sábado, 19 de junio de 2021

EL CAUCUS

 


paleolibertario de VOX

Felisa Turuleta

Tradición Viva, 18-6-21

 

Hemos recibido esta colaboración en nuestro medio, y la publicamos por su interés para los lectores, con independencia de nuestra conformidad o no con su contenido. Tradicionviva.es es un medio abierto a todo tipo de colaboraciones tradicionalistas y carlistas, favoreciendo el debate entre diferentes corrientes, sin que la publicación de estas contribuciones suponga una identificación íntegra con nuestra línea editorial. Tradicionviva.es manifiesta el mayor de los respetos a todos los carlista que desde diferentes trincheras, o en campo abierto, luchan por la Soberanía Social de Cristo

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Pido disculpas anticipadas por utilizar un aforismo americanista, a sabiendas de que el americanismo es una herejía condenada por el Magisterio de la Iglesia. Pero creo que el término “caucus” puede ayudar a comprender mejor algunas cosas de la política española.

 

En los Estados Unidos no solo existen los lobbies políticos, sino que dentro de los distintos partidos políticos con representación, los distintos diputados forman microasociaciones que se denominan caucuses y difieren bastante entre sí. Por ejemplo, el Freedom Caucus de la Casa de los Representantes o el Mises Caucus del Partido Libertario.

 

Formalmente no existe nada de esto en España, pero es cierto que en el partido español VOX, al que muchos ven como “derechona valiente”, pretende emular, en territorio español, al magnate ultracapitalista Donald Trump, pues existen grupos políticos que pretenden simultáneamente infiltrar el catolicismo con los frutos del liberalismo que expulsó a Dios de la vida política.

 

Algo como el “liberalismo conservador”, que en España pretende ser el “liberalismo católico” (poner el pie en la verdad y en el error simultáneamente) viene a ser parte del ADN de este partido, que aunque sea contrario, según dicen, al consenso, y a la tibieza del PP, también defiende la “monarquía borbónica liberal” de Felipe-Letizio y la Constitución del 78, conocida por su origen masónico, su ateísmo y su liberalismo puro social.

 

Entre los principales diputados de VOX hay dos figuras muy representativas del “liberalismo conservador”, que bien han colaborado con un engendro del liberal-catolicismo del Acton Institute (Centro Diego de Covarrubias) como Iván Espinosa de los Monteros, Hermann Tertsch y el intelectual Francisco José Contreras, autor de libros como Liberalismo, catolicismo y ley natural, Una defensa del liberalismo conservador y La Fragilidad de la Libertad.

 

Estos señores no solo son un contrapeso para una parte más sensible a la realidad y comprometida con ideales patriotas y soberanos como Jorge Buxadé y Jordi de la Fuente. Durante años, han regado el terreno con ideales como la “libertad de mercado como garante de la prosperidad familiar”, la “libertad religiosa” (pese a que se quejan del fruto multicultural y critican a Bergoglio por no aceptar su neoliberalismo, que no por otras cosas que sí son criticables) o la “sociedad abierta” (ambiguo concepto que también utilizaba el mentor de George Soros llamado Karl Popper).

 

Lo cierto es que el llamado paleolibertarismo, que se disfraza de tradicionalista porque dice defender los cuerpos intermedios, la religión, el control migratorio y la familia, aunque luego defiende férreamente los postulados del Concilio Vaticano II y esa abstracción de pecado conocido como libre mercado, ve en VOX un nuevo núcleo de invasión y contaminación.

 

Llevan años haciéndolo, máxime, desde que el profesor nacionalista gallego Miguel Anxo Bastos (presidente del Instituto Xoán de Lugo) empezase en sus charlas para el Instituto Juan de Mariana y la Universidad Francisco Marroquín a hablar de una supuesta conexión en el carlismo y el libertarismo, aprovechando las debilidades del primero con su defensa de los fueros, que a día de hoy puede ser un caldo de cultivo peligroso.

 

Durante años han tenido a movimientos carlistas en el punto de mira, que no mencionaré para no herir a cualquier persona de buenas intenciones que esté en estos, haciendo lo posible, aunque a buen entendedor, pocas palabras bastarán. De hecho, hay que reconocer que quizá hayan aprovechado los errores democristianos consentidos en algunos de los mismos, tales como la defensa cabezona del Concilio Vaticano II, la ausencia de crítica a la Iglesia y la influencia del Opus Dei, especialmente, de Barcelona, Navarra y Madrid.

 

En el PP igual hay algo de esto, pero como es demasiado abortista y masón, igual les explotaba en las manos a estos falsos tradicionalistas su operación. Por ello, puestos a buscar asociaciones, necesitaban algo más engañoso a su vez, como VOX, cuya simpatía pro-sionista es resaltable (esto lo prueban Rocío Monasterio y su marido especialmente, junto a Hermann Tertsch y un Ortega Smith que asiste a la Janucá).

 

La cosa es que en VOX, el último responsable del programa económico, diputado por Málaga, Rubén Manso Olivar, no solo colaboró en varias ediciones del Foro Alfonso Carlos hablando del dinero descontrolado (citando a Hayek, sí, a Hayek) y hablando del multiculturalismo con quien co-fundara uno de los principales medios españoles que promueven activa y militantemente la simbiosis tradicionalista-libertaria, el llamado España-Navarra Confidencial. Ambos están en el mismo partido.

 

El opusdeísmo de boina roja anduvo detrás de ese medio, que no es el único, aparte de que tenga nexos con el Xoán de Lugo (entrevistas varias a Anxo Bastos, Daniel Carreiro, Benjamín Santamaría, Padre Ripoll y Noemí Díaz Corral), la Fundación LIBRE (presidida por un paleolibertario llamado Agustín Laje, que apoya a VOX y colabora con Abascal y Tertsch), una revista llamada The Libertarian Catholic y otros entes transnacionales. También tienen a un socio del Mises Institute, que es uno de los principales divulgadores jóvenes de esta operación de ingeniería social (pese a criticarlo citando a Hoppe).

 

Incluso han colaborado con La Sacristía de la Vendée, invitando a su director el Padre Delgado, quien siendo un clérigo, incurre en el grave error de hacer apología pública de la libertad de mercado e incluso de la presunta innecesidad de autoridad al pedir abolir el Estado (el Padre Ripoll dijo que tenía un trasfondo demoníaco, con el descaro de añadir que el “liberalismo era pecado”). Y ojo, que este señor cura hace campaña activa por VOX en sus redes, y colabora con el llamado “sacerdote verde”, el Padre Góngora, amigo de ESTADO DE ALARMA TV.

 

En ese programa ha habido entrevistas varias y defensas veladas de miembros de la formación de Santiago Abascal. Mientras, en Navarra Confidencial pedían el voto para Rocío Monasterio y Santiago Abascal. De hecho, quien fuera también socio del Mises Institute también hizo campaña personal por Monasterio, ya que la veía como una buena solución frente al socialismo de Mónica, Ángel y Pablo. Aunque quizá sea peor que estén engañando a mucha gente que no casa con el consenso constitucionalista del 78″.

 

De muchos carlistas y tradicionalistas sé que, no necesariamente con malicia, hay miedo al más allá, escudándose en el mal minorismo, y votando a la formación política VOX, la cual, si bien es cierto que defiende la vida y la familia, no fundamenta toda su acción política en Cristo, no defiende con integridad el producto nacional, es sionista y bebe en cierto modo del liberalismo, del pecado.

 

Encima VOX engaña a las clases populares, porque su sindicato Solidaridad ha pasado a ser lo que llaman “sindicalismo amarillo”. Además, no logra ser hegemónico en barrios obreros de Barcelona y Madrid, mientras que sí cala en la opinión pública de áreas más adineradas y elitistas como Distrito de Salamanca, Fuencarral-El Pardo, Chamartín, Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón, Ensanche de Pamplona y Sarriá de Barcelona.

 

Mientras, si bien no niego con certeza que VOX sea mejorable, creo que es necesaria una fuerza patriota, que rompa con las rencillas de los “rojos azules” y aune la velada defensa espiritual que hace el carlismo y la sensibilidad social-patriota del nacional-sindicalismo o falangismo, sin caer en trampas como la debilidad ante el sionismo o la apertura de puertas a opusdeítas. Hay que unir fuerzas, pero no creo que quienes defienden el libre mercado sean buenos aliados, ya que son peores que los del patriotismo constitucional, al ser más sibilinos y cínicos.

 

La cuestión es trabajar y no tener miedo, sin ser funcionales a nada funcional a la Revolución. Dicho esto, igual no he sido muy clara, la verdad, pero prometo más artículos para ir clarificado determinados puntos. En cualquier caso, lo importante es tener cuidado con la disidencia verde, y está por ver cómo se comportan con Casado y Ayuso.