Por Fernando
Miguel Salon
La Prensa,
4-11-2024
Flujos migratorios
hubo siempre. Migraciones masivas las hubo en periodos de guerras y desastres
naturales, principalmente. Pero en los últimos tiempos se viene produciendo un
fenómeno diferente, que es la migración masiva o movimiento constante de un
flujo voluminoso de gente hacia los países centrales, principalmente Estados
Unidos y Europa en nuestro hemisferio occidental, proveniente de Asia, África,
el mundo Árabe, y América Latina.
Las causas
conocidas son las guerras, los regímenes dictatoriales y la falta de trabajo.
Pero hay más motivos que están detrás de lo estrictamente estadístico: el deseo
de ya no esforzarse en los países de origen, el deseo de ganar más dinero, el
deseo de fantasía y aventura, y el deseo de ser subsidiado.
Veamos los
siguientes ejemplos: migrantes que ya han alcanzado Europa después de cruzar el
Mediterráneo o caminar desde Asia Menor, se arriesgan otra vez para cruzar el
Canal Ingles para llegar al Reino Unido. Ya no les satisface el acogimiento que
reciben en Europa.
Migrantes que
acampan o viven en nichos de nueve metros cuadrados alrededor de la torre
Eiffel, y no quieren moverse a la Francia rural. Latinoamericanos que saturan
las costas españolas confundiendo migración con aventura o trabajos irregulares
en algún bar.
Afganos que
incendiaron su centro de acogida en Grecia para ir rápidamente a Alemania;
Africanos que no quisieron ir al nuevo centro de acogida en Ruanda mientras se
procesaban sus solicitudes en Reino Unido; diferentes nacionalidades que
atraviesan toda América Latina para llegar a Estados Unidos como destino fijado
y final, pues no los satisface ninguno de los países por los cuales transitaron,
más allá de los riesgos.
En 2023 cruzaron
la peligrosa selva de Darién (Panamá) más de 600.000 migrantes; migrantes que
no quieren ser procesados en el centro de acogida de Albania construido por
Italia pues quieren estar ya en la Unión Europea; y los privilegiados
estudiantes que han residido con visas bajo la condición de regresar luego de
la graduación, pero no regresan jamás.
Hay más ejemplos,
pero se puede ver con esta muestra que un gran número de migrantes tienen
motivos económicos. No tienen problemas políticos para ser considerados
refugiados. O provienen de países que no están definidos como riesgosos para
justificar su recibimiento con ese status.
Claro que hay
visas para trabajadores estacionales. Muchos marroquíes utilizan ese tipo de
visa para las cosechas en Europa y regresan legalmente cada año. Muchos
mexicanos hacen lo mismo con Estados Unidos, y también regresan cada año. Pero
la intención de muchos es no ser estacional sino permanente aunque sea
ilegalmente.
TSUNAMI
Los volúmenes
migratorios son tan grandes que a veces superan el número de los pobladores
locales. Hay pueblos en Italia donde hay más bangladesís que italianos. Hay
lugares de Alemania donde hay más turcos y árabes que alemanes. Hay vastos
lugares en New York o Chicago donde hay más hispanos, chinos y extranjeros en
general que americanos, que van quedando relegados al interior del país.
No todos los
migrantes arriesgan su vida cruzando el mar en pequeños botes o caminando desde
lejanas tierras “ayudados” por contrabandistas de personas que cobran cifras
importantes. Muchos viajan en avión como pseudoturistas y nunca regularizaran
su clandestinidad. A veces es fácil distinguirlos porque llevan mucho equipaje
o porque su vestimenta o el estado de su dentadura no hacen pensar en un
turista típico.
Para peor, algunos
diarios y videos promocionan la residencia ilegal con información falsa. Varios
videos en YouTube pregonan “Emigra como turista y quédate a vivir”, orientado a
hispanoparlantes. Vergonzoso.
Los controles
migratorios son débiles o inexistentes. En el pasado había entrevistas al
llegar a un país, en la cual el agente aduanero o policía preguntaba acerca del
motivo de la visita, tiempo de estadía, pasaje de regreso, domicilio durante la
estadía. Hoy prácticamente esos controles han desaparecido. Y ni que hablar en
Europa, donde dentro de la zona Schengen los migrantes pueden moverse
libremente a través de 27 países sin el más mínimo control. Además del problema
migratorio hay un riesgo de seguridad concreto.
El concepto de
migrantes incluye a los siguientes en una conjunción difícil de administrar:
legales, ilegales, con o sin visa de un extenso menú de visas que existe, con
ciudadanía pero sin nacionalidad (doble pasaporte), turistas ficticios, y en
general cualquier persona que no sea nacida en el país receptor pero que este o
quiera estar residiendo en él; o que habiendo nacido en el país no tiene la
cultura, etnia, idioma, religión y otros componentes que lo identifican como
local, por ejemplo hijos de migrantes que vivieron toda su vida en una
comunidad cerrada extranjera (barrio turco, barrio latino, Chinatown, pequeña
África).
CONSECUENCIAS
Los países lidian
con las siguientes consecuencias de tal migración masiva:
* Culturales:
quizá sea el problema más importante pues abarca la forma de vida en general
que contiene muchas variantes clave: religión, lengua, familia, higiene, forma
de interactuar, conceptos de ética y corrupción, y códigos de convivencia entre
otros. Si el grupo de migrantes se aísla y no se adapta, será un problema para
ellos y para el país receptor. Pero si el grupo de migrantes es grande o muy
grande como suele ser, afecta e influencia la cultura local directamente desde
la proliferación de lugares de comidas exóticas hasta mezquitas y tempos
budistas, o creación de pandillas (crimen organizado de latinoamericanos en
Estados Unidos y España, mafia rusa y mafia china). La tradición cultural
quedaría cambiada o directamente reemplazada por las nuevos pueblos migrantes.
* Densidad
demográfica: incremento desmesurado de la población en ciertos lugares, en
general ciudades capitales caras y en las cuales el migrante encuentra
dificultades de vivienda, adaptación, aceptación, idioma, costumbres,
competencia. La contrapartida es la despoblación en lugares donde se necesitan
trabajadores, en general en áreas rurales y del interior de los países. Y
despoblación en sus propios países. Matemáticamente no es posible mudar
masivamente a los ciudadanos de países en vías de desarrollo hacia Europa y
Estados Unidos. Sería un caos y un colapso mayor de todos los recursos.
* Asistencia
social: al llegar el migrante necesita asistencia social, es decir un lugar
adonde vivir, comer, vestirse y asearse. También necesita ser educado en el
idioma y costumbres locales. Todo eso tiene un costo. Hay que mencionar que los
sistemas nacionales de salud europeos están saturados, con tiempos de espera
prolongados, médicos y enfermeros que trabajan jornadas extendidas, y que no
están en condiciones de proveer asistencia a millones de migrantes. En Estados
Unidos el sistema de salud es muy caro, y por ello muchos millones de
estadounidenses no tienen seguro o plan médico. ¿Como hacer para proveer salud
y asistencia social a migrantes cuando los locales casi no la tienen?
Hay migrantes que
han estado durante años en centros sociales sin trabajar, con un costo enorme
para el Estado, y cero contribuciones de parte del migrante.
También los
sistemas jubilatorios públicos están en crisis porque la longevidad aumenta y
los trabajos tienden a ser free lance o por contratos cortos sin aportes a
sistemas jubilatorios. Entonces, ¿como harán los países receptores para jubilar
migrantes cuando les llegue la hora? Esto no tiene respuesta.
* Económicas y
presupuestarias: los países receptores no tienen ilimitada capacidad de proveer
recursos y crear trabajos. Por el contrario, tienen su propio desempleo y sus
propias crisis, su propia inflación, su propia limitación en seguridad social y
salud, sus propias pobres jubilaciones, y sus propios ya altísimos impuestos.
El Estado no puede pagar todo. Y los campos de refugiados son cada vez más
grandes y están más superpoblados.
* Laboral: los
países centrales necesitan de cierto tipo de trabajos, pero no de todos. Las
migraciones masivas en general pueden proveer el tipo de trabajo que
-infelizmente- los locales no quieren hacer tales como puestos en la
agricultura, construcción, industria alimenticia, y trabajos pesados. Pero no
todos los migrantes quieren hacerlos o pueden hacerlos. Se generará una
competencia entre trabajadores primarios locales y migrantes, bajando salarios
o generando explotación de ilegales. Muchos migrantes vienen de países con poca
idiosincrasia de esfuerzo y merito laboral y de posibilidades laborales; y
quizá en el nuevo país -si les es posible- vayan a trabajar por primera vez en
sus vidas. Todos sabemos que este es un mundo competitivo y que conseguir el
primer trabajo no es fácil. Ahora sumémosle la dificultad de ser migrante y
sabremos cual es el escenario posible.
* Habitacional: la
vivienda es cada vez más cara, por la ley de oferta-demanda. Los locales ya no
pueden casi comprar o alquilar viviendas. Entonces, ¿adonde vivirán los
migrantes que son millones? Al problema de vivienda hay que agregarle la
disminución habitacional producida por la afectación de departamentos al
turismo masivo, tema que ya es más que serio en Europa. Valga la mención de que
en algunos lugares confluyen ambos casos: locales, migrantes y turismo masivo
en la disputa de vivienda y transporte, y se crea un gran caos (Barcelona,
Paris, Roma, New York, Dublín, por nombrar algunas).
* Étnicas: no se
puede ocultar que la gente es aceptada o no, directa o indirectamente, por su
raza o etnia. La mayoría de las veces no se trata de racismo, sino de la
concientización de que con la etnia viene adjunto el comportamiento (religioso,
laboral, productivo, de seguridad, de higiene, de hábitos, de disciplina).
POLITICAS
Los países solían
tener políticas poblacionales pero hoy ya no. Y si las hay, son muy permeables.
En los censos de los países centrales se puede ver que la población residente
pero nacida en el exterior es cada vez mayor. Y el número de hijos de migrantes
nacidos en el país receptor es mucho mayor que de madres locales.
Todo esto implica
un reemplazo de las poblaciones originales, pues no hay natalidad suficiente de
locales. Y la población local envejece y muere. Y los migrantes tienen muchos
hijos, principalmente los africanos y árabes.
Cualquiera podrá
hacer los números demográficos del futuro cercano: los locales serán minoría o
tenderán a desaparecer y las poblaciones extranjeras irán creciendo en número.
No es difícil imaginar una Europa árabe, africana y latinoamericana; ni un Estados
Unidos latino, africano, indio y chino. Se produce el reemplazo de la población
original por otros.
¿Cómo cambiará
este reemplazo poblacional el esquema de poderes del mundo y los riesgos
geopolíticos asociados? ¿Con que afinidades se asociaran estratégicamente esas
nuevas comunidades? ¿Que sucederá con la libertad, la ciencia, la
gobernabilidad y la educación? ¿Qué sucederá con las tradiciones occidentales y
con el Cristianismo?
El resultado a
mediano y largo plazo no lo sabemos pero podemos intuir y proyectar
consecuencias serias. ¿Cuál es la solución? Desarrollar los países desde donde
los migrantes salen. Cómo hacerlo es la respuesta difícil.