Mucho
más que voltear una estatua
La jueza Macarena Giménez le dio la razón al capricho
personal de Cristina Kirchner y levantó las medidas cautelares que impedían la
mudanza del monumento a Cristóbal Colón desde la plazoleta de atrás de la casa
Rosada al Aeroparque. Para eso contó con la complicidad del macrismo, que
convalidó el traslado.
No está en discusión si la heróica Juana Azurduy
merece una estatua en la Ciudad.
Rotundamente , sí. Pero eso no habilita la demagogia histórica
y el simbolismo berreta de la
Presidenta de haber decapitado a Colón para poner a Azurduy
en su lugar, como si se tratara de una reparación en honor de las raíces
latinoamericanas. No pensó que el mayor tesoro cultural y la identidad de la
región, su lengua, fue posible por aquél desembarco en el que alumbró para
siempre iberoamérica. O que la obra haya sido una donación de la colectividad
italiana por el Centenario de la Argentina.
Esstuvo donde estuvo desde 1921 por una ley de la Nación.
Se ve que la Presidenta se considera dueña hasta de las
estatuas de la República.