martes, 8 de diciembre de 2015

VALIENTE CARTA DE LA HIJA DEL PROFESOR GENTA

 Carta a La Nación
7-12-15

Sr. Director de La Nación:
La sorpresa fue nuestra cuando leímos la extraña respuesta firmada por Monseñor Carlos Humberto Malfa, a nombre de la Conferencia Episcopal Argentina, al editorial del diario La Nación, No más venganza, publicado el día 23 de noviembre próximo pasado. 

No se entiende bien el sentido de esta réplica del Episcopado. ¿Acaso hay algo más cristiano que excluir la venganza en el tratamiento de las heridas de la guerra de los años setenta? El Papa Francisco y los obispos argentinos han sido informados minuciosamente sobre los juicios farsescos que se llevan a cabo en los llamados “delitos de lesa humanidad”. Conocen que existen “escuelas” que preparan testigos falsos sobre la base de cuyos testimonios mendaces se dictan, luego, las sentencias. Saben, pues han sido debidamente informados, que estos juicios nada tienen que ver con “leyes justas” y, por tanto, no se da el supuesto de la “obediencia a las leyes justas” a las que alude la carta episcopal.

Sería muy bueno que los obispos asistieran a alguna sesión de estos “juicios” (yo lo hice) y así podrían comprobar in situ que no hay justicia que se oriente a la verdad ni menos a la reconciliación ni abra el camino a la concordia. En este espíritu y en vistas de la concordia estamos trabajando hace años en los diversos grupos y organizaciones de familiares de víctimas de la guerrilla y de presos. 

Monseñor Giaquinta, en su momento, con “Setenta veces siete”, contuvo mucho a los que llevábamos años sufriendo las consecuencias de los sangrientos hechos de los años setenta. La primera misa pública en la que se rezó por todos los muertos de ambos bandos en aquel enfrentamiento (digo pública porque en las invitaciones que se distribuyeron en los medios se adelantaba la intención), se celebró en ocasión del 35 aniversario del asesinato de mi padre (Jordán B. Genta) ocurrido en octubre de 1974 cuando salía de su casa para asistir a misa.

Contrasta esta actitud de la Conferencia Episcopal Argentina con la de su par chilena en ocasión de acceder a la Presidencia del país vecino el señor Piñera. Los obispos trasandinos solicitaron al mandatario el indulto a los militares chilenos presos, en pro de la concordia. Piñera finalmente no accedió al pedido pero, al menos, los militares chilenos y sus familias se sintieron asistidos por la misericordia cristiana.

Por último, lo que sí recibiríamos con verdadera sorpresa es que algún día la Jerarquía Católica Argentina, en la palabra de su Episcopado, pida perdón por todos los curas y aún algunos obispos que con su prédica llevaron a muchos jóvenes a matar y a morir en nuestra Patria a órdenes del Estado cubano.

María Lilia Genta
DNI 3991885