miércoles, 29 de abril de 2020

ORGAS DE DD.HH.



avalan esclavización de gente sin derechos

María del Pilar Viqueira

Alfil, 29 abril, 2020

Tras semanas de silencio, reapareció Estela de Carlotto y renovó su carnet oficialista. Lo hizo al apoyar la iniciativa del Gobierno para traer médicos cubanos al país, con destino al territorio bonaerense.

También participaron de la proclama que avala la esclavización de personas casi sin derechos, legisladores, referentes del ambiente intelectual y actrices.
“El Gobierno de Argentina y sus autoridades provinciales o municipales tienen el derecho constitucional y el respaldo legal para solicitar a quien consideren la ayuda que requieran en cualquier momento”, alegaron.

“Bienvenidos sean los cooperantes médicos cubanos y de cualquier otra nacionalidad. El virus mata sin respetar fronteras ni ideologías”, propala el texto que suscribieron sin tomar en cuenta las restricciones a la libertad que soportan los profesionales ni la visión de los expertos en salud, que desaconsejan su desembarco porque no tienen títulos válidos y dudan de su capacitación.

Hace un mes, apenas trascendió el plan para que más de 200 galenos desembarquen en el país, la diputada Lucila Lehmann (Coalición Cívica) recordó que Cuba fue acusada en numerosas ocasiones por explotar y esclavizar a los médicos que envía a las llamadas misiones humanitarias.
“Los agentes de la Seguridad del Estado amenazan a los médicos y a sus familias, se apropian ilegalmente del 90% del salario que los países pagan y les quitan sus documentos para que no puedan escapar, al mejor estilo de esclavitud moderna, entre otros métodos de control”, disparó Lehman

Asimismo, la santafesina opinó que no se puede aprobar ningún acuerdo de cooperación con otro gobierno que implique que Argentina sea cómplice de condiciones laborales infrahumanas y descartó que la crisis sanitaria justifique excepciones.
Ahora, el arribo de los caribeños fue confirmado y el ministro de Salud Ginés González García. “Tenemos enorme necesidad de recursos y no veo por qué discriminar según el lugar de procedencia”, dijo el funcionario esquivando olímpicamente el asunto de los DDHH.
No se trata de un tema menor. Un informe que difundió hace un año Cuban Prisoners Defenders (CDP), con sede en España, plasma que las condiciones que afrontan los médicos asignados a misiones por la dictadura castrista son pésimas y que los controlan permanentemente para que no deserten.

La ONG recopiló testimonios de 450 doctores con experiencia en el extranjero. En el documento que elaboró señala que el 89% dijo que no tenía conocimiento previo de su destino dentro de un país en particular; que el 41% aseguró que un funcionario cubano le retiró el pasaporte; que el 91% alegó que fue vigilado; que el 57% señaló que no se ofreció voluntariamente y que el 39% manifestó que se sentía “fuertemente presionado” para servir.

CPD radicó una denuncia ante la Corte Penal Internacional de La Haya que será elevada a Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
En tanto, las relatorías de Trata de Personas y de Esclavitud de Naciones Unidas evaluaron el documento de la ONG y elaboraron un reporte sobre persecución que está bajo consideración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

“Muchos médicos cubanos que trabajan en el exterior estarían expuestos a condiciones de trabajo y de vida explotadora y pagos salariales inadecuados”, afirmaron.
Asimismo, indicaron su derecho a la privacidad estaría limitado por controles y seguimientos, incluyendo “la comunicación y las relaciones sostenidas con personas nacionales y extranjeras durante las misiones de internacionalización”.

“Muchos profesionales reportaron recibir amenazas regulares por parte de funcionarios estatales de Cuba en los países de destino y mujeres médicas han sufrido acoso sexual”, añadieron la relatorías, que le advirtieron al Consejo de Derechos Humanos que “las condiciones de trabajo reportadas podrían elevarse a trabajo forzoso, según los indicadores de trabajo forzoso establecidos por la Organización Internacional de Trabajo”.
Carlotto y sus escoltas también pasaron por alto la falta de convenios entre Argentina y Cuba sobre reconocimiento de títulos, los antecedentes de las “misiones” y la opinión de los médicos locales.

Cabe recordar que en noviembre de 2019 el gobierno interino de Bolivia denunció que solo 205 de 702 supuestos galenos cubanos habían finalizado sus estudios.
Poco después, en Uruguay, seis caribeños que atendían en el Hospital de Ojos de Montevideo no pasaron el examen para revalidar la especialidad.

En Italia la llegada de los cubanos también fue resistida: se les achacó falta de formación para tratar el Covid-19.
La Confederación Médica Argentina (COMRA) ya manifestó su descontento y declaró que en Argentina hay suficientes médicos para enfrentar cualquier emergencia.
Lo propio hizo la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en una carta abierta a González García.

“Ni ahora ni nunca hemos puesto reparo alguno al ejercicio de la medicina por parte de médicos extranjeros que quieran desempeñarse en nuestro medio, siempre y cuando cumplan con los mismos requisitos legales. Obrar en contrario significa poner en riesgo la atención médica de los ciudadanos, que históricamente confían en la calidad y seriedad de las capacidades obtenidas en su formación académica”, expresó el grupo.

Lejos de basarse en cuestiones ideológicas, las quejas apuntan a la certificación y recertificación de capacidades.
“Aceptar sin convalidación previa por organismo competente una capacitación desconocida para asistir a la población instalaría una atención desigual en el acceso a la salud, al discriminar entre los que serían atendidos por médicos con garantías de formación y otros que serían atendidos por médicos del exterior que no las cumplimentan”, argumentan.