miércoles, 28 de febrero de 2018

LA ERA DE LAS LICUADORAS Y LAS PALMERAS



No está todo perdido. Cuando se lee la opinión de una joven política de Córdoba como la que transcribimos, resurge la esperanza en el futuro de nuestra nación.



Teresita Vexenat De francisco
Asesora Encuentro Vecinal Córdoba

Lo único que queda de Revolucionario en Argentina son las licuadoras, el único cambio y recambio ha sido la palmera de la Casa Rosada.
Lejos quedó “La Era de las Revoluciones” que Eric Hobsbawm escribió y describió.

Solo observo más de lo mismo con distinto nombre político o distinto color, pero lo mismo al fin: desigualdad social, pobreza, inseguridad, narcotráfico, corrupción, cada vez más presupuesto en publicidad de gobierno, menos para educación y salud. Nadie se hace responsable, sálvese quien pueda!!!!
En última instancia, desde los gobiernos “más populistas a los menos populistas”, “de los mas derechosos a los menos” el saldo lo sigue pagando el que menos tiene, el más vulnerable, el desprotegido.

Hoy le toca pagar los platos rotos al niño por nacer, por eso el aborto es el primer tema de la agenda setting. No me sorprende que el gobierno de Macri sea proclive a esta perspectiva, adepto a recetas económicas del Banco Mundial, FMI, Banca Morgan y demás, en mi opinión, era cuestión de tiempo. Debido a que estos organismos son quienes financian directa o indirectamente las “políticas de salud” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), La Organización Mundial de la Salud (OMS), de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otras muchas organizaciones más. 

Los objetivos de bajar los niveles de pobreza, desigualdad social y promover el desarrollo en América Latina, se encuentran enarbolados en los discursos, programas y proyectos de estas organizaciones hace años. Será que las variables económicas financieras no nos han bendecido y por esa razón estos objetivos se han ido al tacho, pero no hoy, hace más de 50 años atrás. Durante los años 70 se sucedieron una serie de esterilizaciones forzadas de mujeres nativas y de pueblos originarios a lo largo de toda Latinoamérica.

La esterilización forzada está catalogada como crimen de lesa humanidad o crimen de guerra y un delito grave de violencia sexual . Reconocido como crimen de guerra en el proceso de los Juicios de Núremberg . Uno de los casos más resonantes fue en Perú. Su ex presidente Alberto Fujimori ha sido acusado por genocidio y crímenes contra la humanidad por las esterilizaciones forzadas durante su gobierno. En febrero de 1996, la propia OMS felicita a Fujimori por su plan de control demográfico. Seguir realizando esta práctica implicaría que los sucesivos presidentes de distintos países del mundo comenzaran a ser juzgados por esta clase de políticas.

Es por ello que el método del siglo XXI para disminuir la pobreza, la desigualdad y promover el desarrollo de los países “ en vías de desarrollo”, es el aborto libre y legal. El Aborto es la esterilización del siglo, solo que ahora es “VOLUNTARIA”. Una boca menos para alimentar, un niño menos que educar, multiplicado por la cantidad de mujeres y hombres en edad fértil redituará en una disminución de población considerable para que “los pobres” no afeen nuestras ciudades, el riesgo país nos deje de comer la cabeza y los “objetivos del milenio se cumplan”.

La verdad me sorprenden los partidos de izquierda, ¿donde les quedó la revolución cuando promocionan y militan esta clase de práctica totalmente ligada al control poblacional, económico, social y cultural de la Argentina y el mundo y, más aun, al servicio y financiada por el capital?

Los animales y las maquinas saldrán prontamente a marchar para defendernos porque lo que es de nuestra parte, la humanidad la hemos perdido en alguna revolución de la licuadora.
Escuchar que hablan a favor de las mujeres violadas y que quedaron embarazadas es una burla cuando el argumento es decidir sobre el cuerpo, el cuerpo de otro y violarle los derechos a alguien que no puede defenderse, un bebé por nacer, lo mismo que le sucedió a la mujer violada. Sin descontar el trauma de la violación y el trauma post aborto que padecen las mujeres sometidas a estos ultrajes.

A las niñas y niños por nacer, hoy no se les respetan sus derechos. Pero a nadie le importa, no votan ni van a las marchas. Nos hemos vuelto sádicos con los desprotegidos y revictimarios de las víctimas.

Una bacteria en el planeta Marte es vida, un óvulo fecundado en el planeta Tierra es nada, es un resto patógeno. Habrá que ir a vivir a Marte. No se olviden de llevar la licuadora y la palmera.