, la pesificación asimétrica y la emisión de unos 31.000
MD de nuevos Bonos a posteriori de la Crisis de Deuda del 2001 para cubrir los
efectos de dicha pesificación.
Tanto a Lavagna como a su entonces Secretario
de Finanzas, Guillermo Nielsen (hoy uno de los principales asesores del
candidato Alberto Fernández) se les atribuye el mérito de un supuesto éxito de
negociación en el Megacanje Kirchner de 2005 pero los datos de la realidad no
prueban precisamente tal cosa:
a) Se declinó cuestionar la legitimidad de la
Deuda Pública pese a que existían tramitándose en la Justicia Argentina la
Causa Olmos II – continuación de la Causa I, que tenía sentencia del Dr.
Ballestero y había sido dictada en el 2000 – y especialmente la nueva Causa por
las probadas irregularidades del Megacanje De la Rúa-Cavallo del 2001. Peor
aún, porque la mayor parte de los bonos resultantes de dicho Megacanje 2001 –
se estima entre un 80 y un 85 % - fue incluida en la reestructuración conducida
por Lavagna en el 2005.
b) La quita efectiva del Megacanje 2005 fue
de 27.000 MD (el 43.3 % de los bonos canjeados): producto de la diferencia
entre bonos aceptados para el canje por 62.300 MD menos Nuevos Bonos emitidos
por 35.300 MD.
c) Pero esta quita de 0.43 por Dólar fue
compensada más que totalmente con la entrega de Cupones PBI por valor de 0.48
US$ sobre el Valor Nominar 1, de modo que en realidad no hubo quita sino, por
el contrario, un premio de 0.05 por Dólar.
Con el agravante clave que la mayoría de los
bonos canjeados estaban ya en manos de grandes Fondos Buitre que habían
comprado esos títulos cuando cotizaban como Bonos Basura a 20-25 % de su valor
o menos después del Default de 2001, lo que les incrementaba sustancialmente
las ventajas financieras del cambio de bonos..
Y con el problema adicional de que quedaban
fuera de este Megacanje unos 20.000 MD de bonos en manos de Holdouts que no
ingresaron entonces en la operación y que terminarían luego haciéndole juicios
de reclamo a la Argentina que le costaron muy caros al país.
Paradójicamente, el Dr. Lavagna confiaba en
que luego del Megacanje Kirchner 2005 el país podía volver al Mercado
Internacional de Capitales - es decir, que podía volver a endeudarse - mientras
dejaba irresuelto el problema de los Holdouts.
En ese entonces el Lic. Guillermo Nielsen era
Secretario de Finanzas y el Dr. Alberto Fernández era Jefe de Gabinete de
Ministros (2003-2008), bajo la presidencia de Néstor Kirchner.
[1] Las abreviaturas MD/M$ y
B$ significan Millones de Dólares/Pesos y Billones de Pesos respectivamente y
se expresan siempre con redondeo de cifras, razón por la que pueden darse
mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
En
la mayoría de los casos, los importes se muestran en Pesos y Dólares
equivalentes (≡), al tipo de cambio vigente a esa fecha.
[2] Decimos netos porque, en realidad, las
colocaciones de Deuda en el trienio 2016-2018 por parte de la administración
macrista fueron mucho mayores – del orden de los 162.000 MD – pero al mismo
tiempo – como resultado de las sucesivas devaluaciones - se produjo una fuerte
licuación de la Deuda Pública en Pesos al ser expresada en Dólares, con un
ajuste de valuación de casi 70.000 MD.
[3] El reperfilamiento
decidido unilateralmente por Decreto 596/2019 del presidente Macri implica
además el traspaso al nuevo gobierno de unos 12.500-14.000 MD que vencen
durante el segundo semestre de este año difiriéndolos a 90 y 180 días, que
pasan así a recargar la agenda de pagos de Diciembre y de Febrero próximos.