martes, 3 de octubre de 2023

LA MÍSTICA OCULTA DE LA AGENDA 2030


 

Por Mario Marquinez

 

La Prensa, 01.10.2023

 

En un mundo dominado por los medios informativos, plagados de crímenes, guerras y corrupción, el hombre común se siente un espectador, no se identifica con ese mundo malo que le muestran los medios, pero duda. Entonces necesita saber que está del lado de los buenos y reconocerse que no pertenece al universo de los malos que reflejan los medios.

 

Ser bueno exige tiempo y esfuerzo, tiempo de pensar y estudiar, esfuerzo de hacer algo que signifique y que demuestre que él no pertenece a ese mal universo.

 

La lucha por la vida no le deja el tiempo necesario, entonces elije adherir a una buena causa, algo que le haga sentirse que está del lado de los buenos y que los otros buenos también lo reconocerán. Ayudar a alguien a cruzar una peligrosa avenida, hacer una selfie y colgarla en la red social ya es algo.

 

El mundo hoy ofrece una serie de "buenas causas " a las cuales adherirse. El veganismo que trata de no matar animales (matar es malo); salvar los arboles y los bosques de los malos que quieran talarlos es bueno; cortar un árbol es malo; prohibir los agroquímicos y los fertilizantes está bien; y también a esos horribles cereales transgénicos como el arroz dorado por ejemplo. Tenemos hoy muchas opciones y el hombre bueno las toma todas con entusiasmo.

 

Claro que evaluar si esas acciones trae consecuencias peores que lo que se quiere salvar es demasiado complicado, para eso están los funcionarios, esa caterva de gentes que deberían hacer esas cosas y que no lo hacen.

 

Es en esta tierra abonada donde la idea de "salvar el planeta de su depredador el hombre", promotor de la hecatombe climática, prendió con una fuerza inusitada.

 

MENTIRAS

 

Una gran mentira repetida mucho se transforma en verdad dijo Goebbels, pero para que esa mentira tome camino se necesita un terreno fértil que como decíamos es el Hombre Bueno.

 

Desde el principio de su existencia el sapiens sapiens ha tratado de entender qué es su conciencia y qué papel le toca en el concierto de la vida. Esa búsqueda lo ha separado de su medio hasta sentirse que no es parte de la naturaleza sino como dicen los ecologistas, un virus que afecta al planeta. Las distintas religiones han sublimado estas ideas a la llegada de un salvador que los redimirá y llevará al lugar adonde pertenecen.

 

Así nace el milenarismo, una idea ampliamente difundida entre casi todas las religiones pasadas y presentes donde habrá un momento en que la humanidad será redimida no sin antes ser destruida.

 

Tanto Marx como la Iglesia Católica, la religión judía y la Iglesia protestante anglosajona por nombrar las más conocidas esperan este acontecimiento de destrucción del cual nacerá el Hombre nuevo y será seguido por un interregno de mil años donde reinará la justicia y la verdad para luego acceder al otro reino.

 

De allí el nombre milenarismo. Y qué mejor ejemplo de destrucción que la hecatombe climática provocada en el planeta por los hombres malos. Claro que queremos la venida del Salvador, pero no tan rápido.

 

El milenarismo ha sido un tema recurrente en la historia, movimientos y líderes carismáticos han surgido en respuesta a las expectativas milenaristas. Algunos de estos movimientos han tenido impactos significativos en la sociedad y en la cultura, mientras que otros han sido objeto de controversia y conflictos. En general, el milenarismo refleja la búsqueda humana de significado, esperanza y trascendencia en tiempos de cambios y desafíos.

 

Existe una conexión entre el milenarismo y los movimientos ecologistas y su epitome la Agenda 2030/2050, ya que ambos pronostican un cambio catastrófico en el mundo, donde el hombre enfrentará consecuencias desastrosas si no sigue los supuestos dictámenes de la naturaleza, hoy interpretados por un grupo de gurúes y sus sacerdotes, científicos y comunicadores.

 

A lo largo de la historia, a medida que la ciencia ha ido desafiando los límites impuestos por las religiones reveladas, el hombre ha buscado algo para reemplazar la figura divina perdida. En la actualidad, la naturaleza se ha convertido en ese nuevo Dios para el hombre bueno.

 

Al considerar que la naturaleza sigue un orden que se rige por sí misma, se está otorgando a la misma una trascendencia y una voluntad que no posee. Al adentrarse en el conocimiento del cosmos y sus relaciones intrínsecas, la ciencia no muestra ningún propósito definido, sino que simplemente describe lo que es. Por lo tanto, tratar de darle a la naturaleza un plan determinado y una trascendencia va en contra de la realidad observada por la ciencia. El verdadero sentido de trascendencia se encuentra en el hombre en sí mismo.

 

El ecologismo utiliza atávicos sentimientos humanos con similitudes con el milenarismo, promoviendo una preocupación por una catástrofe mundial producida por la tecnología que la misma tecnología no puede dominar, lo que llevaría a una transformación radical de la sociedad o a su extinción.

 

HISTORIA

 

Un tal Malthus puso negro sobre blanco esa inminente destrucción. Thomas Malthus (1766-1834) fue un economista y demógrafo inglés que en el Ensayo sobre el principio de la población, publicado por primera vez en 1798, planteaba que la humanidad no estaría preparada para obtener los recursos necesarios para su desarrollo.

 

Malthus planteó la preocupación de que si la población crecía en progresión geométrica, la humanidad desembocaría en un desequilibrio entre la población y los recursos disponibles.

 

A pesar de que Malthus estaba viviendo el aumento colosal de los bienes de producción industriales, nunca se preguntó si esas nueva tecnologías llevarían también al crecimiento de la producción de alimentos. No sabemos si lo ignoró para poder sostener su teoría o nunca estuvo en su pensamiento.

 

La revolución industrial ejerció una atracción y una fascinación extraña entre los pensadores de la época. Pensaban que se había llegado al epítome de la evolución tecnológica que no se podría ir mucho más allá. La civilización había llegado a su limite.

 

A lo largo de la historia, ha habido seguidores y defensores de las ideas de Malthus, a pesar de que las evidencias la contradigan.

 

* Paul Ehrlich (1932-presente): es un ecólogo y biólogo estadounidense conocido por su libro The Population Bomb (La bomba demográfica), publicado en 1968. En este libro, Ehrlich advirtió sobre la superpoblación y sus consecuencias catastróficas para el medio ambiente y los recursos naturales.

 

* Garrett Hardin (1915-2003): fue un ecologista y biólogo estadounidense que en un ensayo de 1968 argumentó que los individuos actúan de manera egoísta al explotar recursos compartidos y esto conduce a la degradación y el agotamiento de esos recursos, lo que se alinea con la idea de Malthus sobre la competencia por recursos limitados.

 

* Club de Roma: no es una figura individual, sino un grupo de pensadores, científicos y políticos que se formó en 1968 con el objetivo de abordar los problemas globales, especialmente la sostenibilidad y los límites del crecimiento. Hoy el mundo produce un 40% más de alimentos de los que consume y si todavía hay hambre en algunos reductos aislados es a causa de decisiones políticas de gobiernos y de agencias supra gubernamentales como la FAO y la WEF y Greenpeace.

 

El calentamiento global, ahora cambio climático, es la gran política adoptada por las Naciones Unidas para lograr el control político de todo el planeta ayudada y sostenida por los hombre buenos que siguen a las buenas causas.

 

Dijo Carl von Clausewitz que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Hoy el ecologismo es la continuación de la guerra por otros medios y la Agenda 2030 es el plan de batalla.

 

La Agenda 2030 es la exacerbación ad infinitum de la visión maltusiana del mundo. El terreno estaba preparado, solo había que plantar la idea.

 

El Club de Roma sentó las bases para que en el congreso de Kioto se definieran los objetivos de la WEF, su Agenda 2030 y 2050 que están explícitamente aclarados y explicitados en sus comunicaciones. Todos tienden a la despoblación mundial según las siguientes estrategias principales:

 

* Degrowthwing: o des desarrollo. Supone que el estado actual de desarrollo no es compatible con el futuro de la humanidad.

* Population Decimating: eliminación por medio de diversos métodos del 95% de la humanidad tomando como ideal una población mundial de 500 a 1.000 millones de seres humanos.

* Agricultural banning: propuestas contra la agricultura de altos rendimientos bajo una supuesta mejora ecológica a costa de una disminución enorme de la capacidad de producción. Estas políticas incluyen la lucha contra los fertilizantes y demás agroquímicos, la promoción de los alimentos orgánicos y la prohibición de los cultivos transgénicos.

* Meat banning: prohibición basada en la emisión de gas metano que produce el ganado.

* Fuel restrictions: el mito de la emisión de CO2 y su influencia negativa en el calentamiento global con la intención de impedir el desarrollo de países con esos recursos.

* Traveling restrictions: limitación de la circulación de vehículos.

* Carbon wallets: restricciones monetarias mediante las billeteras virtuales para aquellos que no cumplan con las premisas anteriores.