Una condena
que ahora entiendo
Carlos E. Viana
“El poder legislativo
es el alma del cuerpo político”. John Locke.
La veloz y no pensada
condena a la destitución constitucional del Presidente del Paraguay, por una
mayoría abrumadora de ambas cámaras del Congreso, sonó muy raro. Si los
presidentes del Mercosur y de Unasur condenaron la rapidez de la destitución,
ellos fueron más rápidos en condenar la medida, sin enviar observadores,
investigar las causas de la destitución y sopesar con responsabilidad las
conclusiones a que llegaran sus investigadores. Esto sobre todo en que ponen
énfasis en apuntalar el Poder Ejecutivo sobre el Legislativo, siendo este
último el órgano de gobierno democrático por excelencia. Esto último reconocido
por todos los teóricos y partidarios de la democracia, desde John Locke,
pasando por Alberdi y teniendo en cuenta el poder de los parlamentos en las
naciones democráticas, que actuaron de manera similar contra el Presidente
Nixon en Estados Unidos y obligaron a renunciar al Presidente Collor de Melo en
Brasil.
¿Por qué esta medida
irresponsable? ¿Qué influencias pesaron?
Recordando el pasado
reciente
Ya en septiembre del
2005, el vicepresidente primero del Senado y de la Comisión de Relaciones
Exteriores del mismo, Alejandro Velazquez Ugarte, declaró la participación de
las FARC, por medio del Partido Patria Libre, en el secuestro y asesinato de la
joven Cecilia Cubas, hija del ex Presidente Raúl Cubas. Las FARC también habían
participado en el asesinato del ex Presidente Luis María Argaña en marzo de
1999.
Rodrigo Granda,
llamado el canciller de las FARC por sus frecuentes viajes a naciones
hispanoamericanas, había mantenido con los asesinos de Cecilia Cubas, un fluido
contacto por e-mails, pero lo más grave fue la denuncia del entonces Presidente
de Colombia Álvaro Uribe contra este terrorista, al que acuso del asesinato de
Cecilia Cubas. Estos fueron sólo los casos sobresalientes. Posteriormente de
“Patria Libre”, surgió el EPP, Ejército Popular Paraguayo, que se reconoce como
grupo guerrillero armado y que habría entregado armas a los sin tierra, que
resistieron la orden de desalojo de un campo que ocupaban ilegalmente.
También había
trascendido que las FARC se manejaban con impunidad en un campamento que
poseían en la localidad de Juan Bautista Alberdi, enfrente de Argentina, Río
Paraguay de por medio.
Lugo, estuvo
relacionado con este grupo cuando fue Obispo de una región del Paraguay y su
campaña electoral, fue financiada en parte, por el dictador venezolano Hugo
Chávez. Este último le proporcionó protección en territorio de Venezuela al ya
mencionado Rodrigo Granda, llamado canciller de las FARC y se negó a
extraditarlo a Colombia. Sabemos de las bases de las FARC en Venezuela y en
Ecuador, protegidas por sus respectivos presidentes “democráticos” y nunca
condenados por los corajudos o cómplices mandatarios hispanoamericanos, a pesar
de sus continuas violaciones a la libertad de sus conciudadanos.
Región apta para el
narcotráfico. ¿Una casualidad?
La región del
Paraguay, en donde operan el terrorista EPP, es una zona similar a algunas de
Colombia donde impera el narcotráfico, fuente de financiamiento de las FARC.
Desde allí se contrabandean drogas hacia el Brasil, cosa que parece ignorar la Presidenta Dilma
Rousseff. Es sabido que las FARC se mantienen con el narcotráfico, es decir,
son el principal cartel de drogas ilícitas de América.
También es público y
notorio que el territorio del Paraguay es utilizado por los carteles de
Bolivia, para triangular parte del narcotráfico de cocaína a Argentina,
especialmente por vía aérea, donde harían escalas técnicas en Corrientes, antes
de dirigirse a Entre Ríos y Provincia de Buenos Aires. En este sentido es
proverbial y llama poderosamente la atención, que el gobierno argentino no haya
establecido una red de radares y de nuestro Congreso en no aprobar una ley de
derribo.
Los más que veloces
verdugos
Los presidentes del
Mercosur que más velozmente que el Congreso Paraguayo, lo condenaron a este,
invocan la democracia ignorando a las FARC como si estas fueran una
organización pacífica de derechos humanos dedicada a proteger las libertades de
los ciudadanos de Hispanoamérica. Es raro que ignoren la participación de las
FARC en Paraguay y no tengan en cuenta este factor en la destitución del
Presidente Lugo.
La oligarquía del
Frente Para la Victoria ,
sería más objeto de un análisis freudiano que político. Mientras son ricos de
la nueva clase, simpatizan con quienes todavía mantienen sus vetustos ideales
de la patria socialista. Esto es esquizofrenia, personalidad escindida, que
explica la conflictividad y agresión con que se manejan políticamente.
No puede ser que su
amigo y ex embajador en Colombia, el General Balza, que tuvo experiencia como
jefe en la guerra antisubversiva en Argentina, haya ignorado los hechos que
relatamos. El debe de tener mucha información sobre las FARC y quizá contactos
diplomáticos.
Dilma está limitada
por los múltiples poderes que le impone el federalismo y el pluralismo del
Brasil. No pudo vengarse de los enemigos que tuvo como guerrillera, pero en su
inconsciente, ve a estos muchachos revolucionarios de las FARC con simpatía.
Correa para que
hablar, los hechos dicen todo por sí mismos. Evo Morales que reivindica al Che,
asesino de soldados y campesinos bolivianos, vive su propia esquizofrenia
reclamando por la cultura Aymará, pero con casas, literatura, entretenimientos
y confort al estilo occidental.
Pepe Mujica es
distinto, que lastima, me desilusionó.
Lo cierto es que a la
luz de los acontecimientos que hemos relatado, ahora se nos hace más
comprensible la actitud “regre” y antidemocrática de los líderes que condenan a
un Parlamento, mientras miran para otro lado, ante la actitud de un Presidente
que era funcional a las FARC y de estas no dicen nada, a pesar que junto con la
dictadura castrista, son los mayores violadores de los derechos humanos en
América.