lunes, 8 de noviembre de 2010

MAFIA, SOCIEDAD ANÓNIMA


Juan Marguch

En los primeros días de octubre, una llamada anónima informó a las fuerzas de seguridad que operan en Calabria contra la Ndrangheta –que domina la región de Reggio Calabria– que en el Palacio de Tribunales “había una sorpresa para el fiscal Giuseppe Pignatone”. La sorpresa era una bazuca, que había sido dejada, en un alarde de audacia e impunidad, cerca del despacho del magistrado.

La Ndrangheta integra, con la Mafia de Sicilia, la Camorra de Nápoles y la Sacra Corona Unita, que reina en la Puglia, una gigantesca corporación que blanquea en la economía legal los enormes recursos que recauda mediante la extorsión, el tráfico de drogas, el contrabando, la trata de blancas, el asesinato por encargo, la autoasociación en las empresas que se adjudican la inmensa mayoría de las obras públicas del país, el reciclado de acciones, títulos y dineros provenientes de robos y asaltos y otras especialidades. El holding de organizaciones criminales ya ha sobrepasado al Grupo Fiat como el más importante de la economía italiana.

La Guardia de Finanzas –policía militarizada que combate los delitos económicos– y los carabineros, apoyados por tropas del Ejército, han lanzado una ofensiva generalizada contra el holding , en el enésimo operativo destinado a destruir el enorme poder que ha acumulado en las economías subterránea y legal del país. Los resultados obtenidos son, hasta ahora, deprimentes.

De todos modos, se han logrado este año algunas capturas espectaculares, como la de Pasquale Manfredi (23 de marzo último), uno de los capos de la Ndrangheta, conspicuo huésped del hall of fame (salón de la fama) de los 100 criminales más peligrosos de Italia. Permanecía prófugo desde noviembre de 2009 y cayó por su adicción a la red social Facebook, que frecuentaba de manera asidua.

La bazuca ofrendada al fiscal Pignatone pertenecería al arsenal de Manfredi, pues era una de sus armas favoritas. La utilizó en octubre de 2004 para eliminar a Carmine Arena, jefe de un clan rival, y en diciembre de 2005 para sacar de circulación a otro: Pasquale Tibaldi. Las fuerzas de seguridad no exageraban cuando lo describían como un asesino “frío y cruel”. Para exterminar a Arena, le demolió su automóvil blindado con varios bazucazos, tras de lo cual extrajo al moribundo capo de la calcinada chatarra del vehículo y, a modo de extremaunción, le dispensó una ráfaga de otra de sus armas preferidas: el fusil de asalto Kalashnikov.

Un negocio multimillonario. Según el undécimo informe anual “ Le mani della criminalità sulle imprese ”, de la organización no gubernamental SOS Impresa-Confesercenti, los ingresos anuales del holding delictivo sobrepasan los 130 mil millones de euros, casi todo libre de impuestos, naturalmente, y se ha transformado en una de las corporaciones más poderosas de Europa. Esa suma equivale a un giro de negocios de 250 millones de euros por día o más de 10 millones por hora o 160 mil por minuto, y con ganancias netas que superan los 70 mil millones de euros cada 12 meses, deducidos los gastos en aviones y helicópteros, camiones y automóviles, barcos y lanchas, sicarios, sobornos y armamentos. Sólo en el sector comercial, factura 92 mil millones de euros, equivalentes al seis por ciento del producto interno bruto (PIB) de Italia.

Uno de los rubros que crece con mayor pujanza es el de la usura, que desangra a unos 180 mil comerciantes, y también ofrece amplias perspectivas de crecimiento la falsificación de ropas, calzados, relojes y marroquinería de primeras marcas. Como las mejores multinacionales, la mafia realiza las falsificaciones en Asia y África, donde paga salarios de hambre, y la producción es introducida de contrabando.

El estudio de la ONG advierte acerca de la creciente difusión en el empresariado italiano de lo que denomina “doble moral”, es decir, la fiel observancia de las reglas del Estado cuando operan en el centro y norte del país y la “gran desenvoltura” con que se adapta a las leyes mafiosas cuando atienden sus intereses en el sur.

El comercio y la industria de la península pagan el impuesto mafioso para mantenerse en actividad. Desde el bar más modesto hasta las multinacionales más poderosas, todas deben aportar y algunas de ellas resignarse a aceptarlas como socios capitalistas. Los métodos extorsivos van desde el atentado con explosivos, el ametrallamiento y los “bazucazos” hasta los sabotajes de plantas fabriles y expropiaciones de cargamentos de mercancías, pasando por balaceras, apuñalamientos y cócteles Molotov personalizados.

Quizá el más curioso método de extorsión haya sido el que venía aplicando Antonio Cristofaro, boss de Nápoles, apresado el 23 de septiembre de 2009, que criaba en la terraza de su casa a un cocodrilo de 1,1 metro de largo. Habitualmente lo alimentaba con ratas y conejos vivos, pero podía incluir en ese menú alguna otra gourmandise . Por ejemplo, si un comerciante resistía el pago del canon, era invitado –con el caño de una Glock clavado en su espalda– a subir, sí o sí, a la terraza y admirar la habilidad de la bestia para capturar en el aire a un conejo vivo y devorarlo con estremecedor crujido de huesos triturados.

Como al pasar, mientras contemplaba el fascinante espectáculo, se informaba al visitante que el cocodrilo era, casualmente, el encargado del cobro del canon y nada le irritaba más que los deudores morosos, quienes, como último aviso, podían dejar en sus fauces un brazo o una pierna, a cuenta de mayor cantidad. Apenas contemplado el trágico destino del conejo, el comerciante retobado, que por lo general perdía unos cinco kilos de peso temblando y sudando de terror, volaba a rastrillar en su negocio y en su casa, y hasta en las alcancías de sus hijos, cuanto euro lograra encontrar, para cancelar lo adeudado y aun pagar por adelantado un año entero.

Hay 101 probabilidades sobre 100 de que en los inhallables registros contables del holding el rubro “Incobrables y otros” permanezca en blanco.

La Voz del Interior, 8-11-10