No está todo perdido. Cuando se lee la opinión de una joven política de Córdoba como la que transcribimos, resurge la esperanza en el futuro de nuestra nación.
Teresita Vexenat De francisco
Asesora Encuentro Vecinal Córdoba
Lo único que queda de Revolucionario en Argentina son
las licuadoras, el único cambio y recambio ha sido la palmera de la Casa
Rosada.
Lejos quedó “La Era de las Revoluciones” que Eric
Hobsbawm escribió y describió.
Solo observo más de lo mismo con distinto nombre
político o distinto color, pero lo mismo al fin: desigualdad social, pobreza,
inseguridad, narcotráfico, corrupción, cada vez más presupuesto en publicidad
de gobierno, menos para educación y salud. Nadie se hace responsable, sálvese
quien pueda!!!!
En última instancia, desde los gobiernos “más
populistas a los menos populistas”, “de los mas derechosos a los menos” el
saldo lo sigue pagando el que menos tiene, el más vulnerable, el desprotegido.
Hoy le toca pagar los platos rotos al niño por nacer,
por eso el aborto es el primer tema de la agenda setting. No me sorprende que
el gobierno de Macri sea proclive a esta perspectiva, adepto a recetas
económicas del Banco Mundial, FMI, Banca Morgan y demás, en mi opinión, era
cuestión de tiempo. Debido a que estos organismos son quienes financian directa
o indirectamente las “políticas de salud” del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), La Organización Mundial de la Salud (OMS), de las
Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otras muchas organizaciones
más.
Los objetivos de bajar los niveles de pobreza, desigualdad social y
promover el desarrollo en América Latina, se encuentran enarbolados en los
discursos, programas y proyectos de estas organizaciones hace años. Será que
las variables económicas financieras no nos han bendecido y por esa razón estos
objetivos se han ido al tacho, pero no hoy, hace más de 50 años atrás. Durante
los años 70 se sucedieron una serie de esterilizaciones forzadas de mujeres
nativas y de pueblos originarios a lo largo de toda Latinoamérica.
La esterilización forzada está catalogada como crimen
de lesa humanidad o crimen de guerra y un delito grave de violencia sexual .
Reconocido como crimen de guerra en el proceso de los Juicios de Núremberg .
Uno de los casos más resonantes fue en Perú. Su ex presidente Alberto Fujimori
ha sido acusado por genocidio y crímenes contra la humanidad por las
esterilizaciones forzadas durante su gobierno. En febrero de 1996, la propia
OMS felicita a Fujimori por su plan de control demográfico. Seguir realizando
esta práctica implicaría que los sucesivos presidentes de distintos países del
mundo comenzaran a ser juzgados por esta clase de políticas.
Es por ello que el método del siglo XXI para disminuir
la pobreza, la desigualdad y promover el desarrollo de los países “ en vías de
desarrollo”, es el aborto libre y legal. El Aborto es la esterilización del
siglo, solo que ahora es “VOLUNTARIA”. Una boca menos para alimentar, un niño
menos que educar, multiplicado por la cantidad de mujeres y hombres en edad
fértil redituará en una disminución de población considerable para que “los
pobres” no afeen nuestras ciudades, el riesgo país nos deje de comer la cabeza
y los “objetivos del milenio se cumplan”.
La verdad me sorprenden los partidos de izquierda,
¿donde les quedó la revolución cuando promocionan y militan esta clase de
práctica totalmente ligada al control poblacional, económico, social y cultural
de la Argentina y el mundo y, más aun, al servicio y financiada por el capital?
Los animales y las maquinas saldrán prontamente a
marchar para defendernos porque lo que es de nuestra parte, la humanidad la
hemos perdido en alguna revolución de la licuadora.
Escuchar que hablan a favor de las mujeres violadas y
que quedaron embarazadas es una burla cuando el argumento es decidir sobre el
cuerpo, el cuerpo de otro y violarle los derechos a alguien que no puede
defenderse, un bebé por nacer, lo mismo que le sucedió a la mujer violada. Sin
descontar el trauma de la violación y el trauma post aborto que padecen las
mujeres sometidas a estos ultrajes.
A las niñas y niños por nacer, hoy no se les respetan
sus derechos. Pero a nadie le importa, no votan ni van a las marchas. Nos hemos
vuelto sádicos con los desprotegidos y revictimarios de las víctimas.
Una bacteria en el planeta Marte es vida, un óvulo
fecundado en el planeta Tierra es nada, es un resto patógeno. Habrá que ir a
vivir a Marte. No se olviden de llevar la licuadora y la palmera.