jueves, 3 de octubre de 2013

ARGENTINA PRESA EN RUSIA FUE ACUSADA DE PIRATERÍA



Camila Speziale, quien participó de la protesta contra la extracción de petróleo en el Artico junto con Hernán Pérez Orsi, también argentino, y otros 28 integrantes de la organización ecologista Greenpeace.

Ayer se esperaba la presentación de una carta de garantía del gobierno argentino para que la joven permanezca en libertad mientras se tramite el juicio.

La organización ambientalista informó que, hasta ayer a la tarde, eran 14 los activistas acusados del delito de piratería, que prevé una pena de hasta 15 años de prisión, de los 30 que están detenidos en una cárcel en Murmansk, al noroeste de Rusia.

Speziale, de 21 años, estudiante de fotografía y residente en el barrio porteño de Caballito, milita en la ONG desde hace cuatro años y ésta era su primera misión en el exterior.

Entre los acusados de manera formal por el tribunal de Murmansk figuran el reportero audiovisual británico Kieron Bryan, que viajaba en el Artic Sunrise para documentar las acciones, y el fotógrafo ruso
Denis Sinyakov, que intentaba documentar la protesta.

La organización ecologista consideró que estos cargos “son extremos y desproporcionados” y que “suponen un ataque contra el derecho de protesta pacífica”, ya que “no tienen ningún sustento según la legalidad rusa e internacional”.

El director ejecutivo de Greenpeace en Argentina,
Martín Prieto, dijo que la piratería “es uno de los delitos más graves que tienen los códigos penales del mundo” y consideró que “es inadmisible que se aplique a 30 pacifistas que fueron a protestar de modo inofensivo”. Prieto indicó que Speziale y Orsi “permanecen detenidos e incomunicados” y que “está confirmada la acusación de piratería contra Camila, y es probable que la Justicia rusa también la confirme contra Hernán”.

Los hechos que motivaron la acusación ocurrieron el 19 de septiembre, cuando los ambientalistas intentaron escalar la plataforma petrolera de la empresa Gazprom, ubicada en el Ártico, para alertar sobre el peligro que la actividad implica en esa zona, rodeada de tres reservas naturales.

Al persistir en el intento, la Guardia Costera los detuvo, remolcó el buque hasta la bahía de Murmansk y toda la tripulación quedó a disposición de la Justicia, que fue disponiendo dos meses de prisión preventiva a medida que declaraban, según dijeron, por “peligro de fuga”.

Greenpeace espera de que los países a los que pertenecen los 30 activistas detenidos presenten “cartas de garantía ante el gobierno ruso para que puedan permanecer en libertad mientras se tramiten sus juicios”.

En las cartas se pide la liberación mientras dure el juicio, haciéndose cargo el embajador de cada país de que la persona no se fugue de Rusia.





La Voz del Interior, 3-10-13