jueves, 17 de diciembre de 2009

OTRO FUERTE AVANCE BRASILEÑO EN EL NEGOCIO DE LA PRODUCCIÓN DE CARNE


Por: Héctor Huergo

El frigorífico Quickfood decidió la adquisición de las 53.000 cabezas de ganado vacuno de Adecoagro, una de las mayores empresas agropecuarias de la Argentina, originada en un fondo de inversión con cabecera en los Estados Unidos. Es una operación inusual, ya que se trata de un conjunto de vacas de cría, y no de ganado para faena. Se trata, básicamente, de un avance de Quickfood hacia la integración vertical.

La operación fue informada ayer a la Bolsa en un comunicado que firma Miguel Gorelik, gerente general de Quickfood, la empresa adquirida hace un par de años por el grupo brasileño Marfrig.

Este grupo ya controla otros frigoríficos de primera línea, como Hughes, Mediterráneo y Viboratá, y compite palmo a palmo con otro grupo brasileño, Friboi, que adquirió el Swift y Cepa, otros íconos del negocio frigorífico. Ambos grupos tienen una clara estrategia de internacionalización en el negocio de las proteínas animales, donde la joya más preciada es la carne vacuna.

Mariano Bosch, CEO de Adecoagro, confirmó que habían recibido la oferta, y anticipó que será aceptada. De acuerdo con las normas vigentes, el negocio será sometido a consideración de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Pero no debiera haber dificultades: esa cantidad de hacienda representa apenas el uno por mil del stock bovino nacional.

Quickfood pagará por la hacienda 14,5 millones de dólares. El negocio va más allá de la simple compra del ganado: Adecoagro le alquilará a Quickfood unas 74.000 hectáreas de campo distribuidas en las provincias de Corrientes, Formosa, Santa Fe y Santiago del Estero, donde las vacas crían sus terneros. También incluye la compra de implementos para el manejo y la alimentación del ganado, y el alquiler de dos instalaciones de feed-lot (corrales para el engorde intensivo).

No es el primer paso que da Marfrig para avanzar hacia la integración vertical, que surge como una necesidad frente al achicamiento de los rodeos originado en el creciente desinterés de los ganaderos. El año pasado lanzaron un programa destinado a financiar la crianza de terneros, ya que los criadores tendían a desprenderse de los animales al "destete", en otoño. Ahora les adelantan dinero, pidiéndoles que lo mantengan más tiempo en el campo, para que ganen tamaño. Después, la empresa los retira, completa el pago y los envía a corrales de engorde.

Al principio, contrataban los servicios de hotelería que brindan los feedlots, pero hace poco informaron que construirían sus propios corrales de engorde. Fue el primer paso hacia una operación ganadera propia. Quickfood no indicó todavía dónde instalará sus feedlots, pero la decisión está tomada y hay premura por ponerlos en marcha. El primero tendría una capacidad de 20.000 cabezas, lo que con tres ciclos anuales, permitiría engordar 60.000 animales por año.

En el negocio con Adecoagro hay mucha más miga. En el mismo comunicado se indica que ambas empresas "trabajarán en forma conjunta" a los fines de abastecer de alimento a la hacienda en producción, tanto en la etapa de recría sobre pasturas como en el engorde final. Una de las fortalezas de Adecoagro es la producción de granos, el insumo básico de los feedlots.

La estrategia de Quickfood está clara. No apuntan a un autoabastecimiento total, algo que no existe en ningún país del mundo. Pero sí a asegurarse al menos una porción de la oferta, lo que les permitirá programar mejor la faena diaria.

La gran pregunta es porqué Adecoagro vende sus vacas. La respuesta es que no están en condiciones de avanzar desde la ganadería de carne hasta la integración con la industria frigorífica. "Nuestro foco está puesto en la agricultura y en la industria lechera, donde estamos haciendo lo mismo que Quickfood", dicen. "Estamos invirtiendo en tambos y en plantas de procesamiento (son propietarios de La Lácteo, en sociedad con la cooperativa canadiense Agropur), además de comprar leche en el mercado".

Clarín, 17-12-09