miércoles, 13 de marzo de 2024

EL MINISTRO DE JUSTICIA

 

Los narcos, políticos, financistas y jueces a los que defendió Mariano Cúneo Libarona como penalista

 

Paz Rodríguez Niell

 

LA NACION, 13-3-24

 

“Se informa que el Dr. Mariano Cúneo Libarona, por haber asumido como Ministro de Justicia de la Nación, actualmente no forma parte del estudio jurídico Cúneo Libarona. Estamos trabajando en la actualización de la página web”, dice el sitio de internet del estudio familiar que el actual ministro compartió hasta diciembre con sus tres hermanos: Rafael, Matías y Cristian. Solo ese mensaje, con la foto de los cuatro -más el teléfono, la dirección y el email del estudio-, aparecen hoy en la página.

 

Como abogado, Mariano Cúneo Libarona intervino en causas penales de alta trascendencia pública: defendió a empresarios que estuvieron acusados de pagar sobornos en la causa de los cuadernos de las coimas, a políticos -como el exgobernador de Tucumán José Alperovich en el caso por el presunto abuso de su sobrina- y a jueces. Fue también abogado de condenados por narcotráfico, como Mario Segovia, “el rey de la efedrina”, hombre fuerte del negocio de la droga en Rosario antes de la irrupción de Los Monos, y el exintendente de Paraná Sergio Varisco, sentenciado a seis años y medio de prisión por comercialización de estupefacientes. Además, representó al abogado Mateo Corvo Dolcet, acusado de lavar dinero del narcotráfico colombiano, según documentación de la causa de 2020 publicada por el Centro de Información Judicial (CIJ). Clarín informó en 2018 que, patrocinado por Cúneo Libarona, Corvo Dolcet pagó diez millones de pesos para salir de la cárcel y que documentación que se le secuestró en un allanamiento daba cuenta de que Corvo Dolcet habría recibido un pago de la viuda del capo narco Pablo Escobar Gaviria. En ese caso intervino, entre otras áreas de investigación del Estado, la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado que hoy está dentro de la órbita del Ministerio de Justicia que dirige Mariano Cúneo Libarona.

 

El ministro negó, en cambio, haber defendido a Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, como dijo Carlos Pagni, pero asumió que lo representó su estudio. En su cuenta de X (exTwitter), Mariano Cúneo Libarona publicó: “IMPORTANTE: Jamás fui abogado, no lo conozco, ni lo vi en mi vida a ‘Mameluco’ Villalba. Me informan ahora que quien ejerció su defensa hace muchísimos años atrás (en legítimo ejercicio del derecho a contar con un abogado defensor) fue mi hermano Matías y somos independientes”.

 

Matías Cúneo Libarona lo defendió desde el estudio familiar. En diálogo con LA NACION, el ministro dijo: “El estudio es así: yo soy el dueño por escritura del estudio, pero hay compartimentos distintos. Mis hermanos, otros abogados, gente a la que le presto un lugar. A Mameluco, Matías, que está en otro piso, lo habrá atendido”.

 

LA NACION corroboró que lo defendió. “Mameluco” Villalba hoy está condenado a 23 años de cárcel y está siendo juzgado como presunto autor intelectual del secuestro seguido de muerte de Candela Sol Rodríguez, de 11 años. Contra Villalba hizo fuertes declaraciones la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que celebró haberle desbaratado la banda -algo que definió como un golpe al crimen organizado- y advirtió públicamente que su clan levantaba, del narcotráfico, “una cifra de unos 22 millones de pesos diarios”, que luego lavaba en una financiera.

 

Matías Cúneo Libarona también defendió en 2015 al hijo de “Mameluco”, Iván, apodado “Salvaje”, en una causa en la que fue condenado por narcotráfico. En una salida transitoria, después de esa condena, “Salvaje” mató a un adolescente y al chofer de un móvil de Protección Ciudadana de San Martín. Hoy carga con tres penas en su contra. “Salvaje” es considerado uno de los narcos más sanguinarios de San Martín. Tal como informó LA NACION, desde la cárcel manejaba bunkers de droga. En febrero de 2022, una serie de escuchas telefónicas pusieron al descubierto que un dealer de “Salvaje” había comprado una partida de cocaína contaminada con carfentanilo que mató a 24 personas.

 

En cuanto a Segovia, Mariano Cúneo Libarona no sólo hizo una defensa técnica dentro del expediente: en 2012 dijo que su cliente era “perseguido” por la policía y los jueces. “Desde el inicio de éste y otros juicios en los que está acusado Mario Segovia -dijo- se persiguió e instigó a mi cliente, violando los derechos humanos y el principio de inocencia, y hasta acusándolo de terrorismo de Estado”. El hoy ministro sostuvo que “la SIDE, la policía de Campana (que colaboró con el juez de Instrucción Faggionatto Márquez) y los jueces obraron por motivos personales”.

 

El también condenado por narcotráfico Varisco -hoy fallecido- era intendente de Paraná y, en la causa en la que lo defendió Mariano Cúneo Libarona lo condenaron, a finales de 2019, a seis años y medio de cárcel. Esa pena fue confirmada por la Cámara Federal de Casación.

 

Hoy, Cúneo Libarona dice que dejó todas las defensas y reclama que la Justicia actúe contra la violencia narco. “A las porquerías asesinas les tiene que caer todo el peso de la ley cuanto antes”, tuiteó. Aboga por la implementación del sistema acusatorio; dice que con el cambio de sistema se agilizarán las causas.

 

Sergio Varisco fue intendente de Paraná, por Cambiemos, y cliente de Sobre su defensa del “rey de la efedrina”, dijo a LA NACION: “Fue en un juicio y después nos cambió”. En cuanto a Varisco, sostuvo que su trabajo duró solo unos meses y que él no participó del juicio oral.

 

“Cuando yo era joven, cualquier asunto era importante. A medida que fui creciendo, fui seleccionando. Algún caso sí y otros no”, dijo. Consultado sobre si defendería a narcotraficantes como Ariel “Guille” Cantero, líder de Los Monos, o a Esteban Alvarado, respondió: “Yo con Los Monos estaba en la profesión. Hubo una consulta y decidí que no me quería meter.”

 

En el caso de los cuadernos de las coimas, Mariano Cúneo Libarona defendió a los empresarios Sergio Taselli y Hugo Eurnekian (sobrino de Eduardo). En referencia a la investigación contra Taselli, cuestionó cómo se llevó la causa, que estaba a cargo del juez Claudio Bonadio. En declaraciones a Radio La Red, cuando el caso estaba en instrucción, dijo que su cliente había sido involucrado por un error y relató: “Tenés que arrepentirte, confesar algo, e involucrar gente (...). Si decís que sos inocente quedás preso”, en alusión a cómo se incorporaban los arrepentidos al expediente.

 

En esta causa podría darse la inédita situación de que quien actuó como abogado defensor ahora vuelva a quedar relacionado con el caso, pero del lado opuesto, si finalmente la Oficina Anticorrupción, que depende del Ministerio de Justicia, o la Unidad de Información Financiera (UIF), que hoy funciona dentro de la órbita de esa misma cartera, vuelven a intervenir en el caso como querellantes; es decir, como acusadores. En un primer momento se había anunciado que el Gobierno desistiría de querellar en las causas de corrupción, pero después el ministro dio marcha atrás y dijo que sí querellaría.

 

“La causa pasó a tribunal oral. Mis clientes ya no están -dijo Cúneo Libarona a LA NACION-. Para mí la causa cuadernos terminó hace cinco años. La UIF y la OA harán lo que tengan que hacer.”

 

El estudio de Cúneo Libarona también intervino en la causa conocida como la ruta del dinero K, en la que defendió a directivos de Provalor, la financiera de la City de donde habría salido el dinero que se lavaba al extranjero, según la investigación del juez federal Sebastián Casanello. Este magistrado procesó a los directivos de Provalor y los envió a juicio. El juez de tribunal oral Néstor Costabel ordenó que fueran juzgados con los demás acusados, pero la defensa recurrió esa disposición y por decisión de la Cámara de Casación, los clientes de Cúneo nunca se sentaron en el banquillo. Uno de los que eludieron ese juicio fue José Jabbaz, un financista cuyos movimientos con el poder describió Pagni la semana pasada. Mariano Cúneo Libarona también fue abogado de Roberto Erusalimsky, que fue procesado por Casanello cinco veces por la compra de un campo en Mendoza que pertenecía a Lázaro Báez, en un desprendimiento de la causa de la ruta del dinero K. Las cinco veces, su procesamiento fue revocado.

 

El actual ministro de Justicia defendió también a jueces, como Walter Bento, que fue destituido por mal desempeño y en Mendoza lo procesaron por graves delitos: sobornos, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito (cuando lo removieron, ya había cambiado de defensor). Y al juez en lo penal económico Pablo Yadarola en el expediente que investigaba un viaje de jueces, exfuncionarios y empresarios a la estancia de Joe Lewis en Lago Escondido. Esa causa se inició en Bariloche, donde la fiscal imputó a los involucrados, pero a pedido de Yadarola (con Cúneo como abogado), el año pasado el caso pasó a los tribunales de Comodoro Py y la semana de Navidad, el juez Sebastián Ramos cerró la causa. El fiscal Ramiro González entendió que no había motivos para oponerse, dejó vencer el plazo para apelar y todos los imputados quedaron sobreseídos definitivamente cuando solo faltaban horas para que empezara la feria judicial de enero.

 

Querellante contra la “gestapo” macrista

Cúneo Libarona también fue abogado de Horacio Homs, dueño de Abril Catering y señalado como presunto testaferro de Juan Pablo “Pata” Medina, exlíder de la Uocra de La Plata. Lo defendió y además lo patrocinó en la querella en la que pidió avanzar contra una serie de personas, incluidos exfuncionarios macristas, apuntados en el caso de la llamada “Gestapo” antisindical como responsables de “persecución”.

 

La larga listas de famosos defendidos por el actual ministro de Justicia incluyó al exjefe de la barra de Boca Rafael Di Zeo y al abogado y empresario Víctor Stinfale, acusado por la tragedia de Time Warp, donde murieron cinco jóvenes por “intoxicación de drogas de abuso”. En ese caso, Stinfale había sido procesado por el delito de facilitación de lugar para la comercialización de estupefacientes agravado, en concurso ideal con el delito de homicidio culposo y lesiones graves culposas. En 2020, la jueza federal María Eugenia Capuchetti lo sobreseyó.

 

“Yo tengo derecho, como abogado, a defender y a querellar -dijo Cúneo Libarona a LA NACION-. Es mi trabajo y está en la Constitución. Estudié para eso y en la facultad se enseña eso. He dejado a más de 40 abogados formados a lo largo de mi vida. Y alumnos tuve más de 1000.″

 

En una entrevista con Clarín, al actual titular de la Oficina Anticorrupción, Alejandro Melik, le preguntaron si algún funcionario le había hecho consultas por alguna posible incompatibilidad entre sus trabajos privados y sus funciones públicas, y Melik incluyó en la lista de los que le habían consultado a Mariano Cúneo Libarona. Según el ministro, no fue por nada de esto. “Creo que lo que hablé con él fue por Racing: soy de la comisión directiva y mi duda era si podía seguir. Renuncié a todo lo legal del club y sigo solo con el tema de educación”, dijo Cúneo a LA NACION.

 

La carrera de Cúneo Libarona incluye haber sido el abogado icónico de los 90. Fue defensor de Guillermo Cóppola y de Amira Yoma, la cuñada del expresidente Carlos Menem, acusada de haber lavado dinero del narcotráfico en la causa conocida como el Yomagate. También intervino en la causa AMIA, como defensor del excomisario Juan José Ribelli. En 1997, Norberto Oyarbide lo detuvo y lo procesó por coacción y encubrimiento. Finalmente, Cúneo Libarona fue sobreseído.