jueves, 19 de junio de 2014

FALLO DE LA CORTE Y ALTERNATIVA DE UN NUEVO DEFAULT



Por Héctor GIULIANO

(18.6.2014).


El fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de los Estados Unidos acelera los tiempos de la Hoja de Ruta Boudou, que contempla la liquidación perentoria del problema de los holdouts y el arreglo de la deuda con el Club de París para que la Argentina vuelva a los mercados internacionales de capitales para colocar nueva deuda externa.

Después de haber perdido el caso testigo de NML-Elliot y otros en primera instancia – sentencia del juez Griesa – y en segunda instancia – Cámara de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York – la CSJ rechazó la tercera instancia: el pedido argentino de que la Corte atendiera su reclamo para frenar los efectos del fallo contra nuestro país y a favor de los “fondos buitre” (FB).

El levantamiento de la medida cautelar (stay) que acaba de conocerse hoy agrava aún más la situación legal del gobierno Kirchner porque habilita la ejecución de la sentencia, incluyendo la alternativa de embargos sobre bienes del Estado y bloquearía así el intento anunciado por el Ministro de Economía Kicillof de cambiar la jurisdicción de pago de los bonos para el próximo 30.6.


CUADRO DE SITUACIÓN.

El gobierno Kirchner se encuentra ante una encerrona financiera y legal muy grave, una vieja encerrona que era previsible desde el momento en que fue a juicios que - temprano o tarde - inexorablemente iba a perder contra los FB en la medida que no cuestionaba la legitimidad de sus acreencias.

Los lineamientos básicos del cuadro de la situación actual pueden resumirse en varios puntos concurrentes:

a)        El Estado Argentino no tiene liquidez ni solvencia para afrontar los servicios de su Deuda Pública – externa e interna – porque carece de las divisas necesarias y porque tiene déficit fiscal creciente.

b)        La posición de Reservas Netas del Banco Central (BCRA) – al 31.5.2014 – es de sólo 12.600 MD (Millones de Dólares): 28.500 MD de Reservas Brutas menos 7.100 MD de encajes bancarios en moneda extranjera menos Otros Pasivos por 8.800 MD, producto de préstamos de otros bancos centrales. Sin contar con el peso de la deuda cuasi-fiscal del banco por Lebac/Nobac, que equivale a unos 25.600 MD.

c)         El Estado no tiene excedente sino déficit fiscal, que se cubre con más endeudamiento público; con deuda que en los últimos tiempos ha crecido al ritmo de unos 15.000 MD  por año (14.600 MD en 2011 y 18.800 MD en 2012; sin datos todavía del 2013, en que se preveía un aumento de la deuda por otros 12.100 MD).

d)        Actualmente la Argentina ya no tiene entonces superávits sino déficits gemelos: fiscal y externo, que los cubre con nuevas deudas.

e)        El fallo adverso de la CSJ norteamericana deja prácticamente agotadas las instancias judiciales de dilación en el pago de las deudas con los holdouts y fuerza una negociación final ante el juez Griesa en las peores condiciones de discusión: con todos los fallos sancionados en contra del país y con fuertes vencimientos próximos de servicios de deuda afectados por tales sentencias.

f)          Con ello, las posibilidades de seguir ganando tiempo (al costo de extraordinarias cargas adicionales por honorarios y gastos) quedan virtualmente terminadas, sobre todo con el levantamiento de la medida cautelar citada (stay).

g)        El fracaso argentino ante la Corte es por partida doble: por la causa central de interpretación de la cláusula Pari Passu y por su causa derivada de Discovery, que habilita el pedido de información y embargo de bienes argentinos en el exterior.

h)         La administración Kirchner habría agotado sus posibilidades de seguir apelando a la Deuda intra-Estado después de haber pagado deuda con terceros – Acreedores Privados y Organismos Financieros Internacionales – con el consiguiente desfinanciamiento de la ANSES, el vaciamiento de las reservas del BCRA y el empapelamiento general de las Agencias del Estado (con el Banco Nación-BNA a la cabeza).

i)          Queda demostrado el fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna-Nielsen de 2005-2010, que el gobierno K y el establishment financiero tratan todavía de encubrir con la falsía del des-endeudamiento: 
1. Porque la quita fue compensada con cupones PBI, 
2. Porque era una ingenuidad pensar que la Argentina iba a lograr un pronto “retorno a los mercados internacionales de deuda” mientras dejaba 20.000 MD de holdouts afuera, y 
3. Porque el fracaso de este nuevo Megacanje se intentó cubrir con Deuda intra-Estado (ANSES, BCRA, BNA y otras) hasta el citado agotamiento de tal fuente.

j)          Los antecedentes de “buena letra” realizados en los últimos meses por la administración Kirchner con el pago de los laudos del CIADI (600 MD), con las indemnizaciones a Repsol por YPF (más de 10.000 MD entre capital e intereses) y con el acuerdo secreto del Club de París (otros 9.700 MD, sólo por capital) no le sirvieron para contener el problema de los Holdouts.

Por ende, la administración K apela ahora a profundizar la única vía disponible dentro de la trampa del sistema de Deuda Perpetua en que está metida: pagar deudas que vencen y sentencias judiciales que se pierden con nueva deuda, que es la política de pago de juicios (que es Deuda contingente, no registrada) con bonos y vuelta al mercado de capitales para tomar más deuda.


LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO.

Frente a este gravísimo encuadramiento de los hechos, el gobierno Kirchner – desde su asunción en 2003 hasta la fecha – actuó en sentido contrario a la defensa de los intereses financieros nacionales en materia de deuda pública:

a)        Aceptó la legitimidad de toda la Deuda Pública heredada pese a las investigaciones de  la Justicia Argentina en las causas Olmos I y II, Megacanje 2001 y actuación de gobiernos democráticos en el aumento de la Deuda.

b)        Se negó y se niega a investigar la legitimidad de todas las acreencias.

c)         Rescató las deudas de origen delictivo del Megacanje De la Rúa-Cavallo del 2001 a través del lavado de Deuda del nuevo Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010, en que se canjeó un 70-80 % de las mismas.

d)        Sostuvo y sostiene la falsía de un des-endeudamiento público que no existe.

e)        Mantuvo y mantiene la mentira de un supuesto canje exitoso de la deuda en default por medio de las reestructuraciones del 2005 y 2010 pese a que dicho acuerdo ha fracasado y fue sostenido artificialmente con Deuda intra-Estado.

f)          Pagó en forma privilegiada - anticipada y total - la deuda vencida y a vencer con el Fondo Monetario (FMI) pese a que se trataba del acreedor oficial más cuestionable y co-responsable directo de la crisis de deuda que declarativamente condena; con el agravante que no se desafilió de dicho organismo, por lo que permanece sujeto a sus obligaciones como país miembro.

g)        Sostiene un mecanismo de re-endeudamiento continuo con los Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) – fundamentalmente Banco Mundial, BID y CAF – pese a que la mayoría de los préstamos que recibe no son necesarios de contraer en moneda extranjera y no tienen capacidad demostrada de repago. 

h)         Generó y aumentó irresponsablemente una enorme Deuda intra-Estado para sostener a ultranza su política de pago de la deuda externa con terceros a costa de empapelar a los grandes organismos oficiales – ANSES, BCRA, BNA y otros – con títulos impagables y con licuación, directa o indirecta, de las obligaciones por capital.

i)          Mantuvo y mantiene una política de dilación de pagos por juicios, sin probabilidad de resultados favorables, al sólo efecto de ganar tiempo difiriendo las obligaciones asumidas, sin cuestionamiento alguno de su legitimidad y con la clara intención de traspasarlas a las futuras administraciones de gobierno (caso ANSES, BCRA, BNA, CIADI, Repsol, Club de París, Holdouts, OMC y bonos en general).

j)          Ha multiplicado los gastos presentes y futuros por comisiones, honorarios y gastos en toda la cadena de re-endeudamiento permanente y toma de nuevas deudas del Estado, fiscales y cuasi-fiscales (BCRA).

Estos males al erario público han sido sostenidos bajo la suposición de una capacidad de repago de las obligaciones que no existe: las deudas que se pagan se cancelan íntegramente con nuevas deudas y no bajan, por lo tanto, el stock del endeudamiento sino que, por el contrario, lo incrementan con la toma de más deuda para cubrir el déficit fiscal.

Para ello, la administración K ha incorporado ahora masivamente su nueva política de pago de sentencias en contra – deudas no registradas por la excusa de tratarse de “deudas contingentes” – con bonos, es decir, la emisión de títulos para cubrir los fallos adversos que sistemáticamente se le vienen produciendo y cuya carga mayoritaria pasa a futuros gobiernos.

Esta “vocación pagadora” y política de pagos a ultranza de la administración Kirchner ha quedado claramente ratificada por Cristina Fernández en su discurso del 16.6.

Allí la presidenta, entre otras cosas, dijo enfática y textualmente lo siguiente:

-           “Argentina va a cumplir con sus obligaciones. Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada.”

-           “Porque la vocación de la Argentina es pagar, lo hemos demostrado, ...”.

-           “Nosotros queremos cumplir y honrar nuestras deudas y lo vamos a hacer”.

Esto es, que no cabe ninguna duda que la política declarada y fáctica del gobierno K es el pago a ultranza de la Deuda Pública, sin importar su legitimidad: fundamentalmente el pago de su Deuda Externa, ya que de su Deuda Interna - en esencia, de su Deuda intra-Estado – no se tiene la menor idea de cuándo, cómo ni cuanto se va a poder pagar, pasándola a un futuro en que la actual administración ya no va a estar.

Con lo que se cumple la vieja premisa liberal – alguna vez expresada por el ingeniero Alsogaray, durante la crisis del Plan Bonex de 1990 - de que, en caso de crisis podía defaultearse la Deuda Interna pero nunca la Externa, porque esta última debe mantenerse siempre en cumplimiento para poder volver a tomar más deuda afuera.

Es la forma clásica de adscripción institucional de los gobiernos al sistema de la Deuda Pública Perpetua.


UNA ALTERNATIVA NACIONAL.

Las improvisaciones del gobierno K frente a la nueva mala noticia de los tribunales norteamericanos no hacen sino agravar el cuadro financiero y jurídico del país en materia de endeudamiento.

El intento de realizar un cambio de jurisdicción para el pago a los bonistas del Megacanje Kirchner-Lavagna en Buenos Aires en lugar de Nueva York habría quedado abortado por el rápido levantamiento del stay de la corte de apelaciones de Nueva York y porque, además, habría implicado una forma de desacato ante el fallo del juez Griesa, después de ratificado en todas esas instancias extranjeras aceptadas por la Argentina.

La nueva y última etapa que ahora se abre – la convocatoria a negociar con los FB ante el juez – se hace en las peores condiciones para el gobierno: juicio lapidariamente perdido ante los acreedores y tiempos contra reloj debido al próximo pago de 900 MD por intereses de los Bonos Discount del Megacanje 2005-2010, con imagen fundadamente deteriorada a raíz de los reiterados intentos de dilación legal y con la dependencia de terceros fondos buitre – como el caso Gramercy – que pudieran triangular la deuda comprando los derechos de los juicios perdidos a los FB victoriosos para luego canjearlos con el gobierno argentino por bonos de nueva deuda.

Con la complicación adicional de la vigencia de la cláusula RUFO o del Acreedor más favorecido – pactada por este gobierno según el Megacanje 2005 – que compromete la extensión de cualquier beneficio dado a los holdouts también a los bonistas que entraron en los canjes.

Si bien esta cláusula regiría sólo en los casos de mejoras dadas en forma voluntaria y no compulsiva – como sería este caso de sentencias judiciales – la Argentina no se encuentra exenta de sufrir presentaciones judiciales aisladas por parte de algún bonista díscolo que le abra así un nuevo frente de conflictos legales.

La lógica de usura de los acreedores es, por definición, mantener siempre en jaque al deudor de modo que éste se encuentre permanentemente en inferioridad de condiciones para cualquier alternativa de negociación o -  más propiamente hablando - de allanamiento (como ya ocurrió con los laudos del CIADI y con el arreglo de la deuda con el Club de París).

Un gobierno debilitado políticamente, incoherente en sus improvisaciones y corrompido en su gestión como el de los Kirchner es – en este sentido - un peligro, porque para sostener su permanencia puede aceptar cualquier cosa, como lo está demostrando en los casos citados (CIADI y Club de París) y también en el de Repsol, Chevron-YPF y nuevo endeudamiento.

Y esto se materializa bajo un esquema de Deuda Perpetua, pagando sistemáticamente deudas con nuevas deudas, asumiendo deuda adicional y manteniendo un esquema permanente de toma de obligaciones sin capacidad de repago demostrada, amparadas en el tradicional estribillo del establishment financiero, que dice que “no hay problema en tomar deuda sin capacidad de pago mientras se viva pagando intereses y se refinancie íntegramente el principal a medida que se van produciendo los vencimientos.”

Es el precio que la administración Kirchner está pagando por su propia supervivencia financiera y política.

Si hubiera una administración que quisiera verdaderamente confrontar y no seguir conviviendo con esta trampa de Deuda Perpetua hoy podría hacer tres cosas básicas y necesarias en función del interés nacional argentino:

1.         Blanquear la gravísima situación del Fisco sincerando un nuevo default del Estado, dejando que la Argentina sea arrastrada a un incumplimiento forzado - y de base real - de su Deuda para tener oportunidad de replantear los términos de cualquier renegociación futura.

2.         Constituir una Comisión Investigadora encargada de la revisión integral de la Deuda Pública Argentina – con particular detenimiento en el rol de los funcionarios superiores responsables del endeudamiento - suspendiendo todos los pagos de servicios hasta tanto esa comisión no se expida formalmente.

3.         Recién con el dictamen de dicha comisión en la mano, sentarse a negociar con los acreedores una re-estructuración ordenada – pago con crecimiento económico y capacidad de repago demostrada – de la deuda que sea considerada legítima.     

Es la única alternativa válida frente a la política institucional de toma de Deuda Pública permanente sin capacidad de pago

La tríada Oficialismo-Partidocracia-Medios y gran parte de  la Clase Dirigente de la Argentina, en cambio, pugnan hoy por consolidar la nueva ola de endeudamiento público que ya ha comenzado – la tercera, después del Proceso y de la Convertibilidad – y que algunos sectores, con la excusa del fallo de los holdouts, buscan incluso convertir en una pseudo “causa nacional” donde una nueva reestructuración de deuda que reemplace al fracasado Megacanje Kirchner-Lavagna se mostraría, una vez más, como supuesta renegociación externa “exitosa” para volver al Mercado Internacional de Capitales.