lunes, 28 de abril de 2014

IDESA: SUBIR EL GASTO AYUDÓ POCO A BAJAR LA POBREZA



La Voz del Interior, 28-4-14

La consultora Idesa se sumó ayer a los cuestionamientos a las políticas sociales del gobierno nacional, en el marco de crecientes críticas por la decisión oficial de discontinuar estadísticas sociales o de dejar de difundirlas, como ha sido el caso de las líneas de pobreza e indigencia.

Según el informe privado, por cada 100 mil millones de pesos en aumento del gasto público, los niveles de pobreza han caído apenas un uno por ciento.

“Las autoridades económicas desistieron de publicar la medición de la pobreza. Falsear las estadísticas oficiales es un acto de alta irresponsabilidad pública que desvía la atención de la cuestión principal. La polémica sobre cuántos son los pobres reduce la visibilidad de las regresivas consecuencias que tiene asociado el despilfarro del gasto público. Para reducir la pobreza es imprescindible dejar de manipular estadísticas y fundamentalmente revisar con mucho sentido crítico la forma en que se está administrando el Estado”, sostiene Idesa.

Tras remarcar que al subestimar la inflación desde 2007 el sistema estadístico necesariamente subestimó la pobreza, Idesa propone una forma alternativa de medición: considerar pobre a la gente cuyo ingreso no supera el 60 por ciento de la mediana de ingresos de la población (el monto superior que gana la mitad de la población). “Este indicador es usado en los países avanzados porque se asume que es el más apropiado”, señala la consultora.

Con ese método, la Encuesta Permanente de Hogares muestra que entre 2004 y 2013 la pobreza bajó del 31 al 26 por ciento de la población; cinco puntos porcentuales.

“El gasto público total nacional, provincial y municipal medido en términos reales pasó de 735 mil millones a 1.200 miles de millones, o sea creció un 64 por ciento por encima de la inflación. “Esto implica que por cada 100 mil millones de aumento del gasto público real, la pobreza se redujo a razón de apenas un punto porcentual”.


“Estos datos muestran que la reducción de la pobreza ha sido muy modesta (...) y evidencia que el aumento del tamaño del Estado no generó inclusión. Los pobres sufren el aumento de los impuestos, pero se benefician muy poco del aumento del gasto”.