viernes, 22 de febrero de 2013

ACUERDO ARGENTINA - IRÁN



 Ayer el Senado de la Nación dio media sanción al proyecto de Tratado con Irán. Si bien varios senadores manifestaron sus sospechas de que el real motivo de este acuerdo es incrementar el comercio con aquél Estado, no se ha hecho hincapié en lo más importante: el propósito de construir un misil, en sociedad con Irán y Venezuela (1).
De todos modos, no parece caber duda que la firma de este acuerdo, representa el fin de la causa Amia. Baste decir, que al tener que revisar la Comisión de la Verdad, el expediente judicial que totaliza 200.000 fojas, esa tarea demandará no menos de cuatro años y seis meses (a tres minutos por foja, y diez horas diarias de lectura, durante cinco días por semana).




Comisión de la Verdad. Según el primer punto del acuerdo, la integrarán cinco juristas internacionales, dos nombrados por cada parte y un presidente de un tercer país designado de común acuerdo. Las funciones que surgen del nombre otorgado a la misma y la participación de Irán en su conformación fueron blanco de quienes advirtieron que podría determinar que se desestime la investigación del fiscal Alberto Nisman y el juez Rodolfo Canicoba Corral. “Si la comisión determina que no hay evidencia suficiente se corre el serio riesgo de que la causa caiga. Lo actuado por la Justicia argentina quedará deslegitimado”, advirtió Sonia Escudero, del PJ disidente. También el radical Ernesto Sanz replicó a los senadores kirchneristas, que insistieron en que el memorándum no implicará un perjuicio para la causa. “No es verdad que el acuerdo sea inocuo. Estamos poniendo en riesgo el camino hacia la verdad y la justicia”, aseguró. Y calificó de “gravísimo” que se le ceda al gobierno iraní toda la documentación, incluyendo la recolectada de “la inteligencia nacional y extranjera”.

Interrogatorios
El punto quinto del memorándum establece que la comisión de juristas y las autoridades judiciales argentinas e iraníes “se encontrarán en Teherán para proceder a interrogar” a los acusados con notificación roja de Interpol. Además de reprochar que el texto en inglés (versión testigo) usa el término “questioning”, que significa preguntar, y no otro más ajustado, se hicieron otras objeciones. “En ningún lado establece que para emitir las recomendaciones se requiere como paso previo proceder a las interrogaciones.

No está garantizado que los acusados se sometan a algún tipo de interrogatorio ”, planteó el radical Luis Naidenoff, en referencia a las atribuciones de la comisión para decidir “cómo proceder con el caso”. “¿Qué sucede si emite un dictamen que desestima las interrogaciones?”, preguntó. También hubo críticas porque al haber juristas internacionales y jueces iraníes no servirá como indagatoria, tal como establece la legislación argentina para la declaración de imputados.

Pedido de captura
“Según el acuerdo, a Interpol ya le están llegando copias.

¿Qué pasa si interpreta que ya logró su finalidad el código rojo?

”, se preguntó Sanz. El canciller Timerman había reconocido que los acusados podrían negarse a declarar e Irán ignorar lo que ordene el juez. En ese caso, dijo, deberán reforzar el pedido de captura ante Interpol.

Clarín, 22-2-13