lunes, 19 de marzo de 2018

LA DEUDA PÚBLICA RELEVANTE



 en moneda extranjera creció u$s 50.000 M en dos años

  18 de Marzo de 2018

“Una de las políticas económicas que más se modificó desde el cambio de gobierno fue el mix de financiamiento del déficit fiscal. Si bien el rojo consolidado del Sector Público Nacional no se alteró sustancialmente en los últimos dos años, su financiamiento sí lo hizo. Concretamente, mientras que la gestión anterior cerraba el bache fiscal con emisión monetaria y colocaciones de deuda a otros organismos estatales a tasas de interés inferiores a las del mercado, el gobierno actual apuesta a los mercados de capitales”, dice un informe de Ecolatina, que sostiene que la deuda pública relevante en moneda dura creció US$ 50.000 millones entre 2015 y 2017.

Por deuda relevante debe entenderse que se trata de aquella que no se contrae con los organismos internacionales, que siempre cuenta con la posibilidad de refinanciarse, o sea que se trata de la deuda que esta en menos de tenedores de títulos privados, bancos, bonistas y agrupaciones de bonistas.

El informe señala que “el principal objetivo de este cambio fue relajar las presiones sobre los precios, atenuando el ritmo de expansión de la base monetaria”. Como señal de este cambio, sobresale que los Adelantos Transitorios y la remisión de utilidades del Banco Central al Tesoro Nacional pasaron de 2,7% del PBI en 2015 a 1,5% en 2017. “Asimismo, esperamos que representen 1,2% del PBI este año, promediando 1,4% a lo largo de la gestión Cambiemos”, asegura.

“Vale remarcar que este cambio fue posible por el acotado stock de deuda con acreedores privados y organismos internacionales que heredó el gobierno nacional. A diferencia de las principales variables macroeconómicas, que en diciembre de 2015 implicaban una “pesada herencia”, las obligaciones de deuda relevantes (con organismos internacionales y el sector privado) eran un activo (menos de 20% del PBI)”, dice el informe que propone una “radiografía de la deuda argentina”.

Producto del cambio en el mix de financiamiento, la deuda pública relevante casi se duplicó entre 2015 y 2017, pasando de US$ 85.000 millones al momento del cambio de gestión, a poco más de US$ 150.000 millones al cierre del año pasado.

“En este punto, cabe destacar la importancia de los compromisos en moneda extranjera: alrededor de cuatro quintos del total de la deuda pública relevante está nominada en divisas. En este caso, el monto de deuda en moneda dura saltó más de 70% en los últimos dos años, al pasar de US$ 73.000 millones al cierre de 2015 a más de US$ 125.000 millones en 2017”, subraya Ecolatina.

Como resultado, se está configurando un nuevo escenario para la economía local. “Si bien el equipo económico está corrigiendo algunos de los desequilibrios macroeconómicos heredados, en el camino se está incrementando la fragilidad de nuestra economía, producto de la creciente dependencia del financiamiento privado en divisas”, dice la consultora fundada por Roberto Lavagna.

Para hablar de “la sostenibilidad de la deuda pública relevante y en divisas”, Ecolatina repasa los siguientes números:

En primer lugar, en 2017 el principal arribo de dólares de la economía argentina fue financiero. Mientras que la salida neta de divisas comerciales más que se triplicó entre 2015 y 2017, al pasar de US$ -1.700 millones a US$ -5.300 millones, el flujo de dólares por capital pasó de un déficit de US$ -2.200 millones en 2015 a un superávit de US$ 27.200 millones el último año. Por lo tanto, las colocaciones de deuda externa del Gobierno nacional se transformaron en una de las principales fuentes del atraso cambiario. Asimismo, la creciente fragilidad de la oferta de divisas enciende señales de alerta: la salida neta de dólares comerciales, es decir, la de aquellos que no necesitan de repago, se profundizó el año pasado.

La apreciación cambiaria reduce la competitividad externa de la producción local. Esta política, combinada con la apertura comercial, explica que, mientras que las exportaciones de bienes crecieron 6% en cantidades entre 2015 y 2017, los volúmenes importados avanzaron más del triple (+18,4%). Asimismo, medido en dólares corrientes, la dinámica entre compras y ventas al resto del mundo también se encuentra desacoplada: las exportaciones treparon 3% mientras que las importaciones saltaron 11%.

Producto de las nuevas emisiones en moneda dura, el cociente entre deuda pública relevante en divisas y exportaciones de bienes saltó de 130% en 2015, a más de 215% el año pasado. Por su parte, el rojo del intercambio de mercancías se multiplicó casi por tres en los últimos dos años, al pasar de US$ -3.000 millones en 2015 (-0,6% del PBI) a casi US$ -8.500 millones en 2017 (-1,4% del PBI). De este modo, se comprende por qué el frente comercial externo se configura como el talón de Aquiles del actual modelo.

A contramano de estos indicadores que arrojan señales de fragilidad, el gobierno hace hincapié en el acotado nivel del cociente entre la deuda pública relevante en divisas y el PBI para demostrar la solidez de su esquema. En términos contables, corresponde tomar al valor del dólar del último día hábil del año para realizar la división en cuestión. Haciendo este cálculo, dicho indicador trepó 8,5 p.p. entre 2015 y 2017, al pasar del 19% al momento del cambio de gestión al 27,5% el año pasado. A pesar de su crecimiento, este ratio continúa en niveles acotados, incluso por debajo del promedio de la región (45%).

“Sin embargo, este indicador es muy volátil, lo que le quita validez. En términos macroeconómicos, es más atinado considerar al promedio anual del tipo de cambio, a fin de observar una medida más estable, que elimine posibles desvíos propios de un día particular (el cierre del año). Haciendo este cálculo, el cociente saltó más de 10,5 p.p. en los últimos dos años, al pasar de 13,5% en 2015 a más de 24% en 2017”, dice el trabajo.

Considerando la corrección del dólar del último diciembre, el ratio entre la deuda pública relevante en moneda extranjera y el PBI trepó 1,7 p.p. en tan sólo dos semanas, al pasar del 25,8% el 15 de diciembre de 2017 al mencionado 27,5%, acota.

Ecolatina vaticina que “la deuda continuará creciendo los próximos dos años”. Sostiene que “la deuda pública relevante continuará en crecimiento, a la par que el bache del sector público nacional se achicará gradualmente. Asimismo, crecerá más rápido la deuda pública en moneda extranjera que la capacidad de generación de divisas genuinas (exportaciones de bienes y servicios), agudizándose la fragilidad mencionada”.

En consecuencia, la economía del 10 de diciembre de 2019 será considerablemente más dependiente del financiamiento externo que la del 10 de diciembre de 2015. “Sin embargo, gozará de una menor cantidad de distorsiones. Por lo tanto, el panorama económico local luego de 2019 se ubicará en un punto intermedio entre el legado por la Convertibilidad (muy endeudado) y el kirchnerismo (poca deuda, pero una economía plagada de distorsiones). Dicho de otro modo, el gobierno que asuma en 2019 deberá lidiar con menos restricciones en el ámbito interno, pero afrontará mayores compromisos en el plano externo”, completa.