El ex funcionario declaró
que fue víctima de una operación de inteligencia para apartarlo de la Aduana
Por Sofía Caram
Página12, 7 de agosto de
2019
El ex carapintada compareció
como testigo en Dolores el 12 de julio pasado. En su declaración de 21 páginas,
que se conoció en las últimas horas, afirmó que la denuncia de Patricia
Bullrich que provocó que lo corrieran de su cargo fue parte de un carpetazo
interno, que provino desde un sector de los servicios de inteligencia. Según
él, buscaron limpiarlo por sus intentos de sacar a los agentes inorgánicos de
la AFI que operaban en la Aduana, “los doble legajo”, como los denominó. Aunque
sin dar nombres específicos, ante el juez alejo Ramos Padilla dijo que le
armaron “como una ingeniería de disparo en la cabeza”. Según declaró Centurión,
“es muy claro que los Servicios de Inteligencia tienen personal orgánico e
inorgánico que trabaja part time a veces para el Estado, a veces para un
funcionario y a veces para el delito”.
En el celular del procesado
y detenido Marcelo D’Alessio aparecieron fotos y documentación del ex
funcionario negacionista de los crímenes de la última dictadura. Además, en el
allanamiento a la casa del falso abogado detenido y procesado se encontraron
documentos que acreditan el seguimiento a Centurión días antes de ser
desplazado por una denuncia basada en un anónimo, presentada por la ministra de
Seguridad, que lo involucraba en la causa de “la mafia de los contenedores”.
Casualmente, en ese expediente operó la banda de espionaje ilegal. Por eso es
que Ramos Padilla llamó a Centurión para que testifique.
Durante su declaración se le
exhibieron carpetas, fotos, videos y documentos en los que él figuraba y que
estaban en poder de D'Alessio. “Esta foto doctor, es de mi persona saliendo del
supermercado 'Disco', donde salgo con bolsas, que fui a comprar un asado”.
Decían “ahí está saliendo con las bolsas de plata”, y eran bolsas del mercado
'Disco', estaba llevando carne para un asado a la noche. Encima de
delincuentes, patéticos”, relató el ex funcionario.
“Me armaron el fusilamiento
mediático, me sacaron el viernes a las siete y cuarto de la tarde, para que yo
aparezca en los titulares todo el fin de semana con esta historia. Con lo cual,
había como una ingeniería, de disparo a la cabeza, digamos”
Siempre utilizando términos
bélicos, según su relato “el pelotón de fusilamiento, lo que requiere, es el
tiro de gracia, y eso fue lo que nunca pudieron dar. Me fusilaron un viernes y
me mandaron a decir que me vaya al exterior”. Y detalló “cómo era la estructura
de todo este seguimiento”. Aunque no dio nombres porque dijo que no los podía
comprobar, para Centurión la operación en su contra “tenía que ver con empresas
de seguridad privadas, donde trabajaba personal asistemático o inorgánico de
Inteligencia, gente de la AFI orgánica e inorgánica, esto fue lo que yo pude
averiguar, trabajando, creo yo que en apoyo de la causa Paolontonio, (conocida
mediáticamente como la causa de La Mafia de los Contenedores) para sacarme de
la Aduana. Y me lograron sacar dos meses y medio”, declaró.
El carpetazo interno
El origen del carpetazo
interno había sido la furiosa lucha de poder que se dio por el manejo de la Aduana
y de la AFI al inicio del Gobierno de Macri. En su momento, Página/12 reveló
los detalles de esa puja que se llevó puesto a Centurión. Bullrich le había
presentado a Macri un anónimo con el cual se acusó a Gómez Centurión de pedir
coimas y hacer negocios oscuros. Como contraataque, Centurión acusó a las
fuerzas de seguridad a cargo de Bullrich de dejar stand-by 250 kilos de
pseudoefedrina en un galpón de la Aduana, para sacarlos del aeropuerto en
cualquier momento y que sean usados como precursores químicos de pastillas.
Según él, la policía de Bullrich sabía de la pseudoefedrina pero no hizo nada.
El mecanismo de denuncia del
ex funcionario también había sido una supuesta documentación anónima que había
recibido en su oficina. La ministra de Seguridad por su parte decía que quien
tenía la carga en espera era Gómez Centurión. Algunos señalaban en ese entonces
que Centurión había montado la denuncia y acusaba a la AFI por operaciones de
espionaje para quedarse con un puesto de alto nivel en “La Casa”. Aquella
guerra, que incluyó anónimos de un lado y del otro, fue totalmente pública y
tuvo su capítulo en la Justicia, en el juzgado de Ariel Lijo, quien determinó
que Centurión no tenía responsabilidad en las maniobras delictivas. Dos meses
después del escándalo, con la gestión de Elisa Carrió (que fue confirmada y
relatada por Centurión ante Ramos Padilla), Macri lo repuso en su cargo, donde
permaneció hasta octubre de 2017.
En un momento de la
declaración testimonial, le presentaron a Gómez Centurión un informe que estaba
en poder de Marcelo Sebastián D´Alessio. La carpeta tenía en su portada el logo
del Ministerio de Defensa Israelí. Luego de leer la documentación, el ex
funcionario hizo su evaluación y relató las fuertes internas dentro de la
Aduana, con participación de los servicios de inteligencia: “Yo lo que veo en
el informe es que tiene un alto índice de conocimiento de la interna de la
Aduana. La Aduana estaba cruzada por muchas internas. Gran parte de las
internas más duras de la Aduana por las internas de los Servicios de
Inteligencia que abordaron muchas partes del Estado, pero en Aduana era un
factor muy específico. Yo trabajé mucho sobre los empleados de Aduana que eran
doble legajo ¿no?, que eran de los Servicios de Inteligencia y eran además aduaneros.
Veo que el informe tiene un conocimiento interno también bastante específico de
las internas de la AFI con respecto a este tema, que era una interna de
negocios”.
Acto seguido Ramos Padilla
le pidió que dé más detalles sobre los “doble legajo”. “Doble legajo quiere
decir que en algún momento los Servicios de Inteligencia hicieron entrar un
agente del Servicio de Inteligencia a un servicio público como la Aduana. Y yo
les decía doble legajo porque tenían legajo en las dos organizaciones. Entonces,
¿qué plantea eso? Plantea un riguroso problema de lealtades, ¿esa gente para
quién es leal? ¿Para el servicio donde trabaja o para el otro servicio? mucho
más con la complejidad y con la corrupción que han tenido los Servicios de
Inteligencia en la Argentina en los últimos 50 años. Entonces, yo me di cuenta
que tenía organizaciones internas que no respondían a la lógica de la propia
Aduana sino a lógicas exteriores. Estaban comandados a botonera desde afuera,
digamos”.
En definitiva, lo que
Centurión sostuvo es que fue víctima del espionaje ilegal y de la operación
para desplazarlo de la Aduana, por su supuesto intento por desmantelar a los
“doble legajo”. “Es muy claro que los Servicios de Inteligencia tienen personal
orgánico e inorgánico que trabaja part time a veces para el Estado, a veces
para un funcionario y a veces para el delito”, remató.