a favor de la emergencia alimentaria
Mónica
Schlotthauer, de la izquierda, se diferenció de los 222 legisladores que casi
por unanimidad le dieron sanción al proyecto opositor. “Lo que se votó es
pírrico”, dijo.
Clarín, 12/09/2019
Fue la única que no votó a
favor. Aún inclusive contrariando a su propio bloque del Frente de Izquierda.
La diputada Mónica Schlotthauer (Buenos Aires) se diferenció de sus 222
compañeros de la Cámara Baja que apoyaron el proyecto de emergencia alimentaria
y se abstuvo en una votación que resultó casi unánime, de no ser por ella.
"Si la emergencia
alimentaria está vigente hace 17 años, quiere decir que los que gobernaron no
lo hicieron para terminar con el hambre del pueblo, sino para llenarles las
arcas a los exportadores", se quejó en su acalorada alocución, que fue una
suerte de preámbulo al voto-no-positivo-ni-negativo de la representante de la
izquierda.
"Acá hay un montón de
gente que no come y un montón de gente que se la lleva en pala", se
indignó en su discurso y fue más allá. "Hay que anular los tarifazos así
no pasa esto de elegir entre la carne o pagar las tarifas. Y por último hay que
romper con el Fondo Monetario (FMI) para que de este país no se vaya ni un peso
más para la usura internacional".
La radicalizada postura de
Schlotthauer, que es delegada ferroviaria del Tren Sarmiento, no era algo nuevo
para el resto de la Cámara. Ya lo había expresado en la antesala de la sesión
especial.
“Es vergonzoso que en un
país como el nuestro que genera alimentos para 400 millones de personas se
tenga que estar hablando de emergencia alimentaria. La leche y el pan ya son
artículos de lujo. Macri y el FMI trabajan para las ganancias de los monopolios
formadores de precios, las multinacionales, los grandes empresarios y cadenas
de supermercados que lucran con la inflación”, había denunciado.
Schlotthauer reclamaba una
ley de emergencia "global , social, alimentaria, salarial, jubilatoria y
laboral" como parte de un "plan económico alternativo al servicio de
los trabajadores y el pueblo". Por esa razón se opuso al proyecto
unificado de la oposición que votaron sus propios compañeros de bloque, así
como también el oficialismo.
La representante de
Izquierda Unida propuso que la solución es un "aumento de salario y
jubilaciones, prohibición de despidos, anular los tarifazos y dejar de pagar la
deuda para reactivar la economía".
"Hay que exigir que la
CGT abandone la tregua y llame al paro general y luchar por un plan económico
obrero y popular para terminar con los males capitalistas que aplican Macri, el
FMI y los gobernadores”, sostuvo.
La legisladora fue tajante
al defender su abstención en la votación en particular y dijo que lo que se
votó fue "pírrico".
"Estamos exportando la
carne que le falta a la gente. Aumenta toda la exportación de comida, pero acá
tenemos que votar por 8 mil millones de pesos", se quejó la exlegisladora
bonaerense que al mes de asumir había presentado un proyecto para que se
desconociera el acuerdo con el FMI.
Para la dirigente
ferroviaria, cercana al Rubén "Pollo" Sobrero, "tanto (Mauricio)
Macri como (Roberto) Lavagna, (Sergio) Massa y hasta la propia Cristina
Kirchner quieren seguir bajo los dictados del FMI y pagar una deuda ilegítima y
fraudulenta". Nosotros en cambio queremos invertir esos fondos en resolver
las urgencias necesidades populares", sostuvo en su momento.
Schlotthauer juró como
diputada en abril pasado en el marco del programa de bancas rotativas de la
izquierda. Reemplazó a la matancera Nathalia González Seligra, referente del
PTS y del SUTEBA local.
Cuando asumió su mandato
juró por "honrar la memoria de los 30.000 desaparecidos y desaparecidas,
en particular de los compañeros del glorioso PST asesinados y desaparecidos por
la Triple A, por el derecho de las mujeres en todo el mundo, por el aborto legal
y por un gobierno de los trabajadores y por el socialismo”.
“Mujer Bonita es la que
lucha”
Schlotthauer es una de las
impulsoras del grupo "Mujer Bonita es la que lucha", un colectivo
conformado por trabajadoras socialistas cuyo nombre juega irónicamente con la
famosa película de Julia Roberts.
"Mi sueño, y el del
resto es que las mujeres tengamos presencia en todos los escalafones de
operatoria del tren”, contó a Clarín meses antes de asumir su banca en la
legislatura bonaerense.
La ahora diputada nacional
ingresó al mundo ferroviario en 2007. La estación de Retiro fue, por entonces,
su lugar en el mundo. Era la encargada de limpiar los vestuarios de los guardas
y de barrer los andenes. No le importaban las cinco horas de viaje que tenía
para ir y volver del trabajo. La sensación de que al fin "un trabajo
seguro” podía más que cualquier cosa.
De repente el mundo de los
trenes la atrapó. “Me fascinó conocer cómo se cambian las vías, las señales,
los talleres, la atención al pasajero. Yo me crié cerca del tren y eso me da un
poco de nostalgia", relató en su momento.
Para explicar sus
sentimientos en torno a los trenes suele citar una canción de Pappo:"Yo
soy feliz debajo del ferrocarril".
"Tampoco dejo de pensar
que es el medio de transporte más económico y una palanca para el desarrollo
del país. Será que de vieja valoro más cosas”, explicó a EntreMujeres en 2015.
La vida de Schlotthauer está
cruzada por las crisis económicas, como la que ahora fue objeto de debate en el
Congreso. “Me fui a Venezuela en un bajón argentino, en los 90. Y al poco
tiempo me agarró la crisis allá. La pasé muy mal", recordó, en una postal
que hoy se repite en el vecino país.
"Esta debería llamarse
la ley de redistribución de migajas", lanzó la diputada de izquierda antes
de abstenerse.
"Tenía que
rebuscármelas como pudiera. Había un desabastecimiento total. Para dar un idea,
ni siquiera había toallitas higiénicas. Por suerte, una amiga me consiguió un
pasaje gratis. Por eso pude volver”, dijo sobre su regreso en 2003.
Ahora, a 16 años de aquel
retorno, su postura discordante con los 222 diputados que, además de ella,
dijeron presente en la sesión especial de la emergencia alimentaria hizo qué
muchos se pregunten "¿quién es Mónica Schlotthauer?".
Una frase que pronunció hoy
en la Cámara Baja con todos los diputados en contra puede responder a esa duda:
"Yo quiero decir lo que no se ha dicho: decir que con esta ley se termina
con la emergencia alimentaria es un mentira más grande que todo el
universo", lanzó. Y se abstuvo.