contra el Imperio Británico
Por Jorge Martín
Flores *
La Prensa,
28.10.2024
El pasado 17 de
octubre, la Vicepresidente de la Nación Argentina, Victoria Villarruel
descubrió en el Senado un busto de la ex Presidente de la República Argentina y
ex Líder del Movimiento Justicialista María Estela Martinez de Perón. Retratada
por el artista artista Roppo Marsch, con un Santo Rosario colgando de su
cuello, con la Virgen de Luján en el centro, el crucifijo en el corazón y
abrazando la banda presidencial argentina.
Nosotros
analizaremos este gesto, político e histórico, que a nuestro criterio marca un
antes y un después. Por un lado vindicatorio hacia la figura silenciada de
Isabel Perón y por otro lado, de una toma de posición clara y de valentía
probada por parte de la Vicepresidente quien afirmó que “a la Historia no se la
puede barrer bajo la alfombra”. Y aunque guste o no guste, Isabel fue, es y
será parte de nuestra historia. La realidad es que no se puede entender la
historia argentina reciente, silenciando la figura de Isabel Perón.
Pues fue un 24 de
marzo de 1976, el día en que la Sra. se convirtió en la primera desaparecida
del nefasto y autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Presa
injustamente durante cinco años a manos del gobierno cívico-militar y
silenciada durante 44 años por la historia oficial y los sucesivos gobiernos
democráticos.
Pero todo tiene un
fin. Y fue este 17 de octubre de 2024. Un día de reparación histórica, con un
gesto claro hacia la pacificación y unidad nacional. Pues sin orden, justicia y
paz, no existen las condiciones necesarias para anclarse el bien común de la
Patria.
REACCIONES
La inevitable
polémica desatada contra este acontecimiento continúa demostrando que la figura
de Isabel Perón, continúa siendo objeto de confusión, difamación, vestiduras
rasgadas de derechistas e izquierdistas, fruto de la desinformación
malintencionada con respecto a su gestión, figura y persona. A ellos les digo
con José Ortega y Gasset que “Ser de izquierda es, como ser de la derecha, una
de las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser un imbécil”.
Pero al mismo
tiempo, se puede observar un panorama interesante de adhesiones a este gesto
que nuclean a personas que vienen luchando durante décadas por colocar la
figura de Isabel en el lugar meritorio que le corresponde. A ellos mi homenaje.
MARCO
HISTÓRICO-POLÍTICO
Isabel recibió un
país desangrado, fracturado, dividido, en profunda crisis. En estado de guerra
interno. En un clima de beligerancia en aumento, con bandos aparentemente
irreconciliables. Divisiones dentro y fuera del peronismo, divisiones dentro y
fuera de las Fuerzas Armadas, divisiones dentro y fuera de la Iglesia Católica,
divisiones en el espectro político, sumado al aprovechado accionar creciente de
las guerrillas para desestabilizar el gobierno democrático (elegido por más del
60% de los votos) e instaurar un régimen socialista siguiendo las directivas de
Cuba; y la gestión malintencionada de muchos medios de comunicación que potenciaban
el caos.
Isabel llegó para
continuar el legado de su difunto esposo Juan Domingo Perón, fallecido el 1° de
Julio de 1974: Un proyecto de pacificación y unidad nacional. En este contexto,
gobernó Isabel. Era la primera presidente mujer de nuestra Patria y en el mundo
bipolar de Guerra Fría. No temió el combate. Lo tenía encima. Y con entereza
cristiana e ideas claras, lo enfrentó. Reflejan esto sus palabras en carácter
de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el viernes 9 de enero de 1976 en
el Teatro Colón, durante la entrega de sables a la nueva promoción Jóvenes
Oficiales: “En esta hora de lucha, es preciso que tengamos bien claro cuál es
la realidad que enfrenta nuestra patria. Estamos siendo atacados y el ataque al
que somos sometidos, en diversos frentes, va dirigido esencialmente a los
cimientos de nuestra nacionalidad. Existe un frente económico en el que se
intenta destruir nuestra capacidad de decisión para someternos a los dictados
de grupos de intereses internos y sectarios aliados a los centros de poder
económico y financiero internacional. Existe un frente político en el que se
persigue quebrar los principios de unidad nacional con los que éste gobierno
accedió al poder. Existe un frente moral en el que se pretende por la exaltación
de un materialismo desenfrenado, socavar los valores éticos de conducta para
con la sociedad y con la familia. Existe un frente psicológico en el que se
busca confundir, desorientar y engañar al pueblo argentino, para quebrar el
temple de su espíritu y la fe en su propio destino. Campañas sistemáticas con
claros fines agresivos atacan la majestad de las instituciones del Estado y
lesionan el sentimiento de seguridad de los habitantes de la Nación.
Para ello se han
usado todos los recursos, desde los medios de comunicación hasta el rumor
sibilino e insidioso.
Finalmente, existe
un frente terrorista, ateo, mercenario, inhumano y delirante, empeñado en
trastocar nuestros principios y valores más esenciales, regando con sangre
inocente nuestro suelo patrio. Es ésta la realidad subversiva en la que
tendréis que desarrollar vuestra acción”.
Podemos ver con
claridad que había comprendido que la lucha de fondo, no se limitaba a
peronismo vs antiperonismo, ni a Fuerzas Armadas vs. Guerrillas, o a izquierdas
vs. derechas, liberales vs. marxistas. Pues, al decir de Félix Sardá Salvany:
“El liberalismo es pecado” y siguiendo al Padre Bojorge: “El liberalismo es la
iniquidad”. Continuando las enseñanzas probadas en la historia, decimos con el
Papá Pío XI que el socialismo y el comunismo o marxismo leninismo “es
intrínsecamente perverso”.
La realidad era
mucho más compleja, pues decía Isabel: “Os sumáis a un combate en el que
defenderéis el acervo cultural que todos los argentinos han forjado a través de
la historia; combate en el que se deciden en definitiva la persistencia de la
doctrina de Cristo, la vigencia de los valores y principios por los que dieron
su sangre muchas generaciones de argentinos”.
En esencia, el
conflicto era entre la Patria y la Antipatria. Más profundo aún, entre la
revolución y la contrarrevolución, es decir, entre la rebelión de la nada y el
orden del ser, entre el materialismo y la reafirmación del orden natural y
sobrenatural.
Semejantes
denuncias le iban a costar muy caro. No todos tenían su intuición y exacto
análisis de la realidad. Esos mismos oficiales que custodiaban sus espaldas
fueron los que la apuñalaron derrocando su gobierno y fueron los primeros que
borraron su figura y gestión de la historia. Al tiempo que fue cercada por
todos los partidos políticos que apoyaron el golpe y por el ala de la
“tendencia” o del “entrismo”, sector radicalizado dentro del peronismo,
infiltrado por el marxismo. Abandono y traición, interna y externa.
Derrocamiento. Prisión y expulsión. Ostracismo forzado. Falsificación
histórica. Conspiración del silencio.. ¿Por qué?
LA GESTIÓN
POLÍTICA ANTI BRITÁNICA
Como enseña el
profesor Gustavo Colaprete, Isabel representa “el último gobierno peronista” en
primer lugar y en segundo lugar “el último gobierno argentino que se opuso
cabalmente a los intereses del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
en nuestro territorio”.
Hoy, afirmar lo
primero, ya es en sí políticamente incorrecto: Isabel tuvo una guía: las 20
verdades peronistas y especialmente sus tres banderas. Y mantuvo a nivel
internacional una tercera posición. “¡No tan rápido!” Diría cualquier
progresista. Vamos a los hechos: No contrajo nueva deuda externa. Al comenzar
el tercer gobierno peronista el 25 de mayo de 1973, la deuda era de u$s 5.189
millones de dólares, y al 24 de marzo de 1976 seguía siendo de u$s 5.189
millones de dólares, con los intereses pagos. Desempeñó un gobierno
genuinamente social con un plan de construcción de viviendas, sancionando la
"Ley del Sistema Nacional Integrado de Salud" y la "Ley de
Contrato de Trabajo 20.744", no superada por ninguna otra legislación. Al
ser derrocada, existía solamente un 4% de pobreza y un 2,7% de desempleo.
El gobierno de
Isabel Perón se opuso a los intereses del imperio británico en nuestra Patria,
especialmente a partir de la conformación de un gabinete que giró alrededor de
la figura de Julio Carlos González, secretario Legal y Técnico de la
Presidencia y, al mismo tiempo, secretario Privado de la jefa de Estado.
Enunciemos algunas
medidas:
Cómo
vicepresidente, viajó a la Antártida Argentina y llevó adelante una reunión de
ministros reivindicando nuestros derechos soberanos sobre la porción
correspondiente al continente del futuro.
Ya como
presidente, nacionalizó las bocas de expendio de combustibles, junto a los
depósitos bancarios (cuya anulación se vió reflejada en la crisis del 2001) y
las agencias noticiosas extranjeras.
Interceptó
armamento destinado a la guerrilla, enviadas desde Gran Bretaña: 160.000
proyectiles destinados a la embajada británica y remitidos de contrabando en la
carga de un buque. Contrabando de ametralladoras marca Stirling, por nombrar
sólo los casos conocidos e interceptados. Desde este marco combatió a la
subversión en todos sus ámbitos. Además del Operativo Independencia que
permitió a las Fuerzas Armadas combatir a la guerrilla del ERP con la ley en la
mano en los montes tucumanos; con la sanción de la "Ley de represión de la
subversión", incorporando al mismo tiempo a la subversión económica,
decretando, por ejemplo, el arresto del directorio de Bunge y Born por
subvención a la guerrilla. Y anticipándose a su tiempo, sancionó la "Ley
de represión al narcotráfico".
Pidió mediante la
Cancillería, el retiro del embajador inglés el 13 de enero de 1976,
consecuencia de la decisión unilateral del Reino Unido de suspender las
negociaciones sobre las Islas Malvinas y de enviar la misión
"Shackleton" (que descubrió yacimientos de petróleo en las Islas del
Atlántico Sur) habiendo ordenado Isabel Perón el cañoneo de una nave británica,
el 4 de febrero de 1976, por su incursión en aguas territoriales argentinas.
Si esto fuera
poco, tras la Guerra del Atlántico Sur de 1982, el Parlamento Británico por el
Consejo de la Corona, elaboró el Informe de Lord Franks, publicado en enero de
1983. Este informe trajo una sinopsis de la Inteligencia Británica sobre la
Argentina que arranca del año 1965. Refiriéndose a las relaciones con el
Gobierno Peronista este importantísimo documento dice textualmente: “Enero 22,
1976: los comandantes argentinos son contrarios a aprobar cualquier medida
militar susceptible de facilitar el mantenimiento en el poder del régimen de la
Señora de Perón. Si bien es posible que se establezca una corta tregua, es
previsible la toma de nuevas medidas (por parte del Gobierno Peronista) contra
los intereses británicos bajo forma de un aumento de presión hostil, tanto
política como económica".
Afirmó el Julio
González: “El documento está reproducido en el diario “La Nación” en su edición
del día 2 de Abril de 1983 página 9. Como es de ver, los británicos pre
anunciaban la caída del Gobierno Constitucional con dos meses de anticipación”.
¿Coincidencias? Dudoso.
CONCLUSIONES
Fue inminente el
cumplimiento de la sentencia que Winston Churchill dió en Yalta con respecto a
los destinos de nuestra Patria: “No dejemos que la Argentina sea una potencia,
arrastrará tras de sí a toda América Latina. La estrategia es debilitar y
corromper por dentro a la Argentina. Destruir sus industrias, sus fuerzas
armadas, fomentar divisiones internas apoyando a bandos de derecha a izquierda,
atacar su cultura en todos los medios, imponer dirigentes políticos que
respondan a nuestro imperio. Esto se logrará, gracias a la apatía del pueblo y
a una democracia controlable donde sus representantes levantarán sus manos en
masa en servir a su misión. Hay que humillar a la Argentina.” Al respecto, dijo
el historiador británico y profesor de ciencias políticas en la universidad de
Birmingham, Harry Ferns, en su obra La Argentina: "Como no sea mediante
una guerra civil devastadora, resulta difícil imaginar cómo puede deshacerse la
revolución efectuada por Perón”. Y ello ocurrió: Guerra fraticida, herida
insondable, ni olvido ni perdón, soberbia inclaudicable.
El golpe cívico
militar que derrocó a María Estela Martinez de Perón, vino para "voltear
las chimeneas que levantó el General Perón" en palabras de Isabel. Pues el
gobierno de facto se dispuso y trabajó por la dependencia del país bajo las
garras del poder internacional del dinero. Como lo continúan haciendo los
sucesivos gobiernos democráticos que en esto, todos coinciden y colaboran
descaradamente en la política de la entrega, de la deuda eterna y de la desmemoria.
Por ejemplo, los tratados de Madrid de 1990 -conocidos como “el Versalles
Argentino”- congelaron las negociaciones por la soberanía en el Atlántico Sur y
convirtieron de hecho a la República Argentina en una colonia británica, son
ratificados y actualizados permanentemente. Dejó escrito un amigo, que tiene
mérito para llevar el pseudónimo de el ´Pensador Pulenta´: “Los administradores
de la dependencia por supuesto que van a ocultar los logros del gobierno de
Isabel y perseguirla cuando sea necesario porque es el recuerdo nítido de que
la Argentina liberada, cuando hay un líder, una doctrina y un pueblo organizado
es posible”.
Por ello,
afirmamos que es tiempo de hacer historia y no simplemente memoria, pues la
memoria falla, pero la historia es una disciplina que, al decir de Cicerón,
actúa como maestra de vida y testigo fiel del pasado. Parece que vivimos en una
sociedad con Alzheimer. Y sin testigos fieles, sin maestros, sin historia, no
podremos proyectar un futuro genuino y auténticamente argentino, pacificador,
superador y resiliente. Dios quiera que la verdadera historia de Isabel nos
congregue hacia ello.
* Profesor de
Historia.