martes, 13 de febrero de 2024

ARGENTINA


 otro muro de los lamentos

 

POR GUSTAVO GARCÍA

 

La Prensa, 12.02.2024

 

Si la hoja de ruta libertaria es correcta, ahora mismo estaríamos en el ojo del huracán, en el centro de la tormenta. Quedaría por delante un mes y medio de precios al alza de manera descontrolada, 45 días de salarios en proceso de pulverización y rentabilidades dañadas. Después, como las aguas del río cuando atraviesan los rápidos, la economía debería tomar un curso más sosegado.

 

El factor temporal aquí es relevante porque la pregunta que todo el mundo se hace, de un lado y del otro del mostrador, es qué ocurrirá si ese envión no cesa. ¿Qué ocurrirá si en lugar de un estuario terminamos por encontrarnos con una catarata? O lo que es  lo mismo, ¿por cuánto tiempo puede sostenerse o soportarse semejante ajuste?

 

La frase No hay plata, que popularizó el presidente Javier Milei, ya es remera. Se ofrece en los locales de la costa bonaerense adonde las ventas cayeron 25% interanual en enero. En esta fase de precios recalentados –que no empezó en la actual gestión pero que se aceleró de manera cruel- la sociedad acuña un nuevo lema: La plata no alcanza.

 

En el manual libertario la actualización salvaje de los precios –algunos de ellos pisados durante el kirchnerismo, pero muchos otros no- es condición necesaria para estabilizar la economía y bajar la inflación. Primero el proceso inflacionario se disparará, tal como lo estamos viendo, y luego producto de una profunda recesión los precios alcanzarán un nuevo techo. De allí no se moverían demasiado dado el estado inerte de la demanda.

El Estado, en el credo libertario, no regula ni interviene en la negociación entre partes. No fija parámetros. El mercado con su enorme mano invisible alcanza por sí solo el equilibrio. De allí los repetidos dichos de Milei, allá lejos y hace tiempo cuando apenas era un economista de la Corporación América, quien recalcaba ante las cámaras que “la señal de precios es sagrada, más sagrada que la madre”.

 

En este envión todo sube. El transporte en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano aumentó 250% y se puso a tono con la realidad del resto de las provincias del país. El servicio de medicina prepaga se ha desbocado y corre libre por las pampas, enviando mes tras mes cartas con anuncios de aumentos que obligan a sus clientes a buscar alternativas más baratas o apostar por un sistema de salud público colapsado. Y todavía falta que, tras las asambleas de rigor, se actualicen los precios de la energía, que escalarán sin contemplación en los meses venideros.

 

En las arenas movedizas del mercado todo aumenta, menos los salarios. Los sindicatos con mayor representatividad y peso en la economía han logrado una actualización de ingresos, pero buena parte de la población económicamente activa –el 40% es empleo no registrado- padece como nunca los embates de la inflación. Tanto es así que en diciembre el poder de compra se redujo 13,7%, ubicándose por encima de la crisis del 2002, cuando el derrumbe fue del 9,4%.

 

La gente cada vez compra menos y se alimenta peor. Nos lo dice Marta Velardez, dirigente de la Federación de Almaceneros, en la nota de tapa del suplemento de Economía. El deterioro es palpable. Quizás lo más preocupante sea que no hay a la vista plan alguno de estabilización y que, doctrina libertaria mediante, todo quede librado al orden natural de las cosas.

 

De acuerdo a los datos del Monitor del Humor Social, elaborado por la consultora D’Alessio Irol, la evaluación negativa de la situación económica actual bajó 4 puntos respecto de diciembre, pero se mantiene en niveles muy elevados (84%).

 

“Con respecto a las expectativas económicas para el año próximo, se consolidan cifras muy similares al mes pasado. Al tiempo que un 52% cree que la situación empeorará, un 43% sostiene que estará mejor. El optimismo para el futuro es particularmente importante entre los votantes de LLA (72%)”.

Y agrega: “A casi dos meses de haber inaugurado su gestión, el gobierno de Javier Milei cosecha una aprobación del 47% y una desaprobación del 50%. Esto implica una caída de 3 puntos en la aprobación y un incremento de 6 puntos en la desaprobación en relación a diciembre de 2023”.

La inflación es el tema que más preocupa a los encuestados con el 89%.

 

Le siguen la incertidumbre económica (sin variaciones respecto a diciembre de 2023) y la inseguridad (que este mes cayó 2 puntos y se situó en el 62%). El temor a perder el trabajo se consolida entre las diez principales preocupaciones, algo que apareció como una novedad en el relevamiento del mes pasado.

 

IDEOLOGIAS

 

Mientras el quehacer diario se cocina a llamaradas, el presidente de la Nación emprendió un viaje a todas luces innecesario rumbo a Israel.

 

Allí peregrinó, lloró ante el Muro de los lamentos, consolidó su proceso de conversión hacia el judaísmo, se abrazó entre lágrimas a su guía espiritual y tomó la decisión personal de mudar la sede de la embajada Argentina de Tel Aviv hacia Jerusalem.

 

La visita no genera beneficio alguno desde lo económico y, por el contrario, según opinan los analistas internacionales la mudanza diplomática habría sido un error descomunal, un acto ingenuo e inconsulto, una ofensa para el complejo mundo musulmán. No olvidemos lo que nos ocurrió la última vez que les mojamos la oreja.

 

Lo interesante de todo esto pasa por confirmar que el componente ideológico es siempre y en todo lugar el motor de la política y también de la economía. Se desdeña cuando el corpus de ideas proviene de la izquierda o centroizquierda, pero se apaña cuando viene de la derecha. No hay otro argumento que el ideológico –religioso, económico- para explicar esta semana de Milei en Israel.

 

Pero como esta debería ser una columna económica, vamos a repasar qué significa Israel en el intercambio comercial con la Argentina. De acuerdo a un informe elaborado por la Cámara Argentina de Comercio en 2023 el intercambio comercial entre Argentina e Israel fue de 525 millones de dólares, un 11,8% menor a 2022.

 

De esta manera, el comercio bilateral volvió a caer, luego de tres años de crecimiento continuo.

 

¿Qué le vendemos a Israel? Las exportaciones de Argentina hacia ese país  fueron de u$s 341 millones, marcando una baja del 15% con respecto al año anterior. Entre los principales productos exportados se encontraron carne bovina deshuesada y congelada (37,2%), carne bovina deshuesada, fresca o refrigerada (29,3% del total) y maíz en grano (5,9%).

 

¿Y qué le compramos? Las importaciones argentinas desde Israel alcanzaron los u$s 184 millones, implicando una baja del 5,1% con respecto a 2022. Los principales productos importados fueron herbicidas, acondicionados para la venta por menor con el 10,4%; polietileno densidad mayor a 0,94, sin carga, en formas primarias, 10,2%; y aparatos interruptores, seccionadores y conmutadores, 6%.

 

Viendo estas cifras, más le hubiera valido al presidente Milei sacudirse de encima el prejuicio ideológico y sacar pasaje a Brasilia para visitar a Lula Da Silva. Con Brasil, ese país comunista y principal socio comercial de la Argentina, la balanza del 2023 cerró con un rojo de u$s 4.800 millones. Las exportaciones cayeron 8,5% y las importaciones crecieron 9,3%.

 

Había que ir allá para negociar una mejora en los flujos, lubricar canales, reposicionar a las compañías argentinas. No pudo ser.

 

ANARQUIA

 

Ningún país del mundo se gobierna sin el instrumento de la política.

 

Grandes, chicas, poderosas, débiles, pujantes, en crisis, las naciones se construyen a partir de la negociación y los acuerdos. Hay un ente llamado Estado que funciona como paraguas y termina por darle una razón de ser a la existencia de eso que denominamos país. Lo contrario es la anarquía.

El punto viene a cuento de lo ocurrido en la semana en el seno del Congreso de la Nación, donde buena parte de los diputados nacionales fueron podando la denominada Ley Omnibus, sin prisa pero sin pausa, hasta desnaturalizarla. El Gobierno, que desdeña las artes de la política, aprendió una lección, bebió un trago amargo.

 

La furia del presidente Milei no se hizo esperar. Desde Israel bramó, tachó de traidores a los legisladores afines que le votaron en contra y enfatizó: “Vamos a continuar sin el apoyo de los políticos".

 

El proyecto volvió a comisión y no será presentado nuevamente para su tratamiento. Es decir, tal como ocurrió en el acto de asunción, Milei operará de espaldas al Congreso.

 

Es curioso que en un país adonde muchos ciudadanos rechazan la política por asociarla a la corrupción –en algunos casos no les falta razón- y repudian la ideología como una especie de ponzoña que impregna y condiciona -como si existiera una manera pura de hacer política-, el 56% de los votantes terminó eligiendo como presidente de la Nación a un definido anarcocapitalista.

 

Una persona con principios ideológicos firmes, irreductibles. Un anarquista que desprecia las funciones del Estado y deja todo en manos del natural funcionamiento del mercado.

 

Con el escenario económico al rojo vivo, los precios subiendo semana tras semana y el poder de compra hecho trizas, el Gobierno de La Libertad Avanza construyó un nuevo e innecesario enemigo: el Congreso de la Nación. Gobernará sin su respaldo, a fuerza de DNU. No es novedad. Ya lo había cantado el poeta Alfredo Zitarrosa:


 “Si alguien conoce el secreto/ supongo que me dirán / por qué donde falta el pan, / siempre sobran los decretos”.