sábado, 8 de diciembre de 2012

SEÑORA: ESTÁ LLEGANDO EL AJUSTE DE CUENTAS




Por José Antonio Riesco

No se me ocurre oficiar de profeta y enunciar el plazo que aún le resta a la actual  Presidente en el cargo.  Aunque todo habla del estallido del “modelo”, tengo el hábito, aprendido en el periodismo y en la investigación universitaria, de limitarme, en todo lo posible, al manejo de lo que ofrece la realidad y sus tendencias. Pero tampoco quiero hacer de mero espejo de los hechos y de sus actores.
Hace exactamente un año la Presidente juró su segundo mandato, con la aureola del 54% de los votos que conquistó con el uso y abuso de los recursos públicos. Un aspecto que casi toda la dirigencia opositora eludió denunciar como gravísimo déficit de legitimidad del triunfo oficialista. Sra. ese fue un delito y no de los menores.
En la misma oportunidad asumió el vicepresidente Amado Boudú, símbolo encarnado como que se venía ejerciendo –de modo absurdo y caprichoso--  el poder del gobierno y la asignación de candidaturas y canonjías. Pronto se supo que más allá de su descalificación constitucional el favorito de turno encajaba en las cláusulas del Código Penal. Sra. ese fue un acto de desprecio a la sociedad nacional.

De entonces a la fecha más que el tiempo corrió una turbulenta corriente de preocupantes novedades sobre todo en materia económica. Esas acumuladas por una gestión que, por años, viene combinando la corrupción con el desprecio por las leyes objetivas de la economía y la buena administración. Basta evaluar la gestión del ministro Julio de Vido para comprobarlo.  Sra. ¿Qué misteriosa fuerza lo sostiene en semejante función..?
Resultaron mentirosas las declaraciones que, durante la campaña electoral, habían negado enfáticamente que los efectos de la crisis exterior, y especialmente, la de orden interno, se harían presentes en el país. Apenas días después del segundo juramento, la llamada “sintonía fina” (o medidas finan cieras) advirtió que los argentinos entrábamos en un ciclo de ajuste. Y que el electorado, encandilado por el reparto de colchones y computadoras,  había sido vilmente estafado. 

De ahí en adelante la realidad comenzó, aceleradamente, a desnudar sus miserias. En lugar de un economista capaz y de prestigio para afrontar el tsunami se le dieron plenos poderes a Guillermo Moreno (como luego se hizo con Etchegaray) para que, a la manera de un comisario prepotente, se llevara por delante la propiedad privada, la libertad de comercio y los derechos a adquirir y disponer de moneda extranjera. Con allanamientos abusivos y el uso de perros,  acorde a las instrucciones del Poder Ejecutivo, fue implantado el “cepo del dólar” animado por la desesperación del fracaso.  Sra. eso no es gobernar. Y menos en un país civilizado y que pretende existir en democracia.

La inflación –como técnica perversa de confiscar los ingresos de trabajadores y jubilados y con ello acrecer la recaudación fiscal--  fue negada una y otra vez. Se sumó a la inseguridad jurídica ya imperante, desalentando las inversiones y se restringieron las exportaciones e importaciones. Tampoco  cesó el saqueo de los fondos jubilatorios y de las arcas del Banco Central, y llegamos a la humillación del embargo de la Fragata Libertad.
Ante el mundo nos mostramos como un Estado sin respetabilidad,. Luego de aceptar su responsabilidad en el estropicio el ministro de defensa sigue en el cargo. Acaso por que la venganza ideológica nos ha dejado sin un matagatos y sin voluntad de pelea. Por eso no atinamos a un operativo comando a fin de  restaurar el papelón. Cómo lo hicieron los 33 Orientales para rescatar el Uruguay, también los judíos en Entebe y antes los alemanes para rescatar a Mussolini. ¿Qué hizo Ud. Sra. con el poder militar de la Nación..?

En el ínterin reventó la calle –como ahora lo hace la Justicia--  y el grueso del sindicalismo se declaró harto y lanzado a la protesta. La oposición partidaria dejó de lado los bostezos e inició el juego de los acuerdos; y desde Córdoba, como otras veces en el pasado, salió un gesto de rebeldía. Sí, reventó la calle. Y tuvimos, en todo el país, multitudes  diciendo ¡Basta..!! el 8-S, seguidamente el 8-N y luego el 20-N. Ante estas manifestaciones inconfundibles, Sra. Ud. prefirió cerrar los ojos y taparse los oídos.

El reciente fallo de la Cámara Federal en lo Civil y comercial no fue un alzamiento (la versión del ministro Alak) ni una vergüenza (en el dicho de Sabbatella). Es que en algún sitio del sistema institucional  -ese que Ud. Sra. viene bastardeando por años--  hubo una trinchera de vergüenza y legalidad. La Argentina hace largo tiempo que,  aún  con sus déficits, vive bajo una Constitución y el “modelo” Sra. que Ud. maneja pretende que sea una toldería. Eso tendrá alguna formalidad parcial pero lleva el sello de la ilegitimidad, donde está negada la legalidad y además la moral.

¿Qué viene ahora..? No es para hacerse ilusiones. Por su reconocido estilo y el coro de aplaudidores que la rodea, no es Ud. Sra. una persona capaz de rectificar errores - ¿Qué viene ahora..?  Escuchemos y leamos a los premonitores. Con respeto lo digo, suelen equivocarse y a veces acertar.-