viernes, 17 de abril de 2015

ALERTA!



 Psicólogos advierten sobre trastornos de salud mental que está manifestando la población producto de la exposición prolongada a un ambiente de “aguda polarización y conflictividad”

Alesia Miguens
Informador Público, 17-4-15

El otro día leí una nota que me envió un amigo, sobre los graves cambios de comportamiento en la población venezolana. Artículo que bien podría tratarse de Argentina. Por eso, y porque considero importantísima su divulgación, quiero compartirlo con ustedes. No tiene desperdicio.

El psicólogo Guillermo Yáber, miembro de la junta directiva de la Federación Venezolana de Psicólogos, declaró lo siguiente:

La población venezolana está manifestando trastornos de salud mental producto de la prolongada exposición a un ambiente de “aguda polarización y conflictividad”.

En un comunicado que emitió el mes pasado la Red de Apoyo Psicológico y la Federación de Psicólogos de Venezuela, expresan su “profunda preocupación por los riesgos psicosociales asociados con la actual situación económica, política y social que confronta el país”

En el texto distinguen diversas circunstancias que impactan la cotidianidad del ciudadano como la disminución del poder adquisitivo del salario, el desabastecimiento, las colas, el deterioro del sistema de salud, la escasez de medicinas e insumos médicos, la polarización, la criminalidad, la impunidad, los discursos violentos, la censura y la criminalización de los ciudadanos cuando ejercen su derecho a la protesta.

Y dice: “Todo ello incide en la salud física y psicológica de los ciudadanos, generando angustia, miedo, ansiedad, depresión, indignación, enfermedades psicosomáticas, inseguridad ante el futuro, agresividad, desesperanza, apatía, repliegue individual y reducción de actividades en espacios compartidos”.

Alerta, además, que la frecuencia e intensidad de estas emociones produce cambios en la conducta que afectan su integridad o la de otros ciudadanos.

Según Yáber, los psicólogos han notado en los últimos años, un aumento en el número de personas que les consultan por ansiedad, miedo, angustia, agresividad, depresión y otros desórdenes vinculados a la situación del país.

Cuando los ciudadanos sienten miedo empiezan a presentar alteraciones psicosomáticas que se pueden manifestar de diversas maneras, “pueden desarrollar asma, alteraciones en el ritmo cardíaco, enfermedades en la piel etc., también hay una tendencia a no querer salir por temor a ser asaltado, y una creciente ansiedad por querer comprar comida y no saber si la vas a conseguir”.

El especialista lamentó que el gobierno y otras personalidades influyentes utilicen un vocabulario violento.

“Hay un lenguaje de amigos y enemigos, y eso no es favorable para la salud mental del venezolano. Las declaraciones no deberían dividir a la gente. Decir que unos son buenos o malos, que unos acaparan y otros sufren, no está bien, porque además esa no es la realidad”, expresó.

Para hacer frente a esta situación, recomiendan a las personas dialogar con la familia. “Reunirse todos en casa a pensar en las opciones, en cosas buenas, conversar los asuntos que son positivos, es una ayuda para salir adelante”, aseguró.

Considera importante que las personas ‘’tomen conciencia de este problema’’ y hace un llamado a la paz, justicia, equidad, y a no utilizar un ‘’lenguaje de guerra’’ para hablar de la situación interna del país, y a trabajar juntos por el progreso. Que todos juntos nos unamos sin distinciones políticas para, dentro de las circunstancias difíciles en que vivimos, poder trabajar juntos por un mejor futuro”.

Aquí el Comunicado completo, sin desperdicio:

PRONUNCIAMIENTO DE LA RED DE APOYO PSICOLÓGICO (RAP-UCV / UCAB / USB / UNIMET) Y LA FEDERACIÓN DE PSICÓLOGOS DE VENEZUELA, ANTE EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA ACTUAL CRISIS SOCIO-ECONÓMICA Y POLÍTICA VENEZOLANA.

La Red De Apoyo Psicológico RAP-UCV / UCAB / USB / UNIMET y la Federación de Psicólogos de Venezuela FPV expresan su profunda preocupación por los riesgos psicosociales asociados con la actual situación económica, política y social que confronta el país, producto de diversas circunstancias que impactan la cotidianidad del ciudadano, tales como:

• La alarmante disminución del poder adquisitivo del salario, derivado de la incontrolada inflación.

• El desabastecimiento de alimentos y otros artículos de primera necesidad, aunado a la excesiva cantidad de horas dedicadas a hacer colas para intentar conseguirlos.

• El deterioro del sistema de salud y la grave escasez de medicinas e insumos médicos necesarios para atender las enfermedades y sus emergencias.

• La agudización de la polarización y el daño a la convivencia.

• El aumento de la criminalidad, la violencia social, judicial y policial; la corrupción y la impunidad.

• El “ambiente de constante crispación en la confrontación política” y “la escalada de los discursos violentos”.

• Y la censura en sus diferentes expresiones, la delación, la persecución y criminalización de ciudadanos y organizaciones cuando, apegados a la Constitución, ejercen su derecho a la protesta pacífica.

Todo ello incide en la salud física y psicológica de los ciudadanos, generando angustia, miedo, ansiedad, depresión, indignación, enfermedades psicosomáticas, inseguridad ante el futuro, agresividad, desesperanza, apatía, repliegue individual y reducción de actividades en espacios compartidos.

Éstas son algunas de las expresiones individuales, familiares y colectivas de la población venezolana ante la incertidumbre y anomia generadas por una crisis socio-económica y política que sigue agravándose, en un ambiente de inestabilidad y conflictividad crecientes.

La frecuencia e intensidad de estas emociones, está produciendo cambios en el comportamiento del venezolano, donde la integridad del otro o la propia está siendo afectada.

Dos hechos convocan y alertan adicionalmente nuestra atención:

La autorización del uso de armas letales por parte de los cuerpos de seguridad del Estado en el control de las protestas ciudadanas, con lamentables consecuencias en víctimas.
Las diversas denuncias relacionadas con el empleo intencional y planificado de una “guerra psicológica” contra el pueblo venezolano, Y las acusaciones de “torturas psicológicas y físicas a detenidos políticos’’ denunciadas por sus familiares y diversas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.
En este complejo y agudo contexto, los miembros de la Red de Apoyo Psicológico y la Federación de Psicólogos de Venezuela, respondiendo a nuestra responsabilidad profesional y ética, declaramos a la opinión pública lo siguiente:

Expresamos nuestra profunda preocupación y alerta por los trastornos de salud mental que se están manifestando en la población venezolana hoy convertidos en un asunto de salud pública debido a la exposición prolongada al ambiente de aguda polarización y conflictividad socio-política que provoca dolor, angustia, rabia, miedo, impotencia y desesperanza, entre otras afecciones. En tal sentido, nos solidarizamos con los profesionales de la salud, y en especial de la Psicología, que están apoyando a las víctimas directas e indirectas de esta situación, e invitamos a toda la comunidad de psicólogos a abrir espacios para dialogar, reflexionar, compartir y buscar alternativas que favorezcan la convivencia pacífica y democrática entre los venezolanos.

Alertamos sobre el uso indebido de categorías y nociones psicológicas para justificar o legitimar políticas gubernamentales o acciones político partidistas, dirigidas a exacerbar la división y confrontación entre los venezolanos. Demandamos a la Fiscalía General de la República y a la Defensoría del Pueblo, investigar las denuncias sobre “torturas psicológicas y físicas’’ a ciudadanos presos por participar en actividades de protesta y se determinen las responsabilidades a que hubiese lugar.

Exigimos al Gobierno Bolivariano de Venezuela y a todos los líderes políticos que toman parte de la contienda política, que ‘’eviten utilizar un lenguaje de guerra, de confrontación constante, de deshumanización del adversario’’ y criminalización de la protesta ciudadana. Exigimos que se eviten acusaciones y pronunciamientos que no se acompañen con las pruebas correspondientes, porque ello incrementa los temores y la zozobra de la población.
Repudiamos el uso indiscriminado de la fuerza y de toda acción policial, militar y civil que atente contra la vida. Ninguna diferencia política o social justifica el irrespeto a la vida, mucho menos de personas inocentes, especialmente a niños y jóvenes, expuestos tempranamente al impacto de la violencia socio-política.

Abogamos por la defensa de la vida, la paz social y el respeto a los derechos humanos de toda la población venezolana y quienes con ella conviven. Rechazamos la violencia social y política como medio para resolver diferencias históricas y políticas entre los pueblos, recordando sus innumerables costos sociales, económicos, políticos en términos de muertes, pobreza y violaciones de los derechos humanos; escenarios estos que cíclicamente han sacudido a naciones hermanas de América Latina y a países de otras regiones.

Conociendo las capacidades creativas y fortalezas del venezolano para salir adelante en medio de las adversidades, y sabiendo que lo que está en juego no es el triunfo de una u otra opción sino la convivencia democrática y la paz de Venezuela, hacemos un llamado a todos los ciudadanos, a las organizaciones públicas y privadas, en especial a los funcionarios gubernamentales y actores de todas las tendencias políticas, a quienes corresponde la mayor responsabilidad, a unir esfuerzos para encontrar, de forma pacífica, democrática y consensuada desde el reconocimiento de nuestra diversidad socio-política , las respuestas y soluciones que nos conduzcan a retomar el camino de la paz y la convivencia en democracia.


Caracas, 18 de marzo de 2015