sábado, 31 de octubre de 2009

ANSeS PARA TODO: TAPA DEUDAS Y AHORA BANCA EL PLAN HIJOS


Por: Alcadio Oña

Todo el mundo sabe que las cuentas públicas sólo cierran metiendo mano en la ANSeS, el Banco Central, el Nación y hasta en el mismísimo PAMI. Y que detrás de la reapertura del canje está la búsqueda de financiamiento internacional para el Estado.

Sin embargo, el ministro de Economía dijo, a la salida de una reunión en el Senado: "Antes, la Argentina recurría a los mercados con la lengua afuera, para salvar una situación fiscal". Evidentemente, Amado Boudou aprendió rápido las reglas del manual oficial.

El mismo día en que Boudou pintaba todo color K, el Tesoro Nacional tomó 380 millones de dólares y 400 millones de pesos del sistema previsional. Agregados a los $ 1.900 millones de comienzos de mes y puesto todo en pesos, da más de 3.750 millones en menos de un mes. Financiamiento o refinanciación de apuro, en ausencia de otras fuentes de crédito y a tasas moderadas.

Si esto no es andar con la "lengua afuera", cuanto menos se está "salvando la situación fiscal" a como sea posible.

Según datos de la consultora ACM, el stock de letras que el Tesoro Nacional tiene colocado en cajas y organismos públicos monta a $ 9.290 millones. De ese total, casi 6.000 millones están, de un modo u otro, en la ANSeS. Y 1.630 millones en el PAMI.

Hay quienes alegan que si allí hay plata lo más razonable es no mantenerla inmovilizada y, mejor todavía, usarla para financiar las necesidades del Estado.

A la inversa, otros dicen que si el dinero sobra al menos parte podría destinarse a aumentar los haberes previsionales y a extender a todo el universo los ajustes dictados por la Corte Suprema. O, también, a mejorar las prestaciones de la obra social de los jubilados.

La ANSeS ya es un organismo todo terreno: le presta al Gobierno para que pague deudas y ahora banca con $ 10.000 millones el plan hijos anunciado por la Presidenta. En un caso cobra intereses. En el otro deja de cobrarlos: es gasto puro y de hecho descapitalización del sistema.

Nada de todo esto aparece en el discurso oficial, siempre inclinado al relato que más conviene.

Pero a propósito del estado de las cuentas públicas, hay otra montaña de fondos en danza.

En lo que va del año, el Banco Central le giró al Tesoro Nacional utilidades por 4.500 millones de pesos. Buena parte, ganancias por la devaluación del peso.

Contra el stock que había al 9 de enero, el BCRA también aportó al Gobierno 9.900 millones en adelantos transitorios. A fin de año llegarían a 17.000 millones.

Y la cuenta sigue. Por obra y gracia de la ley presupuestaria aprobada para 2009, el Banco Nación ya despachó 7.500 millones de los depósitos de organismos públicos. Y agregará 800 millones en noviembre.

Así, sin computar los adelantos transitorios, el Tesoro Nacional dispondrá de $ 20.430 millones. De la ANSeS, el PAMI, el Banco Central y el Nación.

Si la Argentina no está con la "lengua afuera", al decir de Boudou, es porque se financia con cuanta caja pública tenga a mano. Aun cuando sea deuda del Estado con el propio Estado, es al final deuda. Y obligaciones que se acumulan hacia el futuro: nada que no resulte conocido.

Hasta es probable que los intereses de un título público, que vencen en 2010, no sean pagados en término sino pateados para tres años después. Buena parte está en cabeza de la ANSeS: habría una refinanciación forzosa y nuevamente el ejercicio de aliviar la caja ahora y diferir problemas. Aunque reciba otro a cambio, tal cual dice una versión firme, es plata que no ingresará al sistema previsional.

Los números pueden abrumar, pero son inevitables los de la situación fiscal. Sencillamente, porque esto explica todo lo otro.

Entre enero y septiembre de 2008, el superávit primario ascendió a 31.566 millones de pesos: el Estado recaudó mucho más de lo que gastó para su funcionamiento. En el mismo período de 2009, el saldo fue de 8.700 millones. Así, de un año al otro se perdieron $ 22.866 millones.

Y si se computan los pagos de la deuda, como corresponde, la Argentina ya está en pleno rojo financiero. Lejos de la holgura que pregona Boudou, más cerca del horizonte comprometido a cercano plazo que advierten economistas privados.

Sin embargo, con todas las cajas todavía disponibles no asoma ningún riesgo de default a la vista. Además, ingresarán 1.000 millones de dólares o 1.500 por el nuevo canje de la deuda.

La operación está en marcha, aunque ya saltó un interrogante: ¿habrá efectivamente una quita mayor a la del canje de 2005? Según cálculos preliminares de algunos especialistas, la quita real podría resultar menor. Del orden del 50%, contra el 70% que el Gobierno difundió hace cinco años.

Cualquiera sea el dibujo definitivo, lo cierto es que el Congreso aprobará una ley que destraba la operación sin conocer datos clave de la propuesta a los bonistas. Por más que hasta legisladores de la oposición la consideren un paso necesario, todos votarán a tientas.

El ministro de Economía dice que, cerrado el canje, las empresas privadas recuperarán el crédito externo. Otra vez humo o verdad a medias: lo que en realidad apremia es el financiamiento internacional para el Estado y cierto desahogo en la caja del poder político. Liberal progre, o simplemente oportunismo, todo vale en el universo de Boudou.

Clarín, 31-10-09