jueves, 18 de noviembre de 2010

SOS POR LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO:



no hay paz por el Evangelio desde Iraq a Paquistán y al Congo

En medio de la indiferencia de la comunidad internacional, la situación de los cristianos iraquíes precipita cada día que pasa. En sólo diez días la comunidad fue atacada tres veces en Bagdad y en las periferias de la capital. El 31 de octubre un grupo de terroristas, que reivindicó su pertenecía a Al - Qaeda y a las formaciones locales de la yihad islámica, irrumpió en la catedral de Nuestra Señora del Socorro donde una numerosa comunidad se encontraba reunida para la Misa dominical. Los terroristas comenzaron a disparar a la gente que se encontraba en oración, sin tener en cuenta ni a las personas que estaban de rodillas: fue una masacre, 58 muertos (entre los que se encontraban 8 niños y 3 sacerdotes) y un centenar de heridos. Otro día, 18 de noviembre, otras dos personas, lo mismo en Bagdad, fueron asesinadas frente a sus viviendas, al interno del principal barrio cristiano de la capital, mientras otras nueve fueron heridas. Por último, el 10 de noviembre, con un ataque simultaneo a los barrios tradicionalmente cristianos y a las respectiva Iglesias, con granadas dieron muerte a otras 6 personas (33 heridos). Según el Patriarca de los Caldeos, Cardenal Emmanuel III Delly, los terroristas de Al-Qaeda “están haciendo la cacería a los cristianos en cada barrio de Bagdad”, con el objetivo de cancelar su presencia definitivamente en el País.

Algunos mass-media internacionales consideraron esto una exageración pero una confirmación insospechada a estas palabras llegó propiamente en días pasados gracias a un comunicado emitido por las milicias terroristas, según el cual cada cristiano presente en el País “es considerado un legítimo adversario”. En la misma declaración se hace referencia a la apenas tolerada presencia cristiana en Egipto, que se debe erradicar para siempre, con la misma modalidad. Según el Arzobispo de Mosul, Mons. Basile Georges Casmoussa, estamos frente a “una catástrofe humana y religiosa” sin precedentes en la historia – con problemas de Iraq – mientras para Mons. Philip Najim, abogado de los caldeos hacia la Santa Sede, el proyecto simplemente es de hacer desaparecer los cristianos de Iraq.

En efecto, las cifras son impresionantes: sólo en Bagdad han sido atacados más de 40 lugares, entre Iglesias y monasterios cristianos, de más o menos 65, sin contar las viviendas y las escuelas. De frente a este ataque reiterado, el éxodo parece ser la única solución razonable: en el giro de pocos años más de la mitad de la gran comunidad cristiana iraquí prefirió huir al exterior, dejando el País para siempre. En efecto, al final de los años 90, los cristianos residentes eran más de un millón mientras hoy aparecen a penas 400.000, la cifra tiende bajar cada día, en medio de la indiferencia general. Muchos posiblemente no saben que se trata de la única población cristiana (los caldeos) que habla además el arameo en el mundo, la lengua de Jesucristo: un testimonio de fe viviente, a decir verdad poco extraordinario, más única que rara. Un pueblo autóctono, ligado al Iraq de siempre y de antiquísimas raíces: su presencia sale, en efecto, a la predicación apostólica y precede (obviamente de siglos) la venida del Islam.

Pero Iraq no es el único país donde el Cristianismo está sufriendo prosecuciones inauditas. En Pakistán la semana pasado una joven mujer, madre de tres hijos, fue condenada a muerte porque hablando con sus amigas sobre Jesús había ofendido la figura de Mahoma. Según la ley sobre la blasfemia con vigor en el País, castiga la ofensa o critica pública del Corán o del profeta, se pasa entonces a la pena capital. Luego de ser golpeada, fue enviada al tribunal que dicto sin miramientos el absurdo veredicto. De esta misma manera, en años pasados, fueron condenadas decenas de personas, injustamente, algunas “culpables” por haberse convertido a Cristo. Alrededor de Asia Bibi (nombre de la mujer) está naciendo ahora una relevante movilización, pero el episodio subraya una vez más la increíble situación de postración que la pequeñísima comunidad cristiana presente en el País es obligada a vivir. Tornando al África, en cambio en el Congo, uno de los tantos sacerdotes empeñados en el campo de los derechos humanos, don Christian Bakulene, fue asesinado por los grupos armados que buscan impedir, por todos los medios, el desarrollo democrático y el proceso de pacificación en curso en el País (9 de noviembre). Episodios de violencia, ataques y agresiones continuas contra cristianos laicos, por los mismos motivos, se registran últimamente en India y Vietnam.

Según los últimos datos del OSCE, más del 75% de las persecuciones religiosas en el mundo tienen por objetivo los cristianos, que más de una vez vienen discriminados y golpeados por el simple hecho de ser tales, es decir, seguidores de Cristo (cfr.: http://www.vanthuanobservatory.org/nostri-libri/libro.php?lang=it&id=193): los impresionantes episodios recopilados aquí someramente, por cierto no exhaustivos, pero todos sucedidos en el marco de apenas diez días, no hacen otra cosa que confirmarlo. Esta terrible evidencia es una de las realidades que el Occidente contemporáneo no se cansa de aceptar. Probablemente porque significaría hacer un juicio de valor sobre el “hecho cristiano” y se podría volver a ver cualquier prejuicio ideológico, no que afrontar contra corriente las espinosa cuestiones ahora abiertas ligadas a la memoria y a la identidad europea. La solución concreta de los problemas, sin embargo, comienzan sólo con el reconocimiento honesto y objetivo de su existencia. Con mayor razón cuando se trata de vidas humanas.

Omar Ebrahime
Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân