viernes, 30 de enero de 2015

FARC Y KIRCHNERISMO UNIDOS CONTRA NISMAN





Arístides López Mayol

"Informador Público", 30-1-15

“Nos vamos en el medio de la guerra con las potencias mundiales, con la SIDE, en medio de denuncias de operaciones de la CIA y el Mossad, es bueno irse así para volver en cuatro años”, le dijo el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, a un gobernador justicialista antes de la última reunión del PJ (jueves 22 de enero) en cuyo transcurso se leyó un polémico apoyo a la Presidenta de la Nación elaborado por el propio Zannini (e impuesto a la cúpula partidaria que lo aceptó sin chistar). 

La confesión del funcionario dejó estupefacto a su eventual interlocutor porque desnudó la supuesta estrategia oficial: perder en octubre para regresar en cuatro años con el relato progresista desplegado. Sin embargo, la revelación blanquea el objetivo político supremo del oficialismo ante la muerte del fiscal Alberto Nisman. En cierta medida deja en evidencia el escenario y los personajes del complot desestabilizador que tanto denuncia el gobierno. En este sentido, vale preguntarse: ¿es concreta la guerra con las potencias mundiales que señala Zannini? ¿Forma parte del relato épico para enardecer a la facción gubernamental? ¿O existe -aunque exagerado- un enfrentamiento con la CIA y el Mossad? ¿Qué tipo de enfrentamiento?

A partir del pacto con Irán el gobierno profundizó su alineamiento estratégico -por conveniencia económica- con China y Rusia. Es decir, se alejó aún más de los Estados Unidos y de Israel. De este modo, creyó fortalecer su perfil izquierdista no marxista, sino populista y chavista moderado, aunque simpático, por ejemplo, a los ojos de la izquierda internacional que reivindica la causa Palestina y censura a Israel y a su principal aliado, los Estados Unidos. He ahí entonces la mención de Zannini a “las denuncias de operaciones de la CIA y el Mossad” a quienes el kirchnerismo -por lo bajo, otras veces en forma explícita- acusa de ser los autores del asesinato de Nisman para voltear a Cristina.

De ese modo, la CIA y el Mossad -que según el gobierno y sus voceros mediáticos operaban a Nisman vía Jaime Stiusso- quedan bajo los focos acusadores. ¿Cómo se defiende el kirchnerismo del supuesto complot de las potencias mundiales? La Presidenta por cadena nacional se despegó de Nisman con mentiras -dijo que el gobierno no lo había designado en su función específica de investigar el atentado contra la AMIA- e hizo la apología del pacto con Irán, previa aclaración de que estaba del lado de los que luchan contra el terrorismo (no habló de terrorismo islámico). Al hablar de terrorismo a secas, los terroristas islámicos no se dan por aludidos. Con este discurso ambiguo, el gobierno suma adhesiones antiimperialistas, como la de Evo Morales que consideró la muerte de Nisman una emboscada del imperio contra Cristina. 

La Presidenta mantiene así una identidad política asociada a la causa fundamentalista islámica que se define antiimperialista porque afirma que Israel es el gendarme de los Estados Unidos en Medio Oriente. Por eso defiende con ahínco el pacto de la discordia, repudiado por la oposición, las organizaciones comunitarias judías y declarado inconstitucional en mayo de 2014. Esta defensa del pacto le agrega el plus ideológico-político que el kirchnerismo necesita para representar a la “izquierda real”, según Carta Abierta. Del otro, en la vereda de enfrente, queda la derecha golpista, socia del Mossad y de la CIA.

El panorama se aclara cuando observamos los apoyos de grupos terroristas que el gobierno recibe del exterior. La Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), perteneciente a las FARC, lleva adelante una cruzada de defensa del gobierno kirchnerista y de ataques al fallecido fiscal Nisman. En su sitio de Internet reproduce notas de Horacio Verbitsky, califica de “gusanera” a los protagonistas del último cacerolazo en Plaza de Mayo -el gobierno cubano llaman “gusanos” a sus opositores- y desacredita la honorabilidad del Fiscal con propaganda afín a los objetivos terroristas tanto de las FARC como de los fundamentalistas islámicos.


La jugada es altamente riesgosa y condiciona el futuro inmediato. La Argentina queda mal parada en el mundo. Resulta inaudito: el gobierno de turno se asocia con elementos ajenos a la idiosincrasia nacional, renunciando a los valores democráticos y republicanos con el excluyente objetivo político de abonar el relato oficial. “Por sus frutos los conoceréis”, dice la Biblia. Lamentablemente, el fiscal Nisman los ha conocido a fondo. Por eso lo mataron. Que este crimen de Estado no haya sido en vano, depende de nosotros. Los argentinos.