Por Alexis Di Capo
En los próximos días se producirían novedades en una de las denuncias por sobrefacturación de obras públicas presentadas recientemente ante la justicia federal. Es el caso de la presentación de Enrique Piragini y Carlos Tortora referida a la construcción de la Central Nuclear Atucha II. La tercera central nuclear es un proyecto que comienza en 1979 y que quedó semiparalizado en 1994. La denuncia, que ahora investiga la jueza federal María Servini de Cubría, se basó en un documento elaborado por un grupo de profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica, cuya síntesis es la siguiente:
Un grupo de profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica empezó a denunciar la existencia de sobreprecios de hasta el 400% en la construcción de la central nuclear. La beneficiaria -una vez más- es Electroingeniería, la empresa de Gerardo Ferreyra, íntimo amigo del Secretario General de la Presidencia, Carlos Zanini.
Es un reactor nuclear de potencia que produce energía. En el caso de la central que describo la misma es una central nucleoeléctrica de una potencia de 756 MW. Una central de estas características comprada “llave en mano” en decir teniendo que armarla y colocarla en funcionamiento tiene un costo de U$$1.500 a 2.000 el KW instalado y funcionando. Un cálculo exagerado (756.000 KW por U$S 2000 = 1.502 millones de dólares) Suponiendo imprevistos y algún error en el cálculo podríamos considerar que se rondara los U$S 2000 millones.
En febrero del año 2000 durante el gobierno del Presidente De La Rúa y en la CNEA el Dr. Aldo Ferrer se formó una comisión interministerial que se encargaba de elaborar un estudio acerca del futuro de la obra paralizada de Atucha II. Por la CNEA fui yo quien dirigió ese estudio y se llegó a la conclusión que el monto faltante para poner en funcionamiento la central se requería invertir U$S 795 millones. Utilizamos la referencia del precio de origen U$S 1800 millones. EN ese momento la obra estaba en un 82% realizada, con lo cual se desprendía que el sólo 18% restante era ese monto.
Es el mismísimo Ministro de Planificación quien está reconociendo lo exagerado del gasto de Atucha II dice “un esfuerzo económico importante de la Argentina” ya que consume alrededor de un millón y medio por día. Calculando que la obra recomenzó en el año 2007 y que finalizará en el año 2011 -a decir del Ministro también- suma 1460 días al valor que definió al máximo responsable sería cerca de U$S 2190 millones.
Si bien se puede pensar que el responsable del excesivo monto es solamente el Ministro De Vido es una visión recortada ya que se requieren de funcionarios que colaboren en certificar obras, compras, horas hombre, horas de ingeniería, etc. Allí es donde la lista se incrementa, es el Ing. Antúnez, el Ing. Messi por la empresa NASA pero es la CNEA una responsable o podríamos una partícipe necesaria, imposible de que no aparezca. Es la Presidenta Lic. Norma Luisa Boero y el Vicepresidente Ing. Mauricio Bisauta quienes arbitran los medios para conformar lo requerido para el defalco al estado Nacional. Por ejemplo, una reciente medida fue pasar a depender a la Unidad encargada de Atucha II directamente de la Presidencia de la CNEA, colocando allí a un íntimo amigo y colaborador de la Presidente.
En los próximos días, los denunciantes entregarán al juzgado documentación probatoria de los enormes sobreprecios. En marzo del 2001 la CNEA editó el documento La política nuclear argentina -Evaluación y propuestas de la Comisión Nacional de Energía Atómica. El texto realiza un análisis pormenorizado del presupuesto faltante para la terminación de la obra. En su prólogo, Aldo Ferrer, entonces presidente de la CNEA, afirma: “La inversión necesaria para concluir la construcción de Atucha II asciende a $686 millones sin IVA (795, con IVA incluido)”. Obviamente, a esa fecha por la convertibilidad estamos hablando del mismo monto en dólares.
A su vez, el punto 4.3 del documento, titulado “Inversión faltante”, desarrolla en varios cuadros los ítems del presupuesto. A su vez el punto 4.3.3 determina la posibilidad de “incertezas en el computo”, a las que estima en el orden del 10 por ciento, es decir, unos U$S 70 millones.
De estos márgenes se pasó a un desembolso de U$S 2000 millones de dólares, de acuerdo al informe que el presidente de Nucleoeléctrica SA, Oscar Ángel Beuter, le habría entregado recientemente a la presidenta de la CNEA, Norma Luisa Boero.
Tanto Nucleoeléctrica S.A. como la CNEA dependen del Ministro de Planificación Julio De Vido. Con estos números, la sobrefacturación de la obra, desde el 2003 a la fecha, alcanzaría al 300%. Aparte de la documentación citada, habría otros elementos que corroborarían la megacorrupción en Atucha II.
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