DEUDA, DÓLAR Y BASE MONETARIA
Por Héctor GIULIANO
(8.7.2019)[1]
Los portavoces del establishment financiero –
Oficialismo, Clase Política y Medios – están vendiendo a la opinión pública la
idea de que el gobierno Macri ha logrado estabilizar el tipo de cambio gracias
a una inyección de confianza externa e interna de los operadores del Mercado.
Como la supervivencia política del presidente hasta fin
de su mandato y sus posibilidades de reelección en Octubre – previa encuesta
pre-electoral compulsiva de las PASO el 11.8 – depende en lo inmediato de la
evolución del Dólar, esta estabilidad financiera y cambiaria deviene requisito
esencial para el sostenimiento de su administración por parte del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y de los capitales financieros que actúan en
función del Acuerdo Stand-By en curso desde Junio de 2018.
Empero, se soslaya decir que la citada estabilidad
cambiaria – dólar quieto o planchado
– no se explica sólo como producto del apoyo externo en divisas en sí mismo sino como resultado de garantizarle a los
capitales financieros (que junto a los organismos internacionales las proveen)
el mantenimiento de tasas de interés internas que son las más altas del mundo y
les aseguran así el logro de las mayores rentabilidades a los acreedores
especulativos a cambio de ese sostenimiento artificial de la administración
Macri.
LA VUELTA DEL CARRY TRADE
Como producto de la reformulación del préstamo Stand-By
(SBA) en Octubre pasado – luego del fracaso del acuerdo original de Junio – el
Banco Central (BCRA) explicita a comienzo de todos los meses los parámetros de
referencia básicos comprometidos por el gobierno Macri a favor de los
Acreedores financieros del Estado.
En función de este Acuerdo el Comité de Política
Monetaria (COPOM) del BCRA[2]
ha fijado para el corriente mes de Julio las siguientes medidas principales:
a) La baja del piso
de las tasas que paga por las Leliq – que hoy están en el orden del 60 % - al 58
% anual.[3]
Esto implica que, con tipo de cambio estable y tendencia a
la baja (actualmente 43-42 $/US$), pese a la leve baja de la tasa de interés,
se garantiza y mejora la rentabilidad de los capitales especulativos externos
que ingresan al país para ser colocados en Leliq (Carry Trade o Bicicleta
Financiera).[4]
b) La reducción de los encajes bancarios por depósitos en
3 puntos porcentuales, lo que libera unos 45.000 M$ a favor de los Bancos.
No queda claro cuál será el destino que los bancos darán
a esta mayor disponibilidad de liquidez dado que si los fondos liberados se destinaran
a aumentar las compras de Leliq ello significaría mayor ganancia todavía para
los bancos, rentada por el BCRA.
Cabe recordar, por otra parte, que las Leliq pueden ser
computadas para integrar las inmovilizaciones por encajes bancarios, de modo que
pasan a ser pasivos remunerados por el BCRA mientras que antes eran depósitos
forzosos y gratuitos.[5]
c) El compromiso del BCRA de no realizar compras de divisas
en el mercado cambiario y sí, en cambio, de poder realizar ventas para evitar
una suba del dólar.[6]
Esta medida tiene por objeto práctico garantizar la
intervención del BCRA sólo contra una eventual corrida que lleve al aumento del
dólar y no, en cambio, para frenar su caída, por lo que se ratifica así la
tendencia a la apreciación relativa del peso (un nuevo retraso cambiario), lo
que conlleva mayores ganancias a los capitales financieros y más garantía de
pago de intereses en moneda extranjera debido a que el Estado recauda
mayoritariamente en pesos mientras que la mayoría de la Deuda Pública está en
divisas).[7]
Un atraso relativo del tipo de cambio local implica
siempre mayores utilidades especulativas por arbitraje para los Fondos de
Inversión que lucran con este negocio.
Hasta aquí el breve análisis de las principales medidas
adoptadas por el BCRA en su programa financiero – monetario, cambiario y
bancario - para el mes de Julio.
LA CUESTIÓN DE LA BASE MONETARIA
En el marco del convenio arreglado por el gobierno Macri
con el FMI la variable clave y esencial de la que depende el armado de su Política
Financiera es la estabilidad del tipo de cambio.
No se trata sólo del grado o magnitud de las
mega-devaluaciones iniciales con posteriores procesos de retraso cambiario
relativo sino de un instrumento que determina el nivel de rentabilidad de las inversiones
financieras autónomas, esto es, de las operaciones especulativas sin base en la
Economía Física o Real.
Para ello, el compromiso fáctico del gobierno es que el
valor de cotización del dólar sea determinado por la tasa de interés local. Y
no cualquier tasa sino la que paga el Estado a través del BCRA.
De allí que la relación cambiaria - tipo de cambio teórico u aparente – que surge
del cociente Base Monetaria (BM) / Reservas Internacionales (RI) – adquiere una
importancia especial.
El presidente del BCRA, Guido Sandleris, se ufana de
estar cumpliendo con la exigencia del FMI de no aumentar el nivel de la BM –
política de incremento 0 de la BM – pero esto conlleva un concepto engañoso en
cuanto a lo que se considera BM:
a) La BM promedio para Julio se encuentra prevista dentro
de la meta de los 1.350.000 M$ (1.343 B$).
b) Esta BM – según el Balancete semanal del BCRA al 30.6
– es de 1.375.800 M$ (≡ 32.400 MD, al tipo de cambio mayorista de 42.4483
$/US$).
c) Dividiendo esta BM por el nivel de reservas a esa
fecha – 64.300 MD – nos da que el dólar teóricamente debiera estar en 21.40 $
(la mitad de la cotización actual).
d) Pero este cálculo de referencia teórico no es realista
porque prescinde de considerar la Base Monetaria amplia, que incluye las Leliq,
dado que estas letras de muy corto plazo (7 días) son en la práctica BM
retenida pagando intereses.
e) Si dividimos entonces esta BM Amplia de 2.502.800 M$
(1.375.800 M$ de BM + 1.127.000 M$ de Leliq) por los 64.300 MD de las Reservas,
el tipo de cambio de referencia da 38.92 $/US$.
f) Y si queremos precisar todavía más este cálculo en
forma realista tenemos que agregarle la masa de Pases Pasivos por 880.600 M$ –
que son obligaciones del BCRA a sólo un día de plazo, es decir, de vencimientos
inmediatos y sistemáticamente renovados (lo mismo que las Leliq) – lo que da un
dólar de 52.62 $/US$ (3.383.400 M$ / 64.300 MD).
Notablemente, este último valor es muy cercano al tope de
cotización comprometido por el presidente del BCRA Sandleris hasta fin del
corriente año.
Ergo, cabe la fundada inferencia de que el gobierno Macri
– a través del BCRA y en función del Acuerdo con el FMI – está tomando en
realidad como punto de referencia un valor del tipo de cambio en base a un
stock de reservas prestadas[8]
que supone relativamente fijo contra una BM Amplia y no restringida a su cifra
contable.[9]
POLÍTICA AL SERVICIO DEL CAPITAL FINANCIERO
La esencia del negocio de la especulación financiera
internacional es el arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasas de Interés.
La Argentina se ha convertido ya hace mucho tiempo en el
paraíso de este sistema de negocios.
Y dentro de este esquema el tipo de cambio de referencia es
una pieza clave.
El presidente Macri vino a gobernar con Deuda y en dos
años de gestión reventó el problema del endeudamiento nacional generando una
doble deuda pública inmanejable – fiscal, en cabeza del Estado Central, y
cuasi-fiscal, en cabeza del BCRA – llevando al país a una nueva situación de
default por incumplimiento de las obligaciones irresponsablemente contraídas.
Frente a la crítica situación creada bajo su
administración – no por una crisis
heredada, porque esto Macri lo hizo – el presidente recurrió de emergencia
al salvataje del FMI con un préstamo
récord histórico, para la Argentina y para el propio FMI, a los fines de poder
llegar a completar su mandato.
A partir del Acuerdo Stand-By del 2018 el FMI interviene
de hecho las Cuentas Fiscales y cuasi-fiscales Nacionales e impone una serie de
condicionalidades financieras, económicas y políticas que el gobierno Macri, en
contraprestación a su sostenimiento formal por parte del Fondo y del gobierno de
los Estados Unidos, está tratando de cumplir a rajatabla a través de un plan de
ajuste destinado a forzar medidas de austeridad que permitan el pago de los
intereses crecientes de la Deuda del Estado.
Este andamiaje – en realidad, un armazón precario y sostenido con alfileres de servidumbre
financiera y política por parte de la administración macrista – puede
mantenerse sólo siempre y cuando lo decidan los capitales financieros que le
sirven de apoyo.
Pero se trata de un apoyo de valor muy relativo para el
análisis porque no puede saberse si estamos frente a un verdadero espaldarazo
al gobierno Macri o simplemente ante un apoyo muy condicionado mientras se
cumplen la mayoría de las concesiones a cumplir por el presidente durante lo
que le queda de su mandato y que pudiera revertirse en caso que la actual
administración – con las PASO mediante – no demuestre probabilidades
electorales confiables para las Elecciones del 27.10.
Mientras tanto, la sangría financiera de la Deuda
bicéfala de la gestión macrista sigue devastando la Economía Argentina y la
situación Socio-Económica del Pueblo Argentino.[10]
[1] Las abreviaturas M$/MD y B$
significan Millones de Pesos/Dólares y Billones de Pesos respectivamente y se
expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias
entre totales y sumatoria de términos. Estas cifras se muestran a veces también
en su equivalente (≡) en dólares.
[2] El COPOM está conformado por el
presidente del BCRA Guido Sandleris, los vice-presidentes primero y segundo,
Gustavo Cañonero y Verónica Rappoport, el Director Enrique Szewach y el
sub-gerente general de Investigaciones Económicas Mauro Alessandro.
[3] Las Leliq son Letras de Liquidez del
BCRA a 7 días de plazo que reemplazaron a las Lebac o Letras del BCRA, que
tenían mayor plazo (mínimo de 30 días) y pagaban menores tasas de interés.
La
denominada Bomba de las Lebac – que
había llegado a la suma de 1.160.300 M$ a fines de 2017 fue siendo desactivada
durante el año 2018 ofreciendo para eso Leliq, que pueden ser compradas sólo
por Bancos, aunque ello no inhibe que los Fondos de Inversión (FI) – externos e
internos – puedan seguir operando a través de las entidades financieras.
De allí
el aumento también de las tasas de interés pasivas por los depósitos a plazo en
los bancos, que con ese dinero compran Leliq.
Hoy
(30.6.2019) el stock de Leliq es de 1.127.000 M$ (≡ 26.600 MD) y la tasa de
interés de referencia promedio es del 62 % anual, lo que implica el pago de
intereses por unos 700.000 M$ anuales (un promedio de 2.000 M$ por día).
[4] El peso del argumento de la baja de
tasas – que llegaron a un pico del 74 % a principios de Mayo – es muy relativo
porque se contrapone a la ventaja de estabilidad cambiaria a los tenedores, que
garantiza altas rentabilidades ciertas y más seguras en su valor con respecto
al dólar.
Por
otra parte, cabe recordar que estas tasas de interés actuales (por letras a 7
días) siguen siendo hoy más del doble de lo que estaban a fines de Abril del
año pasado (26.3 % a 30 días de plazo).
[5] Corresponde agregar aquí que el BCRA
ha incorporado otra modificación importante – y poco advertida - a favor de los
bancos modificando el cálculo de los importes de base para los encajes, que
pasaron ahora al promedio del mes anterior y no del mes en curso, lo que
implica una mejora adicional de liquidez para las entidades financieras porque
los montos actuales son mayores que los pasados.
[6] Por el acuerdo SBA con el FMI el
gobierno Macri se obligó a respetar el régimen de tipo de cambio flotante o
variable, es decir, determinado por el Mercado (siendo que este Mercado es
resultado de las operaciones de grandes capitales financieros internacionales
que se mueven en forma irrestricta en la Argentina merced al permiso de libre
entrada y salida del país de tales capitales especulativos).
En este
marco, el BCRA no tenía permitido intervenir en el Mercado Cambiario dentro de
una así llamada Zona de No Intervención (ZNI), para garantizar a los capitales
financieros su operatoria discrecional para mover el tipo de cambio en el país.
Esta
restricción no fue respetada por el gobierno Macri, que desde el año pasado –
fundamentalmente durante la gestión de Luis Caputo al frente del BCRA – procedió
a vender dólares al mercado, usando para ello los fondos girados por el FMI.
Esta
práctica – producto de la acción del BCRA y otros Bancos Oficiales – significó
que el Estado Argentino, con divisas prestadas por el FMI, financiase la salida
o fuga de capitales por unos 30.000
MD en un año.
Más
aún, el 29.4 pasado el FMI formalizó su autorización para que el BCRA
intervenga en el Mercado dentro de la banda existente de la ZNI – de 39.755 a
51.448 $/US$ - de manera que las divisas prestadas se utilicen para regular
parcialmente el tipo de cambio y no sólo para cancelar Deuda Externa.
[7] Según datos oficiales del Ministerio
de Hacienda (MH) al 31.3.2019, sobre una Deuda Total del Estado Central de
338.000 MD a esa fecha, el 79 % de la misma está en moneda extranjera (266.700
MD), contra el 22 % restante en Pesos (≡ 71.300 MD).
[8] Siempre según el Balancete al 30.6,
las RI del BCRA son 64.300 MD mientras que los pasivos de vencimiento
inmediato, cortísimo y muy corto plazo, más Otros Pasivos suman 85.700 MD: un
saldo negativo de Reservas Propias de 21.400 MD.
Conforme
al siguiente detalle:
O/
|
Concepto
|
Importe (M$)
|
Importe (MD)
|
Observaciones
|
RB
|
RI Brutas
|
2.728.500
|
64.300
|
Son
2.73 B$
|
1
|
Depósitos
ME (*)
|
662.500
|
15.600
|
(*)
Moneda Extranjera
|
2
|
Otros
Pasivos ME (*)
|
968.100
|
22.800
|
(*)
Swap con China
|
A
|
Subtotal ME (1+2)
|
1.630.600
|
38.400
|
Son
1.63 B$
|
3
|
Leliq
|
1.127.000
|
26.600
|
|
4
|
Pases
Pasivos
|
880.600
|
20.700
|
|
B
|
Subtotal
Pesos (3+4)
|
2.007.600
|
47.300
|
Son
2.01 B$
|
C
|
Total
Pasivos (A+B)
|
3.638.200
|
85.700
|
Son
3.64 B$
|
RP
|
RI
Propias BCRA
|
(-) 909.700
|
(-) 21.400
|
Cerca
de 1.0 B$ (-)
|
|
|
|
|
|
BM
|
Base
Monetaria
|
1.375.800
|
32.400
|
Dato
de referencia
|
Fuente:
Estado resumido de Activos y Pasivos o Balancete del BCRA al 30.6.2019.
[9] La BM al 30.6 es de 1.375.800 M$ (≡
32.400 MD) y está compuesta por dos grandes rubros: la Circulación Monetaria o
Dinero Circulante, en poder del público (872.500 M$) y los Depósitos de Encajes
o Dinero inmovilizado por los Bancos en cuentas del BCRA (503.300 M$).
[10] El BCRA hoy paga diariamente unos
3.400 M$ solamente de Intereses por la Deuda conjunta de Leliq y Pases Pasivos:
- Un stock de Leliq (con vencimientos a
7 días de plazo) de 1.127.000 M$ al 30.6, que devenga intereses del 62 % anual:
son 700.000 M$ en un año – 2.000 M$ promedio por día.
- Un stock paralelo de Pases Pasivos (a
sólo un día de plazo) de 880.600 M$, que devenga intereses del 60 %: son
530.000 M$ en un año – 1.400 M$ por día.
La suma
de ambos importes da los 2.07 B$ antes citados, con intereses devengados
totales de 1.230.000 M$ en un año – los 3.400 M$ promedio por día.
Si a
esta sangría de intereses – una parte
de los cuales se capitaliza por anatocismo – se le suma la de los intereses que
a su vez paga la Administración Central del Gobierno Nacional – que son 750.000
M$ según el Presupuesto en curso 2019 (2.000 M$ por día) – tenemos que en
conjunto, ambos sectores del Estado cargan con un costo financiero de 2.0 B$
anuales (1.930.000 M$ = 750.000 + 1.230.000) – que son 5.400 M$ promedio por
día (3.400 + 2.000).
Es la
receta cuantificada básica de la magnitud del saqueo financiero que sufre actualmente la Argentina bajo la
administración Macri.