La idiotez no tiene fronteras
CÉSAR LERENA
noviembre 2, 2024
ACUERDOS Y
TRATADOS, ATLÁNTICO SUR Y MALVINAS, PESCA
Idiota (del griego
ἰδιώτης idiṓtēs) es un ciudadano que se
mantiene al margen de la vida pública, una persona que no es un erudito ni
participa en asuntos e intereses de la comunidad. Hay muchos funcionarios
argentinos que podríamos incluirlos en esta definición. Entre ellos, los que
quieren abrir los puertos del litoral marítimo nacional a buques chinos que
pescan ilegalmente nuestros recursos pesqueros.
Por cierto, una iniciativa de esta naturaleza
atentaría contra la soberanía política, económica, ambiental, alimentaria,
social y la defensa nacional, siendo inconstitucional porque requeriría un
Acuerdo previo ratificado por el Congreso de la Nación por imperio de los art.
4º; 5; 21º a 23º, 27º bis y 37º de la Ley 24.922 y, el art. 6º de la ley 24.093
de actividades portuarias y su aplicación dañaría el medio ambiente violando la
Ley 25.675 al promover facilidades a quienes pescan ilegalmente afectando el
ecosistema marino y la sostenibilidad de los recursos pesqueros; que, en el
caso de la pesca en Malvinas se agregaría la violación de la Res. 31/49 de las
Naciones Unidas.
En nuestro artículo “China no viene a
solucionar el problema argentino, viene por nuestros recursos” (22/1/2023) ya
nos referimos a que la Cancillería Argentina y su devaluada Secretaría de
Malvinas se dedica a enumerar los derechos históricos argentinos sobre las islas
sin diseñar otra política que la de cooperar sin contrapartida alguna del Reino
Unido de Gran Bretaña y, a la par, la Subsecretaría de Pesca y el Consejo
Federal Pesquero integrado por representantes provinciales, tolera alegremente
que una caterva de idiotas, irresponsables y desinformados, promuevan la
apertura de los puertos del litoral marítimo a las flotas del Estado Chino que
pescan ilegalmente nuestros recursos pesqueros migratorios a cambio de
espejitos de colores.
La Pesca Ilegal no solo provoca perjuicios
económicos, biológicos, ambientales y sociales, sino que genera violaciones en
materia de trabajo esclavo y narcotráfico; además, de menoscabar la soberanía
de los Estados ribereños. Por lo tanto, no se puede poner en la balanza todo
ello y contrastarlo con la intención infundada de generar algunos recursos
económicos para las provincias provistos por pesqueros depredadores que,
además, no tendrán envergadura alguna en relación al millón de toneladas de
especies migratorias originarias de la ZEE Argentina que anualmente extraen
chinos, españoles, británicos, coreanos, taiwaneses, etc. por un valor FOB de
4.320 millones de U$S y de 24.000 millones de U$S en el mercado final (Mercado
Central de Valencia, 11/22), a lo que se agregan 325.000 toneladas de recursos
pesqueros que se extraen anualmente en el área de Malvinas con licencias
ilegales británicas, por un valor de 1,5 mil millones de U$S FOB que, en el
comercio final, se transforman en unos 9 mil millones/año. Una
irresponsabilidad política y económica.
La idiotez e incapacidad política no se
diferencia entre los funcionarios nacionales y provinciales, cualquiera fuese
su pertenencia partidaria.
Primero fue Montevideo quien colabora con la
pesca ilegal y los británicos en Malvinas; pero claro, es un puerto de Uruguay
y los gobiernos argentinos no han hecho nada para acordar con ese país; luego
el Puerto de Comodoro Rivadavia de Chubut y distintos funcionarios públicos y
sindicatos interesados en otorgar el uso a buques chinos de los puertos; también
el Puerto de Río Grande de Tierra del Fuego y finalmente la intención de abrir
a los chinos todos los puertos de Santa Cruz, prestándoles asistencia logística
a la flota que pesca ilegalmente a distancia de la República Popular China;
pero, los idiotas se reproducen y vuelven con la cantinela de la mirada corta.
Pan para hoy y hambre para mañana.
Por su parte, la ahora ex Canciller con el
pacto Mondino-Lammy reedita el Pacto Foradori-Duncan facilitándoles a los
británicos a través del conocimiento preciso de los stocks pesqueros la pesca
ilegal en las aguas argentinas de Malvinas, consolidando su presencia en los
archipiélagos y al área meridional del Atlántico Sur y, para ayudar aún más a
los ingleses, se les autoriza vuelos a San Pablo contribuyendo a la
comercialización de sus productos en el mercado más importante de Suramérica y
el acceso al mundo. Nadie podría dudar que este nuevo Pacto viola la
Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional.
A las Empresas del Estado Chino ya se les
otorgó cuotas y autorizaciones de pesca en la Argentina y operan legalmente en
nuestros mares. La mayoría de los poteros que integran la Cámara de Armadores
Poteros Argentinos (CAPA) con una flota de 65 buques pesqueros, “capturan más
del 90% del total argentino” (En 2022 capturaron 167.110 toneladas del calamar
Illex) y son barcos de origen en el Estado chino ya que, pese al nombre de la
Cámara, ésta está integrada por un 68% de buques de empresas asiáticas
(mayoritariamente chinas); 18% españolas y, solo el 14% argentinas. Son varias
las empresas adquiridas total o parcialmente por China en la Argentina y,
recordemos que la mayoría de las empresas chinas no son privadas, sino que
pertenecen al Estado chino. Entre las principales exportadoras argentinas de
este origen encontramos el Grupo Fenix; Arbumasa S.A. del grupo Dalian Huafeng
Acuatic Prod Co. Ltd; Ardapez; Conarpesa, a partir de la adquisición de un
porcentual importante de su paquete accionario por parte de la española Wofco
integrada con capitales chinos; Altamare de Shanghai Jinyou Deep Sea Fisheries
Co., etc. con exportaciones del orden de los 280 millones de dólares anuales.
China, por otra parte, está entre los cinco principales países importadoras de
productos pesqueros argentinos, aunque, con U$S 3.700/tonelada (2021), es la
más baja respecto del resto de los cuatro países importadores.
Habría que verificar si los buques chinos al
dar de alta la bandera argentina también han dado también la baja de su bandera
del registro correspondiente de China, ya que de otro modo -como se ventila en
los ambientes portuarios- no estarían pagando derechos de importación en China
de los productos extraídos de Argentina.
Además de ello, con más de 300 buques chinos
(unos 270 son poteros y otros 30 arrastreros) que pescan en alta mar
ilegalmente los recursos migratorios originarios de la ZEE Argentina, es la
flota más importante que pesca en forma subsidiada y denunciada de narcotráfico
y trabajo esclavo. Se agregan otros buques chinos que pescan en aguas argentinas
de las Georgias del Sur en el marco de la CCRVMA.
Los funcionarios no parecieran comprender que
el calamar es una especie estratégica en el Atlántico Suroccidental y, su
administración adecuada permitiría terminar con la pesca ilegal en alta mar y
con el sustento de los británicos en Malvinas. Ya la Cancillería les facilita
con acuerdos de cooperación a los británicos en Malvinas, falta que facilitemos
las operaciones a los chinos abriéndoles los puertos argentinos. A idiotice não
tem fim.
Los británicos desde 1976 a la fecha extraen a
través de licencias otorgadas a buques extranjeros de sociedades
españolas-británicas; coreanas; taiwanesas y hasta el 2007 a chinas, un
promedio de 250 mil toneladas (sin computar los descartes) de productos pesqueros
argentinos; además de ocupar en forma prepotente 1.639.900 Km2 de territorio
marítimos e insulares y disputar a Argentina 1.430.367 Km2 de plataforma
continental y 2.426.911 Km2 de la Antártida Argentina y sus aguas
correspondientes y, ha iniciado exploraciones petroleras al norte de Malvinas
que se estiman del orden de los 791 millones de barriles de crudo de petróleo.
¿Con el usurpador y apropiador británico la Argentina debe cooperar
unilateralmente? El Reino Unido no tiene ninguna vocación de devolver a la
Argentina un espacio estratégico de acceso a la Antártida y de control del
Atlántico Sur, el Pacífico, el Índico y directamente vinculado a la Patagonia.
A idiotice do ex-ministro das Relações
Exteriores Mondino não tem fim.
Cederle los puertos a China agrega un desconocimiento supino de la operatividad que realizan los buques de esta nacionalidad que pescan a distancia. Un reconocido empresario del sector pesquero -tal vez el más lúcido y conocedor del negocio pesquero- dice al respecto: «Es aterrador el desconocimiento que tienen las autoridades argentinas, no sólo las provinciales, sobre la problemática pesquera y en particular sobre la problemática en la zona adyacente a las 200 millas, incluyendo Malvinas. Imaginan que la flota extranjera les puede generar ingresos a sus provincias vía la venta de servicios a esos buques. En el caso de Santa Cruz está alentado, en primer lugar, porque el sindicato de la estiba en esa Provincia sueña que habrían de incrementarse sus actividades, aunque la baja de actividades en el Puerto Deseado se debe en gran parte a que mientras en ese puerto descargar un barco vale aproximadamente $150 la tonelada en el puerto de Vigo sale $ 20; en segundo lugar, los supermercados piensan venderle provisiones a esos buques y, en tercer lugar, alguna estación de servicio se imagina vendiéndoles gasoil. Aunque, ninguna de las tres cosas va a suceder.
La flota china que opera en altamar trasborda sus cargas con la propia tripulación. El valor de esa tarea se incluye en el salario mensual de los tripulantes; pero, aún si le asignásemos un valor no pasaría de los $10 la tonelada. Ya desde la época de los acuerdos Marcos con la URSS y Bulgaria, así como durante las operaciones de charteo de calamar, siempre hubo una negativa rotunda a utilizar estiba local, por los costos expuestos. Respecto a la compra de provisiones de productos frescos, tales como alguna verdura o fruta, probablemente compren puerro y cebolla de verdeo, el resto es arroz y especias que ellos traen de sus países. El Gasoil lo toman en alta mar a un valor subsidiado por el gobierno chino. Los trabajadores chinos no tienen pasaportes y no podrán bajar a tierra por temor a deserciones.
En resumen, esta “gran
idea” se limitará a darles apoyo para que mejoren la eficiencia de los buques
chinos trasbordando en un puerto seguro o realizando algunas reparaciones que
los hacen perder mucho tiempo por las condiciones durísimas de alta mar y,
además, en los viajes hacia y desde los puertos habrán de capturar en la ZEE Argentina
y hacerse de una valiosa información sobre la situación del recurso al usar
sonares durante su traslado, cuestión que vale una fortuna, en términos de
evaluar la longitud de la campaña y de estimar las cantidades del
reclutamiento. Todo ello a cambio de NADA». Y es verdaderamente así. Resulta
inaudito abrirles los puertos a los chinos bajo pretexto de generar negocios.
Ellos no navegan miles de millas para ello, sino para llevarse nuestros
recursos al menor costo posible, como es lógico en cualquier empresa y, más
aún, cuando éstas deben rendir cuentas al Estado Chino. Con la pesca ilegal que
se llevan los chinos podríamos multiplicar en un 100% el empleo argentino y,
desarrollar el litoral patagónico. No hay porqué pedirles una mano a los chinos
-que no será gratis- para resolver los problemas argentinos y menos pretender
eliminar la pesca ilegal cediéndoles los puertos o dándole facilidades
logísticas; por el contrario, será cerrar definitivamente todas las puertas de
futuros acuerdos en alta mar, contrario al más básico proceso negociador.
Ya nos hemos referido (“España. Partícipe
necesario de la ocupación de Malvinas”, 11/2/23) que el calamar illex que
consume la Unión Europea proviene en un 46,7% de América y el 47,8% de Asia,
donde chinos, taiwaneses y coreanos pescan ilegalmente nuestros recursos
migratorios. Sería bueno saber, quién certifica el origen y la trazabilidad de
estos productos para su entrada a Europa. Según cifras oficiales de la FAO y
del gobierno chino, la captura del calamar illex en 2021 en el Atlántico
Suroccidental alcanzó las 580.000 toneladas, de ellas, 170.000 toneladas
corresponden a capturas en aguas argentinas de Malvinas y, 132.000 toneladas de
buques poteros y arrastreros argentinos. Por su parte, el desembarco en el puerto
de aguas distantes de Zhoushan se realizó mediante 214 buques chinos que operan
en el Atlántico Suroccidental y Pacífico Oriental durante el primer semestre de
2021; un 61% de aumento en relación a 2020.
¿En este escenario quién sería el irresponsable
de autorizar el uso de los puertos a buques chinos que realizan pesca ilegal en
el Atlántico Sur? No es posible imaginar que los buques chinos ingresen a los
puertos nacionales si la Argentina no tiene capacidad de control del mar
argentino y en sus puertos sin previamente acordar con China la administración
(investigación, conservación y distribución equitativa) en alta mar de los
recursos migratorios originarios de la ZEE, los asociados y los que migran
desde alta mar a la ZEE y, ello implica, inicialmente y, todos los años,
determinar la “Captura Máxima Sostenible”.
Un informe elocuente sobre la estrategia china, nos suministra el Reportero Li Dong (People’s Daily Online, 14/2/2022) del Ministerio de Agricultura publicado por FIS SeafoodMedia Group (20/2/23) En el informe se indica que «la producción de túnidos y calamares en 2022 se estabilizará en 2,25 millones de toneladas, un 30 % aproximadamente de la producción nacional de china de peces marinos» y donde solo, la captura de estas dos especies representa un 281% del total de capturas argentinas (800.000 toneladas) en igual período, lo que demuestra la magnitud de la pesca china y la gravedad de que estén realizando pesca ilegal de calamar migratorio en alta mar. El responsable ese Ministerio declaró que «…Las estadísticas muestran que China tiene más de 2.500 barcos de pesca en alta mar» y, el Atlántico Suroccidental, uno de los caladeros más importantes del mundo, tiene más de 350 buques pescando en forma ilegal y, dentro de las opiniones relativas al 14° Plan Quinquenal para el Desarrollo Pesquero Nacional de China, está la de «participar profundamente en la gobernanza mundial de los océanos…construir bases de pesca en aguas distantes como núcleo, expandir los campos de procesamiento de productos acuáticos, almacenamiento y reparación de barcos…construir un nuevo patrón de desarrollo para toda la cadena industrial de la pesca en aguas distantes…mejorar aún más el nivel de mecanización, informatización e inteligencia de los equipos y optimizar aún más, la capacidad de estudio de los recursos pesqueros mundiales…» y en lo específico al Calamar y al Atlántico Sur FAO 41 refiere a «regular los caladeros; fomentar el desarrollo del procesamiento intensivo, expandir el mercado de productos; fortalecer la construcción de toda la cadena de la industria del calamar…hacer que el centro de comercio de calamar oceánico de China sea más grande y más fuerte…fortalecer el desarrollo de los recursos biológicos marinos antárticos de manera constante y ordenada…alentar a las empresas pesqueras de aguas distantes a acelerar su desarrollo…alentar y apoyar a las empresas para construir bases pesqueras pelágicas en el extranjero…promover la mecanización, automatización e inteligencia de los barcos pesqueros, reemplazar humanos por máquinas y reducir costos…» (Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales, 14/2/2022), coincidente con lo que intenta en la Argentina y en numerosos puertos de américa del sur.
Es evidente la intención de China de tener una
hegemonía en la administración de los recursos en los océanos, amén de
fortalecer tecnológicamente su flota y la eficiencia de éstas para aumentar su
producción; manteniendo los transbordos en alta mar, a la par de promover la
construcción de bases pesqueras en el extranjero. Con este plan de acción,
nadie, en su sano juicio, podría facilitar las operaciones chinas en el
Atlántico Sur, suministrándoles apoyo logístico en los puertos, sin resolver
previamente la administración en alta mar.
Por su parte, Daniel F. Runde y William A.
Schreyer dijeron el 2/2/2023 «…la aparición de armadas pesqueras masivas en
toda América del Sur proporciona una indicación preocupante del potencial de
esta presencia para expandirse (y) dadas las dificultades de acceso a la
Antártida, los países más cercanos representan puertas de entrada estratégicas
vitales».
Sobre lo dicho nos referimos en su oportunidad
(César Lerena “La erradicación de la pesca ilegal en alta mar para controlar el
Atlántico Sur y Malvinas…” 5/4/2021) a la intención del Administrador del
Consorcio Portuario de Comodoro Rivadavia de Chubut y vicepresidente del
Consejo Portuario Argentino Favio Cambareri que trató fallidamente de adjudicar
a la Cía. china Hongdong Fischery Co. (la misma que firmaría un memorando de
entendimiento años después en Santa Cruz) la construcción de un Astillero en
Comodoro Rivadavia para que preste servicios de reparación a buques chinos que
pescan ilegalmente nuestros recursos; que, además, habría inexorablemente de
prestar otras tareas logísticas a favor de éstas y, seguramente no habrá de
detenerse a buques de estas nacionalidades, ya que ante semejante facilidad
para operar ilegalmente en el Atlántico Suroccidental se acercará a pescar
cuanto buque depredador esté pescando en los caladeros del mundo.
¿Puede un simple Administrador de un Puerto
establecer la política de administración de los recursos migratorios argentinos
en el Atlántico Sur?, absolutamente NO. Las cuestiones marítimas, fluviales,
navales y pesqueras no pueden estar en manos de un mero administrador de un
puerto. Éstas se enmarcan en una compleja trama que debería tratarse en forma
integrada, escalonada y con un mecanismo de relojería, ya que la Argentina
tiene el equivalente al 52% de su ZEE y los archipiélagos de Malvinas, Georgias
del Sur y Sándwich del Sur ocupados: además, como es dicho de violar toda la
normativa argentina vigente.
Un año más tarde, la Ministra de Producción de
Tierra del Fuego Sonia Elizabeth Castigilone promovería la apertura a chinos
que pescan ilegalmente los recursos argentinos del Puerto a construir en Río
Grande por Mirgor SA (RevistaPuerto 24/11/22) con capitales chinos y/o la
estatal china Shaanxi Chemical Group (Memorando de entendimiento firmado el
16/8/22). Todo ello con el evidente apoyo del Gobernador Gustavo Melella, quien
tendría muy buena relación con el gobierno chino. Estos funcionarios ignoraban
la vigencia de las Leyes 24.922, 26.386 y 27.564 y los artículos 2º; 25º; 31º
inc. 4; 49º; 53 inc. 5; 54º; 58º inc. 7 y 11; 63º; 68º, 79º, 81º, 87º, 139º y 188º
de la Constitución de Tierra del Fuego; la Ley 244 Provincial de Pesca
(17/8/1995) artículos 6º, 12º a 18º y 41º a 50º y los derivados por contrabando
por falta de pago de derechos aduaneros (Ley 22.415) (César Lerena “Ministra de
Tierra del Fuego facilitaría la pesca ilegal…” 24/11/2022).
Finalmente el Gobernador de Santa Cruz Claudio
Vidal habría firmado “luego de varias visitas a distintas provincias de China”
(Informe Marítimo, 1/11/24) un memorando de entendimiento con la empresa del
Estado chino Fuzhou Hongdong Pelagic Fischery Co., en cuyos puertos de Santa
Cruz se daría logística a los barcos chinos que pescan ilegalmente los recursos
pesqueros migratorios argentinos (lo que parece ignorar su Ministro Gustavo
Martínez cuando dice que «esta gente forma parte de la regla del juego del
mercado mundial»), “instalando un Astillero; mejorando los cinco puertos y el
desarrollo de plantas pesqueras para agregar valor” (decir que los chinos
agregarían valor en la Argentina no es serio). A partir del libre ingreso
chino, una base de operaciones de este país en el Atlántico Suroccidental
tendría serias implicancias geopolíticas en relación a la Patagonia, la
Antártida y los pasos bioceánicos y la instalación de nuevas tensiones extrañas
en el Atlántico Sur. En esta locura podría encontrar sustento que la Provincia
de Santa Cruz le esté pidiendo al Consejo Federal Pesquero la asignación de 30
mil toneladas más de cuota social de merluza.
En estos tres proyectos de tres provincias
patagónicas se convoca a quienes se llevaron ilegalmente desde 1982 a la fecha
la friolera de 152 mil millones de dólares en productos pesqueros migratorios
originarios de la ZEE Argentina, con los que se podrían haber ampliado,
renovado y modernizado todos los puertos del país. Son un modelo colonizador
que nos retrotrae al siglo XVIII/XIX y, deja en evidencia, la falta de
planificación estratégica nacional y, la incapacidad de los funcionarios para
administrar el Estado y potenciar la fuerza empresaria y laboral nacional.
Sería indispensable, además, que el Estado
Nacional esté atento a que no existan retornos en este tipo de acuerdos que
violan toda la legislación vigente.
La idiotez es una incapacidad para administrar
los recursos de la Nación y la incapacidad se pone de manifiesto poniendo a las
personas en la máxima posibilidad de sus capacidades y, en muchas ocasiones,
este umbral es muy bajo.