Clarín,
16/10/2018
Una enmienda constitucional que prohíbe que la gente
viva en áreas públicas entrará en vigor este lunes en Hungría, pero la mayor
preocupación de Ferenc Ribeny es el destino de su perro.
La enmienda autorizará a la policía a emitir
advertencias a cualquiera que viva en áreas públicas. Las sanciones para las
personas que reciban cuatro advertencias en un periodo de 90 días, incluyen
tiempo en prisión o seis meses en programas de obras públicas.
Ferenc Ribeny, de 67 años y ex propietario de un
restaurante, lleva un año viviendo en las calles de Budapest. Su compañero es
Mazli, un terrier que recibió después de que su esposa murió hace siete años
(AP):
Ferenc Ribeny, de 67 años y ex propietario de un
restaurante, lleva un año viviendo en las calles de Budapest. Su compañero es
Mazli, un terrier que recibió después de que su esposa murió hace siete años
(AP):
Ribeny, de 67 años y ex propietario de un restaurante,
lleva un año viviendo en las calles de Budapest. Su compañero es Mazli, un
terrier que recibió después de que su esposa murió hace siete años. Ribeny dijo
que ha solicitado empleo en un albergue animal y preguntado si puede ocupar un
contenedor de embarque convertido en vivienda.
"Espero que se arregle, porque de otra forma no
sé qué haré", dijo el domingo Ribeny durante un almuerzo en un albergue
diurno. Sin Mazli, "realmente no tiene caso vivir".
La séptima enmienda a la Ley Básica, como ahora se
llama a la Constitución de Hungría, fue aprobada en junio por los legisladores.
Además de las medidas contra las personas sin hogar, incluye artículos cuyo
objetivo es proteger la cultura cristiana de Hungría y limitar en gran medida
la posibilidad de que refugiados reciban asilo.
Las cortes declararon inconstitucional un intento
previo del gobierno del primer ministro Viktor Orban de criminalizar vivir en
las calles. Al incluirlo en la Ley Básica se complica más una impugnación
legal.
Las sanciones
para las personas que reciban cuatro advertencias en un periodo de 90 días,
incluyen tiempo en prisión o seis meses en programas de obras públicas
(REUTERS).
Los defensores de quienes viven en la vía pública
dicen que es poco probable que la prohibición y la amenaza de encarcelar a los
infractores resuelva el problema, sobre todo cuando muchos de los que están en
la calle necesitan atención médica y psicológica que la mayoría de los
albergues no puede proporcionar.
Se necesitan más recursos para evitar que la gente se
quede sin hogar y albergar a los que terminan sin un lugar para quedarse, dijo
el director de la Fundación Albergue, Zoltan Aknai.
"Ha habido varios intentos infructuosos en el
actual sistema de atención a las personas sin hogar para albergar a aquellos
que viven en la calle", dijo Aknai. "Ahora, las autoridades intentan
lograr esto con medidas más severas".
El gobierno húngaro dice que 9.800 lugares están
disponibles en albergues a nivel nacional para pernoctar, y que hay 19.000 en
total, y que recientemente destinó 9.100 millones de forintos (32,2 millones de
dólares) para ayudar a la gente sin casa. Los cálculos extraoficiales dicen que
la población de personas que viven en la vía pública en Budapest es de 30.000.