Los anuncios de Cristina Fernández desde el atril se volvieron un clásico de la actual administración. La idea de las medidas era inobjetable: desacoplarse de la crisis global. Se incluyeron planes para incentivar el consumo, créditos hipotecarios y un megaplán social. Transcurridos varios meses desde que se hicieron las promesas, puede concluirse que los frutos no fueron los esperados. Sólo se colocaron 5 mil de los 100 mil autos estipulados y tan sólo el 3% de los artefactos de la línea blanca prometidos.
Un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) evaluó los resultados de los planes del Gobierno. Según se desprende del trabajo del think tank heterodoxo formado por investigadores de la UBA, los resultados fueron insatisfactorios.
El CENDA asegura que “el conjunto de medidas anticrisis llevadas adelante por el Gobierno se conformó sobre la base de una serie de medidas poco articuladas y, en el mejor de los casos, con un reducido grado de ejecución. En efecto, los distintos planes de estímulo al consumo e, indirectamente a la actividad productiva, se han demostrado insuficientes no sólo por sus graves problemas operativos, sino por lo limitado de su magnitud”.
A continuación, un repaso de los planes oficiales anunciados desde noviembre del año pasado hasta la fecha:
– El plan para fomentar la compra del cero kilómetro subsidiado con 3.000 millones de pesos de la ANSES fue ideado para vender 100.000 unidades. Sin embargo, hasta mayo se habían conseguido otorgar 1.699 autos y “se estima que, en total, la cifra apenas superaría las 5.000 unidades (algo más del 5% de lo previsto)”, asegura el informe. La mayoría de los modelos provenía de Brasil; por lo tanto, esto “no implica una modificación sustantiva de los planes de producción de las terminales ni la creación o el mantenimiento de los puestos de trabajo”.
– El Plan de Renovación de Electrodomésticos se lanzó con el objetivo de reactivar la producción local y mantener el empleo en la línea blanca. La operatoria era más complicada porque implicaba que los consumidores entregaran su viejo artefacto del hogar a cambio de comprar una nueva unidad entre el 25 y el 30% más barata. El objetivo era colocar 100.000 unidades de lavarropas, pero se habían vendido 3.000 unidades.
El informe manifiesta que se trató de un plan atractivo para los consumidores y para los hipermercados, pero “no se logró reactivar la producción ya que rápidamente se hicieron visibles problemas de oferta”. Gran parte de las heladeras vendidas fueron brasileñas.
– En febrero del año pasado Cristina realizó una batería de anuncios destinados a los sectores más desfavorecidos, como el aumento del 50% para los beneficiarios del plan alimentario nacional, el incremento del 50% por hijo para los beneficios del Plan Familias, mayores fondos para los planes de niñez y tercera edad y para los clubes de barrio. Sin embargo, la mayoría de estas medidas regía desde hacía cuatro o cinco años, y las otras habían sido aprobadas en noviembre del año anterior y ya habían sido incluidas en el presupuesto 2009.
– La línea de créditos hipotecarios para la compra de viviendas nuevas y usadas y para la construcción registró resultados poco alentadores. Pero, a pesar de las mejores condiciones de liquidez, ni bancos comerciales ni particulares desarrollaron una potenciación en la dinámica de préstamos y depósitos. Ante la crisis y la incertidumbre, los particulares posponen decisiones de consumo e inversiones, y esto se evidenció en el encantamiento de la demanda de crédito. Mientras, como contrapartida, crecieron notablemente los depósitos en dólares.
– El oficialismo anunció entre bombos y platillos el lanzamiento del programa para el “blanqueo de personal”. Pero la reducción de cargas patronales presenta resultados muy limitados en contextos de crisis porque “los empresarios no crean empleo por la baja de las cargas sociales, sino de acuerdo con sus expectativas futuras de ventas y ganancias”.
Crítica de la Argentina, 15-8-09.