viernes, 11 de mayo de 2012

¿HACIA EL ADELANTAMIENTO DE LAS ELECCIONES?




 Carlos Tórtora





El cristinismo estudia un adelantamiento de las elecciones legislativas del año que viene. Los motivos -formales y reales- serían similares a los que utilizó el matrimonio Kirchner en el 2009 para anticipar al 28 de junio de ese año las elecciones previstas en principio para octubre. Esto es, pretextar que sería mejor que se convoque antes al electorado dada la persistente crisis económica global. En aquella ocasión, echar mano del adelantamiento no le alcanzó al kirchnerismo para imponerse en las urnas, pero hay que tener en cuenta que, si las elecciones hubieran sido en octubre en vez de junio, la derrota de la lista que encabezaban Néstor Kirchner y Daniel Scioli hubiera sido probablemente por un margen más alto.

La realidad sería que las prospectivas de corto plazo que Axel Kicillof le habría arrimado a la presidente indicarían que se afianzaría en el 2012 la tendencia a la caída del consumo y el enfriamiento de la economía. Así las cosas, el adelantamiento de las elecciones legislativas, por ejemplo a mayo próximo, instalaría el clima electoral ya en las primeras semanas del 2013. Es que debería entonces convocarse a primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para marzo, o sea, 60 días antes de las elecciones generales. Un adelantamiento de esta magnitud- 5 meses- le daría tiempo al gobierno para alcanzar su objetivo final en el 2013. De conseguir el Frente para la Victoria un resultado global de alrededor del 40% de los votos y si la oposición termina fragmentada, los operadores cristinistas confiarían en contar para ese entonces con los dos tercios de los miembros del Congreso para sancionar la necesidad de la reforma constitucional. De ser así, la elección de constituyentes podría tener lugar entre septiembre y octubre y, antes de fin de año, la reforma sería un hecho.

Las otras ventajas

El adelantamiento tendría múltiples ventajas para el oficialismo. Para empezar, una campaña para las primarias en pleno verano aumentaría todavía más la enorme desventaja de la oposición ante el aparato clientelar del kirchnerismo. En otro campo, el adelantamiento sería útil para cortarle las alas al sciolismo, dejándolo sin tiempo para consolidar su armado territorial y obligando al gobernador a encolumnarse incondicionalmente con CFK ante la inminencia de la fecha de elecciones. Por último, también el macrismo saldría perdidoso con el adelantamiento. Las elecciones legislativas en la Capital se realizarían a mitad de año y se calcula que el PRO podría obtener fácilmente los dos senadores por la mayoría y un número importante de diputados nacionales. Esto repotenciaría a Macri para influir en la elección nacional, pero si ésta se adelanta a los comicios porteños, este efecto favorable al PRO ya no existiría.

En tren de suposiciones, la UCR podría tener intereses comunes con la Casa Rosada en este tema. Los problemas señalados para Macri y Scioli no les vendrían mal a los radicales, que aspiran a llegar al 2015 con las candidaturas presidenciales de aquellos lo más desgastadas que sea posible.





Informador Público, 11-5-12