jueves, 21 de junio de 2012

LA CÁMPORA SE QUEDA CON FABRICACIONES MILITARES




Por Fernando Oz


 
Los antiguos ingenieros y especialistas de Fabricaciones Militares, acostumbrados a sostener la producción a fuerza de ingenio, ya se muestran hartos de los jóvenes de La Cámpora, que en un año ocuparon los principales cargos de esa compañía estatal a un devorador ritmo de Pac-Man. Con una caja de más de 600 millones de pesos, los integrantes de la agrupación que protege Máximo, el hijo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, buscan exportar armas a Angola y radares a Ecuador.

La primera vez que Santiago Rodríguez palpó un puñado de pólvora fue hace algunos años, cuando intentó desarmar un petardo durante una fiesta navideña. La segunda sucedió no hace mucho, pero en un escenario completamente diferente y estando como interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). El licenciado en economía e integrante emérito del Centro de Estudios Políticos de La Cámpora llegó a ese cargo con 35 años, el 12 de enero del año pasado, noticia que recibió con alegría el Día de Reyes.

Cómo piensa Rodríguez vender armas, municiones y radares a Angola es un secreto que pocos conocen. Lo que sí se sabe es que la idea lo entusiasma. Cuando el mes pasado la Presidenta salió en misión comercial al país africano, el director de DGFM fue de los primeros en desembarcar junto con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

“Algunos sectores donde puede haber intercambio son Infraestructura y provisión a las Fuerzas Armadas angoleñas, ya que vino a este país una delegación de Fabricaciones Militares”, anunció Moreno desde Angola. La Presidenta no quiso hablar de armas y sólo se limitó a mencionar “energía nuclear con fines pacíficos, radares y software”. No sería un mal negocio. Según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), los gastos militares en Africa aumentaron un 5,2% durante 2011, principalmente en Argelia, Angola y Nigeria.

“Hablemos de municiones”, comienza a explicar un especialista de la DGFM, antes de sentenciar que “la única manera de exportar municiones es desabasteciendo el mercado interno”. Lo confirma otra fuente, un ex funcionario que dejó Fabricaciones cuando llegó La Cámpora: “Alcanza para el mercado interno. Hay capacidad de abastecer un millón de tiros por mes, y Brasil diez millones”.

Un ingeniero que aportó información con la condición de que su nombre no fuera publicado comparó Fabricaciones Militares con “un Ford Falcon con ruedas nuevas”. “En materia tecnológica estamos mal. Nuestras pistolas son de doble acción, y el mercado de hoy pide de una sola acción. No somos competitivos para proveer ni reparar”, agregó.

Siguiendo una vieja tradición criolla, reafirmada por el gobierno de Carlos Menem, Rodríguez busca colocar sus productos bélicos en Ecuador. Para la misión ya habló con el embajador argentino en Quito, Alberto Alvarez Tufillo, el mismo que diagramó la estrategia comercial entre el kirchnerismo y el chavismo durante cinco años, y que acompañaba a las reuniones al ex director del Occovi y ex embajador paralelo en Caracas, Claudio Uberti.

El 16 de febrero, mediante una decisión administrativa, la DGFM recibió un oxígeno extra de 50.820.000 pesos. Nada mal para una compañía que genera unos 200 millones de pesos en recursos propios y, según el Presupuesto 2012, tiene prevista una erogación de 628.357.000 pesos.

Durante sus 17 meses de gestión, Rodríguez nombró a una treintena de asesores y colocó otros tantos en puestos clave. El tercer cargo más importante en la estructura de la DGFM se lo obsequió a su prometida, Bárbara Grané. La actividad anterior de la ahora coordinadora general, según diferentes sistemas de antecedentes contables, fue “servicios de publicidad”. Un funcionario técnico que ingresó a Fabricaciones cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia y que ahora pide a gritos ser trasladado a otra empresa estatal la pintó así: “Es una chica muy agradable, que hace honor a su nombre”.

Parecería que el equipo de Rodríguez recién se completó el 10 de abril último con la firma del Decreto Presidencial 524/2012, en el que se designa a Agustín Poussif como subinterventor. Es un abogado de 25 años oriundo de la ciudad santafesina de Firmat, cuyo único antecedente laboral es haber firmado un par de escritos judiciales como laboralista.

Ese cargo lo ocupaba Rubén Stehling, que había llegado a la DGFM junto con Arturo Puricelli. Pero desde que Puricelli asumió como ministro de Defensa, Stehling quedó bajo la mirada de La Cámpora. Las quejas de los “desmanejos” y las “arbitrariedades” de Rodríguez llegaron a oídos del ministro de Planificación Julio De Vido. “Yo no puedo hacer nada, la designación de Rodríguez la hizo Máximo”, contestó el atado ministro.


politicaydesarrollo.com.ar, 19-06-2012