lunes, 11 de agosto de 2014

MALVINAS


Compartimos una carta del lector, que pone las cosas en su sitio, respecto a una infortunada expresión de un historiador respecto a nuestros derechos sobre Malvinas.
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En el artículo titulado Entre la Vuelta de Obligado y los buitres, publicado recientemente, el conocido historiador Luis Alberto Romero sostiene: “En Malvinas, la Argentina reivindica discutibles razones históricas y geográficas y a la  vez desconoce los derechos de sus habitantes, los islanders”. 

Creo que con el respeto que me merece su autor y sin detenerme a analizar el resto del contenido de su artículo, esta afirmación me suena un tanto temeraria.

Ahí están los hechos que registra cualquier manual de historia: la expulsión del gobernador Vernet, la intervención de la fragata norteaamericana Lexington, para contradecirla. Por la parte geográfica, las islas se encuentra a sólo 400 kilómetros de nuestro país, son un alforamiento del sustrato geológico de la patagonia y nada tienen que ver con las islas inglesas ni con las posesiones inglesas de ultramar, todas ellas ajenas y lejanas a su entorno marítimo.
En cuento al deseo de sus habitantes de seguir perteneciendo a la corona británica, el hecho de ser una población implantada por el invasor quita validez a sus pretensiones.

Estas elementales consideraciones más muchas otras, profundas y detalladas, de las que se han ocupado una larga losta de insignes historiadores, entre ellos, por mencionar sólo algunos, desde Paul Groussac y Dalmacio Vélez Sarsfield hasta Ricardo Levene y Alfredo Palacios, descalifican el adjetivo de discutibles empleado en el artículo.

Miguel Ángel Catolino
DNI 4.126.048


La Nación, 10-8-14