martes, 1 de diciembre de 2015

EL SENADO DE EEUU ENVÍA UN MENSAJE AL MUNDO: NI UN CENTAVO PARA EL CLIMA


Por Eduardo Ferrreyra
Presidente de FAEC
Mitos y Fraudes, Noviembre 21, 2015

Esta semana 52 senadores del Congreso norteamericano votaron un bloqueo a la regla de la Agencia de Protección del Ambiente (EPA) que recortaría al CO2 en la emisión de las plantas de energía que usan carbón. Pasar esta resolución sin un voto a prueba de veto (el presidente Obama ya había prometido no firmarla) hace que este acto de desafío sea solamente simbólico. 

Pero, con la cumbre del clima de París a una semana y media de distancia es un símbolo poderoso. El Senado está enviando un mensaje muy claro a los delegados del mundo que están muy ocupados en la preparación de la COP21: este cuerpo legislativo no ratificará ningún Tratado Global del Clima, de modo que ni siquiera lo intenten.

Es bueno recordar que los Estados Unidos en 1997 ya habían rechazado, de manera unánime, en una votación sin precedentes en su historia legislativa, la ratificación del fracasado Protocolo de Kioto, que recién entró en vigencia en 2004 cuando Rusia lo ratificó a cambio de ser admitida en la OECD, la organización Mundial de comercio… algo que finalmente no sucedió.

La semana pasada el Secretario de Estado John Kerry trató de esquivar este problema cuando insistió en que los negociadores no estarían trabajando en un tratado, comentario que provocó de inmediato una reacción y espoleó a que el Ministro del Exterior de Francia sugiriese que Mr. Kerry probablemente estaba “confundido”. Pero será mejor aclarar cualquier confusión ya mismo: Los estados Unidos no firmarán ningún tratado de cumplimiento compulsivo. Entonces, ¿qué queda para que discutan los delegados a la cumbre climática si tal tratado queda fuera de la mesa de discusión? Ciencia, no, porque nunca se ha discutido de ciencia en ninguna COP… siempre se dio por aceptada la absurda hipótesis del cambio climático provocado por el hombre, y sólo se discutió sobre las medidas para reducir las emisiones de cO2 y la cantidad de dinero que los países desarrollados tendrían que darle a los menos desarrollados como “indemnización” por los supuestos males y calamidades que el calentamiento les habría producido.

De hecho, en esta próxima COP sólo se hablará de ese tema: los países pobres expresarán la cantidad de dinero que quieren recibir -y ya mismo, sin mayor tardanza- y los países desarrollados dirán que no tienen intención de pagar porque destruirían a sus propias economías, todavía muy castigadas por las sucesivas crisis económico-financieras de la última década. Y los pronósticos para las próximas no parecen ser para nada favorables a una recuperación de las economías del mundo.

El economista de Harvard, Robert Stavins, trazó un esquema para las conversaciones, diciendo que París sería exitoso sólo si se cumplen las siguientes metas: el 90% de las emisiones serán cubiertas por los compromisos nacionales; se pone en marcha un robusto proceso de revisión para asegura que las naciones estén trabajando para cumplir con sus promesas; se establece un mecanismo para revisar periódicamente a las metas nacionales; las conversaciones no sean frenadas por “ desacuerdos improductivos”; y se establezca un sistema de financiación climática. Esas son, por cierto, cinco grandes exigencias, no creo que sean tópicos más importantes que el mayor de todos: el dinero.

Nuevamente es aquí donde el senado de los Estados Unidos es clave. El senado afirma que no le dará al gobierno el dinero necesario para un Fondo Global  que significa gastar 1000 millones de dólares anuales para ayudar que los países pobres mitiguen y se adapten al “clima cambiante”. 
Informa Reuter:
“Este presidente irá a París sin dinero,” dice el Senador Republicano Shelly Moore, de West Virginia, que presidió una audiencia del comité del ambiente sobre las negociaciones internacionales del clima, que comienzan el 30 de noviembre.
Capito y otros miembros republicanos del comité dijeron que ellos asegurarán que cualquier acuerdo que estados Unidos haga en parís enfrentará un escrutinio del Congreso, y advirtieron que bloquearán cualquier solicitud de Obama para el Presupuesto 2016 para el primer tramo de $3000 millones de dólares prometidos el añospasado al Fondo del clima de las Naciones Unidas.

“Sin la aprobación del Senado (de un acuerdo sobre el clima), no habrá ningún dinero”, añadió el Senador John Barrasso, de Wyoming, reconociendo que garantías para ayudar a los países en desarrollo es la piedra angular de la conferencia del clima de París.
Esto le envía otro poderoso mensaje a los delgados climáticos. Aún si los negociadores se mantienen alejados de una tratado de cumplimiento compulsivo por miedo a una falta de participación de Estados Unidos, no podrán ser capaces de tentar a los países en vías de desarrollo para que se ajusten a planes nacionales de reducción de emisiones si la zanahoria de este asunto –el fondo del clima- no está apoyado por el mundo desarrollado.

Este año los voceros de las Naciones Unidas estuvieron ocupados en bajar las expectativas de manera que, cuando lo inevitable se produzca y en París no se promulgue algún acuerdo internacional sobre el clima, los negociadores puedan reclamar algún tipo de éxito para su trabajo. Mientras más cerca nos aproximamos a la cumbre del clima se hace cada vez más claro que las chances están en contra de esa quijotesca pretensión.

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC