domingo, 4 de julio de 2010

FUGA DE CAPITALES: UN AGUJERO NEGRO EN LA ECONOMÍA ARGENTINA


Por Ismael Bermúdez

Más de la mitad de los dólares que ingresaron después de enero de 2002 gracias al superávit comercial, salieron del sistema doméstico y se refugiaron en cajas de seguridad, bajo el colchón o fueron al exterior. En total se fugaron U$S 65.000 millones. Además, por el pago de intereses, dividendos y utilidades, se giraron otros U$S 25.000 millones. Así, sólo una mínima parte del saldo positivo del comercio exterior de esos años pasó a engrosar las reservas del Banco Central.

Estos números se aproximan a los que se estima que acumulan los argentinos fuera del sistema. Según el INDEC, desde la crisis de 2001, cuando sumaban US$ 81.875 millones, esos activos argentinos aumentaron en casi US$ 56.000 millones ya que ahora suman US$ 137.826 millones.

El miércoles, el INDEC difundió el informe referido a la “Posición de inversión internacional” 2009 de la Argentina.

Allí se señala que a fines del año pasado “los activos externos” de los argentinos sumaban U$S 225.422 millones, compuestos de reservas en el BCRA por US$ 47.967 millones, inversiones directas –empresas o particulares– por US$ 29.445 millones y tenencias de moneda extranjera, depósitos en el exterior y bonos y acciones por US$ 148.010 millones.

Entre los especialistas existe consenso de que la fuga de capitales, al restar recursos que podrían ser utilizados para potenciar el crecimiento económico y el empleo, restringe o traba el desenvolvimiento nacional, constituye un factor de primer orden de evasión impositiva y tiene un impacto negativo en la distribución del ingreso.

Clarín, 4-7-10