sábado, 5 de noviembre de 2022

PRIMER CONGRESO DE CATÓLICOS ARGENTINOS

 

 

A 138 años de aquella reunión, realizada en agosto de 1884, consideramos necesario recordarla, al encontrarnos en una situación de suma gravedad para el futuro de la Argentina. En aquél momento, el principal problema era el avance de la ideología liberal que agredía nuestra identidad nacional de base cristiana.


El general Roca llevaba cuatro años como presidente, y los males políticos que el país padecía implicaban una cuestión de gobierno y vano resultaba entonces negar esa realidad y reducirse a una estrategia que condenaba a quienes la esgrimían, a un activismo sin consecuencias. Se imponía una resistencia al gobierno en el mismo terreno en que lo planteaba: el político.


Tristán Achával Rodríguez sostuvo: Yo pienso, señores que, si meditamos sobre los deberes cívicos que nuestra sacrosanta religión impone a sus fieles, arribaremos a esta consecuencia: que, bajo cualquier forma de gobierno en el mundo civilizado, el ciudadano cristiano está obligado a distribuir las horas de su vigilia diaria de este modo: una parte para Dios y para él, para su religión; otra parte para su familia y su prójimo y la tercera para la cosa pública, es decir, para su patria.


El Dr. Emilio Lamarca agregó: Sin unirse, sin coaligarse, sin reforzar a los que están en la brecha, sin trabajar todos con el mismo empuje, podrán nuestros tibios amigos continuar sacudiendo la cabeza, departir con admirable cordura sobre los abusos reinantes y lamentarlos con sobrado fundamento; pero el mal no se detendrá en su carrera. Se requiere algo más que graves conversaciones para evitar la ruina. Terminaba diciendo que cada uno actuara dentro de su esfera y según sus alcances acudiendo a la inscripción y a las urnas, dando prueba de virtud cívica y de fe vigorosa y fecunda en actos de abnegación; en una palabra, no retirándose a sus casas, que son las cuevas modernas del desierto político argentino.


Esos antepasados, lograron al menos frenar muchas iniciativas negativas, incluso desde el Congreso nacional, a través de destacados dirigentes que, al margen del partido que los postulara, se identificaban como católicos.


Comenzaron una labor constante de organización de entidades sociales, académicas e incluso sindicales, con una presencia activa en la sociedad. Comprendieron la necesidad de prepararse especialmente para poder actuar eficazmente como dirigentes en dichas actividades. Precisamente, este año se cumple el centenario de los Cursos de Cultura Católica, que formaron varias generaciones de laicos argentinos, preparados para el buen combate en la vida cívica.


Ojalá esos ejemplos sirvan de acicate para que seamos capaces, hoy, de transitar esa huella trazada por quienes nos precedieron, para contribuir a salvar la Nación Argentina.


Mario Meneghini

 

Fuente: Auza, Tomás. “Católicos y liberales, en la generación del ochenta”; Ediciones Culturales Argentinas, 1981.