miércoles, 26 de noviembre de 2014

OBAMA, POR QUÉ HA DEFRAUDADO A LOS CATÓLICOS




Aleteia, 17 de noviembre de 2014


Seis años han pasado desde que ese “Yes, We Can!” pronunciado ante el pueblo americano superó todo obstáculo entre el primer candidato negro a las elecciones presidenciales y la Casa Blanca.

Era un eslogan lleno de grandes promesas que tocaron también la sensibilidad y las esperanzas de los católicos de América. Debía ser el comienzo de una época revolucionaria, que habría cambiado la sociedad en sus derechos fundamentales y en las distancias entre las clases sociales.

Pues bien, en 2014 los Estados Unidos dan marcha atrás, bruscamente, devolviendo a los republicanos el control de todo el Congreso. Así que Obama, en sus dos últimos años de presidencia, no podrá contar con una mayoría democrática que, con más o menos protestas, apoye sus reformas.

Ya se ha abierto el tiempo de los balances, también en los ambientes católicos, muy poco satisfechos por estos años de presidencia. Aleteia habló de ello con Andrea Gagliarducci, analista Vaticano de la Catholic News Agency.

- ¿Cómo se presentó Barack Obama al mundo católico?

Cuando fue elegido por primera vez traía un viento fresco, era un hombre multiracial, con una fuerte apertura a los temas sociales, a los que los americanos eran más sensibles después de tantos años de presidencia republicana. Poniendo la atención en los temas de la inmigración, además, guiñaba un ojo también a los “latinos”.

Se decía entonces que los republicanos habían dilapidado la herencia de Reagan, pasando de un republicanismo abierto al mundo a uno hecho de muros, cuyo símbolo era el erigido en la frontera con México.

Ciertamente en un debate polarizado como el americano, se puede decir que ni los demócratas ni los republicanos cubren todos los “temas católicos”: el único presidente católico fue Kennedy, un demócrata cuya familia nunca ha reflejado los temas de fondo del catolicismo.

El adversario de Obama en las últimas elecciones, Mitt Romney, era un mormón y su vice era Paul Ryan, que se definía católico pero que en su momento había hecho declaraciones discutibles en temas de Doctrina Social.

Y sin embargo, nadie recuerda que en los Estados Unidos, la “New Deal” se fundó precisamente sobre la Doctrina Social de la Iglesia, traída a América por monseñor John Ryan, un sacerdote del Midwest que tras leer la Rerum Novarum introdujo en la administración Roosevelt temas como el salario mínimo, los sindicatos, etc. El catolicismo americano tiene dentro todo esto, pero cuando el debate se polariza hay poca facilidad de elegir para un católico, que no encuentra entre republicanos y demócratas quien le represente del todo. Pero Obama era visto con todo como una gran esperanza.

- ¿También la Iglesia americana?

La Iglesia americana era más escéptica. Los obispos americanos desde los años setenta en adelante han sido elegidos con un perfil preciso, inclinado a la batalla cultural.

La Iglesia de EE.UU. en los ochenta produce dos documentos fundamentales, uno sobre la “reganomics” y otro sobre la proliferación de las armas nucleares, pero desde allí pasa a temas más amplios como la libertad religiosa en sentido amplio. Habían comprendido que debían dar batalla a nivel cultural, porque era allí donde estaban perdiendo. Juan Pablo II apoyó todo esto.

Respecto a Obama preferían esperar, también porque un obispo no puede tomar claramente posturas a favor o en contra, aunque hay quien lo ha hecho. La Conferencia episcopal americana debe dialogar con todos y hacerse escuchar por todos.

- ¿Cuáles son los temas católicos que Obama ha apoyado y cuáles ha desafiado?


Cuando se habla de católicos uno se refiere a un mundo variado.


El punto es que ni en los temas sociales ni en los temas de la vida Obama ha satisfecho del todo las expectativas. Había muchas esperanzas en los temas sociales, pero incluso en estos, por ejemplo en la brecha entre ricos y pobres, no ha habido pasos adelante y esto ha producido un cierto desaliento.

En los temas de la vida entre católicos y Obama la ruptura ha sido total, a partir de la famosa reforma sanitaria, que preveía la contracepción financiada; ha habido fuertes momentos de enfrentamiento con los hospitales católicos y con las asociaciones religiosas.

El verdadero problema de fondo aquí era el de la libertad religiosa: si no quiero favorecer un aborto, ¿por qué tengo que hacerlo? Había una objeción de conciencia que se rechazaba.

Después hay aspectos que no se han publicado en los periódicos europeos, pero que son importantísimos y que han llevado a la unión entre las diversas Iglesias cristianas: por ejemplo, al final del año pasado, cinco Iglesias cristianas entre ellas la Conferencia Episcopal, se constituyeron como parte civil en un proceso contra el Estado de Utah que había aprobado una ley sobre los matrimonios homosexuales contra el parecer expresado por un referendum popular. 

La brecha entre los católicos y Obama se ha ensanchado en seguida. Él tenía un carisma y una propensión al diálogo interreligioso que le llevaron al Nobel por la Pace, después de aquel gran discurso en El Cairo. Pero también este aspecto fue desatendido después: los incendios de la guerra no han disminuido, la intervención de EE.UU. ha salido del territorio real, pero ha entrado fuertemente a nivel internacional en Oriente Medio. Todos estos son temas en los que Obama ha defraudado al electorado católico.

- De Benedicto XVI a Francisco: ¿cómo ha cambiado la relación entre Obama y la Santa Sede?

Al principio Benedicto apreció el modelo americano de la “sana laicidad” promovido por Bush, en el que todas las religiones podían encontrar su espacio. Con la llegada de Obama se empezó a debatir muy vivazmente sobre temas de libertad religiosa.

Es decir, ya con Benedicto había habido un cambio: cuando Obama vino a encontrarle, Benedicto le leyó la instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe Dignitas humanae dedicada a los temas de bioética y a la defensa de la vida, para darle a entender lo que es un aborto.

El Papa Francisco gusta más a los demócratas americanos, porque refleja todos los temas sociales que ellos apoyan. Pero igualmente – como ha subrayado también Massimo Faggioli, que no se puede decir que sea un teólogo de derechas – el Papa Francisco mira a los americanos con el espíritu del sudamericano que mira con sospecha a los yanquis. Por esto tiende a buscar una cierta alianza con los grupos evangélicos de EE.UU., que son muy fuertes (es histórica la foto en la que Francisco choca la mano con el líder evangélico James Robinson).

Entre Obama y Francisco, respecto a Benedicto, hay menos choque cultural y más tensión social, corroborada también por la decisión de poner a mons. Blase J. Cupich a la cabeza de la diócesis de Chicago, contra el parecer de muchos obispos americanos.

- ¿Ahora qué sucederá, de cara a las elecciones del 2016?



Ahora será interesante ver cómo se pondrán los republicanos ante la jerarquía católica. Su líder es Mitch Connell, uno que sabe y que ha puesto en pie la estrategia ganadora de modo brillante. Vio que Obama había alcanzado el 70% de los consensos traicionando a su electorado; así que decidió apuntar sólo a los temas específicos en los que perdía (libertad religiosa, vida, matrimonio homosexual e inmigración) y ha recuperado terreno.