Profecía
Sergio Suppo
La Nación, 9 de agosto de 2018
"Ahora será un rehén del peronismo", dijo
Elisa Carrió, y le hizo un guiño cómplice a la cámara de TV. Habían pasado
apenas unas horas desde que el peronismo había bloqueado la destitución del
juez Norberto Oyarbide en el Senado. Fue en una sesión secreta en el día más
conmocionante del siglo: 11 de septiembre de 2001.
Inconductas en su vida privada y enriquecimiento
ilícito eran apenas dos de las seis acusaciones que habían puesto al juez al
borde de la destitución desde que su imagen había aparecido en videos
clandestinos filmados en el prostíbulo Spartacus. Pero el peronismo decidió
rescatarlo de aquel escándalo que en mayo cumplió 20 años.
Oyarbide siempre se hizo notar por la exhibición de
sus joyas, una personalidad extravertida y gastos que superaban sus nada
despreciables ingresos de magistrado de Comodoro Py.
Luego de renunciar en abril de 2016 cuando otra vez
estaba cerca de ser destituido, Oyarbide regresó ayer a los tribunales, como
siempre alcanzado por un escándalo: los cuadernos de las coimas. Para
defenderse, hizo realidad la profecía de Carrió. "Me apretaban el cogote
para que sacara las causas de los Kirchner", dijo.