MACRI-FMI
Por Héctor GIULIANO
(20.12.2018)
El gobierno Macri ha fracasado: es uno de los fracasos
más estrepitosos en materia financiera, económica y social de la Historia
Argentina.
En sus tres años de gestión Macri no ha mejorado ninguna
de las variables que indiquen una evolución positiva en estos tres sectores
básicos de la vida nacional y, por el contrario, las ha empeorado todas:
Inflación, Tipo de Cambio, traslado de la Devaluación a Precios, caída de los
Salarios Reales, baja de las Jubilaciones/Pensiones y del valor de los Planes
Sociales, Pobreza/Indigencia, Sub-ocupación/Desempleo, Déficit Fiscal, Déficit
de Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, aumento de la Deuda Pública,
aumento más que proporcional en sus Intereses y menor plazo promedio de las
nuevas obligaciones, caída del Consumo, baja de la actividad industrial – con
menor aprovechamiento de la capacidad instalada – falta de Inversiones
Productivas y de Inversiones Extranjeras Directas (IED) pero, en cambio, enorme
aumento de las Inversiones Financieras Autónomas, Recesión Económica y
Crecimiento negativo del PBI.
Éstos son los hechos: no son consideraciones subjetivas
ni interpretaciones distorsionadas o tendenciosas de la realidad.
El presidente Macri ha vivido vendiendo expectativas a falta de poder mostrar resultados concretos
desde su campaña electoral y la asunción del gobierno a fines del 2015 hasta
hoy; y lo sigue haciendo en el último año de su mandato, en que las
autoridades, el Fondo Monetario (FMI) y los economistas del establishment
auguran ahora señales de recuperación
recién desde fines del Segundo Trimestre del 2019 (!), esto es, en las
postrimerías de su período de gestión.
Macri vino a Gobernar con Deuda y en dos años llevó al
país a un nuevo Default. Esto fue detonado por la toma sistemática y
generalizada de nuevas obligaciones sin la más mínima capacidad de repago,
tanto de la Tesorería como del BCRA y también de las Provincias (con la de
Buenos Aires a la cabeza).
Pocas veces se ha dado una muestra tan demoledora de
irresponsabilidad financiera gubernamental, con el agravante que ello se hace a
costa de la mayor transferencia de recursos del Estado y del Pueblo Argentino
que se tenga memoria en beneficio del Sector Financiero-Bancario - interno e internacional
- aliado del Gobierno.
El vertiginoso aumento de la Deuda fue acompañado por un
aumento más que proporcional en el pago de sus Intereses: el tan denostado
aumento del Gasto Público está piloteado
justamente por estos intereses, que son incluso superiores al Gasto Previsional
Neto (Aportes/Contribuciones menos Jubilaciones/Pensiones): para el año 2019 el
gasto presupuestado de Intereses es de 746.400 M$[1]
mientras que el neto previsional es de 420.000 M$ (1.63 B$ – 1.21 B$).
Según las leyes de Presupuesto respectivas, los intereses
a pagar – medidos en dólares - eran unos 10.000 MD en 2016, 14.000 MD en 2017, 21.000
MD en 2018 (406.500 M$) y 18.600 MD para 2019 (746.400 M$, casi el doble que el
año actual); aunque con la importante aclaración que en estos dos últimos casos
los importes resultarían en la práctica mucho mayores que los previstos porque
las tasas que se empezaron a concertar desde la Crisis de Deuda que desató la
corrida cambiaria hacia fines de Abril son más altas que las tasas promedio de
la Deuda Total con que fueron elaboradas las previsiones presupuestarias.
El ritmo de aumento de los intereses es superior al del
aumento del Gasto Público Primario general: en los 10 primeros meses de 2018 - que
es la última información oficial disponible (período Enero-Octubre) - el
aumento promedio de los Gastos Primarios fue del 21.4 % mientras que el aumento
de los Intereses Pagados fue del 64.2 %, es decir, que los Intereses crecen tres
veces más que el crecimiento de los gastos generales.
Ergo, que frente al remanido lamento sobre el peso del
Gasto Público siempre se omite decir que el principal rubro que provoca el
aumento del Gasto – que es a la vez el componente determinante del Déficit
Fiscal – y el rubro que tiene mayor ritmo de crecimiento es el pago de los
Intereses de la Deuda Pública.
Y para cubrir este déficit causado por los Intereses de
la Deuda se sigue tomando más Deuda.
NUEVA CRISIS DE DEUDA
Frente a la Crisis de Deuda desatada por el acelerado
sobre-endeudamiento macrista - tanto del Tesoro Nacional como del BCRA - en
Abril de este año el problema estalló por el lado del Banco.
Desde fines de 2015 hasta Marzo de 2018 – gestión
Sturzenegger – el stock de la Deuda por Letras de Corto Plazo LEBAC (la mayoría
a 30 días promedio) se multiplicó por 4: de 346.300 M$ a 1.383.700 M$ (1.38
B$).
A lo que hay que sumar el fuerte aumento también de los
Pases Pasivos en el mismo período (que son colocaciones a sólo 1 y 7 días) y la
reciente incorporación de las LELIQ, que son Letras de Liquidez tipo LEBAC a
menor plazo (7 días) y pagan tasas de interés más altas.
Notablemente, el proclamado desarme de la Bomba de LEBAC se ha venido realizando a costa de
crear la nueva Bomba de las LELIQ,
que – como decimos – son obligaciones a menor término y mayor tasa.
Al 30.11.2018 el saldo de la deuda cuasi-fiscal del BCRA
era de 1.305.300 M$ (1.3 B$ ≡ 34.300 MD): a) 832.700 M$ de LEBAC/LELIQ (116.300
y 711.400 M$ respectivamente, más 4.900 de otros instrumentos), y b) 472.600 M$
de Pases Pasivos.
Esta masa de deuda en cabeza del BCRA, que devenga una
tasa del orden del 60 % anual, significa el costo financiero sin precedentes de
más de 783.000 M$ en un año: 2.200 M$ por Día ó 65.300 M$ por Mes.
Si a esto le sumamos los Intereses que paralelamente paga
el Tesoro Nacional, que según el Presupuesto 2018 estaban estimados en 1.100 M$
promedio diarios pero que ahora han tenido ulteriores aumentos de tasas que los
llevarían a 1.400 M$/Día o más, tenemos que el Estado Argentino – solamente por
estas dos grandes masas de endeudamiento público – tiene un piso de Intereses a
Pagar del orden de los 3.300 M$ por Día.
Como dato comparativo: según noticias del Ministerio de
Desarrollo Social, hoy el Gobierno gira 1.500 M$ mensuales a la Provincia de
Buenos Aires para contener la situación social del Conurbano Bonaerense. Es
decir, que para aguantar los efectos de la Pobreza creciente que genera el
extraordinario aumento de la Deuda del Estado y el pago de sus Intereses la
administración Macri gasta en un mes de ayuda social a la provincia menos de la
mitad de los intereses que paga en un sólo día a los acreedores financieros del
Estado.
El aumento desproporcionado y acelerado de la Deuda
Pública Macri, combinando el descontrol de la Deuda del BCRA con el
empeoramiento del monto, costo y perfil de vencimientos de la Deuda del
Gobierno Central - dada la magnitud creciente de Letras del Tesoro (LETE) y
Letras Capitalizables (LECAP, con anatocismo mensual) – llevó a la nueva Crisis
de Deuda que vivimos y a la consiguiente corrida cambiaria desde fines de Abril
de este año, derivada de la abrupta salida de capitales de las LEBAC y su pase
masivo a dólares por parte de grandes bancos y fondos de inversión
especulativos, que pusieron en jaque las reservas internacionales y la estabilidad
monetaria y cambiaria del Gobierno (un movimiento que fue liderado por la banca
Morgan Stanley).
Frente a esta situación el presidente Macri, a los fines
de salvar la continuidad financiera y política de su gobierno, decidió pedir
asistencia al FMI con carácter de urgencia.
SALVATAJE DEL FMI
A principios de Mayo, como producto inmediato de la
Crisis de las Lebac y la imposibilidad de sostener el pago de los Servicios de
la Deuda Pública en general, el presidente Macri solicitó ayuda urgente al FMI.
En Junio, el Fondo le acordó a la Argentina un préstamo
Stand-by extraordinario de 50.000 MD – el más grande de la historia de nuestro
país y también de la historia del propio FMI – de los que le desembolsó de
inmediato 15.000 MD, dólares que en su gran mayoría fueron destinados no a
cubrir el Déficit Fiscal sino la venta de divisas de las reservas
internacionales del BCRA, esto es, a financiar la fuga de capitales (bajo la
gestión Caputo, que sucedió a Sturzenegger).
Dado el incumplimiento de las condicionalidades del Fondo
y la dilapidación de sus recursos prestados, en Octubre se tuvo que firmar un
nuevo Acuerdo – o Stand-by modificado – que amplió el monto otorgado a 56.300
MD pero endureció más todavía las exigencias del Ajuste y el cronograma de medidas
a adoptar en materia financiera.
Bajo la nueva dirección del BCRA - a cargo de Guido
Sandleris - se implementaron entonces los requerimientos del nuevo convenio con
el Fondo, cuyas principales medidas
establecen lo siguiente:
a) En
materia monetaria, el abandono del mecanismo de Metas de Inflación y su
reemplazo por un esquema de Emisión Cero o nulo aumento de la Base Monetaria
hasta Junio de 2019, o sea, una limitación de los medios de pago circulantes o
restricción de la Liquidez y del Crédito para forzar Recesión en la Economía
con el argumento de contener la Inflación (un objetivo manifiestamente
incumplido hasta la fecha).
b) El
aumento de la Tasa de Interés de Referencia del BCRA al 60 % anual – que es la
tasa que determina la base de todas las tasas del Mercado – con un piso
garantizado a los acreedores financieros de las nuevas LELIQ (que empezaron a
reemplazar a las LEBAC) y de los Pases Pasivos del Banco. Tasas que llegaron a
más del 70 % en las primeras semanas posteriores al comienzo del programa,
provocando un agravamiento de la Recesión Económica y la Pobreza.
c) A
diferencia de las LEBAC, que podían venderse a Fondos de Inversión (FI) y
acreedores privados en general, las LELIQ sólo se venden a Bancos, que las
pueden utilizar para integrar sus encajes sobre depósitos, lo que implica una
forma indirecta de remuneración de las inmovilizaciones bancarias (como lo
fuera la Cuenta de Regulación Monetaria en época de Martínez de Hoz), aunque
ello no impide la intermediación de los FI a través de los Bancos, como sigue
ocurriendo.
d) En
materia cambiaria, se formaliza el régimen de Libre Flotación del Tipo de
Cambio, con restricciones expresas de intervención del BCRA dentro de una
determinada banda (que originariamente era de 34-44 $/US$ y que se indexa al 3 %
mensual). Esto significa que el Mercado Cambiario queda sujeto a los
movimientos de los grandes fondos especulativos internacionales bajo compromiso
de inacción del BCRA y con topes para dichas intervenciones, que eran de 150 MD
diarios y ahora fueron bajadas a sólo 50, esto es, a un nivel de inoperancia
estatal como para poder influir sobre la cotización del Dólar.
e) En
función de ello, especialmente desde Agosto, se viene produciendo una nueva ola
de ingresos de capitales golondrina – FI de corto plazo que lucran con el
arbitraje entre tipo de cambio relativamente estable y tasas de interés
locales, que son las más altas del mundo y que paga el propio Estado Argentino
a través de las letras del BCRA y del Tesoro.
f) Estos
capitales incrementan artificialmente el nivel de Reservas del BCRA – que
actualmente se encuentra en el orden de los 51.000 MD pero no le garantizan su
permanencia, lo que deja continuamente expuesto al Banco a la movida extorsiva clásica e
institucional de los Bancos y FI: o me
das alta Tasa de interés por las LELIQ y Pases Pasivos o me paso al Dólar.
g) La
combinación entre Libre Flotación del Tipo de Cambio – privatizado así el
Mercado Cambiario bajo control de los grandes Fondos de Inversión especulativos
(Hedge Fund) - y elevadísimas Tasas de
Interés que aumentan en forma inmanejable el Gasto Financiero del Estado (por
vía del BCRA y por vía de la Tesorería a la vez) mantiene una inexorable
situación de Iliquidez e Insolvencia sin remedio; y que el préstamo del FMI no
la soluciona sino que la enmascara.
Éste es el contexto que permite que el Sector
Financiero-Bancario maximice sus ganancias especulativas en la Argentina – las utilidades
más altas del Mundo - al amparo de un régimen privilegiado de colocaciones
sostenidas por el Estado y respaldado con los desembolsos del FMI y su
auditoría directa de las cuentas fiscales como garantía en favor de los
acreedores financieros del Estado.
ESTRATEGIA DEL FMI
El salvataje del gobierno Macri para que pueda llegar a
fin de su mandato en el 2019 abre sombrías perspectivas en la Argentina porque
tiene claros compromisos de contrapartida:
a) Durante
el año que le resta de su gestión la administración macrista compra su
estabilidad y permanencia en el gobierno a costa de una sangría de dinero de más de 3.000 M$ de intereses por día, que es
el precio fáctico de su artificial sobre-vida financiera y política.
b) Durante
este período, la administración macrista tiene que llevar a cabo o al menos
dejar planteadas una serie de Reformas Estructurales cuya naturaleza y alcance
todavía no han sido explicitados a la Opinión Pública pero que abarcan, entre
otros, fuertes cambios en materia de flexibilización laboral, rebajas en los
beneficios jubilatorios, concesiones oficiales en el campo de los Servicios
Públicos (Precios y Tarifas) y en licitaciones de Obras Públicas e
Infraestructura (principalmente ligadas al nuevo sistema de endeudamiento vía
programas PPP-Participación Público-Privada).
c) La
Administración Macri tiene que institucionalizar y mostrar resultados especialmente
en su Política de baja de los Salarios Reales – aumentos de las Remuneraciones
inferiores a la tasa de Inflación – rebaja progresiva del peso de las
Jubilaciones/Pensiones y licuación de los Gastos por Planes Sociales.
d) Para
ello el gobierno debe seguir provocando Inflación vía liberación de Precios
generales del Mercado, aumentos de Precios/Tarifas de Servicios Públicos,
Devaluación con traslado más controlado a Precios, altas Tasas de Interés,
incremento de la Presión Tributaria y desfasaje de los aumentos de salarios
menores al aumento de los Precios. Teniendo como factor a su favor el cobro del
tantas veces denostado Impuesto
Inflacionario.
Esta batería de medidas está destinada a cubrir la gran ecuación inmediata: Ajuste y rebaja
de los Salarios Reales para compensar los crecientes Intereses a Pagar de la
Deuda Pública y allanamiento a las nuevas condiciones económico-financieras
fijadas por el Fondo.[2]
La Política de Gobernar con Deuda del presidente Macri
llevó al país a un nuevo Default pero ese Default está siendo cubierto con los
desembolsos del FMI para evitar que se deba encarar en forma inmediata una
nueva gran reestructuración de Deuda: un nuevo Megacanje cuya negociación se
difiere para trasladarlo al próximo gobierno electo en el 2019.
Por eso, el crédito Stand-by (SBA) del FMI constituye un
préstamo-puente para que el gobierno Macri no le interrumpa el pago de los
servicios de la Deuda a los Acreedores, para que pueda completar su mandato
bajo condiciones de total sumisión a las políticas dictadas por el Fondo y para
que pueda a la vez dejar pegada así en tales compromisos a la administración que
surja de las elecciones del año que viene, cualquiera sea su signo.
El SBA, en la práctica, cumple entonces un triple
objetivo:
- Institucionaliza
la intervención del FMI en las Cuentas Fiscales de la Argentina y en la
determinación formal de sus Políticas Públicas, esencialmente en materia
de Política Financiera: Monetaria, Cambiaria y Bancaria.
- Compromete encarar
las citadas nuevas Reformas Estructurales a cargo de la administración macrista
en lo que le resta de su mandato.
- Deja sentada las
bases para una inexorable nueva reestructuración de Deuda o nuevo
Megacanje por parte del próximo gobierno.
Con la particularidad que como el préstamo del FMI no
tiene mira de poder ser devuelto en tiempo y forma, el mismo queda condenado de
antemano a ser prorrogado sucesivamente – a través de waivers o dispensas – de
modo que el Fondo permanezca así como Auditor permanente de los intereses de
los Acreedores del Estado.
El gobierno Macri deja firmado un acuerdo con el Fondo
que vence en el 2021, esto es, abarcando el fin de su mandato y los dos
primeros años de la nueva administración electa en el 2019.
El FMI le desembolsa a Macri 51.100 MD (28.300 en 2018 y
22.800 en 2019) – es decir, el 90 % del total (56.300 MD) – y la cuenta la va a
tener que pagar el futuro gobierno (!); pero sorprendentemente nadie dice nada
al respecto.
Y mientras esto ocurre, la Argentina – siguiendo una
suerte de constante histórica bajo el
Sistema de la Deuda Pública Perpetua – deviene el campo preferido de los
macro-negociados del Capital Financiero-Bancario, como ya ocurriera antes de
todos los grandes Megacanjes de nuestra historia contemporánea, como el caso de
los Acuerdos de Nueva York de 1985-1987, del Plan Brady de 1992-1993, del
Megacanje De la Rúa-Cavallo del 2001 y del Megacanje Kirchner-Lavagna de
2005-2010.
Siempre se cumple la misma regla: Devaluación-Inflación
previas que garantizan la licuación de precios y salarios locales medidos en
dólares, altas Tasas de Interés y corridas cambiarias que producen ganancias
especulativas récord en materia financiera, caída de las cotizaciones de
Bonos/Acciones en la Bolsa que favorecen un fuerte traspaso de títulos y
empresas de manos nacionales a extranjeras, fuga de capitales financiadas con
nuevos préstamos (del FMI y otros organismos de soporte) y aumento
indiscriminado de la Deuda Pública a ser renegociada.
Luego, producido el inexorable agotamiento de los
recursos fiscales y cuasi-fiscales o del BCRA para poder sostener el pago de
los Intereses de la Deuda: apertura de rondas de conversaciones para llegar a
un nuevo Megacanje y comenzar con ello un nuevo Ciclo de Endeudamiento del
Estado.
Porque las Crisis de Deuda no son ruptura sino parte de
los Ciclos de la Deuda.
Dado que los incumplimientos ante el FMI se pueden capear con sucesivos perdones del
Organismo esta variante garantiza la continuidad indefinida de la auditoría del
Fondo y su función de reaseguro ante los Acreedores Financieros hasta fines del
actual gobierno y con vistas a la negociación de un futuro nuevo Megacanje por
parte del próximo gobierno.
Y con esto se busca lograr el objetivo final de la
asistencia del FMI que es – como lo dijera su directora-gerente Christine
Lagarde y los funcionarios de la administración macrista – que la confianza retorne a la Argentina para
que el país pueda así volver el Mercado Internacional de Capitales, es decir,
para volver a endeudarse.
Son las consecuencias inexorables de la proclamada inserción de la Argentina en el Mundo Globalizado
y de la Política Institucional de Gobernar con Deuda.
La tarea del gobierno Macri hasta fines del 2019 es
cumplir con estos requerimientos de base del proceso de endeudamiento contando
para ello con el sostén de los grandes Países Desarrollados, con la alianza del
Sistema Financiero-Bancario - internacional y local - y con el apoyo y la
complicidad interna de la Clase Política.
[1] Las abreviaturas M$/MD y B$
significan Millones de Pesos/Dólares y Billones de Pesos respectivamente, y se
expresan siempre con redondeo, razón por la cual pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos.
[2] La Reunión del G20 en Buenos Aires
contribuyó a despejar una incógnita que, aunque poco probable, estaba
subyacente: la posibilidad de que el FMI no le dibujara buenas notas al gobierno Macri y pusiera así en juego su
continuidad.
El
anuncio que acaba de producirse por parte del Fondo y el giro del tercer tramo
del préstamo Stand-by (SBA) le permite ahora al gobierno poder actuar durante
el Verano, aunque siempre con la soga
corta al cuello hasta el próximo
desembolso condicionado de Marzo del 2019.
El
interrogante de fondo que sin embargo no queda claro es si el presidente podrá mantener
y controlar una situación financiera, económica y social de este tipo durante el
año electoral.